Negó la existencia del plan cóndor y de la sistematicidad en el robo de bebés. El ex dictador reconoció que la cúpula eclesiástica sabía de las torturas y desapariciones. Nombró a Pío Laghi y a Raúl Primatesta.
En algunos casos, la Iglesia ofreció sus buenos oficios, y frente a familiares que se tenía la certeza de que no harían un uso político de la información, se les dijo que no busquen más a su hijo porque estaba muerto.” La cita textual proviene de una entrevista que concedió el dictador Jorge Rafael Videla, y la referencia, a la metodología que la Iglesia Católica ofreció para manejar la situación de los desaparecidos, asesinados durante la dictadura. En su última edición del 15 de julio, la Revista El Sur, que se distribuye en varias localidades de la provincia de Córdoba, publicó el resultado de tres encuentros que el periodista Adolfo Ruiz mantuvo con Videla entre agosto y octubre de 2010, cuando estaba alojado en la prisión de Bouwer para asistir a las audiencias del juicio por las 31 víctimas de la UP1, por el que fue condenado a cadena perpetua.
A pesar de que fue la primera de una saga de conversaciones con periodistas, Videla pidió en su momento “absoluta reserva” del contenido de los diálogos hasta abandonar Córdoba, pero luego modificó esa condición poniendo como plazo de exclusividad su propia muerte. Como era de esperarse, el represor incumplió su compromiso y brindó otras dos entrevistas: al periodista español y simpatizante ultraderechista Ricardo Angoso, y al escritor y periodista Ceferino Reato, que incluso filmó parte de sus encuentros con el genocida. Parte de la entrevista realizada en 2010 que finalmente vio la luz en la última semana, fue reproducida ayer por el diario Página/12.
La confesión de Videla sobre el rol que cumplió la cúpula eclesiástica va en sintonía con la presunción de su complicidad con los vejámenes cometidos por los dictadores, y el nivel de conocimiento que tenían sus máximos referentes de la represión ilegal. El ex nuncio apostólico Pío Laghi, y el ex titular de la Iglesia Raúl Primatesta, son algunos de los nombres mencionados por el genocida, así como otros obispos integrantes de la Conferencia Episcopal. “Nos asesoraron sobre la forma de manejarla”, afirmó sobre la “situación” con los desaparecidos.
“No se quiso correr ese riesgo”, admitió Videla durante su conversación, acerca del motivo por el que se descartó la idea de “blanquear” la lista de personas asesinadas por la represión, y así comunicárselo a sus allegados. Asimismo, negó la existencia del Plan Cóndor. Consultado por las torturas y el robo de bebés, el dictador justificó el accionar: “Cuando se da tanto poder y libertad de acción a una fuerza como el Ejército, es inevitable que muchos utilicen estas libertades en beneficio propio.” A pesar de que lo calificó como “bajezas humanas”, dijo que como “la lucha se organizó imitando la organización celular del enemigo”, entonces “no era fácil controlar todas las acciones”. Lo hizo sin saber que la justicia lo condenaría a 50 años de prisión al comprobar que la apropiación de menores fue un método sistemático y planificado por la Junta Militar. «
Fuente: Tiempo Argentino
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