Son universitarios o profesionales hiperconectados, de 18 a 30 años.
Algunos tienen la capacidad de no perder ningún detalle a la hora de vestirse. Otros no se pueden ir a dormir si no dejan antes todo ordenado a la perfección. Y también están los que no pueden levantarse de la cama sin antes estar informados. Según una encuesta, el 80 por ciento de los argentinos universitarios y profesionales de entre 18 y 30 años asegura que, antes que cualquier otra cosa, la primera actividad que realizan es la de chequear su smartphone para ver actualizaciones en el mail, textos y redes sociales.
El cuerpo humano tiene 206 huesos y el smartphone podría ser considerado el número 207 para la llamada Generación Y (se denomina así a los que nacieron entre 1982 y 1995). Es que dos de cada cinco consultados afirmó que se sentirían “ansiosos e incompletos” si no pudieran utilizar sus celulares para conectarse. La encuesta, hecha por la compañía tecnológica Cisco, fue realizado en 18 países, e incluyó a la Argentina.
Esta generación está constantemente conectada. Y la información les llega en tiempo real y en todo momento. Por ejemplo, el 30 por ciento dice chequear el celular tantas veces por hora que ya perdió la cuenta de cuántas veces lo hace. Mientras que en Estados Unidos, el 40% revisa sus dispositivos al menos una vez cada diez minutos.
La necesidad de estar conectados significa que las líneas entre el trabajo y la vida social y familiar son difusas. Estos jóvenes se fijan si hay nuevas actualizaciones laborales y se comunican a toda hora desde diferentes lugares. Sin embargo, de aquellos usuarios compulsivos de celulares, el 60 por ciento desearía no sentirse tan obligado a usarlo. En Argentina el porcentaje baja al 54 %.
Otro dato que se desprende de la encuesta es que la mitad de los argentinos de la Generación Y pasan más tiempo con amigos online que en persona. Sin embargo existe una diferencia de género. Según el estudio, los hombres tienen más contacto directo con amigos o familiares (38%) que las mujeres (29%).
Pero como todo es versátil a la hora de relacionarse, cuatro de cada cinco (81%) cree que en la Web las personas tienen una identidad falsa. Esta desconfianza está más ampliada en el país (85%). De hecho, cuando se les preguntó acerca de ellos mismos, sólo el 44% aseguró que mantiene su manera de ser en el mundo virtual.
Fuente: Clarin
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