jueves, 26 de julio de 2012

LAS RAICES AFRICANAS DE LA ARGENTINA

En 1850, el Almirante Brown, ya retirado del almirantazgo, traía esclavos a Buenos Aires.

Por Alicia Dujovne Ortiz

Días antes del último 25 de Mayo, tuvo lugar una celebración de características particulares, a la que muchos coincidimos en llamar patriótica. El escenario de la fiesta fue la Casa de Gardel, que nos miraba desde su retrato entrecerrando los ojos bajo el ala del sombrero. Una fiesta con sorpresas, organizada por el joven antropólogo y musicólogo Pablo Cirio, un investigador apasionado y, por ende, intolerante, siempre dispuesto a luchar en defensa de su exclusiva y excluyente pasión: los negros de la Argentina. A mí me tocaba participar una vez más en la presentación de un libro de mi difunto tío, Néstor Ortiz Oderigo, Latitudes africanas del tango , escrito en 1988 y publicado por la editorial de la Universidad de Tres de Febrero, que desde 2007 se viene ocupando de la edición de la obra póstuma de ese otro apasionado antropólogo africanista que fue el hermano de mi madre.
Aunque el haber frecuentado a Néstor y padecido sus rabietas antirracistas me permitiera comprender las pataletas de Pablo, todas de la misma índole, no dejaba de temer por eso que alguna inconsciente metida de pata volviera a ponerme en el banquillo de los acusados, tal como ya había sucedido cuando, durante la presentación del segundo de estos libros en la Feria del Libro, anuncié alegremente la llegada de los tambores africanos y Pablo me fulminó con un "no son africanos, Alicia; son afroargentinos. Si alguien viniera a tocar el bandoneón, ¿anunciarías una música alemana?".
Por suerte, la noche del 21 transcurrió en paz y en compañía. Tras las palabras de la profesora Dina Picotti, a la que se le debe la idea de publicar esta obra que vegetaba inédita en un cajón, y las de Pablo Cirio, que se refirió a Ortiz Oderigo como a un visionario que "nos enseñó a pensar en tres", vale decir, a considerar los orígenes blancos, negros y aborígenes de la cultura argentina -y que, por eso mismo, debió enfrentar la incomprensión de su tiempo-, volví a contar la historia de mi tío.
Una historia muy simple: Néstor comenzó a interesarse por la música de los negros cuando tenía 14 años, y escribió incansablemente sobre el tema hasta los 85, cuando murió. Lo del medio es lo más triste: tras publicar una vastísima obra, recibida con respeto en la Argentina y en el mundo, terminó por aceptar la desmemoria a que lo relegaba su país, que con sus propios intelectuales suele no ser muy tierno, y, encerrándose en su casa, rodeado por su museo personal de tallas y tambores venidos de Africa, dejó de preocuparse por publicar, aunque no de escribir hasta su último aliento.
Cuando, después de su muerte, entré en su modesto departamento de la calle Oro, encontré varias cajas repletas de manuscritos prolijamente preparados para una utópica imprenta, con índice, notas y bibliografía. Ahora, la utopía se ha realizado, y Pablo Cirio ha podido someter ese rico material a una revisión crítica y actualizada, en la que pone los puntos sobre las íes con el tonito ríspido que le es habitual, pero en la que saluda al estudioso que, secretamente -cito sus palabras-, nos dejó este mensaje: "Para nuestro orgullo blancoeuropeo, la prosapia negra del tango representa una piedra en el zapato. La Argentina no fue ni es el país blancoeuropeo que imaginaron nuestros abuelos, sino parte indisoluble de Afroamérica. No nos diferenciamos del resto del continente por no poseer población negra, sino por no asumirla como parte de nuestra identidad. Como sucedió en otros países de América, por nuestra sed de enriquecimiento y de poder fuimos cómplices de la trata esclavista. No veo por qué ahora deberíamos diferenciarnos de lo que pasó y sigue pasando en esos países".
El carácter patriótico del encuentro en la casona del Abasto tuvo un doble motivo. Por una parte, me felicité, como argentina, de que la Universidad, al cumplir escrupulosamente con el ritmo de las publicaciones (ya van tres libros publicados y se prepara el cuarto), estuviera subsanando el injusto "ninguneo" al que fue sometido en el país Ortiz Oderigo. Y por otra, Pablo Cirio añadió lo suyo al festejo, proyectando las fotografías de varios músicos legendarios, todos ellos de ascendencia africana : Carlos Posadas, Gabino Ezeiza, Gregorio "Soti" Rivero, Enrique Maciel, Leopoldo Ruperto Thomson, apodado el "Africano", y Ricardo Justo Thomson.
A medida que iba mostrando los retratos, el antropólogo transmutado en director teatral llamaba por su nombre a unas señoras y señoritas que ocupaban las primeras filas. Tres de ellas eran negras. Las otras, a primera vista, no. Pero todas se reivindicaron orgullosamente como afrodescendientes. Eran las hijas, nietas o sobrinas de esos creadores del tango negro, o, como dijo Pablo, "creadores del tango, a secas, ¿acaso todo tango no es negro?".
Terminado el acto, que abundó en lágrimas y abrazos, Leticia Montero, la única de entre todas ellas cuya piel luce visiblemente oscura, me confió: "Siempre, desde el colegio, me han preguntado de dónde soy. Y yo siempre he contestado lo mismo: soy más argentina que la mayoría de ustedes. El barco donde vinieron mis antepasados es muy anterior al barco donde vinieron los inmigrantes. Nosotros estamos acá desde hace cinco generaciones".
La conversación, iniciada en un aparte, siguió, como corresponde, ante una pizza, menos antigua, pero no menos representativa de lo nuestro. Quizá para dilucidar las interrogaciones y sus respuestas, Leticia Montero ha decidido convertirse en psicóloga, y no en cantante como su tía, la célebre Rita Montero, ni en música como su madre, Orfilia del Carmen Rivero, la hija de Soti, ambas allí presentes y ambas pertenecientes a una vieja y conocida familia que había formado un grupo de jazz, Los Diamantes Negros. Una conversación que sirvió para que Leticia siguiera desarrollando el tema que la hiere desde su infancia: en la Argentina se extranjeriza lo negro, como si negro y argentino fueran irreconciliables.
A fuerza de aguantarse que le preguntaran de dónde es, ella se ha inventado una respuesta pedagógica dividida en tres partes: "¿En el colegio no te enseñaron que el 25 de Mayo había negras vendiendo pastelitos?"; "¿Te parece que yo hablo con acento?", y, para terminar: "¿Por qué tendría que ser de otro lado?". Como esta tercera parte del cuestionario -contestar a una pregunta con otra- me pareció típicamente judía, Leticia me contó riendo que su marido es un judío húngaro, rubio y de ojos celestes, pero agregó: "Lo típico del racismo es que todos me digan que yo tuve mucha suerte al casarme con él, pero que a nadie se le ocurra pensar que él también la tuvo".
El racismo argentino al que alude Leticia no es agresivo y abierto como el de tantos otros países, sino oculto y suavecito. Ella, sin embargo, lo percibe. Ese racismo se manifiesta en lo que ella llama "respingo": un ligero sobresalto que le hace ver la extrañeza, cuando un paciente nuevo viene a verla, o cuando ella se presenta para aspirar a un cargo (es la primera y exitosa universitaria de su familia). Diferente del racismo común en países donde la presencia negra resulta indiscutible, se trata de una sorpresa originada en una negación: desde siempre nos han asegurado que en la Argentina no quedan negros, menos aún psicólogos. Lo he oído decir desde mi infancia: así como los indígenas desaparecieron sin dejar rastros durante la Campaña del Desierto, los negros se evaporaron como por ensalmo durante las epidemias de cólera y de fiebre amarilla.
La persistencia de esas dos ilusiones es tal que se sobrepone a lo que una simple mirada bastaría para discernir, en los libros de historia (Sarmiento y Rivadavia no descendían precisamente de vikingos) o, simplemente, en la calle. "Los negros siguen ahí -dijo Dina Picotti-; se han mezclado, se han fundido, pero siguen ahí." "Considerarlos cosa del pasado -añadió Pablo- y limitar su influencia al aporte que nos han dejado es reproducir mecanismos coloniales basados en la utilidad. Lo que realmente importa no es lo que nos aportaron, sino lo que son."
Una pregunta me quemaba la lengua y, animándome a ser reprendida por el fervoroso antropólogo, me atreví a formularla: "Bueno, pero ¿cuántos negros o descendientes de negros hay en la Argentina?" "¿Para qué medir? -me respondió-. El censo no es la única herramienta. Existen grupos étnicos pequeños en las cifras, pero simbólicamente importantes. El verdadero modo de medir esta variable es esta pregunta: «¿Usted se considera afrodescendiente?».
"Pero la realidad fundamental es que los argentinos somos todos mestizos. El error de pensarse africano es similar al error de pensarse europeo [recordé mi propio error con los tambores, no africanos sino afroargentinos, y me achiqué en mi sitio]. "Ustedes -agregó, dirigiéndose a Leticia- deben ser explicativos y desmantelar los mecanismos de la invisibilización." "Es difícil", murmuró ella.
Los barcos negreros siguieron llegando a Buenos Aires hasta 1861. Aunque la libertad de vientres se decretó en 1813, y aunque la Constitución de 1853 abolió definitivamente la esclavitud, la verdad fue otra. Entre las últimas camadas de esclavos negros, se cuentan los que trajo en 1850 el almirante Brown, que, después de su retiro como marino, se dedicó al comercio esclavista.
En vista de la calma reinante, me permití preguntar si los esclavos, entre nosotros, habían sido "bien tratados" como siempre se dijo. "Ese es otro de nuestros mitos -contestó Pablo-. Los historiadores blancos han contado la historia como han querido. Es cierto que en Buenos Aires tuvimos negros de servicio, pero ¿es tratar bien arrancar a alguien de su país y hacerlo trabajar gratis? Eso, sin contar las plantaciones de caña de azúcar de Tucumán, donde menudeaban los latigazos igual que en Cuba o en Brasil." "Los Montero y los Lamadrid eran de allí -deslizó Leticia, y, con un tono casual que, como quien no quiere la cosa, nos sumergió en el seno mismo de la historia, relató. Yo conozco a una señora cuya tatarabuela vino con Brown. Muchos conocemos los nombres de los barcos en que viajaron nuestros antepasados. Con respecto al maltrato, mi tía Rita trabajó en una película, El grito sagrado , donde hacía de negra cocinera y recibía sus buenos azotes. ¿Qué quiere decir "tratar bien"? Si cantábamos o bailábamos, eran doscientos azotes. Lo mismo por adorar a nuestros dioses o hablar nuestra lengua. ¿Y Rosas, que nos quería tanto? De repente estiraba la mano sin avisar, y si el negro que estaba parado atrás no le ponía rápido un mate, lo mandaba a azotar. Esto no lo saqué de ningún libro, en casa se contaba." Pensé que tenía razón sobre la antigüedad de su linaje: ¿en cuántas casas de argentinos se conocen en detalle las costumbres de don Juan Manuel?
Ortiz Oderigo comienza su libro hablándonos de los "buques fantasma", que, cargados de "hombres con dueño", llegaban a nuestro puerto desde el Congo, Angola, Mozambique y Benín, trayendo hasta nosotros dos culturas: la bantú y la sudanesa. En 1730, dice, la Gran Aldea contaba con cincuenta mil habitantes, de los cuales veinte mil eran negros. Pero considerar que todo esto pertenece a nuestra prehistoria es tan negador como no observar en nuestro rostro argentino las huellas de esos pueblos que nos dejaron, además del tango (y de la zamba o la chacarera), su propia sangre. Entre los espléndidos festejos del Bicentenario, pudimos ver un barco de inmigrantes que surcó la avenida 9 de Julio con su fantástico oleaje. Las buenas intenciones de los organizadores, sin duda convencidos de que la trata de negros fue muy anterior a 1810, no permitieron incluir en el desfile a los antepasados esclavos de Gabino Ezeiza o del "Africano" Thomson.
En ese sentido, y muy modestamente, la fiestita recordatoria de la Casa de Gardel (cuyo guitarrista, el negro Ricardo, intentó infructuosa y gratuitamente enseñarme a tocar la guitarra, en el París de los años 60) pretendió subsanar un olvido imperdonable. Es un olvido que nuestra patria debe reparar, no por ser la sola culpable de un comercio tan indigno (una potencia negrera como Francia lo fue bastante más, y ya no duda en admitirlo golpeándose el pecho), sino para reconocerse a sí misma de una vez por todas. En la recordación de nuestros primeros 200 años de vida, la presencia de un barco del que descienden hombres encadenados habría significado, por fin, la aceptación de lo que somos.

EUROPA CIERRA LA PUERTA CADA DIA MAS

Ante la inmigración del norte de áfrica. Presionada por los reclamos de Francia e Italia, la Comisión Europea presentó una iniciativa para modificar el Tratado de Schengen, que desde 1985 permite la libre circulación de las personas entre los países del continente.


Por:Dolores Álvarez Desde Milán
                       
Presionada por los reclamos de Francia e Italia, la Comisión Europea (CE) presentó ayer una iniciativa para cerrar las fronteras del viejo continente y volver a controlar los confines nacionales de sus países miembro. El Ejecutivo de la Unión Europea (UE) alabó los principios del Tratado de Schengen -que permite la libre circulación de las personas en la UE- pero aclaró que bajo ciertas "circunstancias extraordinarias", como la avalancha migratoria que llega desde el norte de África, los pilares que permitieron la abolición de los límites territoriales podrán ser suspendidos de forma "temporal". Hasta ahora, la única manera de suspender el acuerdo -inicialmente firmado en junio de 1985 por Alemania, Francia, Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo- es alegar "una seria amenaza al orden público o a la seguridad interior".
Con el documento presentado ayer, "la Comisión propone una mejor gestión de la emigración a la UE". Así, la institución formada por los 27 socios comunitarios cedió ante las presiones de Roma y París que la semana pasada abogaron por endurecer los controles internos del espacio Schengen.
"Para salvaguardar la estabilidad de la zona Schengen podría ser necesario prever la reintroducción temporal de controles fronterizos internos limitados en circunstancias muy excepcionales", anunció, durante una conferencia de prensa en Bruselas, la comisaria del Interior, Cecilia Malmström. Para la funcionaria, la UE no puede dejar que los Estados miembro "administren" solos la emergencia humanitaria y deben ser ayudados.
El texto precisa que las medidas de control "se utilizarían como último recurso en situaciones verdaderamente críticas, hasta que se tomen otras medidas de emergencia para estabilizar la situación". Según el escrito, el mecanismo de suspensión temporal estaría basado en criterios "bien definidos" y se aplicaría sólo cuando un Estado no pudiera controlar su frontera exterior por enfrentar "fuertes presiones inesperadas debidas a acontecimientos externos".
"El espacio Schengen es un logro fantástico, tenemos que protegerlo y defenderlo", subrayó la comisaria, quien negó que la propuesta sea fruto de una concesión a París y Roma.
Sin embargo, como también lo había pedido expresamente el presidente francés, Nicolas Sarkozy, Bruselas propuso, además, intensificar el papel de la agencia de control de fronteras Frontex y mejorar los pactos con los países de origen de los inmigrantes para facilitar su readmisión.
El 16 de abril pasado, Francia se amparó en esa cláusula de salvaguarda para suspender la circulación de trenes desde Ventimiglia, en el norte de Italia, y abrió una crisis diplomática con Roma que terminó en una reunión entre Sarkozy y el premier italiano Silvio Berlusconi.
Durante la cumbre binacional, los países decidieron presentar una moción conjunta ante la CE para proponer modificar el acuerdo Schengen como consecuencia de la crisis migratoria.
Desde su entrada en vigor, y a petición unilateral de alguno de sus miembros, el tratado se interrumpió momentáneamente sólo durante la celebración de grandes acontecimientos, desde bodas reales hasta importantes eventos deportivos o cumbres internacionales. <

PRESENTAN PRUEBAS DE LA PERSECUCION A ABUELAS Y NIETOS EN LA DICTADURA

Son las fichas de seguimiento que realizaba la dirección de inteligencia de la policía bonaerense. Durante la represión e incluso en democracia, la DIPPBA se infiltraba en organismos de Derechos Humanos. La nieta apropiada de Chicha Mariani tenía su propia carpeta.

Por:Gerardo Aranguren 
                       
Con fichas que contienen los nombres y antecedentes de Abuelas de Plaza de Mayo y de sus nietos, Claudia Bellingeri, perito de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), dio cuenta de la persecución que realizó la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (DIPPBA) sobre los organismos de Derechos Humanos durante la dictadura.
Su testimonio había sido requerido por las querellas en la causa Plan Sistemático de robo de bebés luego de que la CPM presentara un informe de 300 páginas con los archivos desclasificados de la DIPPBA sobre la búsqueda de los niños apropiados.
Por el plazo de tres horas, Berlingieri declaró ayer ante el Tribunal Oral Federal Nº 6 y presentó los documentos de la Bonaerense, aunque su testimonio debió ser reprogramado y continuará en una fecha a designar con la última parte del informe que trata sobre los 34 casos de apropiación que se investigan en el juicio oral.
"Información relacionada con acción panfletaria de Abuelas de Plaza de Mayo en la localidad de Quilmes: medios propios (infiltración) han logrado establecer que la Agrupación denominada Abuelas de Plaza de Mayo, realizaron una acción panfletaria en la zona céntrica de Quilmes", indica uno de los legajos de Abuelas que figuran en el archivo. Los agentes de "inteligencia" también investigaron a una de las fundadoras de la Asociación, Chicha Mariani, y a su nieta apropiada, Clara Anahí. En un parte denominado "Regreso al país de la Sra. Mariani", de marzo de 1982, deja en claro que la dirigente era seguida de cerca en los últimos años de la dictadura.
Además de la persecución a Abuelas, la DIPPBA investigó a hijos de desaparecidos. "Es de destacar por ejemplo el caso de Clara Anahi Mariani -señala el informe de la CPM- quien con sólo cinco meses de vida posee un legajo en la que se la cataloga como "extremista", y a quien se le homologan lo que la DIPPBA llama "antecedentes", es decir, el documento que la inteligencia policial construye a partir del acecho y del seguimiento de su padre, Daniel Enrique Mariani que es incluido como parte de "los antecedentes" de la niña.
En democracia, la Dirección de Inteligencia continuó con sus actividades clandestinas para asegurar la impunidad de muchos de los casos de apropiación. Uno de los hechos más resonantes mencionados por Bellingeri es el de María José Lavalle Lemos, nieta recuperada en 1987 en Mar del Plata. En el archivo figura que, al momento de su restitución, la DIPPBA hizo un seguimiento de la niña de sólo 9 años y del juez de la causa, Juan Ramos Padilla. "Se sabe que la criatura se la entregaron en la Brigada de San Justo y que el Certificado de Nacimiento lo firmó Vidal", señala el legajo que además recuerda que la información a Abuelas la había acercado la cuñada de Teresa González, su apropiadora. "Es evidente que tanto por el asunto de Brigada, como por Vidal, la policía de la provincia volverá a estar en los diarios", advertía el informe, y agregaba sobre la presencia del juez en Mar del Plata: "Es probable que Ramos Padilla intente hacer alguna otra cosa en la zona. Adoptamos las previsiones del caso y lo esperamos confiadamente."
Según explicó la perito del archivo, toda la documentación sobre Abuelas y sus nietos recaía en la mesa conocida como DS (Delincuentes Subversivos) en la DIPPBA y era luego enviada al Coronel Enrique Rospide, uno de los asesores militares del General Ramón Camps, a cargo de la Policía Bonaerense durante la dictadura.
Bellingeri aclaró, además, que toda la información que llegaba a la DIPPBA era compartida por toda la comunidad de inteligencia de las Fuerzas Armadas y de las fuerzas de seguridad.
La información era originada por agentes, pero la especialista destacó algunos casos particulares, como el del juez de menores de Junín, Juan José Roggero, quien recibió en 1980 una denuncia de Abuelas que buscaban a sus nietos, y acto seguido envió una copia a la Policía Bonaerense que recayó en la DIPPBA. <

BUENOS AIRES: "EXCLUYENTE Y DESBORDADA"

Un informe de la ONU sobre la situación socioterritorial en la capital porteña afirma que el crecimiento poblacional en las villas ascendió a más de 160 mil habitantes en 2010, y cuestiona la falta de "oferta de suelo para vivienda popular."    

                   

Una sociedad excluyente y una ciudad desbordada." Así describe la situación socioterritorial de la Ciudad de Buenos Aires el informe del Observatorio Urbano Local Buenos Aires Metropolitana, que integra la red de Observatorios Urbanos de ONU-HABITAT.
El dato quizá más significativo del informe es el crecimiento de la población en villas y asentamientos, que alcanza un pico de más de 160 mil en 2010, y que contrasta con el número total de habitantes, que se sostiene en alrededor de 2,9 millones desde 1960.
En el trabajo, el autor Artemio Pedro Abba señala que "en la Buenos Aires Metropolitana, a partir del último tercio del siglo XX, se está produciendo una de las peores situaciones socioterritoriales de su historia: 1) una mayor polarización en términos sociales (si bien en la última década crece el sistema productivo, no ha mejorado en igual medida en términos de distribución), y 2) una oferta de bienes y servicios urbanos fuertemente segmentada."
Abba plantea que en la capital está vigente un modelo que carece de "oferta de suelo para la residencia popular y sin créditos accesibles para los sectores bajos y medios", lo cual genera "un creciente segmento de excluidos del mercado habitacional (...). Siendo el más visible el de los grupos más precarizados, que son además explotados por un submercado de oferta de alquiler en los propios asentamientos precarios y buscan alternativas más dignas que no los obliguen a perder sus oportunidades laborales y el acceso a los servicios".
El trabajo del observatorio, disponible en el sitio web se sostiene en las tomas del Parque Indoamericano para afirmar que a partir de ese conflicto "se confirmó la necesidad de un abordaje interjurisdiccional del problema. No se trata únicamente de construir viviendas sociales, aunque el rol asumido por el gobierno nacional en la materia constituye un signo muy positivo: es necesario enfocar la cuestión como crisis habitacional y urbana." La población viviendo en villas y asentamientos precarios pasó de representar el 1,2 al 5,7% entre 1960 y 2010, informe, "con la única alteración de la trayectoria marcada por la erradicación forzada de las villas durante la dictadura militar entre 1976 y 1983, que las expulsó al suburbio", dice el informe, que también analiza la problemática de los residuos sólidos urbanos. Allí cuestiona la acción del gobierno local, que "no acompañó con campañas de concientización" la aplicación parcial del nuevo sistema de higiene. Señala también la crisis del Riachuelo y destaca la intervención de la Corte Suprema de Justicia que es "consecuente con la postura de abordaje interjurisdiccional." <

"MAS PADRES COMO EL", PIDEN LOS VILLEROS

Los fieles de Cristo Obrero, la parroquia que Carlos Mugica construyó en la Villa 31, coinciden en que aún persisten el hambre y la estigmatización a lo que se suma el flagelo de la droga. El recuerdo de sus amigos. La fiesta del domingo.

Por:Gustavo Sarmiento
                       
Aquí, el Padre Mugica es un santo". El padre Guillermo Torre realizó esta reflexión minutos después de haber finalizado la misa recordatoria por los 38 años del día en que miembros de la Triple A asesinaron a Carlos, el 11 de mayo de 1974. El lugar es la Parroquia Cristo Obrero, de la Villa 31, donde Mugica cumplía su tarea pastoral y donde fueron trasladados sus restos en 1999, después de estar enterrados en el cementerio de la Recoleta.
"Bienvenidos a tu casa Padre Carlos. Ahora más que nunca debemos estar junto al pueblo", dice el cartel de entrada de la capilla.
Angélica Banzer, de 41 años, llegó de Bolivia en 2001: "Es nuestro mártir. Sabía que lo iban a matar y aun así siguió caminando dónde veía gente humilde con necesidades", aseguró sobre la figura del líder del movimiento de sacerdotes tercermundista.
Al ingresar al templo, sobre la derecha, se exhiben paneles con fotos de Mugica: uno tiene el título "El Profeta" y lo muestra en sus tareas. Otro refleja su asesinato, acompañado de su frase: "Señor, sueño con morir por ellos, ayúdame a vivir para ellos."
"El padre Ricciardelli del Bajo Flores me contaba muchas cosas, sus misas. Cuando en 1999 me designan para la Villa 31 no lo podía creer. Justo el mismo año que trasladaron su cuerpo acá", contó el cura villero, Guillermo Torre. Ese "acá" hoy es el altar del santo Mugica de la Villa 31, donde personas como Yolanda, de 59 años, llegan a rezarle y pedirle por "más padres como él que sigan su ejemplo y luchen por los que menos tienen".
Nicolás Luque, de sólo 12 años, vino con su madre desde Monte Chingolo, portando una remera con la figura de Mugica, para "resaltar su vida y su humildad". Para Nicolás, a Mugica lo mataron a la salida de la Parroquia San Francisco Solano (donde ayer se hizo una misa en su homenaje) porque "al gobierno no le convenía que esté con los pobres, sino los villeros iban a estar bien". El padre Torre agregó que "su muerte, a manos de la ultraderecha de un gobierno civil, fue el comienzo de una ola de violencia que siguió fuerte en la dictadura". Hugo y Manuel Herrera volvieron a verse con cuatro amigos más después de años, y arreglaron ir en grupo a la misa, recordando aquellos días de parroquia y fútbol. "La iglesia era un punto neurálgico", contó Manuel, que tenía 14 años cuando Carlos hacía sonar La Misa Criolla por los parlantes, los fines de semana, como señal de que se acercaran a recibir la chocolatada o los jueguetes. "Era un gran jugador de fútbol, zurdo, pero ojo que se calentaba y te puteaba, eh", agregó. Los fieles coincidieron que 37 años después, persisten circunstancias similares como el hambre o la estigmatización, pero otras diferentes, como la droga. "Hoy Carlos estaría luchando para vencer este mal a través del deporte", consideró Torre.
El domingo a las 11 se realizará en la misma parroquia la "gran fiesta en su memoria", a la que asistirán vecinos de otras villas. Ayer, su gente lo recordó con su canción: "Señor, yo puedo hacer huelga de hambre y ellos no, porque nadie hace huelga con su hambre." <

lunes, 23 de julio de 2012

LATINOAMERICA HACE PROGRESOS

La región es un ejemplo para los países del norte de África y Medio Oriente. Pero aun así, los abusos continúan, en particular contra los grupos más vulnerables, como los indígenas.

América Latina hizo grandes progresos en materia de Derechos Humanos, pero aun así los abusos persisten, sobre todo contra grupos como los pueblos indígenas, subrayó Amnistía Internacional en su informe anual.
La organización reconoció que los gobiernos de la región pueden atribuirse parte del mérito de estos cambios. Sin embargo, destacó que el auténtico motor de los avances fueron las comunidades más afectadas por los abusos, que denuncian la situación y promueven el cambio, a menudo con riesgos personales.
La directora para las Américas de AI, Susan Lee, dijo que "se ha avanzado mucho, pues no se dan desapariciones forzadas". América Latina puede "enseñar" a los países de África del Norte y Oriente Medio que enfrentan regímenes represivos que la lucha por hacer respetar sus derechos es "permanente".
Según el texto, la defensa de los Derechos Humanos continuó siendo una tarea peligrosa en gran parte de la región. En países como Brasil, Colombia, Cuba, Ecuador, Guatemala, Honduras, México y Venezuela, los activistas fueron víctimas de homicidios, amenazas, acoso o actuaciones judiciales arbitrarias.
En los últimos años, los pueblos indígenas de América se han hecho oír y se han organizado de forma creciente en defensa de sus derechos, aunque el hecho de que los autores de abusos no tengan que rendir cuentas en muchos lugares contribuyó a perpetuar la discriminación y la pobreza en estas comunidades.
En la Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Guatemala, Panamá, Paraguay y Perú, los indígenas considerados un obstáculo para los intereses comerciales fueron víctimas de amenazas, acoso, desalojos forzosos, desplazamientos y homicidios, a medida que el afán de explotación de los recursos se intensificaba en las zonas que habitaban, dijo AI.
El conflicto armado iniciado hace 45 años en Colombia siguió afectando gravemente a la población civil, que sufre la peor parte de las hostilidades, agrega AI. Miles de personas fueron víctimas de desplazamiento forzado, homicidio ilegítimo, secuestro o desaparición forzada a manos de todos los beligerantes.
Según AI, la pobreza, la delincuencia violenta y la proliferación de armas pequeñas crearon y perpetuaron condiciones en las que florecieron los abusos contra los Derechos Humanos. En México, el combate al narcotráfico dio lugar a numerosas violaciones graves de Derechos Humanos, incluidos homicidios, desapariciones forzadas, torturas y detenciones arbitrarias.
El informe destaca también que en varios países latinoamericanos, sobre todo del Cono Sur, se hicieron avances continuos y significativos en los esfuerzos por llevar ante la justicia a algunos de los responsables de las violaciones graves de Derechos Humanos cometidas durante los regímenes militares del pasado.<

LA TERCERIZACION EN EL TRABAJO AGROPECUARIO

La mayoría de estos trabajadores son temporarios, por lo cual no están comprendidos en los alcances del proyecto de ley sobre trabajo rural, que muchas veces se ha presentado como una solución a su problema.

Por: Marina Kabat
El empleo tercerizado aparece en el agro mediante cooperativas, empresas de personal eventual y firmas contratistas. El contratismo rural fue importante ya en los orígenes de la agricultura argentina de exportación. Sin embargo, su peso disminuyó a partir de la década de 1930 cuando más chacareros pudieron adquirir maquinaria propia. Desde los setenta, la aparición de maquinaria más potente (y por lo tanto más difícil de amortizar en superficies pequeñas) impulsó nuevamente el contratismo, luego reforzado por la siembra directa. Con la aparición de este nuevo sistema, el productor muchas veces debió optar por trabajar con máquinas propias bajo viejos métodos o emplear el nuevo sistema acudiendo al contratismo.
En la producción cerealera, los contratistas realizan el 80% de la cosecha y entre el 60 y el 70% de la siembra. Como explicamos en nuestro libro Patrones en la ruta, las explotaciones menores no pueden prescindir del contratismo porque no podrían producir en forma competitiva sin recurrir al mismo. En el otro extremo, el contratismo también resulta un aliado clave de los pools de siembra.
En la campaña 2001/2002, una encuesta estimó que 9000 obreros eran empleados por empresas contratistas radicadas en la provincia de Buenos Aires. En la campaña 2005/2006, la última para la que se conocen cifras, su número ya superaba los 17.600. De ellos, 5500 eran obreros temporarios. Muchas veces se trata de maquinistas que trabajan 8 a 10 meses sin descanso, sábados, domingos y feriados. Por eso, a pesar de ser considerados temporales, la cantidad de días que laboran supera a la de un trabajador permanente que tiene fines de semana libres, goza de feriados y de un régimen de licencias adecuado. Dada la gran productividad alcanzada con los nuevos métodos, los equipos de trabajo son reducidos y estos trabajadores se encuentran muy atomizados en pequeños grupos que permanecen muy poco tiempo en cada explotación.
En cambio, las actividades que mantienen su carácter manual requieren un gran número de obreros empleados en forma simultánea en la misma explotación. En este tipo de tareas han cobrado importancia las empresas de contratación de empleados eventuales. Una de las principales firmas del rubro es Manpower. En 2008, entrevistamos a Jorge Rossin, gerente nacional para el Área Rural de Manpower. En este sector, durante 2007, Manpower había firmado 18 mil contratos laborales, el triple que en 2001. Las principales actividades para las cuales reclutan trabajadores son el desflore de maíz, la cosecha de la uva, la caña de azúcar y el arándano. También trabajan con la cosecha de papa que, si bien está mecanizada, continúa recurriendo al empleo manual cuando el campo se embarra demasiado y las máquinas no pueden operar. Las grandes empresas constituyen los principales clientes de Manpower, como la firma Mc Cain (proveedora de Mc Donald's) en el caso de la papa.
Según Rossin, el 95% de los obreros golondrina reclutados por Manpower son oriundos de Santiago del Estero. Por ello, en la entrevista citada manifestó su preocupación por que el empleo público o el desmonte en dicha provincia compitiesen con el empleo rural que su firma ofrece, con lo que, en sus palabras, el santiagueño se estaba transformando en "un bien escaso".
Este verano los medios dieron a conocer la deplorable situación de los trabajadores del desflore de maíz, donde Manpower -en la citada entrevista- aseguraba contratar al 60% de los migrantes empleados. Pero esta actividad se encuentra relativamente mejor paga que otras. Dentro de las producciones rurales en las que Manpower tiene injerencia, Rossin señaló a la de los semilleros como la que ofrecía salarios más altos, seguida por la vid y el arándano. La cosecha de otras frutas y de la papa tenía remuneraciones menores. Los productores de cebolla, entre otros, no son considerados por Manpower clientes potenciales por el grado de informalidad en el que se desarrolla la actividad con trabajadores no registrados y bajísimos salarios. Con esto se evidencia que los casos que trascendieron, lejos de representar las peores situaciones constituyen tan sólo la punta del iceberg, en lo que respecta a condiciones laborales en el agro. Una prueba adicional es que la actividad rural es la segunda con más accidentes laborales. La principal recomendación de la Superintendencia de Riesgos de Trabajo para reducir los siniestros en el agro es restituir "la cadena de responsabilidad solidaria en prevención de salud de los trabajadores". Es decir que los titulares de las explotaciones respondan por la integridad física de los obreros tercerizados que trabajan para ellos.
Tanto la evolución del contratismo como de las empresas de empleo eventual muestran que el trabajo tercerizado tiene un peso creciente dentro de la producción rural. Como en otros sectores, su incremento explica gran parte de la recuperación económica de los últimos años. Recuperación de la cual estos obreros no se han beneficiado. La mayoría de estos trabajadores son temporarios, por lo cual no están comprendidos en los alcances del proyecto de ley sobre trabajo rural, que muchas veces se ha presentado como una solución a su problema. Como UATRE no defiende sus intereses no ha llamado la atención sobre este punto. Esto muestra, una vez más, la necesidad de que los obreros rurales recuperen su sindicato de las manos de la burocracia. La organización de estos trabajadores, si bien enfrenta una serie de obstáculos, no es imposible, como lo prueban las numerosas huelgas que esta fracción de clase tiene en su haber. <

"NO NOS INTERESA SER LA MTV CRIOLLA"

Sonar TV.La idea de hacer un canal estatal enteramente dedicado a la música argentina está pronta a convertirse en una realidad. Lo avala gente del rock, el folklore y el tango.

Por: Juan Manuel Strassburger
Según aseguraron sus propulsores el miércoles pasado en una convocatoria multitudinaria de artistas, Sonar TV -el canal estatal enteramente dedicado a la música nacional- ya tiene "un 80% de aprobación" por parte del gobierno y un lugar reservado en la futura grilla de canales digitales del país.
"Lo que comenzó hace apenas seis meses ya está cerquísima de hacerse realidad", expresó Diego Boris (impulsor junto a Cristian Aldana, del grupo de rock El Otro Yo, de este proyecto que ya cuenta con el respaldo de un inmenso colectivo de músicos y trabajadores relacionados con la actividad) ante un auditorio lleno que seguía con atención sus palabras. "Es el canal que necesitamos para hacer visible toda la maravillosa riqueza y diversidad musical que hay en la Argentina", completó.
El encuentro se realizó en el ECuNHi y contó con las presencias de Teresa Parodi, Víctor Heredia, Miguel Cantilo, Don Vilanova (Botafogo), Raúl Carnota, Mono de Kapanga, Wallas de Massacre y Marcelo Corvalán de Carajo, entre otros. "A partir de lo que pasó con la Ley de la Música nunca sentí que trabajáramos tan colectivamente los músicos populares en este país", aseguró Parodi. Y Carnota agregó: "Nosotros estamos convencidos de que la música es un arte, y como tal, necesita una vía de difusión diferente de la que ofrece la lógica del mercado. Queremos un canal que pueda reflejar justamente lo que los medios privados descartan o no les es funcional a sus intereses."
En charla con Tiempo Argentino, Boris y Aldana, titulares respectivamente de la Federación Independiente de Músicos de la Argentina (FIMA) y de la Unión de Músicos Independientes (UMI), cuentan que la idea de Sonar TV surgió apenas se supo que la llegada de la televisión digital le permitiría al Estado contar con varias señales públicas propias. Si ya estaba asegurada la creación de un canal cultural, otro infantil, uno educativo y otro para el fútbol, ¿por qué no concentrar en una sola señal todo lo referido a la producción musical argentina?, se preguntaron.
Desde entonces, el proyecto reunió más de 10 mil adherentes en su página de Facebook y concretó decenas de reuniones con las asociaciones de músicos de las distintas provincias del país, con el fin de garantizar su perfil federal. "No nos interesa hacer una réplica criolla de MTV sino un canal orientado a producir contenidos federales y que se exprese en diversos formatos", explica Aldana.
El de los contenidos no es un ítem menor: siendo una señal pública y abierta, como se propone Sonar TV, la música elegida será de todos los géneros y estilos, teniendo preferencia por aquellas propuestas que no tienen actualmente una difusión sostenida en los medios masivos de comunicación, pero sin obviar las músicas ya reconocidas. "El objetivo es generar un nuevo punto de equilibrio entre lo masivo y lo que no lo es. Sonar TV no nace en contra de las discográficas o los fenómenos masivos sino a favor de una mejor y más equitativa difusión de la música", subraya Boris.
Por eso, para garantizar la pluralidad de contenidos, el grupo de trabajo detrás de Sonar TV pensó en un Consejo Asesor que actúe como referencia ética del canal, con músicos de la talla de Miguel Cantilo, Rodolfo Mederos, Liliana Herrero y Teresa Parodi, entre otros. "La vida sin la música sería un gran error, estoy convencida de eso. Fundamentalmente porque la música piensa un territorio, piensa una memoria cultural y política de un país. Y yo con la música pienso la Argentina", sostiene en un video de YouTube Herrero, quien junto a otras grandes figuras apoya públicamente el proyecto.
A su vez, por el lado de los formatos, la propuesta de Sonar TV no es sólo pasar "videoclips" o transmisiones de shows en vivo, sino aprovechar el lenguaje y las variantes del medio para hacer interesante lo que se muestra. Así, además de la presentación de álbumes elegidos, habrá envíos periodísticos, documentales, clases de instrumentos musicales y de luthier, entrevistas, musicología, informativos semanales y agenda permanente.
La serie de documentales tendrá un acento especial, ya que la idea es contar la historia de los artistas a partir de los propios protagonistas y a través de narraciones ágiles que permitan entender cómo es que se desarrolló cada corriente musical en el país. "Para nosotros es importante que se entienda que la música nacional no es un fenómeno aislado sino producto mismo del proceso social", remarca Boris.
-¿Por qué es importante para un músico apoyar públicamente un proyecto como Sonar TV?
Diego Boris: -Porque es una manera de empezar a asumir el protagonismo de los músicos en el desarrollo de un arte que amamos profundamente. Nos hicieron creer que sólo debíamos componer y tocar, que iba a haber otra gente que se iba a encargar del resto. Pero la realidad nos mostró que los músicos también tenemos que participar dando nuestra visión sobre todos los aspectos que hacen a la actividad musical. Estamos proponiendo organizarnos como sector para pasar de la ideología declamada a la ideología practicada. Y eso es una actitud bien política. <
Punto de vista
Miguel Cantilo. Músico.
El mundo de la música nacional es tan amplio que no entiendo cómo Sonar TV no se hizo antes.
Dentro de la actividad, existen mucho más ítems de los que la gente puede imaginarse superficialmente. Por eso, la idea es que el canal se ocupe de pasar música, por supuesto, pero también retratar la vida de los intérpretes y compositores, o dar clase de instrumentos, luthería y demás.
Otra cosa importante de Sonar TV es que es un proyecto colectivo: somos muchos los que estamos coordinando para lograr esto, un canal público estatal como los que ya existen pero dedicado a la música. Un espacio donde abordar la temática de manera integral y donde la gente puede indagar e interiorizarse más.
Sonar TV va a proveer un servicio muy amplio porque no va a estar cerrado a un sólo género musical y va a estar enfocado a educarnos e informarnos sobre los movimientos al interior del país. Una propuesta federal a partir de la cual las distintas asociaciones de músicos van a poder tener su canal de expresión, su vitrina.
En resumen: un proyecto de libertad artística que no estará bajo los condicionamientos de las productoras, las multinacionales y todo eso que muchas veces le resta tanto interés a la música.
Martín "Mono" Fabio. Grupo Kapanga
La idea es generar muchos tipos de contenidos
Sonar TV nos va dar a todas las bandas -las under e independientes y las masivas- la posibilidad de mostrar lo nuestro pero en formato audiovisual. A nosotros, como banda con cierta convocatoria, nos corresponde apoyar el laburo que se está haciendo para que este canal salga a la luz: nos parece buenísimo que los músicos se unan y piensen cosas para los músicos.
En los canales de música que existen ahora no pasan material de bandas independientes argentinas salvo, a veces, a la madrugada, cuando la mayoría de la gente ya está durmiendo. A mí me pasó de ver videos muy interesantes, pero recién a las cuatro o cinco de la mañana. De todos modos, la idea es también hacer programas, generar muchos tipos de contenidos de la música argentina. Ojalá se nos dé.
Adrián Dárgelos. Babasónicos
Va a haber mayor circulación de música argentina
Conservar la imagen audiovisual de una divisa exportable como es la que genera la música me parece muy importante. Ya tenemos el ejemplo de Inglaterra, que prácticamente vive de eso, o el caso más cercano de Brasil, cuyos artistas siempre se ven apoyados por el Estado brasileño en diferentes emprendimientos.
Nosotros tenemos el tango, el folklore y el rock nacional, todas vertientes únicas de la música del mundo y me parece que un canal así le daría un desarrollo a la actividad muy importante, además de fomentar la pluralidad de compositores a partir de un espacio que atesore, archive y difunda de una manera distinta a la de cualquier canal comercial.
Considero que tenemos muy buenos compositores, pero no una forma de inserción en el mundo. Yo nunca fui apoyado, ni avalado, ni nada, por ningún gobierno. Además, es complejo traer la divisa que eso genera cuando en otros países tienen ese mecanismo mucho más aceitado. Y que sea una señal digital va en sintonía con el futuro. Va a haber mayor circulación de música argentina. Y siempre es mejor que haya este tipo de espacios a que no lo haya.
Siempre entendí que la música es un patrimonio cultural enorme y lo sigo entendiendo así.
Teresa Parodi. Cantautora.
Hay una música desaparecida en los medios

Siempre hablé de la música como una acción cultural, Siempre me gustó estar en la problemática de cómo generar espacios como Sonar TV. Históricamente hubo una actitud de darle la espalda a lo que se genera acá. Por eso, lo que agrande el espectro es bueno. La música popular argentina se merece tener un espacio como ese, un canal que le pertenezca, donde se pueda escuchar la diversidad de las voces y toda esa riqueza que no está reflejada en la concentración de medios. Hacer visible esa musicalidad marcaría un hito en la historia y en nuestras carreras porque tendríamos una vidriera extraordinaria. Ayudaría a tener esa visibilidad que hoy no tenemos, salvo que integres ese reducido grupo de artistas o conjuntos en constante rotación. Hoy hay una música desaparecida de los medios. Miles y miles de músicos argentinos que hacen lo suyo con belleza y coherencia, pero no están dentro de esa comercialización que sólo busca la eficacia masiva y fulminante. Sonar TV sería el primer paso para revertir esa situación.
Marcelo "Corvata" Corvalán. Cantante de Carajo
Va a hacer que se cuide un poco más el semillero
Por un lado, es una cuestión de que se empiece a dar un espacio donde la música sea cuidada por el gobierno.
Después está la parte personal, donde uno siempre ve que el folklore está bien administrado, que el tango está bien administrado y que la música clásica lo mismo, pero que el rock argentino no tiene esa organización. No tiene gente de la actividad, gente reconocida, para manejar la parte administrativa de un canal de este tipo. Muchas veces pasa que somos los rockeros los que tenemos que estar tocando la puerta por una nota. Entonces Sonar TV va a hacer que se cuide un poco más el semillero, que tengamos más protagonismo en las decisiones estatales.
Necesitamos más apoyo en la representación en vivo de un artista cuando se presenta en el exterior, ya sea en festivales o invitaciones especiales.
La música en la Argentina es muy importante y este canal va a tratar de canalizarlo.

"ME PUTEAN SI PUTEO, Y SI NO PUTEO TAMBIEN"

Creador de un estilo particular, Zambayonny no oculta su simpatía por el kirchnerismo. Compuso la canción oficial del club Olimpo y escribió una novela que se lee en los secundarios.

Por Leandro Filozof

Zambayonny está sentado en un sillón de su departamento, frente a un televisor que transmite un partido de fútbol. En el living, además de su guitarra, hay una mesa ratona con una notebook: confiesa tener una letra horrible y escribe siempre en la computadora. Nunca abandona el mate y ahora también lo acompaña la última edición de Orsai –la revista de Hernán Casciari– y su reciente CD, Búfalo de agua. Zambayonny se niega a sacarse el gorro para las fotos: “Es para molestar porque en realidad tengo una larga cabellera rubia y soy alto”, bromea marcando la pauta de una entrevista relajada y divertida.

–¿Cuál es la principal apuesta del nuevo disco?

–A mí me encanta, estoy muy contento y lo considero de transición. Paso de estar solo con una guitarra en el escenario a presentarme con una banda. De las veinte canciones, doce son con la banda y ocho con guitarra. Pero además hay un tema tecno, hay rock, otro más tranquilo, algunos de humor, otros que no lo son y el cierre con el tema de Olimpo.

–¿Por qué la canción de Olimpo?

–Yo soy hincha de Olimpo y me llamaron de Fútbol para todos para ver si quería grabar el himno. Y cuando fuimos a buscarlo, nos dimos cuenta de que no tenía himno. Yo terminé componiendo la canción oficial.

La figura de Zambayonny creció en muy poco tiempo. En tres meses del 2008 pasó de tocar en un pequeño restaurante de Belgrano a realizar shows en La Trastienda y el teatro ND Ateneo. Lleva realizados cerca de 900 espectáculos en la Argentina y Uruguay. Ahora presentará el nuevo disco el 9 de septiembre (día de su cumpleaños 38) en CellBlock, en Olivos, y el 17 en el Club de la Comedia, en La Plata. Además, se convirtió en un invitado frecuente de varios programas de televisión, entre ellos 6, 7, 8, donde comenzó a verse la otra cara del artista.

–¿El reconocimiento cambió tu forma de componer?

–Hay un cambio, saber que lo que escribís va a ser visto, leído o escuchado por otros. Entonces, por ahí, eso no es una presión sino un condimento: un estribillo que dice alguna cosa, voy a tener que cantarlo en vivo y defenderlo. Puedo defender cualquiera de mis canciones.

–¿Sos autodidacta?

–Sí. Siempre fui de mirar cómo toca la gente o cómo escribe. Soy de analizar canciones pero no he tomado clases. Me harían falta las de canto, las de guitarra no, porque ahora estoy con una banda.

–¿Cómo arrancás con la música?

–Empecé a tocar la guitarra y el teclado de grande, a los 17 o 18 años. Antes había agarrado, alguna vez, una guitarra que tenía mi abuelo. Pero escribir lo hice toda la vida, aunque al principio eran más poemas o cuentos. En casa tengo cajones llenos de poemas que me dan mucha vergüenza.

–¿Poemas románticos?

–No hay otra cosa que eso. Aunque no más cursis que lo que hago ahora. Tenía quince años, claro.

–¿Pensás mostrarlos alguna vez?

–Está bueno, algunas personas escriben diarios y les sirve para recordar lo que pensaban en esa época. Leyendo lo que escribía me doy cuenta de lo que pensaba a los doce años, que fue cuando yo arranqué. Lo leo ahora y me da mucha risa.

–La novela que escribiste, Biografía de un superhéroe, fue muy elogiada.

–Fue elegida por el Ministerio de Educación para todos los colegios secundarios del país. Fue una cosa espectacular. Me da mucha energía para seguir escribiendo. Lo presentamos en la Feria del Libro con un montón de gente. Recibo mensajes todo el tiempo, donde me hablan de capítulos y de los personajes, y la gente va a los lugares donde transcurre la novela y se saca fotos y me las manda. Ahora estoy trabajando en la segunda parte.

–¿Te imaginabas músico o escritor?

–Siempre estuve seguro que iba a tener que ver con eso. Cuando me quedaba solo, en lugar de aburrirme, yo escribía. Si en tus ratos libres escribís, tocás o cantás, te das cuenta de que tu vida sigue por ese lado, aunque tengas una ferretería.

–Las canciones de humor, ¿cómo aparecen?

–Lo hice toda la vida. De chico intentaba hacer parodias, burlas, siempre escribí canciones en broma. El proyecto puntual arranca con la computadora deformando la voz en el 2006. Era una broma con amigos, los asados los domingos, una costumbre que tenemos, llevaba canciones grabadas y nos reíamos mucho. El contraste de poner malas palabras con la voz de Zitarrosa era muy divertido.

–¿Las canciones salen de situaciones o historias de tu vida?

–La mayoría es ficción, no me gusta hacer canciones de gente conocida porque quedan pegadas en mi cabeza y no me divierte. Algunas cosas están porque son observaciones y te divierte un personaje deformado y estereotipado. Pero a la gente le gusta creer que existe la “incogible”.

–¿Tus amigos no se sintieron aludidos en canciones como Las tres cosas de la vida que hablan de alguien “inmortal, impotente y pesimista”?

–Mis amigos saben que toda la vida hice cosas por el estilo. Además, si los puteo, es a la cara y ellos a mí, pero por otras cosas. No van a creer que por elevación les cae una estrofa, pero si les toca, les toca muchachos.

–¿El reconocimiento te permitió hacer un tipo de música diferente?

–De las 120 canciones que tengo, no todas son con malas palabras. El nuevo disco tiene muy pocas. Para mí es un recurso más, jamás levanté esa bandera ni me interesa esa discusión. Llama la atención, sí, de hecho el último disco es mucho más liviano en comparación. Es una elección, yo voy haciendo las canciones que más quiero. Me putean si puteo y también si no lo hago, entonces hago lo que más me divierte a mí. De hecho, en el disco anterior hay canciones que nada que ver. Estoy seguro de que unas palabras sostienen a otras, para romper algunas reglas hay que conocerlas. Para poder meter algunas palabras y que la canción sobreviva a ser escuchada, tiene que haber una segunda lectura. Si no, se descartan rápidamente.

–Muchas de las canciones sostienen una ideología política.

–Desde la primera hasta la última, mis canciones tienen una visión política. Hay mucho texto y es muy difícil separarse de lo que uno piensa. Si ahora parece que tengo una idea política es porque antes no me preguntaban. Pero desde el primer reportaje contesté de la misma manera.

–¿Esa ideología es kirchnerista?

–Me encanta cuando me preguntan: “¿Vos estás totalmente de acuerdo?”. No conozco a nadie que esté completamente de acuerdo con uno mismo. Me ha interesado la política toda la vida. Pero salvo en el principio de Alfonsín, me había costado mucho estar en sintonía con un gobierno. Con la política de derechos humanos, con la política de inclusión y con cierta visión de país que me interesa. Estoy muy cercano al kirchnerismo.

"A PESAR DE LAS CONSPIRACIONES SEGUIMOS ADELANTE CON EL MODELO"

Entrevista a Evo Morales. El jefe de Estado boliviano reivindica la alianza con la Argentina y asegura que Latinoamérica es un ejemplo de resistencia democrática para todo el mundo.

Por Stella Callchi.
      
Con su habitual sencillez y tranquilidad, el presidente de Bolivia Evo Morales Ayma analiza los “nuevos tiempos” de América Latina, la fortaleza que ha significado la integración en todos los aspectos, reivindica este momento como “la hora de los pueblos” y señala que “somos un ejemplo de resistencia democrática” para el mundo, y de verdadera lucha por la descolonización definitiva.
Su voz está levemente afectada por el frío y el cansancio, aunque emocionado por haber recibido el “Honoris Causa” de la Universidad de Córdoba, pero especialmente “el amor, respaldo y reconocimiento del pueblo y los jóvenes”.
Anuncia que se propone visitar al presidente venezolano Hugo Chávez, impactado por la fuerza y el coraje con que anunció su enfermedad y su disposición de terminar su tratamiento en Cuba, y considera un símbolo de la integración y de amistad entre los pueblos el acuerdo firmado con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en estas horas.
“En el tema del presidente Chávez yo recuerdo muy bien cuando Fidel Castro dijo que estaba atravesando un serio momento en su salud cómo festejaban en Estados Unidos y sentí vergüenza humana por los que festejaban. Es increíble. Anoche lo vi a Chávez cundo habló, lo vi algo más demacrado pero bien, con mucha fuerza, en una etapa de recuperación y eso nos alienta. Vimos a medios como CNN y otros dramatizando, especulando. Y me pregunto: ¿acaso porque somos presidentes no tenemos derecho a enfermarnos? ¿De qué dignidad hablan los que festejan la muerte de seres humanos, los que amenazan de muerte a presidentes y políticos que no pueden controlar?”.

 –¿Cómo analiza este nuevo paso dado en las relaciones de Bolivia con la Argentina y su reunión con la presidenta Cistina Fernández de Kirchner?
–El gasoducto Juana Azurduy es un símbolo de integración energética. Energía para el pueblo argentino. Fuimos un ejemplo de lo que se trata la integración, como le hubiera gustado a Néstor Kirchner, que desde que yo llegué al gobierno fue un respaldo constante para mí, una enseñanza permanente. Este acuerdo es parte de un trabajo conjunto de compartir y no de competir. Es ejemplo de complementariedad. Como presidentes de Suramérica nos complementamos, cuando se nos presentan algunos problemas en lo económico, en lo comercial, en lo económico, pero también en lo político. Demostramos ante el mundo que somos capaces de enfrentar las crisis. Nos hemos ayudado mutuamente en diversos momentos y en favor de nuestros pueblos. La Presidenta es una mujer muy inteligente y demostró quién era ante los hechos golpistas y ante el derecho de los pueblos.

 –¿Cómo ve las relaciones complejas de América latina con Estados Unidos en estos tiempos?
–Yo digo que hemos dado pasos muy buenos en nuestro camino de independencia definitiva. En este momento los pueblos de Suramérica y Latinoamérica estamos frente al imperio tres a uno ganando, porque hubo cuatro intentos de golpes de Estado: Venezuela, en 2002, en Bolivia (en 2008) contra este presidente, luego en Ecuador en 2010, todos rechazados por los pueblos. Ganamos tres a uno, como nunca había sucedido y lamentablemente pudieron hacerlo en Honduras, donde hubo y hay mucha presencia popular contra el golpe y una posición muy fuerte en contra del golpismo en países de nuestra región y del mundo.

 –El hecho de que varios países de América latina unidos rechazaran el golpe en Honduras y no reconocieran al nuevo gobierno de Porfirio Lobo, ¿incidió en que éste buscara en forma de salida negociada?
–El golpe como golpe ya no se puede cambiar, pero las negociaciones que ellos (los hondureños) necesitaban por esa actitud que marcó América latina y que estuvieron a cargo de Chávez y otro presidente (Juan Manuel Santos) fueron importantes, se diga lo que se diga, porque que un presidente golpeado, secuestrado, expulsado del gobierno y de su país por los golpistas, haya podido regresar, a pesar de la oposición de los más duros golpistas, es un triunfo político.
Y es un triunfo para el pueblo de Honduras, que nunca dejó de resistir a ese golpe y que ahora se organiza abiertamente. Y habrá muchos temas que seguir allí. Nosotros tenemos la responsabilidad de seguir garantizando esta clase de revoluciones democráticas, revoluciones de voto por voto que es otra experiencia de estas nuevas décadas que podemos marcar desde fines de los ’90 hasta ahora. Procesos revolucionarios, con muchas dificultades para cada paso de avance, pero se va haciendo con votos.

 –En estos últimos días hubo cifras de fuertes avances en la lucha contra el narcotráfico en Bolivia, lo que demostró que se pudo avanzar cuado la DEA (la agencia antidrogas de Estados Unidos) salió del país por su decisión y por reclamo de la propia población.
–Entre los muchos logros en que hemos avanzado hacia un cambio profundo en Bolivia, y considerando que no pueden alcanzarse todas las soluciones en un día porque son siglos de retrasos, nosotros hemos comenzado a organizar nuestra propia lucha contra el narcotráfico. Yo estaba convencido de que la DEA no lucha contra el narcotráfico sino que lo controla con fines políticos. Así lo hemos comprobado nosotros con documentos suficientes. Con fines políticos hacían operativos para implicar a dirigentes sindicales o dirigentes políticos o gobiernos que son antiimperialistas, que son independientes, pero sin la DEA comprobamos que estaba mejor la lucha contra el narcotráfico.
Y esto a pesar del permanente sabotaje de Estados Unidos. Dentro de las políticas de lucha contra el narcotráfico a nivel mundial hay responsabilidades compartidas de las que Estados Unidos se desliga. No invierte en las verdaderas políticas antinarcotráfico, sabiendo que el origen de éste es el mercado. Lamento mucho, porque un mercado ilegal de la coca desvía a nuestra hoja de coca legal a un mercado ilegal que es la cocaína y debía haber una mayor responsabilidad de aquellos a quienes favorece ese narcotráfico.
Nosotros tuvimos la experiencia de los gobiernos amparados por Estados Unidos, cuando los embajadores entraban y salían con plata del Palacio de Gobierno. Ahora no invierten para esa lucha como una presión sobre nosotros. Pero no importa, Nosotros estamos luchando sin cooperación. Estamos luchando sin represión, sin muertos ni heridos, como sucedía antes.

 –En estos tiempos se han reconocido los grandes avances en Bolivia a nivel político y social, la recuperación de recursos estratégicos para el país y la pregunta es cómo usted ha podido manejar algunas movilizaciones.
–Cuando dijimos que íbamos a gobernar obedeciendo era una forma de decir que íbamos a escucharnos mutuamente con el pueblo. Son demasiadas las cosas con las que tenemos que luchar y muchas las deudas con nuestros pueblos tan marginados, esclavizados.
Siempre recurrimos al diálogo; si hay algo que corregir, no lo sentimos como que se gana o se pierde. Ese es un concepto de competencias de un mundo que dejamos atrás. Hemos dado grandes pasos en la conciencia de nuestros pueblos. Hemos logrado mucho y está a la vista de todos. Hemos enfrentado todo tipo de conspiraciones, hemos presentado pruebas y seguimos adelante. También vemos compañeros que a veces son llevados por otros que vienen con discursos fuertes. En nuestro país los que tienen conciencia política saben que lleva mucho tiempo dar vuelto lo que se acumuló con siglos de injusticia. Y hay que escuchar porque también hay mucha demanda acumulada, y cuando se abren las puertas, eso es la democracia, poder exigir bien lo que se necesita. Y tenemos que dialogar los pueblos, porque los poderosos nos quieren sacar todo esto que hemos logrado, una Constitución tan importante. Nosotros mantenemos constantes reuniones con los movimientos sociales y sabemos que nada es suficiente con semejante realidad. Y cada paso que damos es un paso de descolonización externa y también interna. Porque eso es la liberación que necesitan nuestros pueblos,

 –Alguna vez usted puso, como ejemplo, a sindicalistas cocaleros, que cuando fue a trazar programas de ayuda ellos le dijeron que podían continuar resistiendo, porque tenían conciencia, y que fuera a los sectores que más lo necesitaban.
–Sí, eso me emocionó mucho. Me sorprendieron las Seis Federaciones que durante la campaña de 2009 me dijeron: “Compañero Evo, hermano presidente, nosotros vamos a sumarnos a su campaña, los dirigentes comunales, pero ahora no nos traiga nada. Lleve toda esa ayuda a lugares donde más lo necesitan”. Esa es la verdadera compañía revolucionaria de ese proceso. Es un ejemplo de conciencia y dignidad de esos trabajadores que conocen de raíz la situación de Bolivia.

 –Y en lo exterior, ¿cómo ve la integración de América en organismos como la Unión Suramericana de Naciones, o el Alba, que siempre suelen ser golpeadas política y mediáticamente?
–La Unasur no solamente debe ser una esperanza para los suramericanos sino para los pueblos del mundo. Los países de la Unasur tenemos tantos recursos naturales, gas, petróleo, litio, minerales, alimentos, de todo, recursos ambientales, y debemos aliarnos como Estados para darles valor agregado a estos recursos naturales y tal vez tengamos algunos problemas con tecnología, en conocimientos científicos, y sabemos que hay algunos expertos que prefieren trabajar para las transnacionales y no para nuestros países, pero los hay que trabajarían con nosotros para dar esperanzas no sólo a nuestros pueblos sino a todo el mundo. Nosotros somos el espejo donde puede mirarse el mundo en estos momentos, porque estamos construyendo y no destruyendo, Unasur, el Alba creado por Chávez como instrumento de liberación política y económica, de solidaridad y de integración en Latinoamérica, son ejemplos para el mundo.

UN TRIBUTO SENTIDO AL ARCANGEL DEL ALMA

El contenido de  la obra de Facundo Cabral fue él mismo, su propia vida, no de 'cantautor' sino de juglar, de trovador que viaja por el mundo cantando una nueva aurora: la libertad existencial del hombre.

Por:Alberto Daneri

Vivió toda su vida temiendo que lo hicieran callar. Sobre todo luego de "Pobrecito mi patrón". Creía que donde todos piensan igual ninguno piensa, si bien tenía claro que sólo podemos trascender mediante la construcción colectiva de un proyecto. Facundo Cabral, un tipo que de niño había sufrido, tenía calle. Era de esos que saben que si están allí, la historia se hará eco. Nos conocimos en los '60, un tiempo diferente, con poco consumismo, donde teníamos menos para comer y mucho para soñar. En la calle Lavalle al 700, en el bar donde parábamos por las tardes. Yo atendía una oficina cerca y era cinéfilo, vestía de traje; él era un chico grande sin inhibiciones que esgrimía su uniforme de jean. Dos cosas nos unían: nuestra edad duplicada, el amor a las mujeres y un deseo de no atarnos a ninguna a pesar de que cumplíamos los 30.
Para la gente actual los '60 fueron una época mítica; pero quienes la habitamos nos hacíamos preguntas políticas, artísticas y sexuales en busca de mayor albedrío en cualquier ámbito. Había deseo de cambio. Y miedo. Sin embargo, cuando en 1967 murió la actriz Vivien Leigh (a la que amábamos), Facundo hizo suyas sus palabras: "Yo no le tengo miedo a la muerte." Al año siguiente surgió el gran trueno de su éxito. Su voz se incrementó durante esa dictadura de Onganía y fue un hito esencial de la contracultura. Voz que apelaba a la libertad como meta: "No soy de aquí ni soy de allá" semejaba en aquellos años un desafío a la hipocresía reinante. Que en esa canción nombrara a varias chicas le pareció al gobierno un ataque a sus rígidas creencias. No se debe olvidar que los militares entraron con palos a tomar la universidad en La Noche de los Bastones Largos. Y les cortaban el pelo a los jóvenes.
El contenido de su obra fue él mismo, su propia vida, no de "cantautor" sino de juglar, de trovador que viaja por el mundo cantando una nueva aurora: la libertad existencial del hombre. Esa tímida canción brotada en medio de una sociedad represiva, poco a poco se iría tornando en lo que se convirtió: voz de muchos. El cerebro de Facundo elucubraba mediante la palabra. Y eso era un reto. Ponía al aire sus sentimientos, su conciencia. En la batalla por la imaginación vislumbró el espíritu de lo que es el arte y cómo puede ser recibido por el pueblo. Debemos hacerle justicia a ese legado. El juglar era provocador y se arriesgaba. Tuvo un período contestatario; luego los sucesos del país lo enfriaron. Lo cierto es que sus palabras se alzaban en contra de la conformidad. Primero tenuemente, con sus canciones; después les unió la narración oral, de sutil valor testimonial, pues con divertidas anécdotas pintaba la deshumanización. Así colaboró en la gestación de nuestra cultura.
Era de los que no aceptan que les cuenten la historia: anhelan formar parte de ella. Por eso se acercaba a la gente que admiraba. Entendía su poder como icono cultural, y sus canciones estaban tan soldadas a su forma de ver el mundo que llegaron a tener un tinte mágico para el público. Ese estilo llano, sencillo, era la forma que le permitía llegar a cientos de miles. Su narrativa lo acercaba al poeta François Villon. De cierto modo, le escribía al amor y a la justicia, sus dos pasiones. Ajeno a la narcótica neblina capitalista, el dinero no simbolizaba algo cardinal en su vida; lo tuvo a montones y lo dilapidó. No era tampoco un artista autodestructivo (que se droga o se emborracha), sino un hombre que ansiaba cultivarse. Y lo logró. Tampoco le gustaba encerrarse (como a otros artistas) en una cápsula del tiempo y acopiar dinero repitiéndose. Sobre todo cuando creció cultural y emocionalmente. Era distinto a los 60 años del joven que tuvo 30. Floreció tras su inmenso dolor a los 41.
Primero, debió exiliarse en la última dictadura. ¿Quién tiene derecho a definir lo que es lícito moralmente y lo que no? ¿El Poder? Lejos del país, en un evento aéreo murieron su mujer y su hija. Entonces él se derrumbó. Excesivamente flaco y callado, salió a flote recurriendo a la religiosidad y fortaleciendo su ego. Carpe diem (vivir el día) sería su nueva divisa. Cuando volvió, deambulaba en un agónico purgatorio; hasta que se liberó. Decía que dormía en cuartos de hoteles porque había aprendido, desde niño, a vivir con las cosas esenciales. Errado o no, detrás de lo que hacía había una verdad: sonaba sincero, creía en cada palabra, si bien sus historias a veces se contradecían. Nadie puede saber cuánto de cierto o de fabulación colocaba en ellas. Si se enamoraba ponía en la mujer las máximas expectativas. O llegaba la decepción. Una vez alardeó sobre un personaje que había conocido. No creí esa historia, pero ni abrí la boca. Me miró. Dijo: "Me gusta tu franqueza, incluso la de tu mirada." Había atrapado mi pensamiento.
Capturó devotos con limpia simplicidad, mezclando la espontaneidad con el discurso armado. Ya en democracia y en un lapso de enorme éxito, se presentaba casi como un enviado de Dios. Una corporación religiosa lo atacó duramente. Y volvió a irse. Siendo fiel a sí mismo recuperó su identidad, si bien con un matiz de misticismo llamativo, similar a su exacerbado fervor por Borges, mordaz enemigo de la Evita que lo ayudó siendo chico. Facundo pensaba que la muerte era un tránsito. Huía del éxito. En plena cumbre se alejaba, quería hallar su alma en otros lares. Pero ya la poseía. Dignamente soportó diversos dolores que lo fatigaban. Como la espada de hielo que casi le quita la vista. Para mitigar la soledad apelaba a la reflexión. De ese niño pobre y analfabeto pero rico en ambición creadora, hoy subsisten canciones, vivencias y su deseo de paz. Quizá su obra sea una peregrinación sin cruz por el vacío de un planeta sin fe. Él, burbujeante como una copa de champán, vivirá en la memoria de quienes ansían un mundo mejor. <

sábado, 7 de julio de 2012

BRASIL Y EL LARGO CAMINO HACIA LA VERDAD

MIENTRAS SE PONE EN MARCHA LA COMISION DE LA VERDAD, SE REPITEN “ESCRACHES” A MILITARES
En los últimos dos meses, jóvenes protestan frente a domicilios de torturadores, secuestradores y asesinos. Con fotos y folletos advierten a los vecinos que en su edificio vive un criminal que está amparado por la amnistía que rige en el país.

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Por Eric Nepomuceno

Por estos días empezó a trabajar, en Brasil, la Comisión de la Verdad, nombrada por la presidenta Dilma Rousseff en una ceremonia cercada de formalismos y solemnidad. Para empezar, ella invitó al acto a los cuatro ex presidentes de la redemocratización del país, para dejar claro que su intención ha sido la de instaurar una política de Estado, y no apenas de gobierno. Estaban José Sarney –actual presidente del Senado y quien, a lo largo de la dictadura militar que sofocó a mi país entre 1964 y 1985 integró el partido de respaldo político al régimen–, Fernando Collor de Mello, catapultado del poder en 1992 luego de un juicio por corrupción en el Congreso.
Pero estaban también Fernando Henrique Cardoso, que en 1995 pidió perdón, en nombre del Estado, a los torturados, exiliados, presos, asesinados y desaparecidos por la dictadura, además de haber determinado el pago de indemnizaciones a las víctimas y a los familiares, y Lula da Silva, del PT, el primer partido declaradamente de izquierdas a llegar al poder. La Comisión tendrá dos cortos años para investigar un sinfín de crímenes cometidos por agentes públicos durante la larga noche del terrorismo de Estado implantado luego del golpe cívico-militar de 1964. No habrá punición a los culpables. La Suprema Corte brasileña ratificó, en 2010, la validad de una esdrújula Ley de Amnistía decretada en 1979, y que dispuso –en plena dictadura– la autoamnistía a militares y agentes policiales.
Si comparado a lo ocurrido en Chile, Uruguay y, principalmente, Argentina, queda claro que el proceso brasileño viene siendo mucho más lento, débil y frustrante, principalmente para los que creen que mientras haya impunidad no habrá justicia, y que, sin justicia, no habrá plena democracia.
De todas formas, también es justo recordar que aquí mismo, en Argentina, hubo vueltas y pausas, hasta que el país pudiese asumir, en 2003, la vanguardia en ese proceso de rescate y recuperación de su pasado.
Además, y pese a toda la demora y al poco espacio que se vislumbra para la plena aplicación de la Justicia, el proceso brasileño sirvió para empezar a agitar, aunque todavía de manera muy puntual, áreas de silencio y de sombra en la sociedad.
Le costó a Dilma, en primer lugar, aguantar la insolente prepotencia de la insubordinación de los militares retirados. Ese movimiento amainó, pero está lejos de terminar. Ahora mismo, un general retirado, Leonidas Pires Gonçalves, que ocupó el Ministerio del Ejército en el primer gobierno civil luego de la dictadura –la presidencia de Sarney– dijo, al criticar duramente la Comisión de la Verdad, que si se da el caso, las fuerzas armadas podrán reasumir sus responsabilidades.
No hay, que se sepa, ningún diagnóstico clínico atestando que el veterano militar sufre, a sus 91 años, de los males de la demencia senil. Por lo tanto, hay que creer que está lúcido al hacer semejante amenaza.
Habrá, por supuesto, más amenazas de ese calibre. Los militares retirados, al amparo sorprendente del silencio omiso de los en actividad, no pierden oportunidad para manifestar su plena insatisfacción frente a lo que califican de “revanchismo”.
Una de las reacciones, que por cierto cuenta con amplio respaldo de sectores reaccionarios que hasta ahora vivían más bien en silencio –el silencio cómodo y seguramente interesado de la complicidad con la impunidad–, es el anuncio, por parte de integrantes del Club Naval, de la instalación de una comisión de la verdad paralela. O sea, militares retirados harán su propia investigación sobre lo que dicen ser los crímenes practicados por los subversivos, que es como todavía clasifican a los que se levantaron contra la dictadura.
Lo realmente curioso es lo que ocurre al otro lado, es decir, entre los que defienden no sólo la labor de la Comisión de la Verdad, como la necesidad de buscar medios y espacios que se haga justicia.
En los más diversos puntos del mapa brasileño, el Ministerio Público, a través principalmente de fiscales jóvenes, que en su inmensa mayoría siquiera habían nacido durante los años más negros del terrorismo de Estado, piden apertura de juicios contra notorios asesinos y torturadores, ignorando la Ley de Amnistía. Hasta ahora, todas esas iniciativas fueron derrotadas por los tribunales, que argumentan que, con la validad de esa ley anacrónica está asegurada la impunidad de los denunciados.
La secuencia de causas abiertas por las diferentes delegaciones regionales del Ministerio Público, en todo caso, insinúan que el proceso no cesará.
Otro fenómeno jamás experimentado antes –y que los argentinos conocen bien– es el del “escrache”, como se dice aquí, o el “esculacho”, como se dice en Brasil.
En los últimos dos meses, se repiten movilizaciones de jóvenes –siempre los jóvenes que no han padecido la dictadura, lo que quita a sus acusadores el argumento de “revanchismo”– frente a domicilios de torturadores, violadores, secuestradores y asesinos. Distribuyen folletos y fotos, advirtiendo a atónitos vecinos que en su mismo edificio vive un tipo que fue criminal y que se ampara en la impunidad asegurada por una legislación vergonzosa.
Algo es algo. Todavía es una movilización limitada, casi quijotesca, casi sin espacio en los medios de comunicación. Exactamente como empezaron, hace unos treinta y pocos años, las movilizaciones pidiendo el fin de la dictadura, el regreso de los exiliados y la recuperación de la democracia.

PERPETUA PARA MUBARAK Y SU MINISTRO DEL INTERIOR

EL DICTADOR EGIPCIO FUE HALLADO CULPABLE DE LA MUERTE DE CIENTOS DE MANIFESTANTES DURANTE LA PRIMAVERA ARABE
La condena motivó protestas en varias ciudades del país en repudio de la absolución de seis altos funcionarios del régimen. La Corte desestimó los cargos de corrupción que pesaban contra los dos hijos del ex gobernante.
 
El ex presidente egipcio, Hosni Mubarak, fue sentenciado ayer a cadena perpetua por la muerte de 846 manifestantes durante las protestas de la Primavera Arabe. La condena motivó la movilización de opositores y provocó un empeoramiento en la salud del dictador de 84 años, quien fue trasladado en helicóptero a la clínica de la prisión de Tora.
Con un fuerte operativo de seguridad y con una transmisión en directo por la televisión del Estado, el juez Ahmed Refaat dio su veredicto sobre los hechos que llevaron a la caída en febrero de 2011 de quien gobernó con mano de hierro Egipto durante tres décadas. Según el magistrado, Mubarak tuvo la responsabilidad política por los disparos contra los manifestantes, aunque desestimó los cargos de corrupción. Junto con él fue condenado a prisión perpetua el ex ministro del Interior, Habib al Adli, juzgado en el mismo proceso que se inició el 3 de agosto de 2011.
Sin embargo, la Corte desestimó los cargos de corrupción que pesaban contra los dos hijos de Mubarak, Alaa y Gamal –aunque seguirán en prisión preventiva por otro proceso en el que se los acusa de abuso de información privilegiada– y declaró inocentes a seis ex jefes de seguridad por las muertes alegando que se limitaron a cumplir órdenes y que no están claras las pruebas contra ellos.
El juez inició la audiencia con un discurso en el que habló sobre los años de gobierno de Mubarak, un tradicional aliado de Estados Unidos, cuya gestión incluyó una lucha sin cuartel contra el integrismo islámico de grupos como la Jihad Islámica y la Jamaa Islamiya. Mubarak gobernó bajo un estado de emergencia permanente amparado en una ley que suspendía las garantías constitucionales de la población, legalizaba la censura, limitaba toda actividad no oficial y las demostraciones callejeras, como también la organización política opositora. Esa ley recién fue derogada el jueves pasado por la Junta Militar que gobierna desde su destitución. En su fallo, Refaat se refirió al período como una era oscura y a la llamada Revolución del 25 de enero –que duró 18 días y dejó una gran cantidad de manifestantes muertos y más de 6 mil heridos– como el amanecer de una nueva etapa.
El magistrado habló de un juicio justo mientras que los abogados de Mubarak denunciaron errores de procedimiento y la fiscalía pidió la pena de muerte para el ex mandatario. Tanto la acusación como la defensa manifestaron su intención de apelar la decisión del Tribunal. El anuncio de la sentencia fue seguido de gritos en la sala donde Mubarak, serio y escondido detrás de unos anteojos oscuros, lo recibió primero con tranquilidad, pero después sufrió una especie de ataque mientras era trasladado en helicóptero a la clínica de la prisión de Tora. Según informó el diario The Independent, un medio estatal reportó que fue un ataque al corazón. Los oficiales revelaron que después de la sentencia, el ex mandatario lloró y se resistía a dejar el helicóptero que lo trasladaba.
Los parientes de los manifestantes asesinados, quienes estaban reunidos en el tribunal de El Cairo a la espera del veredicto, respondieron con alegría al extenso encarcelamiento, pero sus celebraciones perdieron fuerza ante la noticia de las absoluciones. Además se produjeron escenas de tumulto y caos porque algunos opositores esperaban la pena de muerte. Una reacción similar se observó en la plaza Tahrir, en el centro de El Cairo, donde se produjeron enfrentamientos. La policía informó de choques entre los familiares de los manifestantes muertos y los seguidores de Mubarak, en los que hubo al menos 24 heridos.
Miles de opositores tomaron las calles de otras ciudades para protestar con slogans contra el Ejército que ha gobernado el país desde febrero y exigiendo su ejecución tras considerar que la condena fue “tibia”. En Alejandría (norte), entre cuatro mil y cinco mil personas se manifestaban y en Ismailiya, en el canal de Suez, había aproximadamente 1500.
La organización defensora de los derechos humanos Human Rights Watch señaló que la sentencia es un mensaje al futuro presidente del país, que ahora sabe que un día puede responder ante la Justicia por sus actos. Sin embargo, lamentó la decisión del tribunal en relación con los altos cargos del Ministero del Interior, que puede ser interpretada como una carta blanca para nuevas violaciones de derechos humanos.
En sintonía, la Hermandad Musulmana de Egipto condenó la absolución de los seis funcionarios. “Esta sentencia abre la pregunta: ¿Quién mató a los mártires si los líderes de la policía son declarados inocentes?”, dijo el grupo en un comunicado. Más radical se mostró su candidato, Mohammed Mursi, quien insistió con la pena de muerte para Mubarak. Mursi se enfrentará en la segunda vuelta de las elecciones con Ahmed Safiq, último primer ministro del régimen, quien se ha convertido en uno de los principales objetivos de la ira de los manifestantes. Mursi lo acusó de participar en las maniobras de ocultación de las pruebas que hubieran permitido condenar a los responsables del aparato de seguridad del dictador cuando era su primer ministro. Shafiq aseguró que si resulta electo en el ballottage del 16 y 17 de junio no revocará la sentencia contra Mubarak intentando desvincularse de las críticas que lo señalan como el sucesor de facto del derrocado régimen egipcio.

GENOCIDIOS

El exterminio de los judíos europeos durante la Segunda Guerra Mundial se inspiró en el genocidio del pueblo armenio al promediar la Primera. Un llamativo paralelo entre las racionalizaciones del régimen nazi de Alemania y las de la dictadura argentina de 1976- 1983. Los apoyos eclesiásticos y empresariales con que contaron y los argumentos con que intentaron justificar sus crímenes.

Por Horacio Verbitsky

El asesinato masivo de la población judía europea durante la Segunda Guerra Mundial se inspiró en el genocidio del pueblo armenio que comenzó al promediar la Primera Guerra Mundial. A su vez, la política concentracionaria y exterminadora del nazismo tuvo un reflejo sudamericano a partir de 1976, en lo que los militares argentinos consideraban la Tercera Guerra Mundial. El Holocausto se llevó a cabo mediante un encuadre jurídico y en forma gradual, lo que venció las resistencias y facilitó la subordinación de la sociedad y del aparato estatal, incluyendo las Fuerzas Armadas alemanas. El primer campo de concentración, Dachau, se inauguró en 1933, en cuanto Hitler fue electo, para alojar a cuadros de los partidos comunista y socialdemócrata. Luego vino la prohibición de los sindicatos y la creación del partido único. La persecución a los judíos, que a su vez recorrió distintas etapas, comenzó por la cultura y la economía, contra periodistas y banqueros, alcanzó luego a la universidad y a los profesionales de la medicina y el derecho. Más adelante se creó un registro de propiedades, se prohibió que los judíos practicaran el comercio y la agricultura. En momentos sucesivos se obligó a que antecedieran sus nombres con Sara o Israel, se les vedó usar armas, se expropiaron sus bienes, sus hijos fueron expulsados de las escuelas, se les privó de cualquier beneficio previsional. Después se decretó que no podían salir de noche, tener aparatos de radio, vivir en cualquier barrio, manejar vehículos, ir al cine, al teatro, los museos y las bibliotecas. Completaron el cuadro asfixiante la imposición de trabajos forzados, la requisa de joyas, oro y hasta cubiertos de plata, la rescisión de los contratos de alquiler, el uso obligatorio de una estrella amarilla y el confinamiento en ghettos, recién en 1939. Tampoco el ascenso de Hitler al poder absoluto fue instantáneo. Primero fue designado supremo magistrado judicial, luego censuró la prensa y el arte, consiguió que se unificaran los cargos de presidente y canciller, en una fase posterior fue designado máximo jefe militar y más tarde abolió la autonomía de los lander, los estados provinciales. El antecedente del genocidio del pueblo armenio, ejecutado entre 1915 y 1920 por el régimen nacionalista conocido como de los jóvenes turcos, y el estudio sobre las distintas etapas de la persecución a los judíos alemanes, provienen de la Historia de la solución final, escrita luego de diez años de trabajo por el juez federal Daniel Rafecas. Un millón y medio de armenios fueron conducidos a los desiertos de Siria y Anatolia para que allí murieran lejos de la mirada del mundo. Los armenios fueron sindicados como el enemigo interno a depurar y la guerra mundial fue la ocasión para exterminarlos, bajo guisa de deportación masiva.
Aunque el paralelismo con la dictadura argentina no es el objetivo del autor, el material que transcribe permite completar esa parábola impresionante. Como magistrado Rafecas realizó la instrucción más completa sobre crímenes de lesa humanidad, en la causa del Cuerpo I de Ejército. Con el mismo método trabajó como historiador a partir de la copiosa bibliografía internacional existente, que ordenó en forma cronológica para exponer la progresión del proyecto criminal. El Holocausto no fue un arrebato irracional, sino una expresión de la modernidad, la burocracia y la producción industrial, sostiene. Aunque se trata de un libro de historia, por fortuna escrito en buen castellano y no en jerigonza judicialés, no refleja el impacto de la derrota en la Primera Guerra Mundial y de las reparaciones impuestas por los vencedores, con las consecuencias devastadoras que nadie retrató con la profundidad de Georg Grosz y Otto Dix. En cambio, es detallista en la descripción de las sucesivas medidas que a lo largo de doce años condujeron a un resultado espantoso, imprescindibles para no minimizar en el presente señales que deberían encender a tiempo todas las luces de alarma.

Licencia para matar

En 1938 tuvo lugar la conferencia de Evian, donde los aliados se negaron a recibir a los refugiados judíos que por entonces Hitler quería expulsar de Alemania. Tampoco asistió a esa conferencia la Oganización Sionista. La explicación de esa llamativa ausencia consta en otro libro, del periodista israelí Tom Segev, El séptimo millón. La dirigencia que encabezaba David Ben Gurion sentía la emigración de judíos hacia otros países como una amenaza al Sionismo. Para impedirlo llegó a negociar con la sección de la Gestapo que dirigía Adolf Eichmann que los judíos que Hitler quería expulsar de Alemania sólo se dirigieran hacia Palestina. También la Argentina, Uruguay, Paraguay, Chile, Brasil, Colombia, Panamá y Canadá rechazaron a los refugiados que llegaron en barcos a sus puertos, donde se les impidió desembarcar, recuerda Rafecas. Ese capítulo de la catástrofe forma parte de una de las primeras novelas que escribió mi padre, En esos años. De acuerdo con los académicos Philippe Burrin y Saul Friedlander, cuando Hitler hablaba de aniquilar a los judíos, en 1939, se refería a su existencia como comunidad y todavía no al asesinato masivo de los individuos que la componían. Es imposible no asociar estas disquisiciones con las que sucedieron en la Argentina acerca del significado del verbo aniquilar en los decretos firmados por Isabel Martínez e Italo Luder. En el juicio de 1985, la defensa de los ex Comandantes argumentó que habían cumplido con las órdenes de un gobierno constitucional, aunque no pudieran explicar en forma congruente por qué acataron sólo esa orden y desconocieron el resto de las disposiciones institucionales. Como testigo, Luder defraudó esas expectativas y dijo que la orden de “aniquilar el accionar de los elementos subversivos” se refería a privarlos de la voluntad de combate y no a matarlos. Este año, Videla terminó por reconocer que para continuar la represión no era necesaria la toma del poder, por lo que el golpe de 1976 fue un error político que les quitó legitimidad. Pero aún así, insiste en que Luder les había dado “licencia para matar”. La similitud entre algunos aspectos de los procesos alemán y argentino recorre asombrosos vericuetos. Durante los años de la Segunda Guerra Mundial, la colectividad alemana en la Argentina tuvo un órgano de expresión opuesto al nazismo, el diario Argentinisches Tageblatt, propiedad de la familia de Roberto y Juan Alemann. Sin embargo, cuando el terrorismo de Estado se incubaba en la Argentina, ese mismo diario publicó un editorial en el que sostenía que “el gobierno podría acelerar y facilitar ampliamente su victoria actuando contra las cabezas visibles, de ser posible al amparo de la noche y la niebla y calladamente, sin echar las campanas al vuelo. Si Firmenich, Quieto, Ortega Peña entre otros, desaparecieran de la superficie de la tierra, ello sería un golpe fortísimo para los terroristas”. Días antes había muerto Perón, días después fue asesinado Ortega Peña. Los hermanos Alemann fueron parte fundamental en los equipos económicos de la dictadura, Juan con Videla, Roberto con Galtieri. Forman parte de esa capa de la burguesía argentina que desde 1955 en adelante avaló las peores atrocidades con la imperturbable buena conciencia de quienes creen que la democracia es el gobierno de los democráticos. O como la caracterizó Walsh: “Las sagradas ideas, los sagrados principios y, en general, las bellas almas de los verdugos”.

De Madagascar a Siberia

El exterminio del pueblo judío recién comenzó a programarse cuando la resistencia británica a los devastadores bombardeos alemanes frustró el trasplante forzoso de todos los judíos a la gigantesca isla africana de Madagascar. En la etapa siguiente, iniciada con la invasión alemana a la Unión Soviética, Madagascar fue sustituida por Siberia. Las pugnas entre distintos sectores de la burocracia nazi por la conducción de la política antisemita, entre las SS, las oficinas de asuntos judíos de los ministerios del Interior, de Relaciones Exteriores y de Justicia, la Gestapo y los gobernadores de las naciones europeas ocupadas, evocan las disputas entre Videla y Massera durante la guerra sucia militar contra la sociedad argentina, el rol que el jefe de la Marina atribuyó a la ESMA como instrumento en su lucha por el poder político y el eje que conformó con los jefes de cuerpos de Ejército Luciano Menéndez y Carlos Suárez Mason. Al comienzo, Hitler se propuso “eliminar a la intelectualidad judeo-bolchevique”. Aplicaba a los judíos el mismo término con el que conduciría su campaña la dictadura argentina: la subversión. Massera era antisemita y en la conferencia que dio luego de recibir la distinción que le otorgó Bergoglio acusó a Marx, Einstein y Freud de todos los males de la sociedad contemporánea. Videla, Viola y Galtieri nunca se declararon antisemitas y no se proponían exterminar a los judíos sino a “los subversivos”, pero es bien conocido el plus de crueldad que padecieron los prisioneros judíos en los campos de concentración, en algunos de los cuales se utilizaron cruces svásticas, retratos y discursos de Hitler. Cuando las Naciones Unidas adoptaron en 1948 la Convención sobre la Prevención y la Represión del Crimen de Genocidio, lo definieron como “la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, como tal”. Stalin impidió que incluyera también a los grupos políticos, porque temía que pudiera aplicarse a su gobierno. Tuvo que pasar medio siglo para que el juez español Baltasar Garzón y la sala penal de la Audiencia Nacional de Madrid interpretaran en la causa por los crímenes de la dictadura argentina que la definición de “grupo nacional” comprendía a cualquier “grupo humano diferenciado, caracterizado por algo, integrado en una colectividad mayor”.

Aprobación moral

El primer tratado internacional que Hitler celebró fue el Concordato con el Vaticano, representado por su secretario de Estado, cardenal Eugenio Pacelli. Garantizaba la libertad de profesar la religión católica, consideraba a los sacerdotes empleados públicos protegidos por el Estado y reclamaba que los obispos prestaran juramento de lealtad al Reich y sus gobernantes. Hitler lo interpretó como la aprobación moral de la Iglesia a su política de persecución “contra la judería internacional”. Pacelli lo negó, pero él mismo se había expresado con desprecio por los judíos. El archivo del Vaticano guarda una carta suya firmada y anotada a mano, en la que narra su presentación en 1919 como nuncio ante uno de los fugaces gobiernos revolucionarios de Baviera, a la que considera “sometida a la tiranía revolucionaria judeo-rusa”. Describe esa sede como “el mismísimo infierno”, en el que le llamó la atención “una banda de mujeres jóvenes, de dudoso aspecto, judías como todos los demás, dando vueltas sin hacer nada por todos los despachos con ademanes libidinosos y sonrisas sugerentes. La jefa de esa chusma femenina que lo supervisaba todo era la amante de Levien, una joven rusa, judía y divorciada. Ese Levien es un joven de entre treinta y treinta y cinco años, también ruso y judío. Pálido, sucio, con ojos de drogado, voz ronca, vulgar, repulsivo, con un rostro a un tiempo inteligente y taimado”. Mientras Pacelli era nuncio en Baviera, su amigo el cardenal Achille Ratti cumplía la misma función en Varsovia. Llegó allí con el encargo de atender a la situación de los judíos, perseguidos por los católicos polacos. Lejos de ello, alertó al Vaticano sobre el peligro que suponían los judíos, a quienes consideraba la fuerza principal del bolchevismo. Ratti y Pacelli no eran dos cardenales del montón: ambos ascendieron al trono de Pedro, con los nombres de Pío XI y Pío XII. Hitler sabía cómo tratar con la jerarquía católica. Al obispo de Onsnabrück, Hermann Wilhelm Berning, le dijo que “durante 1.500 años la Iglesia ha considerado a los judíos como seres nocivos, los ha exiliado en ghettos, porque reconoció cómo eran. Este peligro dejó de verse en tiempos del liberalismo. Yo retrocedo en el tiempo y hago lo que se hizo durante 1500 años”.

Sopesar cada palabra

En 1937, aquel nuncio en Polonia devenido Papa firmó la Encíclica “Mit brennender Sorge”, que ni siquiera menciona la persecución a los judíos y, lejos de condenar al racismo, lo considera “necesario y honorable”. Pío XI sólo dijo allí que la Iglesia era una y la misma para todas las razas y las naciones. Es decir, puso el acento en la Iglesia y no en el racismo nazi. Una ambivalente referencia a Cristo decía que “tomó Su naturaleza humana de un pueblo que lo crucificaría”, lo cual reforzaba el antisemitismo teológico en el que, como señala Rafecas, se basaba Hitler. “Mit brennender Sorge” informaba que el Episcopado alemán había recomendado moderación y sopesado cada palabra para no endurecer con su severidad el corazón de los fieles. El cardenal Raúl Primatesta usó casi la misma frase cuando le dijo a Videla que la Iglesia medía cada palabra porque conocía “el daño que se le puede hacer al gobierno”. Aunque la Encíclica reclamaba por el envío de sacerdotes a campos de concentración, anunciaba que seguiría con su mano tendida para restaurar la paz entre la Iglesia y el Estado nazi. Aun este texto conciliador disgustó al presidente del Episcopado alemán, cardenal Adolf Bertram, quien había sugerido que en vez de una Encíclica Pío XI enviara una carta reservada a Hitler. La reserva, el ocultamiento de todo lo que sus integrantes sabían, fue también la política central del Episcopado argentino en la década de 1970. En mayo de 1976 catorce de los 57 obispos que asistieron a la Asamblea Plenaria del Episcopado informaron sobre los secuestros, torturas y asesinatos que sucedían en sus diócesis desde el golpe de marzo, pero una vez enterados, por votación de 38 contra 19 decidieron no difundirlo.
El fracaso de sus ejércitos en Leningrado y Moscú y el ingreso de Estados Unidos a la guerra luego del bombardeo japonés a una base en el Pacífico frustraron el plan Siberia. Recién entonces Hitler pasó a ejecutar la “solución final”, que constituía sobre todo un problema de logística y escala de producción. La descripción que Rafecas hace de estas cuestiones recuerda la respuesta que dio Jean-Luc Godard cuando le preguntaron por qué había rodado una película sobre la guerra de Argelia pero no sobre el Holocausto. Contestó que sólo podría filmar un diálogo entre dos verdugos sobre los trenes que no llegan a horario, la escasez de personal y la mala calidad del gas, y que esa película sería insoportable. Tal vez por eso, el nazismo recurrió al uso de eufemismos, como “el reasentamiento” o “el transporte”, tan parecidos a “el traslado” que usaba la dictadura argentina. La respuesta a esos problemas técnicos fue la escala industrial del exterminio que se comenzó a aplicar en los lager de Auschwitz-Birkenau, con la colaboración de grandes empresas alemanas, como Siemens y Krupp. Este es un dato de especial relevancia en la Argentina de hoy, cuando la Justicia comienza a investigar la complicidad de los hombres de negocios con la guerra sucia. Si empresas alemanas construyeron los hornos y suministraron el gas, empresas argentinas recibieron en sus plantas a las tropas militares, les suministraron información sobre los activistas gremiales y políticos que debían desaparecer y hasta les proporcionaron vehículos para transportar a los secuestrados, como la firma Ledesma en la Noche del Apagón.

Métodos más humanos

Otra asociación que salta a la vista se refiere a las justificaciones del nazismo y de la dictadura argentina para sus métodos bárbaros. En las primeras semanas de la invasión hacia el Este, grupos de tareas que acompañaban al Ejército alemán fusilaron a decenas de miles de judíos en Lituania, Polonia, Letonia, Ucrania y Bielorrusia. Pero cuando se trató de eliminar también a mujeres, niños y ancianos fueron precisos otros procedimientos que requirieran una cantidad menor de ejecutores y que fueran “más eficientes e impersonales”. Para Himmler, las cámaras de gas constituían “métodos más humanos”. Comenta Rafecas: “por supuesto, para los ejecutores”. Esa frase tiene una inocultable familiaridad con la que el Comandante de Operaciones Navales usó para comunicar a toda la oficialidad de la Armada que los prisioneros serían arrojados al mar desde aviones. El vicealmirante Luis Mendía les dijo que ese método fue aprobado por la jerarquía eclesiástica, porque lo consideraba “lo más humanitario”, una “forma cristiana y poco violenta”, según narró uno de los asistentes, el Capitán de Fragata Adolfo Scilingo. Así podían evitar la mirada de las personas que iban a matar, no recordar ni un grito.
Un problema no menor, allí y aquí, era el de la justificación de los asesinos ante sí mismos. Así surgió la idea de evitar “la venganza, sobre nuestros hijos y nietos”, que Himmler transmitió a todas las unidades ejecutoras. Salvando las debidas distancias, porque en la Argentina el plan no fue asesinar a los hijos de los subversivos sino privarlos de su identidad y su historia, la racionalización fue similar. La formuló el general de Justicia Carlos Horacio Cerdá, el cerebro jurídico de los sucesivos presidentes militares, desde Videla hasta Bignone, autor de la ley de autoamnistía: “Las Fuerzas Armadas han establecido como doctrina que los hijos de subversivos no se eduquen con odio a las Fuerzas Armadas. Para eso se decidió entregarlos en adopción a otras familias”, le dijo a Emilio Mignone. Durante el gobierno de Fernando de la Rúa, el ministro de Defensa Horacio Jaunarena propuso a Cerdá a las Naciones Unidas como “experto independiente” que supervisaría la aplicación del derecho humanitario en conflictos armados. Advertido por el CELS, el entonces canciller Adalberto Rodríguez Giavarini retiró esa candidatura perversa.

La estrategia de la impunidad

Rafecas se formula una pregunta que me hice a mediados del siglo pasado, como adolescente judío en la Argentina: ¿Cómo fue posible que hubiera tan escasa resistencia colectiva al genocidio, con excepciones heroicas pero tardías, como los levantamientos en lo que quedaba de los ghettos de Varsovia y Bialystok? Hubo sí, gestos individuales, como el suicidio del presidente del Consejo Judío de Varsovia, Adam Czerniakow, quien no aceptó entregar a la muerte a los niños de su pueblo como le exigía el ocupante. Un último rasgo que enlaza al genocidio de los armenios con el Holocausto y con los crímenes de la dictadura argentina es la estrategia de la impunidad, como parte del plan de exterminio. Las biografías de los sobrevivientes de la Shoah refieren las arengas de los verdugos: si alguno escapara, ¿quién se molestaría por escuchar su relato en vez de la verdad del vencedor? Tuvieron que pasar siete décadas para que el genocidio de los armenios fuera reconocido por las Naciones Unidas y ocho para que una investigación académica, la de Vahakn Dadrian, lo reconstruyera en detalle. Tal vez sea un exceso de optimismo pensar que si hubiera sido castigado a tiempo no se hubiera producido el Holocausto. Pero aún así, esta secuencia muestra la importancia de la Verdad y de la Memoria, como camino hacia la Justicia.