miércoles, 1 de junio de 2011

AUMENTAN LOS FEMICIDOS EN EL PAÍS



La forma más extrema de violencia hacia la mujer crece. En el primer semestre de 2010 hubo 126 muertes de este tipo. En la gran mayoría los autores son ex parejas, concubinos, esposos y novios.


Por Raúl Arcomano.


Edith Venegas tenía 49 años. Su cuerpo fue hallado con golpes y magullones. Su pareja, un policía en actividad, fue detenido por el homicidio. Gabriela López fue asesinada de un tiro en la cara en la casa de su novio: la chica de 16 años quería terminar la relación y el joven no lo aceptó. Verónica Presson fue estrangulada en Córdoba por su ex marido, que luego se ahorcó. El esposo de Karina Giménez también se pegó un tiro, pero antes la mató a ella de un disparo. Margarita Riestra tenía 51 años y fue apuñalada por su marido, en Santiago del Estero. Fue justo el día anterior a la primera audiencia para acordar la separación.
Estas muertes no tuvieron tanta repercusión en los medios como las muertes de Fernanda Lemos o Valeria Romero Azar. Los novios de Fernanda y de Valeria también están sospechados de matarlas. Los cinco crímenes mencionados sucedieron sólo en septiembre. Cinco mujeres de edades diferentes, de diferentes puntos del país y con diferentes historias de vida. Pero con un mismo final: una muerte violenta. Este tipo de muertes tienen nombre: femicidios. Es una de las formas más extremas de violencia hacia las mujeres: el asesinato cometido por un hombre que considera a la mujer como parte de su propiedad. Hoy no es en la calle donde las mujeres están en peligro. Es en las cuatro paredes del hogar, donde muchas mujeres son golpeadas, amenazadas, violadas y muertas por sus parejas. No hay cifras oficiales sobre estos crímenes, pero los organismos no gubernamentales denuncian que aumentan día a día. Sólo en el primer semestre de este año se contabilizaron 126 femicidios.




¿Qué es y qué significa femicidio?






Desde la asociación La Casa del Encuentro explican: “Es la última instancia de un ciclo de violencia que comienza con celos, descalificación, control, humillación, insultos, luego el pedido de perdón. Sin embargo, este ciclo vuelve a comenzar cada vez con más agresión. Después llegan los golpes, las patadas, los empujones, hasta terminar en muchos casos con el asesinato de la mujer maltratada. El término femicidio es político: es la denuncia a la naturalización de la sociedad hacia la violencia sexista”. La ONG agrega que el concepto fue desarrollado por la escritora estadounidense Carol Orlock, en 1974. Y que se empezó a usar públicamente dos años después por la feminista Diana Russell.
La Casa del Encuentro realiza desde hace unos años un informe sobre los femicidios en el país. El último abarca el primer semestre de 2010. Para hacerlo, se levantan noticias sobre crímenes contra mujeres de las agencias de noticias Télam y DyN y de 120 diarios de distribución nacional y provincial. El informe habla de femicidios “vinculados”. Son aquellos de personas que: o intentaron ayudar a una víctima y fueron asesinadas por el femicida; o tenían un vínculo familiar o afectivo con la mujer y fueron matadas para castigar y destruir psíquicamente a la mujer a quien consideran de su propiedad.
Del 1 de enero al 30 de junio se registraron 126 femicidios, y femicidios vinculados de mujeres y nenas. Son muchos más que los 90 contabilizados en los primeros seis meses del año pasado. En la gran mayoría de los casos los sospechosos son esposos, concubinos, ex parejas o novios. Sólo en 18 casos las víctimas habían hecho denuncias por amenazas o violencia contra los que terminaron siendo sus asesinos. El Observatorio de Femicidios en Argentina está conformado por diversas ONG de todo el país. Lleva el nombre de Adriana Marisel Zambrano. Fue una joven de 28 años que fue asesinada a patadas y trompadas en Palpalá, Jujuy, por su ex pareja. Sucedió en 2008. José Manuel Alejandro Zerda fue sentenciado a sólo cinco años de prisión. Zambrano tenía al momento de su muerte una beba de nueve meses de vida.
“Sólo con este conteo ya estamos superando a España”, dice el psiquiatra Enrique Stola a Miradas al Sur. “Y eso –agrega- que no se cuentan los casos de los mujeres que se suicidan presionadas por sus maridos, o que mueren de enfermedades relacionadas con el estrés y la somatización de la violencia. Son muertes ocultas por esas patologías”. Según el diario El País de España el número de mujeres muertas por la violencia “machista” –como la llaman allá- asciende a 55, el mismo que en todo 2009. La gran mayoría murió sin que las autoridades tuvieran constancia de que estaban siendo maltratadas. Acá en la región es similar, claro: los países con índices más significativos de violencia hacia las mujeres en Latinoamérica son México, Guatemala, Costa Rica, Chile. Argentina no se queda atrás.



Las violencias.






Quien también está elaborando cifras es la Oficina de Violencia Doméstica (OVD). “Hay que tener en cuenta que las estadísticas contribuyen a diseñar una política pública”, expresó a Miradas al Sur la vicepresidenta de la Corte Suprema de Justicia, Elena Highton de Nolasco. Según los datos de la OVD en dos años –entre septiembre de 2008 y 2010- ingresaron a esa oficina 12.870 casos y hubo 6.400 consultas informativas. El 80 por ciento de las denuncias son de mujeres, de una franja etaria que va de los 30 a 39 años. El 20 por ciento resto, chicos de 1 a 18 años. El 90 por ciento de la violencia denunciada es psicológica, el 67 por ciento física, el 30 por ciento económica, y el 12 por ciento sexual. Y el nivel de riesgo, observado en 9.196 casos: altísimo y alto en el 48 por ciento, medio en el 38 por ciento y bajo en el 14 por ciento. Otro dato: sólo seis casos tuvieron sentencias condenatorias.
Stola dice que es una falla la falta de estadísticas oficiales sobre femicidios. Y destaca la visibilización. “Se empieza a hablar de crímenes contra mujeres. El tema tendría que estar en la agenda del Gobierno y de todos los partidos políticos. Estas muertes tendrían que prevenirse con educación. Enseñarles a las chicas y a las mujeres a detectar a los hombres violentos. Debe haber refugios para que las mujeres sean sostenidas y protegidas. También hay un serio problema con la policía y la Justicia: en muchos casos trabajan mal y no les dan a las mujeres que pasan por situaciones de violencia las respuestas adecuadas. No toman denuncias, les dicen que vuelvan a sus casas o intentan fallidas revinculaciones. A veces tampoco hay protección de la familia. Mientras, las mujeres se mueren”, denuncia Stola. Sobre ese tema también está trabajando otra área de la Corte: la Oficina de la Mujer, que depende de la jueza Carmen Argibay. Lo que está promoviendo esta área es la realización de talleres de capacitación para incorporar la perspectiva de género en la Justicia.
Para Diana Maffía, la categoría de femicidio se está elaborando y trabajando, porque no existe en el Código Penal. “Considero que un femicidio es cuando una mujer muere al practicársele un aborto clandestino. Cuando una mujer es asesinada en una zona de explotación de la prostitución. Y también las que son matadas por sus parejas. Todos estos crímenes tienen en común la condición de fragilidad de la mujer”, indicó a Miradas al Sur. La diputada porteña, investigadora y doctora en Filosofía sostiene que “el crimen pasional no tiene que ver con el amor, tiene que ver con el poder. Son crímenes hasta por encargo, planificados, que nada tienen que ver con la pasión”. Y agregó: “Es real que algunos de estos crímenes están teniendo mayor visibilidad. Se ve que cada crimen no es un hecho aislado. Hay que tener cuidado, eso sí, en cómo se comunican estos crímenes. Porque en muchos casos hay un efecto contagio, como sucedió en el caso de Wanda Taddei”.
“Tenemos una ley que protege a las mujeres víctimas de violencia. Cada día de demora son miles de vidas en riesgo que no se están protegiendo. Es urgente ponerla en funcionamiento y que sus voces sean escuchadas”, sostuvo en un comunicado Gabriela Boada, directora ejecutiva interina de Amnistía Internacional Argentina. El organismo ve como prioritaria la necesidad de atender la situación de violencia contra de las mujeres, haciendo efectiva la ley para hacerle frente a la matanza de cientos de mujeres por su simple condición de género. Se refieren a la Ley 26.485, recientemente reglamentada. La ONG La Casa del Encuentro también reclama que se destine un presupuesto para que la ley se empiece a implementar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario