domingo, 16 de septiembre de 2012

"NO ME INTERESA EL AFAN DE POLARIZAR"

Miguel Cantilo presenta en sociedad su vigésimo segundo disco, Cantilenas. Recuerda a Miguel Abuelo, su militancia por la libertad y explica por qué se le ocurrió publicar un EP.

 
Por:Diego Gez
                       
El lanzamiento de un EP al que le seguirá un flamante disco, un próximo libro, y un nuevo show que se suma a una nueva gira son parte de lo que se viene alrededor de la figura de un músico que siempre hizo de sus inquietudes el principio de futuras certezas. Hablar con Miguel Cantilo sobre su actualidad no significa solamente abordar su aquí y ahora como único propósito, también aporta la mirada y experiencia de un músico contracultural, que supo de idas y vueltas con la fama, el éxito y el peso de su leyenda. Pero a él poco parece importarle todo eso, sentado en un lugar acogedor de Palermo que, como él bien dice, "poco o nada va quedando del barrio que fue" y que supo tener entre sus habitantes históricos al gran Miguel Abuelo, otro de sus amigos que revolotea por la charla y al que recordará con una sola palabra: "Único".
Cantilenas es el nuevo y vigésimo segundo disco de Miguel, algo que se toma con tranquilidad pero también con humor. "Podría sacar más discos, como Litto Nebbia (risas). Es como decía Antonio Machado, porque uno va dejando discos como huellas por el camino, aunque siempre estoy más atento al paso que voy a dar más adelante. No por eso desvalorizo el pasado, porque sirve para reflexionar. Por eso hace cinco discos que soy el productor de mis obras, porque muchas están descatalogadas o perdidas. Es muy feo el trato que se le da al material de catálogo, así que ahora me encargo de todo. Pero volviendo a tu pregunta, mirar para atrás y ver que uno ya tiene 22 discos editados es una de las razones para seguir sacando discos porque hablan de la actualidad de los artistas. Y Cantilenas es mi hoy, mi actualidad", acota.
Esa actualidad comenzó hace unos dos años atrás, cuando le entregó una buena cantidad de temas a uno de sus hijos, que esta vez oficia de productor. "Estábamos en la búsqueda de un sonido y un criterio para definir un después. Así llegamos a la idea de hacer un disco folk, con contenidos latinoamericanos, sumado a canciones donde se privilegian las letras, como pudo haber sido el folk que nos inspiró hace más de 40 años con Bob Dylan o Simon&Garfunkel. Ese estilo de canciones se impuso en todo el mundo, porque rescataba un espacio para la poesía y le daba un tratamiento delicado a los instrumentos. En la presentación de este sábado estarán tocando conmigo los maestros Kubero Díaz, Rubén Izaurralde y un señor que supo acompañarme en Pedro y Pablo. También voy a dar a conocer algo de este nuevo disco, y estará disponible un EP de cuatro temas (ver recuadro) para que la gente intuya cómo será el resto del material que estará listo dentro de poco.

-Todo eso juega no solamente con un aire de época, también por un concepto intimista con la canción...
-Está buscado especialmente. Todo apunta a una cosa más íntima, más de climas reflexivos y para eso es importante una atmósfera tranquila, opuesta a lo que venía haciendo en mis anteriores discos. El ambiente es básico porque le da lugar a la metáfora elaborada.
-¿Sacar un EP de cuatro temas tiene que ver con un signo de los tiempos, donde la gente requiere la inmediatez de algo corto, opuesto a la extensión de un álbum?
-Algo de eso hay. Si bien en mi caso tiene que ver con una decisión personal, es cierto también que cambiaron muchas cosas para los que hacemos música. Ahora existe una relación entre el tipo que escucha y las canciones de una manera individual. Antes se compraba un disco y tenías que escuchar todo, mientras que ahora existe una búsqueda de temas. No soy de los que se fastidian con Internet porque para mí, todo ese mundo ayuda a la difusión entre el individuo y la nación individual. Sobre todo porque Internet quitó elementos a los músicos como las regalías pero al mismo tiempo devolvió al ejecutante a los escenarios. Ahora hay que tocar, significa trabajar, lo que terminó por valorar la importancia de actuación en vivo, algo que antes no se tenía en cuenta.

Si todos los discos de Miguel Cantilo siempre tienen una carga iniciática de principios, algo que se intensifica en su interior pero que siempre parte desde el título, entonces Cantilenas también hace una apuesta por la temporalidad y por las canciones. "Uno de mis compositores favoritos, que no viene del rock especialmente, es Carlos Guastavino, que sería un Chopin nuestro y que tiene una obra tan vasta como compleja que vale la pena escuchar de punta a punta. Recorriendo todo eso, me encontré con una serie de piezas musicales de su autoría a las que llamó Cantilenas. La palabra me interesó tanto que al buscarla en el diccionario me cautivó. Ahí supe que su significado remitía al de 'pieza musical para ser cantada', lo que terminó por cerrar todo un concepto que en definitiva lleva implícito el de la libertad de hacer, de cantar, de expresarse."
-Esa es la libertad que siempre pregonaste junto a Miguel Abuelo...
-Cuando hablo de él siempre me viene una frase: "Hay gente que ya no está entre nosotros pero que si embargo está más viva que muchos que caminan por este planeta". Miguel Abuelo es uno de esos tipos que, sin estar entre nosotros, tiene una sobrevida que lo pone todo el tiempo en relieve. Las nuevas generaciones lo escuchan y lo descubren, respetan su obra y lo ponen vigente. Su paso por este planeta fue único, por eso no tiene comparación la marca profunda que nos dejó. Siempre pienso en cómo vería las cosas él, los homenajes que se le hacen, la película que se hizo sobre su vida, esas cosas. Tenía una manera de ver las cosas en las que el humor y el ojo crítico siempre estaban presentes. Por eso, su paso nos dejó, a los que nos quedamos acá, una enseñanza que nos durará toda la vida. Él fue la libertad.
-¿En ese contexto ayuda los cambios sociales que se viven en el país actualmente?
-Existe un progresismo que está logrando cambios, pero poco a poco. No me interesa la confrontación política partidaria por más que tenga mis ideas concretas y firmes en cuanto al tema. No me interesa el afán de polarizar porque termina siendo toda una forma de fascismo. Los '90 fueron una enseñanza porque desde ese momento comenzamos a tomar otro camino. Con matices de índole política estamos en un camino mucho más promisorio actualmente, sobre todo, cuando al progresismo se lo entiende desde el vivir en sociedad, con libertad, algo que en mi adolescencia y mi juventud fue arrasado pero que en la actualidad se respeta más. <
 
Fuente: Tiempo Argentino.

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