jueves, 31 de octubre de 2013

EEUU TAMBIEN ESPIA A FRANCISCO

POR JULIO ALGAÑARAZ


Controla las llamadas del Vaticano, reveló la revista Panorama. Y vigilan a Bergoglio desde el Cónclave de 2005.



Los servicios de inteligencia norteamericanostienen en la mira del espionaje al papa Francisco y controlan las comunicaciones que van y vienen del Vaticano. Interceptaron todas las comunicaciones en las semanas anteriores al Cónclave de marzo que eligió a Jorge Bergoglio como 259° obispo de Roma y alargaron la gran oreja electrónica a la Casa Internacional del Clero, en el centro de Roma, donde el arzobispo de Buenos Aires se alojaba en los días previos al Cónclave y cada vez que venía a Roma por sus actividades eclesiásticas. Todo esto lo reveló ayer el semanario Panorama, en un adelanto del servicio que publicará en su edición de hoy.
Hay mucho más.
Panorama recuerda que Bergoglio estaba rigurosamente vigilado por los formidables medios cibernéticos de la NSA (la Agencia Nacional de Seguridad) norteamericana y la CIA, la central de inteligencia de EE.UU., según una revelación sobre el espionaje en la Argentina que fue publicada entre los documentos del portal WikiLeaks de Julian Assange, ahora asilado en la embajada ecuatoriana en Londres.
WikiLeaks reveló despachos de los servicios secretos norteamericanos en los que señalaban a Jorge Bergoglio como un papable en el Conclave de 2005, en el que el cardenal de Buenos Aires fue el rival del cardenal Joseph Ratzinger. Bergoglio llegó a conquistar 40 votos en la segunda votación y pidió a los purpurados que lo preferían que sufragaran por el futuro Benedicto XVI.
Otro despacho revelado por WikiLeaks refería la “mala relación” entre Bergoglio y el presidente Néstor Kirchner.
Las revelaciones de Panorama, que es propiedad del magnate y líder político conservador Silvio Berlusconi, provienen de los documentos dados a conocer por otro norteamericano, Edward Snowden, que trabajaba para la NSA y que hoy está refugiado bajo la protección del gobierno ruso.
En este segundo gran escándalo, llamado “Datagate”, el sitio Cryptome de Internet aseguró hace unos días que en sólo dos meses (diciembre 2012-enero 2013), la NSA interceptó 46 millones de llamadas telefónicas y comunicaciones via Internet. Los servicios secretos italianos dijeron que de esto no sabían nada.
Ayer, también el vocero pontificio, padre Federico Lombardi, explicó que “no tenemos ninguna información y tampoco ninguna inquietud”, como diciendo que también la NSA está en las manos de Dios.
EE.UU. naturalmente rechaza de plano las acusaciones de que haya espiado a 35 líderes europeos y a los ejecutivos de las grandes empresas. Emponzoñó el escándalo aclarando que se trataba de “datos suministrados” por las mismas agencias europeas.
La certidumbre de que todas las comunicaciones en el Vaticano, incluso las llamadas que van y vienen en la Casa de Santa Marta, donde reside Francisco, son controladas por el Gran Hermano electrónico de la NSA, ha acentuado el hermetismo tras los muros y entre los jardines y sacros palacios, donde hay tantos secretos y esqueletos en los armarios que guardar.
Al parecer, las espiadas se concentraron también en las actividades del IOR, el llamado banco del Papa, célebre por sus escándalos financieros y las luchas internas entre altos prelados y cardenales emboscados que caracterizaron los últimos años del pontificado de Benedicto XVI, que hoy vive dentro del Vaticano, sereno e interceptado como todos.
En el caso del IOR, los controles fueron mayores para seguir las andanzas del alemán Ernst von Freyber, que en febrero de 2013 fue nombrado por el Papa Ratzinger, quien ya había anunciado su retiro para fines de ese mes.
Detrás del nombramiento estaba en realidad el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado, ahora reemplazado por decisión de Francisco. Según Panorama, las llamadas interceptadas en los palacios y edificios de la Santa Sede, incluso los que no están en la Ciudad del Vaticano, se archivaban bajo cuatro clasificaciones: “Intenciones de liderazgo”, “Amenazas al sistema financiero”, “Objetivos de política exterior” y “Derechos Humanos”.
Panorama señala también en su edición de hoy un documento “top secret” revelado por Edward Snowden. En el anexo de la embajada norteamericana de Roma, en via Sallustiana 49, existe una célula de la “special collection service”. Se trata de un núcleo mixto de técnicos especializados de la NSA y de la CIA. Según Snowden, en Europa hay 20 de estas células, que en todo el mundo serían 80. Tal vez en las insonorizadas cámaras del edificio se cocinaba parte del espionaje al papa Francisco.

Fuente: Clarín.

martes, 29 de octubre de 2013

"LA MÚSICA ME SIRVIÓ PARA ENSEÑAR A LOS CHICOS LA LECTURA Y LA ESCRITURA"

Entrevista a Fortunato Ramos. El autor del poema "No te rías de un colla" dialogó con Tiempo sobre su vasta experiencia como maestro rural y el origen de su literatura. Escritor, coplero, acordeonista y erkero, es un incansable difusor de la cultura quebradeña.

Por Alejo Luna.


Cuando en julio pasado Cristina inauguró la tercera edición de Tecnópolis en Villa Martelli, un chico de poncho y sombrero jujeños, alumno de la puneña Escuela Nº366 de Loma Blanca, recitó "No te rías de un colla". Eyen, que así se llama el niño, logró conmover hasta las lágrimas, tanto a los presentes como a los millones de personas que seguían el acto por televisión. El autor de ese poema, el maestro rural Fortunato Ramos (Coraya, 1947), es conocido fundamentalmente por su condición de músico folklórico: acordeonista, erkero, cantor y coplero, alcanzó notoriedad acompañando a Jaime Torres, primero, y más recientemente, a Divididos. Además, todavía es recordada su participación en La deuda interna (1988), la película protagonizada por Juan José Camero que el también jujeño Miguel Pereira basó en sus relatos sobre Verónico Cruz, acaso su alumno más querido.
Fortunato vive en Humahuaca y su casa se abre como peña todos los días para recibir contingentes de turistas que llegan a la Quebrada atraídos por su paisaje agreste y su cultura ancestral. En una vitrina junto a la entrada del local se exhiben sus libros (Poemas costumbristas de un maestro rural; Los runas y changos del alto; Costumbres, poemas y regionalismos; El colla, sus costumbres, sus paisajes, su cultura; y Personajes de la Quebrada de Humahuaca) y sus ocho discos grabados como solista o acompañado de los grupos Cacharpaya y Los hijos de Humahuaca, o junto a otros artistas quebradeños como Tomás Lipán y Mónica Pantoja, en los que interpreta carnavalitos, cuecas, bailecitos y otros ritmos folklóricos de esta región de los Andes. Lo que pocos saben es que Fortunato trabajó toda su vida como docente, desde que egresó como maestro rural regional de la Escuela Normal de Humahuaca: "A mí me toca hacer la docencia en épocas en que no habían caminos carreteros ni a las localidades cercanas, en muchos casos. La ruta 9 que une Jujuy con La Quiaca era un camino de tierra; y un colectivo tardaba desde Humahuaca hasta San Salvador de Jujuy seis horas. En ese tiempo también corría el tren, un tren de pasajeros y trenes de carga, que después se suspendieron. Los caminos vecinales a las escuelas rurales no existían; la mayoría de los docentes tenía que ir a pie. A mí me tocó la escuela de Santa Ana, que está a 80 o 100 kilómetros de Humahuaca cruzando una gran cadena montañosa que se llama Zenta, que llega a los 5200, 5300 metros de altura, y a la que he cruzado 36 veces. Al estar en esa altura, uno encuentra la razón por la que el hombre de ese lugar defiende su tierra, sus animalitos, sus cosechas, que son todos productos para el consumo en lugares muy alejados, lugares inhóspitos. Entre esas montañas, hay muchas escuelas rurales. La más alejada de Jujuy, que se llama Santa Ana, esa es mi escuela, mi primera escuela, en la que estuve seis años viendo la necesidad de que el chico del lugar se identifique a sí mismo, porque a veces llegaban los días festivos, los días patrios, los días de la madre, los días del niño, y el chico tenía que leer del libro de lectura que le llegaba de Buenos Aires cosas que no conocía. Por eso escribí el poema "Yo jamás fui niño", después escribí "No te rías de un colla"; o hablo de "La mama de los cerros", títulos que van surgiendo por necesidad para cada una de las fechas del efemérides escolar. Esa ha sido la principal razón de escribir. Y ya son como cuarenta años que estoy escribiendo...

–¿Sentía una vocación fuerte como para sobrellevar estas dificultades y ejercer su trabajo?
–El maestro nace para ser maestro. En la escuela yo distraía todas mis horas con los chicos; y les escribía, por ejemplo, algunas pequeñas obras de teatro costumbrista. 
–¿La necesidad de escribir nació de la misma docencia?
–Cada fecha que venía me ponía a escribir; y también para el mismo método de enseñanza. Es imprescindible que el chico tenga ritmo en el contar, en el hablar, en el cantar. Y mi valioso aporte ha sido el acordeón en mis manos. Yo toco el acordeón desde los 14, 15 años, y ha sido uno de los medios por los cuales pude estudiar. Soy hijo de una familia muy pobre. Soy hijo de arrieros; así que conozco toda la Quebrada, pero caminando. Mi padre llevaba cargamentos en burros a El Aguilar, un centro minero muy importante al que se llega caminando un día o un día y medio, con los burros cargados, llevando la mercadería, el vino, la sal. Acampábamos al aire libre, y mi tarea de ayudante de arriero era tenerlo al burro mientras él cargaba, y cuando lo descargaba mi tarea era maniarlo para que no se vuelva. Cuando llegué a esa escuela de Santa Ana me puse a escribir para que el chico entienda; y a hablar con los vecinos para que ellos entiendan. Yo era uno más de ellos, no me tenían ninguna desconfianza, ningún recelo; al contrario, me llevaban a sus casas y pasaba los fines de semana con algunos de los vecinos en sus fiestas, con sus chicos. Por eso la necesidad de escribir que tuve. Inclusive el método propio para poder enseñar, porque el maestro es creativo, inventa su método de acuerdo a las circunstancias, a los chicos. Para mí era muy fácil puesto que tenía en mis manos el acordeón a piano que heredé de mi padre, al que también le gustaba tocar. Ese acordeón me acompañaba para las fiestas patrias, para cantar con los chicos, para enseñarles la matemática, para enseñarles a bailar, a hablar. Uno crea y va inventando los métodos con la ayuda de la música.
–¿Inclusive para enseñar a leer y escribir?
–El acordeón sirve para marcar ritmos, para distraerse, estar contento; es así que el chico venía con ganas a la escuela. Inclusive cuando me voy acercando más, después de haber dejado las escuelas de Santa Ana, Miyuyoc, San Roque, Ocumazo, el Chorrillo, todos lugares rurales, y termino mis funciones en una escuela de acá, de Humahuaca, que es la escuela 77, todavía los chicos me buscaban y me seguían por el acordeón. La música los ha atrapado a los chicos. Ha sido una forma de convivir con los niños y poder enseñarles sobre la escritura, la lectura, la historia, toda la cultura de la parte primaria. Aprendí a tocar el erke en la escuela de Miyuyoc, ahí tuve mi maestro de erke que ya no está, ya murió. Como me quedaba en la escuela de Miyuyoc, en plena Puna, a vivir ahí toda una semana, a veces un mes, aprovechaba los fines de semana para encontrarme con Félix Rodríguez, que así se llamaba un erkero de ahí que me empezó a enseñar cómo se toca. Cuando ya lo aprendí hacíamos duelos de erkes, hacíamos unos sonidos poderosos. 
–¿Y el erke es un instrumento vigente todavía en los Andes?
–Sí, es vigente en toda la región, es religioso. Mide más o menos tres metros, tiene una trompa hecha de cuero moldeado. La caña es larga y ahuecada interiormente de punta a punta. Su sonido es un lamento en el cerro. Es un instrumento del hueco de los cerros, de los huancares, que es debajo de los cerros, o del socavón del minero, de las capillas de los cerros. Un instrumento de invierno. Cuando (Ricardo) Mollo lo conoció en Tilcara me dijo "Probemos a ver qué tal anda con este tema" y puso el tema de Sumo "Mañana en el Abasto". Y cuando yo siento la letra que van cantando "Mañana de sol…", todo con elementos naturales, el erke se prende y por eso surge esta fusión tan bien hecha con Divididos que le pudimos mostrar a todo el país. 
–Cuando usted comenzó a escribir sus poemas y sus relatos sobre las fechas patrias, ¿intentó reproducir el habla popular, las expresiones regionales y quichuismos?
–Escribir con terminología regional fue elemental en las escuelas más alejadas; y a medida que me fui acercando a los centros poblados como docente fui usando más la forma académica. Al acercarme a los centros urbanos y ver las formas que utiliza el chico tuve que ir afinando un poco el lenguaje, tratando de aclarar los términos originales, los términos quichuas, sin descartarlos, usándolos y poniéndolos en las poesías y en la prosa y explicándoles a los chicos de dónde provienen y qué significan.
–Le gusta aprovechar las expresiones populares regionales…
–Por supuesto que sí, porque esa es la sal del lenguaje regional. Hay expresiones muy bonitas. El habla regional aún subsiste en la zona; en la parte rural, más. Por cierto que con el tiempo va desapareciendo. Mi primer libro en especial está plagado de regionalismos y lamentablemente de ese libro hice una sola tirada y no me quedaron más ejemplares. El libro lo hizo la imprenta del Estado; lejos estaba de imaginar que después podría hacer la impresión de muchos libros más sin pedir la ayuda de nadie, porque ahora mis libros se solventan solos y los puedo producir.
–Algunas de sus poesías se han convertido en canciones…
–Varias. Una de ellas es "Jujeñito", a la que le puso una música excepcional Mario Álvarez Quiroga. El "Jujeñito" yo lo escribo en Francia, donde tenía que estar varios meses porque había adquirido un compromiso. Pero el tiempo era demasiado y empecé a extrañar la Quebrada, mi casa, la familia y entonces escribí el "Jujeñito".
–¿Y usted tiene temas propios con letra y música?
–Tengo música registrada pero no la he podido grabar todavía, porque a veces las grabaciones son complicadas. Recién ahora tenemos estudios acá, pero antes había que ir a grabar a Salta, que era lo más cercano. Cuando se hace la letra y la música a veces uno tiene que reunirse y ensayar mucho y eso es algo que a los músicos lugareños no les gusta muy mucho (se ríe). Además los tiempos son tiranos. Tengo por lo menos uno o dos temas que son demasiado fuertes. Son vivenciales, como toda la escritura que yo tengo. Si hablo de un burro, antes lo he visto, lo he tocado, lo he cargado; si algún mulo me tiró es porque sentí el golpe cuando me tiró; si mi acordeón pesa 17 kilos en mina El Aguilar a casi 6000 de altura, en los Carnavales voy bailando, voy cantando, voy saltando, con semejante peso y con 16 años encima en ese tiempo, y no falta el "machao" que lo abraza al acordeonista y hay que arrastrarlo al borracho, y por detrás vienen diez, veinte parejas bailando… son cuadros vivenciales netamente claritos, indiscutibles. Como hablar de mi padre. O hablar de un hijo que me marcó toda la vida. Yo soy padre de cinco hijos. El mayor era ingeniero nuclear, recibido en el Balseiro; tuvo un accidente y murió. Lo he perdido en el año 2003. Un chico que seguía mis pasos, recitador; una persona especial que toda Humahuaca conocía. ¡Y con semejante estudio! Le he dedicado una zamba que se llama "Zamba para mi guagua". Por suerte los otros chicos son los que me han solventado un poco la existencia y a todos los he podido hacer estudiar porque la aspiración de padre y de maestro es que el chico se supere. Tengo la suerte de tener dos hijos profesionales, un médico y un ingeniero, y son los que solventan un poco mi vida. Yo sigo viviendo en Humahuaca, sigo estando acá, este es mi lugar y es muy difícil que pueda salir a otra parte. Si salgo, es a cumplir un compromiso, hacer actuaciones; pero vuelvo, estoy ya muy arraigado en la Quebrada.  «



El día que se conmovió Cristina.

–¿Cómo tomó la repercusión que tuvo su poema "No te rías de un colla"? 
–Para mí fue una sorpresa muy grata puesto que el gobernador de Jujuy llevó un grupo a Capital y los llevó a Tecnópolis. Los changuitos de acá, de la Puna, de la Quebrada y de todo Jujuy conocen toda mi poesía porque los maestros le otorgan mucho valor a cada fecha. Por ejemplo, llega el día de la madre y el poema elegido es "A la mama de los cerros", o llega el Día del Niño y enseñan "Yo jamás fui niño" o el 25 de mayo y ven el tema "Patria". Son temas exclusivos para cada fecha del efemérides. Son didácticos. Y los chicos los saben recitar. A Tecnópolis fue un grupo de la zona de la Puna, con su maestro y los chicos. Y el changuito es un recitador más que lo hizo muy bien. Además él es de la Puna, es original de esa zona, no es ni siquiera de un pueblo como Humahuaca y menos de una ciudad como San Salvador de Jujuy. Todo lo que dice lo conoce muy bien, sabe qué es lo que está diciendo; y ese es el efecto que alguna vez me propuse al escribir para cada fecha del efemérides escolar. El objetivo ha sido cumplido así que realmente me siento muy contento y feliz de ser maestro.
–La presidenta estaba especialmente conmovida…
–La presidenta estaba emocionada y el efecto fue grande. Es muy importante que a través de este poema la gente conozca quiénes somos los que vivimos acá en el norte, pues. 
–¿Le gustó ver a la presidenta conmovida con su poema?
–Por supuesto, ella es una personalidad. Que logre un efecto así es importante porque uno valora los niveles de la gente que está escuchando. Si la presidenta queda conmovida, mucha gente también queda lo mismo, seguro.
–¿Usted acompaña las grandes líneas que lleva adelante el gobierno?
–En la faz educativa es muy importante. Destaco especialmente, porque soy maestro, la provisión de las netbooks para que los chicos las utilicen y así estar realmente en igualdad de condiciones con la gente de todo el país.

Fuente: Tiempo Argentino

ADOLESCENCIA PRECOZ

Las tecnologías de la información generan nuevas pautas de comunicación y de consumo que aceleran los tiempos de maduración y producen una temprana sensación de independencia. 



Te quiero, te adoro y nunca te voy a olvidar; contá conmigo para lo que necesites, yo siempre voy a estar ahí.” Frases así, con igual o más emotividad, pueden leerse en los muros de Facebook de chicos y chicas de entre 8 y 12 años de edad quienes, acompañados por el avance de las nuevas tecnologías y el aumento del consumo, adoptan conductas propias de los adolescentes, en un tiempo relativamente menor. 
La disyuntiva está en que no son niños pequeños, pero tampoco son aún adolescentes, aunque a veces se comporten como tales y se ocupen en forma minuciosa de su imagen; lo que incluye: horas de producción en el baño, la elección de la ropa y de los colores –en esta primavera-verano salen los tonos flúor–, el uso de maquillaje –para eventos como cumpleaños o piyamadas–, y el ritual de hacer recurrentes pasaditas frente al espejo para reconfirmar que todo lo demás esté bien.
Sin embargo, si bien hay cambios de apariencia, actitud y conducta, todavía no tienen los recursos internos de un adulto ni tampoco la madurez de la sexualidad; y su comportamiento fluctúa entre lo infantil y lo juvenil. “Como padre, uno suele fomentar el desarrollo de una voz propia. Hay una compulsión paterna a que el chico decida y es esa promoción de la autonomía que uno trabaja desde pequeños, que está ayudada por el sistema educativo, lo que da las condiciones para que a los 10 o incluso antes, surja esta idea de cierta independencia, que en realidad esperábamos a los 13”, asegura Karina Kalpschtrej, licenciada en sociología, docente en la Universidad de Buenos Aires y mamá de preadolescentes.
Ella asegura que se trata de un “fenómeno multicausal”, que incluye modificaciones culturales que se relacionan con el consumo, con la sobreestimulación, con la exposición a los medios de comunicación y a las nuevas tecnologías y hasta con el tipo de alimentación que se adquiere.
“La adolescencia es una moratoria social, es un espacio donde todo está permitido más que en la infancia porque allí aparecen un montón de limitaciones, de cosas que los chicos no pueden hacer. La preadolescencia entonces es la posibilidad de hacer cosas parecidas a los adultos, pero sin las responsabilidades y las consecuencias que eso tiene”, señala Kalpschtrej.
De usos y costumbres
“Hola te vengo a firmar tu murooooop! ti quierooo un besooo”, escriben en el Facebook las amigas de Morena, de 9 años, para quien todo lo bueno es alto: “alto gato”, “alto guiso”, “alto baile”. O, como contraposición, lo negativo es un “vuelco”: “Matías estaba dando el examen y volcó”; es decir, a Matías le fue mal en el examen. “El lenguaje que utilizan es una mezcla de un montón de otros lenguajes que no se corresponden a su edad, porque aún reaccionan como niños a cosas de grandes”, explica la socióloga.
Rosa Pappolla, secretaria del Comité de Adolescencia de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) dice que los cambios de los comportamientos no tienen que ver con “un adelantamiento de la adolescencia sino que hay cosas homogéneas que vienen del consumo, del mercado y de la construcción de la familia, que hacen que las seudoindependencias aparezcan en chicos de 8 y 9 años como una anticipación, y que se reflejan en la manera de vestirse o de independizarse con algunas tecnologías”.
A los preadolescentes no les falta el celular y un perfil en redes sociales –ya sean ellos los propios usuarios o se lo pidan a sus padres–, donde comparten y realizan grandes producciones de fotos grupales de amigos. En Facebook, en especial las nenas, suelen usar además categorías para señalar el grado de amistad que tienen con otra persona. Por ejemplo, la mejor amiga ocupa el rol de “espo”, es decir que en el perfil si son mejores amigas aparecen como “casadas”, siendo el máximo nivel de relación posible. Luego, hay otras clasificaciones como “amiga”, o en su defecto, una simple “compañera del colegio”.
Kalpschtrej explica que antes “había un espacio que se daba entre la finalización de la primaria y la secundaria que marcaba el fin de la niñez y el inicio de la adolescencia, y que el umbral pasaba por el sistema educativo”. Sin embargo, hoy eso no sucede porque la manera de transitar esos espacios cambió: “Hay una especie de previa para todo: desde el prenacimiento, no sólo por el momento en que uno sabe cómo se va a llamar su hijo o qué sexo tendrá, sino que ya es una rutina pensar en una ecografía 4D para conocer a tu bebé, su cara y sus gestos, hasta alcanzar etapas como la preadolescencia”.
Padres y juventud, divino tesoro
El consumo es uno de los aspectos clave de la inclusión social. Y en el caso de los chicos, podría decirse que también de la pertenencia. De allí, derivan gustos y ciertas estéticas que influyen en la relación con sus padres.
“Hoy los padres trabajan todo el día o hay muchas familias monoparentales, entonces los niños pasan largas horas frente al televisor o con otras personas. Frente a esta situación, los padres se sienten culpables y tienden devolver en forma material el tiempo afectivo que no estuvieron”, dice Eva Rotemberg, directora de la Escuela para Padres. “Antes no existía por ejemplo la moda para niños, ahora son ellos los que piden la ropa de marca o todo lo que se usa porque hay un mercado de consumo que los estimula”, agrega.
Las fiestas de cumpleaños son un claro reflejo de esta tendencia. En las casas de fiestas infantiles, a partir de los 8 o 9 años, existe la opción de organizar “minidiscos”, que incluyen karaoke, luces y efectos, DJ y hasta una barra de tragos sin alcohol para todos los chicos.
“Los padres, en general, han perdido bastante la autoridad. La revalorización de la juventud en los adultos es uno de los factores que ha contribuido a ello, con lo cual la experiencia, la madurez, todo lo que podía tener valor como consejos, ahora es diferente”, afirma Rotemberg. Junto con la desestructuración de rigideces y las distancias en los lazos afectivos, esta valoración de la autonomía y de lo juvenil también incide en esos cambios legitimando la precocidad. 
La generación M
Como construcción social, las edades que se toman en la Argentina como período de comienzo de la adolescencia se encuentran entre los 10 y los 12 años. En el aspecto biológico, existe una tendencia en los últimos tres o cuatro siglos de adelantamiento de ese reloj biológico. “El promedio indica que en las nenas, los cambios puberales terminarían con la primera menstruación alrededor de los 12 años, y los varones, completarían este girón a partir de los 14”, señala la pediatra Rosa Pappolla, del Comité de Adolescencia de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).
Los preadolescentes, también conocidos como “tweenies” o “tweenagers” –un neologismo que resulta de la unión entre teenagers, es decir adolescentes, con wee, pequeñitos–, corresponden a los chicos de entre 8 y 12 años. “La manera de transitar esta etapa depende de las características de cada chico y de cada familia; hay quienes la atraviesan de una manera más aniñada y otros que la anticipan, pero lo que no hay son rituales de paso. Es decir que, a diferencia de años anteriores, donde se podía identificar en una foto antigua quien era el tío, los abuelos, el padre o la madre; hoy esos roles ya no están tan estereotipados”, argumenta Pappolla.
Y asegura que junto con las transformaciones provocadas por el mercado y la tecnología, cambió la familia en general. De tener una estructura tipo, donde en los últimos 20 o 25 años eran muy pocas las familias homoparentales, o con una mujer a cargo, hoy pueden estar ensambladas, “con un rol femenino muy pionero en lo que respecta a ser jefa de hogar”.
Un estudio realizado en el marco del 7° Congreso Argentino de Salud Integral del Adolescente por el pediatra Ariel Melamud “Adolescencia e Internet”, indica que la generación M (por multimedia) está integrada por aquellos chicos de entre 8 y 18 años conocidos como “nativos digitales” que comparten ciertas características: pasan cada vez más tiempo usando internet y videojuegos, sin haber reducido por ello el tiempo que pasan con los medios tradicionales como la televisión y la música. Usan más de un medio en forma simultánea e incorporan una mayor cantidad de contenidos en el mismo período de tiempo.
“A partir del uso de la tecnología, los chicos democratizan la información, se incentiva el conocimiento y el valor de la imagen”, explica la pediatra. “Lo privado se vuelca al espacio público; situación que no estaba asignada en las adolescencias de las décadas de los 80 o 90, donde era impensado que lo que te pasara lo supiera todo el mundo. De hecho antes había una cierta introspección, donde los chicos escribían o componían canciones.”
Hoy, todo se comparte, las reflexiones, las fotos, los conocimientos; no hay mejores o peores épocas, son diferentes. Como afirma la integrante de SAP, “cuesta mirar la propia juventud, a veces hay una especie de borramiento; más que criticar, como adultos hay que ponerse en el lugar del otro”.
Fuente: Diario Z

UN RECLAMO AL EMBAJADOR

Agrupaciones de ex combatientes junto a más de 200 sectores de la sociedad argentina llevaron una carta al embajador británico. Exigen “la inmediata desmilitarización del Atlántico Sur” y que se acaten las resoluciones de la ONU.







A 180 años de la invasión a las islas Malvinas, un grupo de ex combatientes se acercó ayer a la Embajada de Gran Bretaña para entregar una carta firmada por más de 200 asociaciones de distintos sectores de la sociedad argentina. En la misiva le reclamaron al Reino Unido la “inmediata desmilitarización del Atlántico Sur” y el inicio del diálogo. Adhirieron agrupaciones políticas y de derechos humanos. El ex combatiente y periodista Edgardo Esteban reflexionó que “tiempo atrás estábamos aislados y ahora sentimos el apoyo de una sociedad con un sentido de pertenencia”.
Con el fin de entregarle la carta al embajador británico John Freeman, un grupo de veteranos de la Guerra de Malvinas se movilizó a la sede diplomática del Reino Unido en Recoleta. En ausencia del funcionario, quien la recibió fue su secretario político, Victor Clarck. Entre los adherentes aparecen por ex combatientes, el Movimiento por la Paz, la Soberanía y la Solidaridad entre los Pueblos, el Foro Latinoamericano por la Soberanía en Malvinas y el Centro de Ex Combatientes de Islas Malvinas de La Plata (Cecim); por organismos de derechos humanos, de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto; de Madres, Hebe de Bonafini; de Madres Línea Fundadora, Taty Almeida; el Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y miembros de la Comisión Provincial por la Memoria; y por sectores políticos, sindicales y sociales, de la CTA, Hugo Yasky; de Kolina, Adrián Berrozpe; del PC, Patricio Echegaray; del Frente Transversal Nacional y Popular, Edgardo Depetri y Oscar Laborde. También suscriben, entre otros, la vicepresidenta del Consejo Mundial por la Paz, Rina Bertaccini; el titular de RTA, Tristán Bauer; el director de la Casa de Patria Grande, Pablo Vilas, y la periodista Stella Calloni.
En el texto plantearon que “el 180º aniversario de la usurpación británica de las islas Malvinas es un hecho de violencia que se prolonga en el tiempo pese a las resoluciones de las Naciones Unidas, las cuales reclaman poner fin al colonialismo”. También criticaron “la constante negativa del gobierno británico a establecer diálogo” e instaron a la “inmediata desmilitarización del Atlántico Sur y el desmantelamiento de la base militar de Mount Pleasant, que pone en riesgo la paz de toda la región”. Argumentaron que el peligro se ve en “el entrenamiento de soldados británicos y de otras nacionalidades que participaron y continúan operando en los ataques realizados sobre Irak y Afganistán” y en las “maniobras misilísticas” que “contrarían abiertamente la declaración de las Naciones Unidas que en 1986 instó a preservar el Atlántico Sur como una zona de paz y cooperación”. Además piden que se respete “el tratado de Tlatelolco” y se “retire el material nuclear” del área.
“La idea era llevarle al embajador un pedido, cuyos lineamientos eran parecidos a los de la carta de Cristina Fernández”, explicó el presidente del Cecim, Mario Volpe, y agregó que la misiva que redactaron “lleva la firma de más de 200 asociaciones adherentes. Incluso de organizaciones de comunidades extranjeras como Paraguay, Italia, El Salvador y Honduras”. Consideró que el eje del texto era “plantearle al embajador el punto de vista de la sociedad civil”. Además detalló que la demanda de retirar las fuerzas militares es “no sólo de Malvinas, sino también de todas las bases militares en el continente”. Sostuvo que “están en juego los recursos naturales” y los ingleses “siguen con una idea militarista” y propuestas como “ponerle el nombre Tierras de la Reina Isabel a la Antártida” que provocan hostilidades. De esta manera alertó que “la militarización pone en peligro a todas las democracias de América del Sur. Sucede como en Libia o Irak, cuando necesitan los recursos naturales, desestabilizan a los países”, y citó como ejemplos “el golpe en Paraguay, el intento en Ecuador y la constante presión sobre Hugo Chávez”.
El titular de la Comisión Nacional de Ex Combatientes, Ernesto Alonso, opinó que “no puede haber doble estándar, que Gran Bretaña no respete estas resoluciones por ser parte del Consejo de Seguridad de la ONU”. Por tanto, en la carta coincidieron “con la nota que ha sido enviada por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner” y todo lo que allí se expresa.
También participó Edgardo Esteban, quien destacó “el sentido de pertenencia a Malvinas, la crítica a las contradicciones de la dictadura, el retroceso de lo bélico y el compromiso que nos emociona de los jóvenes que, a diferencia de nosotros, pueden crecer en un país libre”. Además expresó su satisfacción “por los organismos de derechos humanos, que han acompañado a los ex combatientes a un evento como éste”. Concluyó que “tiempo atrás estábamos aislados y ahora sentimos el apoyo de una sociedad con un sentido de pertenencia”.
Informe: Juan Manuel Frías.

DE LA ABOLICIÓN DE LA ESCLAVITUD AL NUEVO RÉGIMEN DE TRABAJO RURAL

El 31 de enero de este año se cumplieron doscientos años de la sesión inaugural de la Asamblea General Constituyente. Quizás el aspecto más relevante de este acontecimiento político es la abolición de la esclavitud para todo el territorio cuyo paso inicial fue la declaración de libertad de vientres en nuestro país.


Quizás el aspecto más relevante de este acontecimiento político es la declaración de libertad de vientres en el territorio de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Esta fecha incentiva una reflexión profunda en relación con las instituciones (en un sentido amplio del término) que, explícita o implícitamente, toleran y legitiman –en la actualidad– situaciones comparables a la esclavitud. Seguramente, el trabajo agrario es el ámbito más indicado para realizar esta reflexión.
En este sentido, entre las publicaciones académicas especializadas en la temática se ha discutido la pertinencia de utilizar la categoría “trabajo esclavo” para describir numerosas situaciones laborales vinculadas a la actividad agraria y al medio rural. Este debate se relaciona con la visibilidad que asumió la problemática del empleo agrario a partir de la repercusión pública que tuvieron un conjunto de inspecciones realizadas, durante 2011, en establecimientos empresariales de la Región Pampeana. En estas unidades económicas se encontraron situaciones de trabajo, vivienda y salarios tan deplorables que el término de “trabajo esclavo” se volvió una referencia de discusión obligada.
Más allá de los puntos de vista disímiles en relación con la utilización de este concepto, estas investigaciones acuerdan en la descripción de numerosos casos de atropellos a los derechos humanos más básicos, condiciones de precariedad laboral extrema y difundida a lo largo del país y situaciones comparativamente deficientes en relación a las restantes ramas de actividad económica de nuestro país. La condición estacional del empleo, la necesidad de migrar “siguiendo a las cosechas” de trabajadores de algunas regiones, el empleo infantil y adolescente, sistemas coercitivos de reclutamiento de mano de obra y la perdurabilidad de modalidades de pago en especie y con “vales” son algunos de los rasgos y condiciones que explican esta situación.
Siguiendo estos trabajos, resulta imprescindible incorporar al análisis una perspectiva que revise en profundidad la configuración histórica de los procesos que han sustentado la persistencia de estos rasgos, así como aquellos acontecimientos, decisiones, normativas e instituciones que han propiciado mejoras en las condiciones de vida y de trabajo de este sector de la población.
La explotación laboral que cercena la libertad individual y profundiza la precariedad tuvo los primeros antecedentes en nuestra región en instituciones como la mita, la encomienda y el yanaconazgo. Estos dispositivos, crueles, claramente esclavistas, diseñados para aprovechar brazos disciplinados de pueblos originarios en las cosechas de distintas regiones del país, funcionaron durante siglos y, en ese proceso, asentaron prácticas materiales y simbólicas que persisten en la actualidad.
Posteriormente –ya en el país de la Independencia y la unificación nacional–, la expansión de la frontera agropecuaria requería una planificación más eficiente de la utilización de mano de obra para las actividades del campo. Para esto, necesitaba la disponibilidad de trabajadores en los territorios donde se desarrollaba la producción, preferentemente ganadera. Esta disponibilidad en el lugar de trabajo obligó a desarrollar un conjunto de normativas que limitaban de manera tajante la libertad de movilizarse dentro del territorio sin la autorización de los dueños de campos y estancias, y las “papeletas” cedidas por patrones y jueces eran el requisito para no ser considerado vago, rebelde y perseguido. La figura literaria del gaucho Martín Fierro encuentra en estos pliegues imprecisos de libertad y esclavitud, de trabajo asalariado y resistencia, un simbolismo inequívoco.
Estos dispositivos que coartaban la libertad personal de los trabajadores para movilizarse y emplearse libremente estuvieron acompañados en diferentes regiones del país por sistemas basados en el endeudamiento del trabajador al empleador. Los pagos en vales y especies entregados a precios siderales en las proveedurías del patrón iniciaban una deuda impagable por los trabajadores. Ésta se mantenía aun cuando el rendimiento laboral de los asalariados era organizado en jornadas laborales larguísimas y sistemas de pago a destajo que propiciaban una autoexigencia por parte del propio trabajador.
Enganchadores, contratistas y cuadrilleros que recorrían poblados en búsqueda de brazos a cambio de promesas de grandes salarios y placeres inmediatos fueron los actores sociales de ese sistema. El Informe elaborado en 1904 por Juan Bialet Massé (El estado de las clases obreras argentinas) y la película Las aguas bajan turbias (1952, dirigida por Hugo del Carril y basada en la novela Río Oscuro, de Alfredo Varela) son dos piezas imprescindibles para comprender estas prácticas que atropellan la integridad de las personas y los derechos humanos más básicos. Lejos de resolverse, este tipo de prácticas que se asemeja a situaciones que perduran redefinidas en la actualidad de numerosos sectores económicos, aun en los más modernos y competitivos. Será el Estatuto del Peón Rural –promulgado el 8 de octubre de 1944 mientras Juan Domingo Perón era secretario de Trabajo y Previsión–, el hito político que interrumpe de manera tajante esta secuencia e instala en el debate público un conjunto de aspectos y relaciones vigentes en el mundo del trabajo rural, hasta ese momento, invisibles o naturalizados para amplios sectores de la población. La iniciativa recuperaba un conjunto de demandas y reclamos surgidos en décadas de resistencia y organización sindical, avanzando en la protección de niveles de salario y mejoras en las condiciones de trabajo, jornada laboral así como una mayor protección contra los despidos injustificados.
Sin embargo, la promoción de derechos de los trabajadores y la participación del Estado en la regulación y equilibrio de relaciones económicas y sociales injustas han generado históricamente la reacción de sectores concentrados. La Sociedad Rural Argentina respondía de inmediato a esta normativa con un discurso de contenido ideológico inequívoco: “El trabajo de campo (…) por su propia índole, fue y es acción personal del patrón. Este actúa con frecuencia con los peones en la labor común, lo que acerca a las personas y establece una camaradería de trato, que algunos pueden confundir con la que da el amo al esclavo, cuando en realidad se parece más bien al de un padre con sus hijos” (citado por Adrián Murano en su libro El agitador).
Otro hito que estructura y explica gran parte de las precarias condiciones de trabajo en los mercados agrarios está relacionado con la aprobación del decreto 22.248 –de la última dictadura, que llevaba las firmas de Jorge Videla, José Alfredo Martínez de Hoz y Albano Harguindeguy– promulgado con fuerza de ley en julio de 1980 cuya finalidad era la creación del Régimen Nacional de Trabajo Agrario.
Como parte de una planificación sistemática e integral de persecución a la clase trabajadora y sus derechos conquistados, la dictadura militar reordenó el sistema normativo estructurado durante el peronismo y reinstaló derechos inferiores para los trabajadores agrícolas en relación a otras áreas de la economía.
Esta norma ha regulado las relaciones laborales del agro argentino hasta la sanción de la Ley 26.727 del año 2011. La nueva ley –votada democráticamente en el Congreso a iniciativa de la presidenta Cristina Kirchner– vino a saldar tres cuestiones particularmente importantes: la vigencia de una ley sancionada en plena dictadura militar, la persistencia de los fenómenos de precariedad laboral mencionados anteriormente y la responsabilidad política del Estado nacional en la indispensable tarea de profundizar la registración del empleo en el sector. Para esto se disuelve el Renatre (Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores, organismo de derecho privado) y crea el Renatea (Registro Nacional de Trabajadores y Empleadores Agropecuarios, organismo de derecho público).
De esta manera, se recuperan funciones de gran importancia, delegadas en entidades patronales y gremiales que habían demostrado escasos resultados en el incremento del trabajo registrado. Paralelamente, se incrementa la protección laboral del trabajo transitorio (mayoritario en esta actividad), se avanza en una mayor exigencia sobre las condiciones de vivienda, alimentación y traslado, especialmente deficitarias en este ámbito. También elimina toda modalidad de pago en bonos, vales, fichas o cualquier tipo de moneda distinta a la de curso legal junto a la prohibición de la posibilidad de retenciones o deducciones por mercaderías entregadas por el empleador, exigiendo remuneraciones no menores al salario mínimo vital y móvil. Finalmente, regula explícitamente sobre la duración de las jornadas laborales y los descansos, equiparando la situación vigente en otras ramas de actividad y genera una mayor protección sobre las condiciones de seguridad en el trabajo con el objetivo de mejorar otro aspecto estructural de la precariedad laboral en el campo: los mayores accidentes de trabajo y las enfermedades y lesiones vinculadas al desempeño laboral. Sin lugar a dudas, el conjunto de acontecimientos mencionados no agotan ni explican totalmente los múltiples procesos y elementos que configuran el estado de precariedad y atropello a la integridad personal de los trabajadores evidenciadas en las inspecciones del año 2011 y actuales. Estos avances en la protección de diversas situaciones particularmente críticas son fundamentales pero no suficientes para la resolución definitiva de distintas injusticias. Sin embargo, es claro que la decisión del Gobierno de generar normativas y acciones orientadas a la ampliación de la ciudadanía y a una mayor justicia social pueden revertir las condiciones de precariedad laboral persistentes naturalizadas por los sectores más concentrados de la economía y sus organizaciones representativas.

Fuente: Miradas al Sur.

LAS MALVINAS Y UNA FECHA HISTORICA




La soberanía y el desafío generacional

Por Julián Andrés Domínguez *

Durante las décadas de 1810 y 1820 los gobiernos argentinos realizaron diversos actos demostrativos de su soberanía sobre las islas Malvinas, incluyendo la designación de gobernadores, la legislación sobre recursos pesqueros y el otorgamiento de concesiones territoriales. En este marco se fue desarrollando Puerto Soledad, cuyos habitantes se ocupaban de la cría de ganado, la caza de lobos marinos y la prestación de servicios a los buques que tocaban puerto. Incluso el 10 de junio de 1829 el gobierno argentino promulgó un decreto creando la Comandancia Política y Militar de las Malvinas. Después de haber mantenido silencio por más de medio siglo en el curso del cual se habían sucedido sin oposición administraciones españolas y argentinas en las islas Malvinas, en noviembre de 1829 el Reino Unido protestó dicho decreto, en el marco de un renacimiento de su interés estratégico por el Atlántico Sur.
El acto de fuerza y ocupación de las islas Malvinas del 3 de enero de 1833 por parte de la corona británica en tiempos de paz fue inmediatamente rechazado y protestado por nuestro país. A partir de ese momento, y hasta la fecha de hoy, la Argentina nunca consintió ese acto militar ya sea a nivel bilateral, regional o en el marco de distintos organismos internacionales.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el Congreso Nacional han fortalecido la idea de cimentar una política exterior de Estado en la que se asientan los pilares de los derechos y reivindicaciones soberanas argentinas sobre las islas del Atlántico Sur. El mejor ejemplo de ello es la declaración de Ushuaia de marzo de 2012, aprobada por unanimidad por todas las fuerzas políticas con representación parlamentaria.
Nuestro país ha manifestado en distintas oportunidades y foros mundiales la predisposición para sentarse alrededor de una mesa de negociación con el Reino Unido de Gran Bretaña y discutir la soberanía del archipiélago austral en base a las resoluciones de las Naciones Unidas. En este contexto existe un desconocimiento permanente por parte del Reino Unido de las resoluciones sobre la cuestión de las islas Malvinas adoptadas desde 1965 por la Asamblea General y el Comité Especial de Descolonización de las Naciones Unidas que llaman a los dos países a solucionar el tema de la soberanía de las islas australes.
En la resolución 2065 dictada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, y piedra angular del reclamo argentino, se “invita a los gobiernos de Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte a proseguir sin demora las negociaciones recomendadas por el Comité Especial encargado de examinar la situación con respecto a la aplicación de la declaración sobre la concesión de independencia a los países y pueblos coloniales a fin de encontrar una solución pacífica al problema, teniendo debidamente en cuenta las disposiciones y los objetivos de la carta de las Naciones Unidas y de la resolución 1514, así como los intereses de la población de las islas Malvinas”.
Es oportuno remarcar que en 1988 Naciones Unidas declaró y se comprometió con el período 1990-2000 declarándolo como Decenio Internacional para la Eliminación del Colonialismo. Ante el incumplimiento de esas metas, el mismo foro multilateral declaró 2000-2010 como el Segundo Decenio Internacional para la Eliminación del Colonialismo.
Para quienes pertenecemos a la generación del Bicentenario, Malvinas no sólo es un límite geográfico, no es sólo un concepto de Nación donde podemos mirar las corrientes políticas. Malvinas está enmarcada en nuestro concepto de Patria. Por este motivo es necesario que el Reino Unido abandone la política colonialista que está desarrollando en pleno siglo XXI y reconozca que su presencia en el Atlántico Sur es una situación anacrónica si se toma en cuenta el desarrollo de las sociedades modernas. No es entendible que un miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas incumpla resoluciones y que, paralelamente, obligue a otros a respetar las medidas dictadas por esa organización multilateral. Este doble estándar utilizado por las grandes potencias debe detenerse para garantizar la paz y seguridad internacionales. Hoy el mensaje de Evita está presente: “La Patria dejará de ser colonia o la bandera flameará sobre sus ruinas”.
* Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación.

180 años de la usurpación colonialista

Por Orlando Gustavo Pascua *
El 3 de enero de 1833 la corona imperialista usurpó nuestras islas Malvinas y continúa hoy como una clara muestra de un colonialismo vetusto en el siglo XXI. Hace ciento ochenta años el Reino Unido de Gran Bretaña usurpaba con sus garras imperialistas nuestras islas Malvinas.
La militarización de Malvinas denunciada en muchas oportunidades por la Argentina ante diversos organismos y foros internacionales, lo que en la práctica significa una base militar extranjera, de la OTAN, en América del Sur, demuestra claramente la opción armamentista de Gran Bretaña y no la del diálogo como lo exigen la mayoría de los gobiernos y pueblos del mundo. Ejercicios militares y el uso y lanzamiento de misiles desde las propias islas son una clara amenaza a toda la América latina y fundamentalmente su pretendido avance en territorio de la Antártida.
Es inevitable el cumplimiento de lo resuelto por Naciones Unidas para resolver la disputa de soberanía, porque todos los foros regionales de Mercosur, Unasur, Grupo Río y Celac y otros organismos internacionales así lo exigen.
Hoy nos encuentra a Malvinas como política de Estado articulando alianzas con los países hermanos de Latinoamérica y de otros países del mundo en función del reclamo y de nuestros derechos soberanos sobre las islas del Atlántico Sur. Es el camino más largo que con seguridad tendrá el resultado que todos anhelamos.
Es preciso recordar y reivindicar a aquellos primeros patriotas que resistieron la usurpación, al primer defensor combatiente de Malvinas el entrerriano nacido en Arroyo de la China (sitio donde la Confederación de los Pueblos Libres juró la Independencia de todo poder extranjero en junio de 1815) Antonio “El Gaucho” Rivero, quien desde agosto de 1833 lideró una rebelión de criollos e indígenas, dos gauchos y cinco originarios, defendiendo la soberanía argentina y desconociendo la autoridad impuesta de los británicos. A Rivero lo acompañaron Juan Bramido, José María Luna, Manuel González, Luciano Flores, Felipe Salazar, Marcos Laboree y Manuel Godoy. Estos patriotas arriaron la bandera británica y enarbolaron una bandera argentina. Siendo derrotados recién en enero de 1834. El Gaucho Rivero muere el 20 de noviembre de 1845 combatiendo en la Vuelta de Obligado, acción patriótica anticolonialista hoy reconocida y reivindicada.
También recordar a Vernet que fue nombrado con el cargo de primer comandante político y militar de las islas, con el objetivo de justificar la posesión del archipiélago, fundamentando sus derechos en que España poseía las islas previamente, que esta posesión había quedado justificada por el derecho de ocupación, que las principales potencias marítimas así lo habían reconocido, y que las islas en cuestión se hallaban próximas al territorio del antiguo virreinato. Es justo recordar y reivindicar a Pablo Areguatí, guaraní nacido en San Miguel, Misiones, uno de los siete pueblos orientales, hoy territorio brasileño, que en 1824 fue el gobernador militar de las islas Malvinas durante seis meses.
Malvinas es la causa nacional, popular y democrática y no de un sector determinado. No persistir en la cuestión belicista-guerrerista. Malvinas es análisis y reflexión, como experiencia y autocrítica que claramente fue bastardeada en 1982 por la dictadura cívico-militar genocida cuyo único objetivo era mantenerse en el poder y no por un sentimiento patriótico. Reivindicando el papel protagónico que tuvieron los soldados conscriptos combatientes, que a pesar de los estaqueamientos, torturas, malos tratos, mal alimentados y mal vestidos por parte de sus superiores actuaron con dignidad y el reconocimiento a aquellos militares que cumplieron con su deber, manchándose sus ropas con sangre del enemigo y no con la de su propio pueblo.
Es imprescindible que la sociedad y fundamentalmente la juventud tenga presente a Malvinas como la causa de unidad del pueblo más allá de lo sectorial, político, ideológico, cultural y religioso. Hablar de Malvinas es situar el concepto y definición de soberanía en su verdadero contexto, significa entender a la soberanía en su concepto integral, que aglutina y comprende todo, en lo político, social, económico, educativo, cultural, laboral, habitacional, sanitario, laboral, y no tan sólo lo geográfico territorial. Todo ello significa Malvinizar.
En estos nuevos buenos tiempos que estamos viviendo, tiempos en los cuales se están recuperando conceptos fundamentales, tales como soberanía, autonomía, democracia, participación, distribución, integración, no sólo en la Argentina –también en Latinoamérica y en otros países del planeta–, luego de la tragedia política, social y económica que significó el modelo neoliberal con sus terribles consecuencias de indigencia, pobreza, impunidad y extranjerización, la cuestión Malvinas tiene una mayor vigencia aún.
En el contexto actual de reivindicación de la política es de significativa importancia repotenciar la cuestión Malvinas.
Si hablamos de recursos naturales, hablamos de Malvinas (hidrocarburos, pesca etc.). Si hablamos de desmilitarización, hablamos de Malvinas (base militar británica de Mount Pleasant). Si hablamos de pueblos originarios, hablamos de Malvinas (aproximadamente un 20 por ciento de los que participaron y cayeron en Malvinas en el conflicto bélico de 1982 fueron hermanos qom, wichí, pilagás, guaraníes, tehuelches y otros). Si hablamos de integración regional latinoamericana, hablamos de Malvinas (el 82 demostró claramente esa unidad, y hoy tenemos al Mercosur, la Unasur, Celac, etc.).
Si hablamos de geopolítica y del sector antártico, está Malvinas como un lugar estratégico política y militarmente y como único paso natural de los océanos Atlántico y Pacífico. Si hablamos de derechos humanos, crímenes de guerra, delitos de lesa humanidad y tumbas NN, hablamos de Malvinas (así lo demuestran las denuncias presentadas ante la Justicia federal). Y si hablamos de democracia, Malvinas está presente (ella también posibilitó la recuperación de la Constitución y las leyes).
Malvinas nos convoca, una vez más, como política de Estado, a pensar nuestro pasado, en función de un presente de construcción de recuperar para el futuro nuestra soberanía dentro del marco convocante de la Paz, la Memoria, la Verdad, la Justicia, la Soberanía y la Democracia.
Malvinizar Malvinas es hablar de integridad territorial, de soberanía social y política, de destino nacional autónomo, de alianzas estratégicas, es hablar sobre las cosas que aún nos faltan y que estamos en proceso de recuperar esta Gran Malvinas, que es nuestra Patria Argentina.
Volveremos a Malvinas de la mano de América latina.
* Combatiente de Malvinas. Trabajador de Prensa. Coordinador Nacional Red Compromiso Social por Malvinas.
Fuente: Pagina/12

LA PASIÓN DEL FUEGO

El boom de la gastronomía local. Después de dos horas de espera al sol, Mariana, argentina de 29 años, y Clemencia, colombiana de 24, ingresaron al predio. Cuando vieron a Fernando Trocca corrieron desenfrenadas para pedirle un autógrafo y sacarse una foto. No se trataba de una estrella de rock a minutos de subirse a un escenario sino de un cocinero a punto de elaborar risotto, y las chicas no son fanáticas eufóricas ni groupies ardientes sino estudiantes de gastronomía. 

Por Deborah Maniovicz




El fenómeno que se vivió durante los tres días que duró la Feria Masticar, por la que pasaron más de 50 mil personas, es sólo un botón de muestra del boom de la gastronomía que se vive en el país. El nicho abarca libros de cocina, cursos de comida gourmet, turismo especializado y ferias saludables.

Ricardo Alcoba López, gerente general de Guía Oleo, aclara que el boom “estalló hace unos años pero sigue creciendo notablemente y se manifiesta de varias maneras. Por un lado, surgen nuevos polos de gastronomía en distintos barrios de la ciudad, como Villa Crespo; por otro, zonas consagradas, como Palermo, siguen extendiendo sus tentáculos gastronómicos. Además, aparecen nuevos fenómenos que hablan de crecimiento y de movimiento: los restaurantes a puertas cerradas y las ferias que acaparan intereses diversos, formando un gusto por productos frescos, locales y de calidad, como en otras grandes ciudades del mundo. Son las nuevas estrellas gastronómicas urbanas”. 

Los libros de recetas de cocina no son novedad: la mayoría de las abuelas o madres que disfrutan de cocinar tienen en la alacena El libro de Doña Petrona. En 1933, la misma Petrona Carrizo de Gandulfo se encargó de vender el libro de 600 páginas. Pese a contar con muy pocas imágenes y un formato de texto en bloque poco atractivo, todos los chefs vanguardistas reivindican la excelencia de aquellas preparaciones. Claro que ahora los nuevos títulos incluyen historias personales e imágenes de sus vidas.

Mariano Valerio, editor de gastronomía de Editorial Planeta, marca como inicio del boom de libros de cocina de autor la primera edición de Comer y pasarla bien (2007), de Narda Lepes: “Lleva más de 80 mil ejemplares vendidos, nos enseñó que hay un público para esos libros y fue el disparador para que otros cocineros se dieran cuenta de que podían publicar en el país, algo que antes no se daba. Hoy, los libros de Pietro Sorba, Iwao y Jimena Monteverde son superpopulares”. Incluso, los lanzamientos son todo un acontecimiento, ya que son abiertos al público e incluyen sorteos, degustaciones y hasta clases de cocina en vivo. Los salones no dan abasto y el público desespera por sentarse en primera fila para sacarse una foto con el chef estrella. El show mediático se completa con entrevistas en diarios, tapas de revistas o publicidades televisivas donde la cocina pasa a un segundo plano. Por caso, Maru Botana fue tapa de Caras y Gente, para las que abrió las puertas de su casa y presentó a su familia, y Narda Lepes se fotografió desnuda (en apariencia) pero cubierta con chauchas, coliflores, lechugas y otros verdes para la portada de la última edición de Galera.

Valerio considera que hoy los libros de cocina “son una moda, un objeto de consumo. El que cocina lo tiene todo manchado y el que no, lo tiene nuevito y a la vista. Pero la gente empieza a tomar conciencia de su organismo, entonces se preocupa por cocinar y ver cómo están elaborados los platos que pide”. 

Pero no todo es cocinar: los expertos coinciden en que los argentinos son cada vez más exigentes a la hora de comer. “Amamos el asado, la pizza porteña y el dulce de leche, pero vamos por más: festejamos los sabores de la cocina de autor, el sushi, la vegetariana, peruana, mediterránea. Y cada día tenemos menos que envidiarle a Nueva York, con sus múltiples opciones cosmopolitas a la hora de darles algo rico a nuestros paladares”, resume Alcoba López.

Este placer por el buen comer quedó demostrado durante la Feria Masticar. Luis Morandi, presidente de Acelga, la asociación que organizó el evento, cuenta que asistieron cerca de 50 mil personas, que a 30 pesos la entrada da una recaudación superior a 1,2 millones de pesos. El ingreso incluía la posibilidad de participar de charlas, clases de cocina y degustaciones. También había un mercado donde se podía comprar productos regionales para cocinar en casa o platos elaborados a un valor entre 5 y 35 pesos. Algunas de las opciones fueron: carne de kobe (La Cabrera); prensado frío de conejo, queso de cabra y duraznos agridulces (Sucre); empanadas de osobuco (Eat) y ostras al champagne (Crizia).

Otra de las particularidades del boom gastronómico es la visita de extranjeros, provenientes en su mayoría de América latina, para estudiar cocina en el país. Según datos que maneja el Instituto Nacional de Promoción Turística (Inprotur), el 80 por ciento de los alumnos del instituto de artes culinarias Mausi Sebess viene del exterior, principalmente de Colombia y México. La escuela recibe aproximadamente 1.200 alumnos por semestre para la carrera, que dura oficialmente tres años, pero para los extranjeros prepara un curso intensivo de seis meses. “El crecimiento de estos mercados posiciona a la Argentina como el primer país a considerar de América latina para la formación con estudios profesionales”, señalaron en Inprotur.

Ramiro Valdivieso, gerente general del Colegio de Cocineros Gato Dumas –que el año próximo inaugurará un edificio de ocho plantas en Callao y Córdoba–, explica que el crecimiento en la educación gastronómica lleva varios años: “En 1998 el instituto tenia una sola carrera, ‘Gran Diploma de cocinero’, y hoy tiene ocho, más dos tecnicaturas y cinco carreras de educación no formal. Entre las cinco sedes hay cerca de 2.500 alumnos por año y entre un 15 y un 18 por ciento son extranjeros. La mayoría viene de Venezuela, Colombia, Ecuador y México”. Según cuenta Valdivieso, uno de los cursos más populares es el de vinos, que tiene mucha salida laboral.

Según los directivos de Inprotur, las rutas del vino son una de las opciones preferidas de los turistas: el año pasado 1.171.419 turistas visitaron bodegas a lo largo y ancho del país, lo que representa un crecimiento del 7,3 por ciento respecto del 2010. La mayoría de los visitantes fueron de Estados Unidos, Brasil, Chile y el Reino Unido. Sin embargo, consultores, editores y dueños de establecimientos culinarios coinciden en que hay una sobrepoblación de estudiantes y chefs. La clave para aprovechar el auge gastronómico es encontrar una propuesta diferente y poco explotada. Hay evidencias de que la gente está dispuesta a acompañar el movimiento. Sólo hay que animarse y crear.

Fuente: Revista Veintitrés. 

UNA CIA PARAMILITAR

El escándalo Petraeus pone al descubierto la relación entre el aparato de inteligencia norteamericano y los jefes militares encargados de las tareas sucias del ejército.

Por 
 Jeremy Scahill


Si bien gran parte de la atención de los medios de comunicación sobre el affaire Petraeus se ha centrado en la relación sexual del director de la CIA con su biógrafa, Paula Broadwell, el escándalo pone al descubierto otra relación mucho más importante: la que existe entre la CIA y los jefes militares del Estado Mayor de Operaciones Especiales Conjuntas (JSOC). Una guerra entre bambalinas desde los atentados del 9/11, en la que ambas instituciones gubernamentales luchan por el control de las guerras contra el “terrorismo”, cada vez más globales, en las que están comprometidos los Estados Unidos. Una guerra interna de feudos que el JSOC en gran medida va ganando. Petraeus, un jugador clave en esta lucha por el poder, deja tras de sí una Agencia que ha ido abandonando el trabajo de inteligencia a favor de las actividades paramilitares. Aunque su legado quedará marcado en gran parte por el escándalo que acabó con su carrera, para importantes sectores militares y de inteligencia la trayectoria profesional de Petraeus, de comandante de las fuerzas militares estadounidenses en Irak y Afganistán hasta la dirección de la CIA, es un símbolo de esta evolución.
Según Philip Giraldi, un oficial de carrera retirado de la CIA, “yo no diría que la CIA ha sido tomada por los militares, pero sí que la CIA se ha vuelto más militar... Una parte considerable del presupuesto de la CIA ya no es para espionaje. Es para apoyar a grupos paramilitares que trabajan en estrecha colaboración con el JSOC para matar terroristas, y para gestionar el programa de aviones no tripulados”. La CIA, añade, “es ahora una máquina de matar”.
Como jefe del Estado Mayor Central de EE.UU. en 2009, Petraeus firmó toda una serie de órdenes operativas que ampliaron considerablemente la capacidad de las fuerzas de Estados Unidos para operar en varios países, como Yemen, donde las fuerzas estadounidenses comenzaron a realizar ataques con misiles ese mismo año. Durante el breve paso de Petraeus por la CIA, los ataques de aviones no tripulados llevados a cabo por la agencia, a veces juntamente con el JSOC, se intensificaron dramáticamente en Yemen y, en su primer mes en el cargo, supervisó una serie de ataques que mataron a tres ciudadanos estadounidenses, incluyendo al menor de 16 años Awlaki Abdulrahman. En algunos casos, como en la incursión que mató a Osama bin Laden en Pakistán, los comandos de elite del JSOC actuaron con cobertura de la CIA, para que la misión quedase en secreto si fracasaban.
Un agente de enlace del Departamento de Estado, que también ha trabajado frecuentemente con el JSOC, describe cómo la CIA se esta convirtiendo en “un mini-Comando de Operaciones Especiales que pretende ser una agencia de inteligencia”. Más allá de todas las alabanzas que Petraeus ha merecido por su estrategia contrainsurgente y el “éxito” en Irak , su verdadero legado, según este agente diplomático de enlace, es el de haber sido un “instrumento político”, un facilitador de aquellos que dentro del aparato de seguridad nacional quieren que continúen las miniguerras encubiertas a escala global. Refiriéndose a la “mística que rodea al JSOC” y al almirante William McRaven, jefe del Comando de Operaciones Especiales, el mismo diplomático cuenta que “Petraeus estaba intentando recrear ese tipo de ambiente operativo en la CIA”.
“Petraeus quería ser McRaven, pero ahora es imposible... Estamos firmemente en la era McRaven. No hay otro jefe operativo que goce de la confianza del presidente que sea capaz de articular estrategias y defenderlas en las salas de crisis donde todo el mundo tiene la misma sino más capacidad intelectual. McRaven es todo lo que no es Petraeus.”
El coronel retirado W. Patrick Lang, un exalto funcionario de inteligencia militar, dice que la arrogancia de Petraeus –“cuidadosamente oculta bajo la apariencia del guerrero sabio”– le hizo muy impopular entre los oficiales de alto rango de las fuerzas armadas. Lang no sólo desecha la imagen de Petraeus como un “supersoldado” y gran líder militar construida por los medios de comunicación como “pura mierda”, sino que lo describe como el producto de un sistema de ascensos militares que anima a los generales a pensar en sí mismos como “elegidos por los dioses”. “De hecho, ni escribió el manual de contrainsurgencia COIN ni el aumento de tropas fue el elemento determinante en la mejora de la situación en Irak... Lo enviaron a Afganistán para aplicar la doctrina COIN de la misma manera que hizo en Irak, y no ha funcionado. Por lo tanto, si se mira debajo de la superficie de todas estas cosas, sólo hay un montón de aire caliente. Hay grandes generales, pero este chico no es uno de ellos.” Al llegar a la CIA, dice Lang, Petraeus “quería llevar a la Agencia en la dirección de las acciones encubiertas y ser un jugador importante”.
En cuanto al futuro de Petraeus, el diplomático de enlace del Departamento de Estado añade: “Tienen muchos beneficios esperándoles, a él y a su círculo inmediato de asesores, porque se les prepara un aterrizaje suave, ya sea académico o en los intersticios del complejo militar-industrial”.
El exalto funcionario de la CIA, Giraldi, muestra su preocupación de que, en estas circunstancias, “la CIA va a olvidar cómo espiar”. Asimismo, enfatiza las “consecuencias a largo plazo” de la militarización de la CIA: “En todo el mundo, la burocracia sabe cómo protegerse. Así que, una vez convertida la CIA en una organización paramilitar, habrá fuertes presiones internas para seguir adelante en esa misma dirección. Porque habrá personas en los niveles superiores de la organización que habrán ascendido así y querrán proteger lo que consideran su nicho. Ese es el gran peligro”.

Fuente: Miradas al Sur.

CON UN CINE AMBULANTE RECORRIERON AMERICA Y AHORA TIENEN SU PELICULA

POR SIBILA CAMPS


Dos argentinas llegaron a pueblos donde nunca habían visto cine.



Viviana García vende todo –trigésima mudanza en 32 años de vida–, menos el tocadiscos de su padre, desaparecido en 1977, que donó al Archivo Nacional de la Memoria. La plata hace falta para terminar de comprar el mínimo equipamiento que cargará en la Juana, la estanciera con la cual pasará a buscar a Griselda Moreno por Salta, para vivir dos años y medio a través de 19 países, en un fantástico proyecto de cine independiente ambulante.
Así comienza Cine a la intemperie, instantánea de dos mujeres por Latinoamérica , el documental dirigido por Viviana sobre esta travesía sin precedentes, que tuvo su estreno mundial días atrás en Tucumán, en el cierre del VII Festival de Cortos “Cortala”. “Es una manera de hacer una devolución a toda la gente que nos ayudó, desde darnos un techo, hasta un billete para la gasolina”, contó Griselda.
Las jóvenes partieron el 24 de junio de 2008 con unos 40 filmes argentinos, y volvieron con casi 500 de todo el continente, en su mayoría documentales sobre niños y niñas, derechos humanos, género, pueblos originarios, salud, medio ambiente, realidad latinoamericana y movimientos sociales. Desde la primera función, en San Antonio de los Cobres, a 3.775 metros de altura, recorrieron casi 50.000 kilómetros y desplegaron la pantalla en más de cien oportunidades.
Proyectaron en pueblos y comunidades donde jamás habían visto cine, como en el interior de una iglesia de Cuenca (Ecuador). Pasaron por Lobitos (Perú) y, entre los escombros del primer cine de Sudamérica, hallaron un fotograma con créditos de una película. Se plantaron frente a 2.000 cadetes de la escuela naval de Coveñas (Colombia). El haz de luz animó noches de plazas y parques, pero también asilos, correccionales de adolescentes, organizaciones campesinas y barriales.
Varios tramos del viaje fueron muy duros. La Juana se apunó en Uyuni (Bolivia), y tuvieron que conseguir otra camioneta. Cruzar de Colombia a Panamá les llevó un mes de llamadas y entrevistas a gerentes de compañías marítimas, “para convencerlos de apoyar un proyecto de cine independiente”. En Cartagena les hicieron sacar prenda por prenda en busca de drogas. A Honduras llegaron en pleno golpe de Estado y tuvieron que saltearse las funciones.
Viviana observó que en un continente con fuerte impronta machista, dos jóvenes viajando solas no pasaron inadvertidas. “En muchas escuelas, después de la proyección nos ponían tres platos de comida, porque suponían que íbamos con chofer. Pero nuestro trabajo también sirvió de estímulo a otras mujeres, que vieron que podían llevar adelante sus propios proyectos”.
En La Habana entrevistaron a Jesús Sánchez Pérez, padre de los cines itinerantes en Cuba, en 1959. De regreso al continente participaron en el Primer Encuentro de Cines Móviles de América Latina, en México. Allí se gestó la Red de Cines Itinerantes de América Latina, que en marzo de 2013 tendrá su tercer encuentro, en Uruguay.
Ahora vendrán proyecciones en Salta y en Córdoba, donde viven Griselda y Viviana, respectivamente. Entretanto termina de gestarse el libro, que incluirá lo que no pudieron incorporar al documental , y algunas de las miles de fotos que sacaron. “Lo que no se ve –advierte Griselda–, es lo que Latinoamérica nos dejó a nosotras”.

Fuente: Clarín