martes, 30 de julio de 2013

PANZAS PARA SIEMPRE

Bellymask, el molde que inmortaliza el embarazo. Los nueve meses de embarazo son el único momento donde uno puede decirle a una mujer que tiene panza, que “se le nota” o engordó, y se lo va a tomar como un piropo –y no como el peor de los agravios–. Hay redondas, puntiagudas, con el pupo para afuera, tatuadas, con estrías, bronceadas o pálidas. Algunas las exhiben en privado, mientras que otras arman books de fotos o sesiones de body painting.

pOR DEBORAH MANIOWICZ

Para las más osadas, el último grito de la moda, que aterrizó en la Argentina en agosto del año pasado y es un boom en Estados Unidos, España y Australia, es inmortalizar la dulce espera realizando un molde de yeso tridimensional que reproduzca la fisonomía del vientre. Se llama Bellymask y es un kit que se comercializa bajo la insignia “Do it yourself”, “hacelo vos misma”. La idea es que las embarazadas creen su propio molde en compañía de familiares o amigos sin necesidad de pedir ayuda a un experto. El pack incluye todos los materiales para crear la escultura: rollos de venda enyesada, lubricante, guantes descartables, una tela protectora y el “paso a paso”. Es tan simple que en sólo 30 minutos uno puede perpetuar la metamorfosis corporal producto de la gestación.

Victoria Podestá es la emprendedora que desarrolló el producto en la Argentina. “Cuando quedé embarazada en 2003 empecé a buscar información en la web. Leí sobre el producto en una página web de Estados Unidos y como mi cuñado vive ahí lo compré y él me lo hizo llegar. Hicimos el molde con mi marido y nos encantó: fue una experiencia buenísima, nos divertimos mucho. Cuando volví a quedar embarazada no lo dudé y repetimos la experiencia. Finalmente, decidimos instalar el producto acá, con materiales hipoalergénicos –certificados por ANMAT– de industria nacional”, cuenta Podestá y afirma que desde agosto a la fecha lleva 500 kits vendidos.

La inversión estimada que realizó Podestá para montar la firma es de 30 mil pesos y el precio de venta sugerido para el producto, que se comercializa en espacios de maternidad como Maternelle, Creciendo, Canguras, Chocolette y El Clan Tedan, entre otros, además de Facebook y Mercado Libre, es de 260 pesos. Aunque la empresaria aclara que “algunos lo venden más barato y otros más caro”, teniendo en cuenta los 500 kits vendidos, la facturación alcanzaría los 130 mil pesos: un negocio redondo.

La técnica es tan sencilla como la que utilizan los chicos para hacer máscaras con globos. Según reza el instructivo, el proceso puede resumirse en cinco etapas: 1) aplicar lubricante en toda la zona de la piel que va a estar en contacto con el yeso; 2) humedecer las tiras en agua tibia y quitar el excedente de agua; 3) cubrir con tres o cuatro capas para lograr un molde firme; 4) esperar diez minutos a que el yeso se seque; 5) quitar los excedentes con una tijera y lijar la superficie.

“Cuando fui a Creciendo a comprar el cochecito para el bebé vi el molde colgado y me encantó la idea y el vendedor me dijo que podía comprar un kit y hacerlo en casa. Con Javi, mi marido, no lo dudamos. Como todavía me faltaban unas semanas para la mejor época, lo guardamos. El día de hacerlo fue superdivertido y emotivo, filmamos todo el proceso y cuando lo vimos, no podíamos creer cuántas caricias había recibido la panza. Fue un momento de mamá, papá y Mili privado”, cuenta Mariana. Para decorarlo, optó por llenarlo de firmas: “Hicimos un asado y les pedimos a tíos, abuelos y amigos que escriban deseos para nuestra hija y fue otro momento muy especial. Primero la pintamos de rosa clarito y compramos un marcador dorado para que cada uno escriba y dibuje lo que quiera”.

Paula Acosta, psicóloga de 31 años y embarazada de 6 meses y medio, es la modelo que ilustra esta nota y comparte la experiencia del proceso. “Fue casi un mimo, una buena terapia para mí y mi beba. En ningún momento sentí frío y la sensación fue muy placentera. Todavía no sé qué uso le voy a dar al molde pero una buena opción es llenarla de buenos deseos en el baby shower. Todavía tengo unos meses para pensarlo”.

El secado tarda 24 horas y si bien la opción de colocar las firmas es una de las más populares, las variantes son infinitas. Podestá cuenta que las técnicas van desde pintura acrílica, entelado y collage hasta colocar las huellas de los piecitos y manitos del bebé una vez que nazca o estampar una foto familiar. Otra alternativa va de la mano con uno de los lemas de la empresa: “Mostrales a tus hijos cómo fue su primer hogar en tu cuerpo”: esperar a que el niño crezca y decorarla juntos.

En cuanto al perfil de las clientas, la creadora de Bellymask cuenta que se trata de un “público extranjerizado, gente que ha viajado y sigue las tendencias internacionales. Los argentinos todavía están evaluando el producto y no se los ve tan convencidos. Además, las argentinas tienen todo un tema con la panza y los rollos. Les preocupa verse gordas y apenas tienen el hijo, hacen lo imposible para que la panza desaparezca cuanto antes”.

Algunas usuarias realizan el molde con el único fin de vivir la experiencia del proceso. Otras valoran el recuerdo: conservar la imagen exacta de cómo fue el embarazo. Una propuesta tan insólita como atractiva. Y sí, el negocio de la maternidad da para todo. 
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Opinión

A la embarazada le encajás cualquier cosa
Por Dalia Gutman

La mujer es de por sí un ser consumista y la embarazada es un extremo: le encajás cualquier cosa. Todas tenemos ese pensamiento de que es una etapa única de la vida, que sólo dura nueve meses y que si no hacés todo lo que te ofrece el mercado, después te vas a arrepentir. Te da culpa y lo terminás haciendo. Por ejemplo, la 4D te la hacés al pedo, porque se ve un monstruito horrible. La panza de yeso es otra boludez. Ojo, la panza de las embarazadas es hermosa y es un momento de mucho cambio corporal así que lo hubiera dudado y hasta habría averiguado el precio porque en ese momento dudaba todo y hubiera pensado que si no lo hacía me quedaría sin el recuerdo de la panza, pero creo que después hubiera recapitulado y me hubiera autofrenado. Hacerse un yeso de la panza y después guardarlo para que lo vea tu hijo ya es cualquier cosa.  Es el súmmum del consumo boludo.

Fuente: Revista Veintitrés.

"ES UN HONOR ASESORAR A LA ONU"

Rut Diamint, investigadora. Es profesora y especialista en desarme. Dice que la Nación actúa de manera íntegra con respecto al desarme. Integra una junta consultiva de Naciones Unidas.  



Fueron años de trabajo volcados a la investigación en el campo de la seguridad y el desarme. Rut Diamint, profesora de Seguridad Internacional en la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) e investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (Conicet), tendrá la misión de asesorar a las Naciones Unidas por el término de tres años. Su experiencia en la materia pesó a la hora de elegir expertos en la región, y por esa razón formará parte de un reducido y selecto grupo denominado Junta Consultiva en Asuntos de Desarme de la ONU. Diamint, que fue designada por el secretario general, Ban Ki-Moon, y que va a prestar servicios a título personal, explica los alcances de su tarea en el organismo internacional.

–¿Cuál es el objetivo de la Junta Consultiva?

–La idea es que el secretario general tenga una junta de producción de conocimiento independiente que prepare documentos para que pueda entender mejor y profundizar algunas cuestiones vinculadas a políticas de desarme y control de armamentos. La junta puede trabajar a requerimiento del secretario o bien por sugerencia de la misma comisión cuando haya un tema importante en la agenda de la seguridad global. 

–¿En qué tema están trabajando hoy?

–Son temas que están en la agenda de debate de Naciones Unidas y que han sido propuestos por países. En este año, lo que estamos tratando específicamente y como primer tema es lo que se llama las zonas desnuclearizadas, es decir, zonas libre de armas de destrucción masiva que ya existen siete, y que se pretende sean más. Otro tema es el impacto de las nuevas tecnologías como por ejemplo los “Drones” (aviones no tripulados) y las tecnologías satelitales donde el hombre no interviene y que puede tener algún impacto colateral sobre población civil no combatiente.

–¿Se aplica el desarme en escalas inferiores?

–Hay un tratado que se está negociando que ya lleva muchos años de trabajo, aunque en cuestiones de desarme no se habla de armas livianas. Este tema –en el que no trabajé– no es fácil resolver porque debe resolverse entre una cantidad de países. Hay que aclarar que Naciones Unidas no tiene el poder propio sino el poder de los Estados que están representados. A pesar de que la fórmula es un Estado-un voto, hay Estados que tienen más influencia. El tratado que se viene negociando desde hace mucho tiempo se centra en las armas livianas, las usadas no por ejércitos nacionales sino por otro tipo de actores como el crimen organizado o bandas politizadas.

–¿Cómo esta ubicada la Argentina en la cuestión desarme?

–En los grandes temas como la de no proliferación, la Argentina es un país con una conducta coherente y clara desde el retorno de la democracia. Es un país que ha firmado y puesto en práctica la mayoría de los tratados y que promovió a través de los regímenes.

–¿Qué siente al asesorar a Naciones Unidas?

–No hice un camino para esto, pero es un honor muy grande. Además existe la posibilidad de escuchar a miembros de países importantes o de políticas definitorias y saber qué preocupaciones tiene el secretario general en directo. Se intenta que esta junta tenga un equilibrio por regiones y si se puede, algo de división de género para que las comisiones no sean sólo masculinas. No hay tantas personas que en América latina trabajen estos temas y supongo que porque tengo algunos trabajos publicados alguien sugirió mi nombre. Es muy positivo como posibilidad de informarse y entrenarse. 

Fuente: Revista Veintitrés.

"EL SABER NOS DA PODER"


Matias Reck, director de la Editorial Milena Caserola. Es el ideólogo de la Feria del Libro Independiente. Nacieron como un contrapunto a diferentes editoriales más comerciales. Un trabajo en equipo. 

POR BRUNO LAZZARO



Cada fin de semana, en alguna parte de América del Sur, decenas de puesteros arman sus stands henchidos de sueños como parte de la feria del libro independiente –F.L.I.A.–. Matías Reck, director de la editorial Milena Caserola –y uno de los ideólogos de la F.L.I.A.–, explica algunas de las razones por las que el encuentro se convirtió en clásico y por qué parece no tener punto final.

–¿Cómo nace la F.L.I.A.?

–En 2006 había mucha gente haciendo cosas con sus propias manos y los libros no eran la excepción. Era gente que venía dispersa por la crisis de 2001. Los escritores andaban con sus libros bajo el brazo y se nos ocurrió la idea de juntarnos. Se armó un movimiento cultural que va más allá del libro y de Buenos Aires. Nacimos como una contra a la feria internacional y después nos convertimos en algo complementario.

–¿Cómo se dio ese proceso?

–Al principio había 80 puesteros y después pasaron a ser 300 entre revistas, libros, fanzines, remeras. Crecimos mucho. La F.L.I.A. llegó a tener 10 mil visitas en un fin de semana. Nos transformamos en laburo de tiempo completo para mucha gente. Hay algunos puesteros que viven de la F.L.I.A. En la actualidad se hace cada tres meses, pero como llegó a La Plata, Mendoza, Rosario, Montevideo, Santiago de Chile y Bogotá, por nombrar algunas ciudades, hoy se realiza casi una vez por semana.

–¿Qué te provoca que se haya generado algo de estas características?

–Es una locura. Hay un laburo colectivo que hace difícil volver atrás. Y por eso es complicado poder confiar en otras estructuras porque lo que vos hacés con tus propias manos, circula. Con esto, volvimos a lo que era Corrientes, 50 años atrás. Hoy copamos el mercado y logramos que los libros independientes estén en las vidrieras. De esta manera se revaloriza nuestro laburo y es por esto que muchos grupos económicos y de poder quieren capitalizarnos.

–¿Y cuáles son sus movimientos ante esa avanzada?

–Seguiremos cambiando el rumbo. Aprendimos mucho en todo este tiempo. Y hoy el saber nos da poder.

–¿Cómo es la actualidad de las editoriales independientes?

–Son muchas porque hubo un crecimiento vertiginoso. Y estamos todas juntas. Gracias a esto logramos reconstruir el vínculo entre las personas y la idea del trabajo pensado desde otro lugar. Antes los escritores querían ser publicados por grandes sellos, hoy se da un proceso inverso en el que muchos autores de grandes editoriales se acercan a las editoriales independientes. Con Milena Caserola, en coautoría con otras editoriales, editamos más de trescientos títulos.

–¿Qué es lo que más le llama la atención de la narrativa de hoy?

–En los ’90 se volvió a lo barrial, pero hoy hay ciertas corrientes que se están recuperando –las historias mínimas, las novelas que describen una situación familiar–. A la vez, hoy se piensa desde una idea de barrio digital, donde las empresas o las publicidades saben captar lo que nos pasa cuando hablan de comunidad. Juegan con nuestras emociones. La poesía y la escritura en general tienen que romper con eso y crear algo nuevo. Y desde ahí, creo que las editoriales independientes nos diferenciamos en lo humano. En estar metidos con lo que sucede.

Fuente: Revista Veintitrés.

¿ESTAIS NERVIOSOS?

Con calificaciones peyorativas y hasta imágenes apócrifas, los diarios de la península demuestran que no importa la noticia sino cómo se planta a los personajes en ella.



A los ricos les sienta muy mal dejar de serlo”, había dicho Juan Luis Cebrián, en 2008. Tal vez sin advertirlo, el presidente ejecutivo del Grupo Prisa, propietario del diario El País, clarificó el panorama sobre lo que representa en la actualidad la disputa por el sentido para los medios españoles.

Con el correr de la crisis, que este año elevaría a un 26,9 por ciento el desempleo en el Estado que preside Mariano Rajoy, El País, ABC y La Razón profundizaron la toma de posición sobre sus coberturas latinoamericanas, olvidando la rigurosidad que alguna vez cultivaron. En ese marco, La Razón, por ejemplo, calificó peyorativamente a la presidenta Cristina Fernández como “Doña Cristina” o “Madre de los necesitados”, según la necesidad. También El País hizo lo propio en estos días, señalando al gobierno argentino como tiránico tras los anuncios sobre una posible reforma del Poder Judicial.

Para los diarios españoles parece no importar la noticia, sino la manera de plantar a los personajes en ella. “El año pasado recibimos la visita de profesores de la Universidad Complutense de Madrid y se sorprendieron mucho por la situación del país porque, decían, a España llegaban noticias desoladoras sobre lo que ocurría aquí –recordó Alicia Entel, directora de la Fundación Walter Benjamin, en diálogo con Veintitrés–. El País se ha convertido en una de las propuestas más amarillistas que se haya conocido en los últimos tiempos. Ya no sólo es vergonzoso, sino perverso”.

Un antecedente insoslayable es el debate abierto a partir de la foto apócrifa del presidente venezolano Hugo Chávez que, bajo el título “El secreto de la enfermedad de Chávez”, publicó El País en enero de este año. Si bien ese “desliz” se atribuyó a la flexibilización que enfrentaba el diario, que unos meses antes había echado a 301 trabajadores –entre ellos sus plumas más reconocidas–, para Entel “existe una toma de posición por cuestiones político económicas, los medios no son ajenos a eso. Estigmatizan no sólo a los líderes latinoamericanos, sino también a los pueblos de este continente en función de intereses propios, porque en el caso de Prisa está claro que se orienta a lo que dicta el gobierno español presionado por los intereses empresarios, y la decisión de nacionalizar YPF no es menor”. En abril del año pasado, ABC calificó la expropiación como una “decisión emocional” del gobierno argentino.

“La manipulación es tan grande como la impunidad –comparó Entel–. En muchos casos, las calificaciones que algunos medios españoles dan a situaciones latinoamericanas rozan lo ilegal. Lamentablemente queda claro que la calidad de la información ya no depende de la ética de los periodistas, sino de las empresas para las que trabajan”.

Fuente: Revista Veintitrés.

COMO HARÁ EL PAPA FRANCISCO SU LUGAR EN LA HISTORIA

La elección de Francisco movilizó fibras sensibles y despertó hondas expectativas.

POR MIRANDA LIDA 


No es irrelevante la comparación con Juan Pablo II, el polaco Karol Wojtyla, el primer papa no italiano de la historia contemporánea, que en 1978 asumió en una coyuntura bisagra: su papado coincidió con la crisis del Estado de Bienestar y con el colapso de la Unión Soviética. Marcó época, así como hoy Francisco, el primer papa extraeuropeo, procura igualarlo.
La agonía de la Guerra Fría fue el escenario que enmarcó el pontificado de Wojtyla. En cierto sentido común está latente la idea de que el papa tuvo algo que ver con el colapso de la Unión Soviética. Al desguace del Estado de Bienestar, por otro lado, le respondió con un giro conservador que alejó a la Iglesia de la teología de la liberación. El papa acompañó las transformaciones de su tiempo, sin oponer resistencia.
No puede decirse, sin embargo, que Juan Pablo II fuera su causa directa. Desde la muerte de Stalin en 1953, el bloque comunista sufrió contorsiones intestinas.
Por otra parte, la quiebra del sistema de Bretton Woods en 1971 y la crisis del petróleo de 1973 fueron responsables de la crisis del Estado de Bienestar, de tal manera que tampoco puede achacársele al papa polaco la responsabilidad en este punto.
No se trata de minimizar su responsabilidad, sino de sopesar su significación, desde un punto de vista histórico.
Por contraste, ¿qué rol histórico podrá caberle a Francisco?
Se ha dicho que muchos de sus gestos han sido revolucionarios, al menos para una institución tan apegada a seculares tradiciones como la Iglesia Católica: el lavado de pies de dos mujeres, una de ellas musulmana, en Jueves Santo; la oración ante la tumba de Juan Pablo II; la renuncia a los más lujosos ornamentos sagrados; las primeras medidas para reformar la curia vaticana ... Son pasos importantes, pero queda una deuda pendiente con la humanidad y con la historia contemporánea: para sanear la imagen del papado es imprescindible abrir los archivos del Vaticano de los tiempos del Holocausto.
Quizás una de las razones de por qué Francisco llama tan poderosamente la atención, incluso de no católicos, resida en eldesprestigio de las elites gobernantes. En América latina, es moneda corriente el descrédito de las élites políticas, acosadas por denuncias de corrupción. En Europa, el deterioro de la imagen de las monarquías, asediadas por sonados escándalos, apenas se vio compensado por una cierta apertura a introducir personas de origen plebeyo en las viejas dinastías.
El papado, la monarquía europea más antigua, más cerca de una monarquía feudal que moderna, tomó la iniciativa y se dispuso a jugar aquí su carta más fuerte.
A falta de reyes o políticos virtuosos, el Papa del fin del mundo vino a revitalizar en el hombre común la esperanza de que puedan surgir en el mundo líderes honrados que merezcan la confianza de los pueblos. Quizás aquí se encuentre la clave para entender por qué Francisco motorizó expectativas que rayan en la desmesura. Y en la Argentina, la ola de esperanza llevó a henchir de savia la vena nacionalista: la bandera argentina flamea a sus anchas en la plaza de San Pedro.
Sin embargo, las expectativas corren el riesgo de desinflarse si no van acompañadas de hondos cambios en la política, en la economía y en la sociedad. Tarea titánica, si la hay.
Fuente: Clarin

LA VIEJA COCINA ESTA EN EL HORNO

Un ambiente que alguna vez supo ser el corazón de una casa actualmente tiende a desaparecer. La tendencia es reducirlo al mínimo: todo en un placard.



Un día, las cocinas no van a existir más. A lo mejor, se van a convertir en un espacio para compartir con los vecinos de un mismo edificio y lo vas a poder usar cuando quieras lucirte con tus amigos. Van a ser como los quinchos, los gimnasios, las piletas y los lavaderos de esas torres exclusivas con amenities. No es chiste, va a pasar. La arquitecta Zaha Hadid, por ejemplo, no tiene cocina en su casa. La iraquí es la más vanguardista de los arquitectos y arquitectas del mundo; así que hay que ir tomando nota. Zaha hace edificios futuristas de formas fluidas que parecen de chicle, aunque son de duro hormigón y acero. Esta innovadora súper estrella del diseño mundial que vive en Londres, clausuró su cocina hace años y come afuera o pide un delivery.

Bueno, ella es una mujer sola, pero algo parecido le pasa a todo el mundo. En casa, ejemplo, el ambiente más frío es la cocina, y eso que se usa bastante. Pero no es como la cocina de mi abuela. Ella tenía las hornallas prendidas desde la mañana con agua para mate primero, cacerola con caldo, salsas o cocidos cerca del mediodía y hasta quemaba cáscaras de naranja para perfumar la casa después de almorzar.

No va a ser raro que en poco tiempo las cocinas se reduzcan a lo mínimo y sean apenas un placard en el living con imanes pegados en las puertas. De hecho, la pieza más importante de la organización hogareña es la puerta de la heladera, donde están los teléfonos del delivery, del súper, del cerrajero y las cuentas a pagar. Las estrellas de la cocina dejaron de ser el horno empotrado y las hornallas con encendido automático, ahora son el freezer y el microondas (y por su puesto, el mejor amigo de la mujer: el lavavajillas).

A principio del siglo XX, las cocinas eran apenas un cuarto al fondo de las casas chorizo. Y a gatas, ocupaban un espacio similar al baño en los viejos ph, esos departamentos por pasillo con patio y un par de habitaciones cuadradas de techos altos. En la cocina apenas entraba el horno y las hornallas, una mini mesada y la pileta de lavar.

El gran cambio fue la popularización de la heladera. Pero, no había dónde ponerlas y muchos refrigeradores, con orgullo, fueron a parar al comedor. En aquel entonces, el sueño de la ama de casa urbana era tener una cocina de campo, con una gran mesa para comer, amasar o hacer los deberes con los chicos. Pero el futuro no les reservaba tanto espacio.

En 1843, más de 100 años antes de que la heladera Siam se convirtiera en un ícono del progreso argentino, la educadora estadounidense Catharine Beecher proponía una cocina basada en las dimensiones del cuerpo humano. Gran avance. Las estanterías estaban en las paredes al alcance de la mano, había superficie de trabajo a la altura indicada y mucho espacio para guardar cacerolas, platos y conservas. Ese fue el comienzo de la cocina moderna, pero tardaría décadas en llegar a nuestras costas.

En 1913, otra yankee, Christine Frederick, propuso usar la lógica de la producción industrial en las cocinas y los primeros que le hicieron caso fueron los alemanes. Trece años después, la diseñadora Margarete Schütte-Lihotzky estableció la dimensión mínima vital e inmóvil de una cocina: 1,90 x 3,40 metros. Fue un escándalo. Todo el mundo criticó la falta de espacio.

La cocina de mi abuela medía algo así como 3 metros por 3 y comíamos contentos, pero apretados. La superficie mínima de las cocinas en la ciudad de Buenos Aires es de 3 metros cuadrados, con un lado mínimo de 1,5 metro. Hoy, la cocina de Schütte-Lihotzky parece un lujo. Y la de mi abuela, un sueño.

FuenteClarín.

PARQUE DE LA CIUDAD: USARAN EL PREDIO PARA GRANDES RECITALES

Montarán allí la Ciudad del Rock, un playón con capacidad para hasta 90 mil personas.



La Ciudad sumará un nuevo espacio para recitales masivos al aire libre: el BA Rock. Lo construirá el propio Gobierno porteño en elpredio del Parque de la Ciudad, en avenida Cruz y Escalada. Será un playón de 120.000 m2 con capacidad para hasta 90.000 espectadores. Según se estima, sería inaugurado en septiembre con un concierto de bandas nacionales.
El proyecto fue presentado ayer por el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, y los ministros de Cultura, Hernán Lombardi, y Desarrollo Urbano, Daniel Chain. En el Ejecutivo sueñan con que el predio sea sede de eventos como Creamfields o el Quilmes Rock. Y se inspiraron en modelos como la Ciudad del Rock de Rock in Rio, en Río de Janeiro, o el Hyde Park de Londres.
“Va a ser un lugar para espectáculos masivos mirando hacia el sur porteño, porque tiene relación con el eje de desarrollo que incluye a los polos de diseño, de las artes, tecnológico, logístico y farmacéutico –anticipó Macri–. Además, va a permitir poner en valor una parte del Parque de la Ciudad. Nuestra Ciudad del Rock estará en un playón con calles de acceso, servicios, y superficies que se podrán montar o desmontar. Porque la idea es que se pueda usar flexiblemente”.
Para hacerle lugar al nuevo espacio, el Gobierno porteño desarmó los juegos del viejo Parque de la Ciudad, excepto la montaña rusa y la gran rueda “Scorpion”, que cuenta con protección patrimonial. Según prometieron, los juegos quedarán almacenados en otra área del predio. “Le pedimos un estudio a Ingeniería de la UBA, que determinó que ninguno se podía recuperar ”, explicó Chain, que afirmó que para el nuevo proyecto aprovecharán las instalaciones del parque que sí están en buenas condiciones. También conservarán su arbolado, aunque algunos ejemplares serán trasplantados a otros sectores, y plantarán 500 más.
La inversión será de $ 56 millones. La obra incluirá la construcción de un cerco perimetral, que se podrá adaptar a distintos tipos de eventos y que, llegado el caso, se podrá abrir para que el predio sea usado como parque. También harán obras de infraestructura eléctrica, para cubrir las necesidades de los grandes eventos, instalaciones sanitarias y pluviales.
El predio contará con estacionamiento para 8.000 vehículos y, además, estará conectado con el resto de la Ciudad a través del Premetro ya existente y un nuevo Metrobus, que unirá Puente la Noria con Constitución.
“La Ciudad necesitaba más lugares para producir rock para gran cantidad de público, como hoy lo son el club GEBA o el predio de Costanera Sur”, subrayó Lombardi. Y adelantó que en el lugar también habrá una carpa para artes escénicas para 2.500 espectadores.
Mientras, el Gobierno porteño llamó a licitación para cubrir el estadio de Parque Roca con un techo retráctil de 13.000 m2. Como la obra llevará 15 meses, Cultura organizará sus recitales de verano en el nuevo BA Rock. También negocia con productoras, para llevar al Parque de la Ciudad algunos de los eventos más importantes del calendario de rock. Durante los primeros seis meses, les pedirán que paguen los costos. Más adelante, la Ciudad empezará a cobrar alquiler por el predio.

Fuente: Clarín.

BALDOSAS POR LA MEMORIA

Mirar para abajo en la Ciudad permite ver las tapas de servicios como así también retazos y recordatorios de nuestra historia.

POR BERTO GONZÁLEZ MONTANER


La altura de la mirada habitual es 1,50 metro. Es la que nos permite ver el colectivo que viene, las vidrieras, encontrar los ojos de otro paseante. Admirar el frente de un edificio. Si la levantamos, es muy probable que encontremos sorpresas. Muchas de ellas, bellas como en repetidas ocasiones les conté en esta columna. Pero mirar para abajo, también tiene lo suyo. De chiquito, recolectaba de la vereda elementos desechados y los usaba para hacer artesanías, como las que había visto que hacían los “profesionales” de Plaza Francia. Una vez, con los cables de teléfono (esos bien finitos y de colores) hice un anillo que le regalé a mi hermana. Fue la envidia de sus compañeritas Y decir que en esa época la moda del reciclaje ni existía.

Curiosamente, ahora también se han puesto sobre el tapete las veredas y las calles como un patrimonio urbano a custodiar y como un recurso ambiental a considerar. Si hay que dejar el empedrado o asfaltarlo. Si es válido igualar calzada y vereda en el Casco Histórico de la Ciudad. Y si la aparición de bolardos y equipamientos indiscriminados no terminará haciendo que todos los cascos históricos sean iguales.

Lo cierto es que más allá de las consideraciones patrimonialistas sobre las veredas suele aparecer una fauna bien variada de tapas y tapitas que pertenecen a los diversos servicios. Las hay chiquitas y cuadradas. Son las que pertenecen a la desaparecida Gas del Estado o Metrogas. Otras un poco más grandes, de unos 15 centímetros por 20, de la también extinguida Obras Sanitarias de la Nación (OSN). Bajo la leyenda AySA u Aguas Argentinas hay unas que tendrán 15 por 40. Hay otras que permiten que alguien baje al submundo de las tuberías. Pertenecen a telefónicas u Obras Sanitarias. Son redondas y tienen 0,60 de diámetro. Muchas veces, circunstancialmente, de ellas emerge una escalera y un operario. Las tapas más grandes –excluyendo las grandes cámaras de transformación que invaden la vereda– son las de las compañías telefónicas, de 60 por 140. Pero hay otros elementos que aparecen amarrados al cordón cuneta: son las alcantarillas. Aparecen en las esquinas y/o a mitad de cuadra. Y son los encargados de llevar las aguas de lluvia que corren por el cordón a los caños subterráneos. Todas estas piezas tienen en común el espesor de su material. Claro, para resistir el uso y el tiempo se diseñaban de gran espesor, de hierro fundido. No como ahora que algunas son de plástico.

Todos estos elementos tienen que ver con las infraestructuras ocultas de la ciudad. Son los emergentes, las interfaces de esa red de servicios que son las arterias y venas que le dan vida y nutren el tejido de Buenos Aires. Pero hay otras piezas que han comenzado a salpicar las veredas de nuestros barrios. Y que intentan mantener viva la memoria. Tal como me alertó mi hija al leer el primer boceto de esta nota: “Pa: ¿y las placas de desaparecidos que hay en la vereda de mi colegio?”. Se refería a las baldosas que están colocando “Barrios x Memoria y Justicia” en distintos barrios. El proyecto iniciado hace unos siete años por la Asociación Vecinos de Almagro y Balvanera acaba de ser registrado por la documentalista Carmen Guarini en la películaCalles de la memoria . Allí se cuenta todo el proceso que lleva adelante esta agrupación, desde la investigación y el debate sobre las circunstancias de la desaparición y la fabricación de las baldosas, hasta el emotivo momento de su colocación en la vereda, para señalar los lugares donde vivieron, estudiaron, trabajaron o fueron secuestradas víctimas del terrorismo de Estado o de fuerzas irregulares. Para los que aún no vier on estas singulares baldosas, son unas piezas de cemento que llevan el nombre de las víctimas y están adornadas con incrustaciones de vidrios de vivos colores.

Fuente: Clarín.

EL DOCUMENTO MAS IMPORTANTE DE LA IGLESIA PARA LA REGION

Francisco ama regalar a sus interlocutores, especialmente a los altos prelados y gobernantes latinoamericanos, una copia del documento final que aprobaron los obispos latinoamericanos en la quinta asamblea del CELAM en el santuario de Aparecida, realizada en mayo de 2007 con la presencia de Benedicto XVI. 

POR JULIO ALGAÑARAZ



El entonces cardenal de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, fue el armonizador que con sus diálogos y el rol de presidente de la comisión redactora que gestó este manifiesto que “más que un texto dio vida a una realidad”. La experta católica en comunicaciones del CELAM, la uruguaya Susana Nuín, que vivió 30 años en Argentina, cree que “Francisco es muy consciente de que el Evangelio tiene que llegar a operar cambios sustanciales en la sociedad”. “El Evangelio es la única fuerza que puede transformar la realidad en plenitud y que no caiga en la ideologizaciones”, explicó Nuin a la agencia Zenit. “El Evangelio tiene que poder transformar la realidad estructural de la sociedad”. El documento de Aparecida es, quizás, el más importante documento de la Iglesia latinoamericana, porque reconoce el camino realizado por las cinco conferencias de los episcopados de la región, sobre todo las asambleas de Medellín y Puebla, que volcaron plenamente a los obispos en la realidad del Concilio Vaticano II, en los 60. Nuin sostiene que el documento de Aparecida representa “un diálogo permanente entre la iglesia latinoamericana y el Concilio Vaticano II: asume la novedad de un continente, pero también la trayectoria de la Iglesia universal que se expresó en el Concilio Vaticano II”. En el documento final de Aparecida hay muchas huellas programáticas de la realidad que va tomando cuerpo en el pontificado de Francisco. Hace un salto muy grande al referirse a los “discípulos misioneros”, a la necesidad de una vida en comunión, puesta en la senda de Cristo y el Evangelio, con una conversión profunda de los pastores. Aparecida “propone que la gente vaya al Templo y a la sociedad a llevar la buena nueva”. Y que los pastores vayan a la grey. Nuin afirma: “Este es un gran desafío de Aparecida”. Otro es marcar los rostros de dificultades y dolor que hacen padecer a la América Latina, “que no podemos negar si queremos que nuestro continente sea evangelizado y viva en la evangelización”. Con el método de análisis de “ver, juzgar y actuar”, se afronta la realidad de América Latina en la vida de Jesús en sus discípulos misioneros, que no anteponen “la acción a la comunión”. Entre Río de Janeiro y Aparecida, el pontificado de Francisco se encarrila aún más profundamente en el camino de las reformas radicales, en la inspiración del Concilio Vaticano II y del pontificado de Juan XXIII, que duró solo cinco años pero cambió la historia de la Iglesia, reconciliándola consigo misma y con el mundo contemporáneo. Es lo que quiere Francisco,que también se da un plazo de cinco años para realizar su misión. Cuando sienta que la vejez le quite plenitud en su misión, Bergoglio renunciará y ya no será una sorpresa, con el antecedente de su predecesor. Volverá a la Argentina, para pasar el tiempo de descuento en su Buenos Aires querido.

Fuente:  Clarín.

domingo, 28 de julio de 2013

EEUU ESPÍA A SUS ALIADOS EUROPEOS

Washington vigila de manera constante representantes y altos cargos de la Unión Europea. Snowden reveló al semanario Der Spiegel que Washington conserva cada mes unas 500 millones de comunicaciones realizadas por teléfono o por Internet en Alemania. Los responsables políticos del Viejo Continente exigen explicaciones.

Por Eduardo Febbro

Tener un aliado como Estados Unidos es exponerse a recibir en la frente el beso del diablo. Los europeos acaban de descubrir los golpes bajos que se esconden detrás de la palabra “alianza”. Según revela el semanario alemán Der Spiegel, Washington espía de manera constante a representantes y altos cargos de la Unión Europea, y también conserva cada mes unos 500 millones de comunicaciones realizadas por teléfono o por Internet en Alemania. En lo concreto, la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) ocultó micrófonos y se infiltró en las redes informáticas de la delegación de la Unión Europea en Washington. Las revelaciones de Der Spiegel levantaron una ola de indignación en toda Europa. Desde la sede de la Unión Europea en Bruselas, pasando por París o Berlín, los responsables políticos del Viejo Continente exigieron explicaciones a Washington. Laurent Fabius, el ministro francés de Relaciones Exteriores, dijo que si “esos hechos se confirman, serían inaceptables”. El canciller agregó que se esperaba que la administración norteamericana “disipe las inquietudes legítimas suscitadas por las revelaciones de la prensa”.
La fuente de la información publicada por el semanario alemán es Edward Snowden, el ex miembro del espionaje norteamericano que ya reveló la manera en que la administración norteamericana tenía bajo control una buena parte de las comunicaciones del planeta. Los documentos de Der Spiegel muestran cómo Estados Unidos lleva a cabo operativos detallados para espiar y colectar datos que obtiene en Alemania. Se trata de correos electrónicos, mensajes, comunicaciones por teléfono o a través de Internet. Todo ese material sensible se conserva luego en la sede central de la NSA ubicada en Fort Meade. El relato que hace la publicación alemana basado en los documentos de Snowden es muy preciso: la NSA espía cada día unos 33 millones de conversaciones, 20 de los cuales son telefónicas y el resto en Internet. Este cálculo corresponde a un día cualquiera. En caso de actividad intensa, la cifra puede llegar a 60 millones. Washington sabe muy bien dónde pone sus antenas. Alemania es espiada siete veces más que Francia y el lugar más espiado por Estados Unidos es Francfort, capital bancaria y financiera de la UE. La ministra alemana de Justicia, Sabine Leutheusser-Schnarrenberger, dijo que estas informaciones sobrepasaban “todo lo imaginable”. La comisaria europea para la Justicia, Viviane Reding, exclamó: “¡Entre socios no se espía!”. El presidente del Parlamento europeo, el alemán Martin Schulz, declaró que este caso “perjudicará considerablemente las relaciones entre la UE y Estados Unidos”. El eurodiputado alemán conservador Markus Ferber dijo que “un Estado de Derecho democrático que emplea métodos dignos de la Stasi (la policía secreta de la ex RDA) pierde toda su legitimidad”.
En Francia, la ministra de Justicia, Christiane Taubira, juzgó que el espionaje era “un acto de hostilidad incalificable”. Para el primer secretario del Partido Socialista, Harlem Désir, esto demuestra que “Europa no debe ser inocente en sus relaciones con Washington”. Jean–Christophe Cambadélis, el secretario nacional del PS y encargado de Europa, observó que, si se comprobaba la veracidad de las informaciones de la prensa, “lo mínimo que habría que hacer es suspender las negociaciones sobre el tratado de libre intercambio transatlántico”. Según Cambadélis, no se puede creer que “la lucha contra el terrorismo necesite el espionaje de parlamentarios europeos. Europa perdería su crédito si dejara el caso en la nada”. El eurodiputado ecologista Daniel Cohn-Bendit –líder de las jornadas de protesta de Mayo del ’68– pidió también que se “interrumpieran” las negociaciones con los Estados Unidos. El líder del Frente de Izquierda francés, Jean-Luc Mélenchon, pidió que “Francia conceda el asilo político a Edward Snowden, el benefactor de Europa que permitió que se desenmascarara el complot”.
Las evidencias presentadas por Der Spiegel son abrumadoras. La Agencia Nacional de Seguridad tiene a la Unión Europea como un “objetivo” prioritario para sus controles secretos. Además de espiar las conversaciones en Europa, la NSA también introdujo dispositivos electrónicos de espionaje en las representaciones de la UE y la ONU en EE.UU. Los agentes de la NSA ocultaron micrófonos en los locales de la ONU y la UE y, gracias a ellos, la NSA tuvo acceso a las conversaciones confidenciales, correos electrónicos y archivos de las computadoras. Todas estas violaciones del espacio de los “amigos” se inscriben dentro del programa Prism de espionaje global. En ese dispositivo, por ejemplo, Francia, Italia y Portugal figuran entre los “38 blancos” controlados por la NSA. En el caso específico de la Unión Europea, los norteamericanos estaban interesados en conocer los desacuerdos entre los países miembro de la Unión. Cada operativo tiene un marco y un nombre preciso: el espionaje de la representación de Francia ante la ONU se llama “Blackfoot”, el de la embajada francesa en Washington “Wabash”, el de la embajada italiana “Bruneau”.
Cabe resaltar que, sea a través del sistema Prism o del ya famoso “Echelon”, Estados Unidos mete sus narices en los circuitos privados de todo el planeta. Los únicos países que se salvan son aquellos que forman parte del grupo de “países muy cercanos”, o sea, Reino Unido, Nueva Zelanda, Australia, Canadá. Según reveló el semanario francés L’Express, el año pasado, luego de la elección del socialista François Hollande a la presidencia de la República, las computadoras del Palacio Presidencial del Elíseo habían sido pirateadas. Los culpables estaban en Washington. Estados Unidos tiene oídos enormes y una potencia tecnológica que pone al planeta entero bajo la supervisión, el control, el espionaje y la manipulación de una potencia que incluso espía a sus propios aliados comerciales e ideológicos.
Fuente: Pagina/12

LAS ENSEÑANZAS DEL `83

German Ferrari, periodista a investigador sobre el año del retorno a la Democracia Las tres décadas que se cumplen del fin de la dictadura llevaron a Ferrari a indagar sobre aquel momento de la historia argentina. El resultado fue su libro 1983. El año de la democracia, una investigación minuciosa y a la vez fresca sobre los múltiples significados del triunfo de Alfonsín. Aquí repasa aquel momento: el peronismo derrotado por primera vez, las expectativas sociales, las opciones económicas, los militares y los derechos humanos. Los vasos comunicantes con el presente para “ir cerrando las deudas de la democracia”.

Por Natalia Aruguete

El inicio de la democracia en 1983 significó una bisagra en la historia argentina reciente. Por eso, despertó gran interés en estudiosos que abordaron este fenómeno desde distintos ejes: el legado económico, las iniciativas en el área de derechos humanos, la construcción del alfonsinismo como “movimiento histórico”. En 1983. El año de la democracia, Germán Ferrari relata el entramado político desplegado a lo largo de ese año mediante testimonios y documentos históricos. En diálogo con Página/12, este investigador y periodista detalla los temas puestos en debate hace 30 años –derechos humanos, deuda externa, democratización de la Justicia, violencia en el fútbol– y los vasos comunicantes con el momento político actual del país. “Enseñanzas que nos dejó el ’83 (pero también) deudas de la democracia”, concluye Ferrari.
–Según algunos investigadores, Raúl Alfonsín tenía una visión optimista cuando ganó las elecciones en 1983, pensaba que ese triunfo le permitiría cambiar identidades políticas. ¿Con qué grado de poder cree que asumió Alfonsín la presidencia?
–Es evidente que era un poder muy recortado. La corporación militar era fuerte aún, los sectores golpistas medían cuáles serían los primeros pasos de Alfonsín y estaban al acecho. De hecho, en los primeros meses de gobierno se ven intentos de erosión del gobierno en distintos diarios y revistas, como Somos, Ambito Financiero, La Prensa, La Nueva Provincia, Cabildo. Alfonsín asume con una cuota de poder reducida –sobre todo cuando atacaba determinados intereses– y, tal vez, con el optimismo que transmitió durante la campaña. La frase “con la democracia se come, se cura, se educa” sonaba voluntarista en ese momento. Pero, viéndolo a la distancia, encerraba una fe en que sólo en democracia se podía comer, educarse, vivir. Eso se vio en medidas muy concretas del gobierno: el juicio a las Juntas Militares, la ley de divorcio.
–En su libro 1983... queda documentado cómo, en la propia conformación del gabinete, Alfonsín intenta trazar lazos con otras fuerzas políticas: le ofrece a Italo Luder la presidencia de la Corte Suprema e incluye a dirigentes socialistas en su gabinete. ¿Eso habla de ese “poder recortado” con el que gana las elecciones o puede ser visto como una estrategia de ensanchamiento de su base política?
–La limitación de su poder convive con la idea del ensanchamiento de las bases de lo que era el propio alfonsinismo, entroncada con el intento de conformación de un tercer movimiento histórico. Hay una estrategia que se ve durante la campaña electoral y que, luego en el gabinete, quedará reflejada en ese arco a izquierda y derecha de lo que será el alfonsinismo. Raúl Borrás, que es su mano derecha y constructor del entramado político del alfonsinismo, es el encargado de tender lazos a izquierda y derecha. Allí se ven claramente sectores del socialismo, sectores de centro, liberales marcados por el antiperonismo. De hecho, acuerda con dirigentes que eran de la derecha del propio partido para integrar el gobierno. El caso más paradigmático es el de Antonio Tróccoli como ministro del Interior, un hombre proveniente del balbinismo. O el ofrecimiento a Fernando de la Rúa para ser senador por la Capital Federal, cuando podría haberlo dejado de lado por su amplia victoria en las internas.
–Era la primera vez que el radicalismo le ganaba al peronismo en elecciones democráticas y eso había generado mucho desconcierto entre los dirigentes peronistas. ¿Cuál era el sentido que esos dirigentes le daban al descontado triunfo del peronismo en la recuperación de la democracia?
–Había una creencia generalizada de que el peronismo ganaba “con la camiseta”. Es decir que no importaba quién fuera el candidato, Luder en la presidencia o Herminio Iglesias a gobernador. Por su sola presencia –y dado que siempre había ganado en elecciones libres– iba a ganar. Esto después empezó a modificarse y, más cerca del acto electoral, surgió el planteo de la duda en algunos dirigentes. Pero había una sensación de que el peronismo había ganado siempre en las elecciones, ¿por qué no esta vez?
–¿Por qué estaba tan instalada esa idea?
–Había una minimización del fenómeno Alfonsín, que se venía gestando después de la derrota de Malvinas. A partir de ese momento, la figura de Alfonsín tuvo un crecimiento que fue en ascenso y no paró hasta el 30 de octubre. Y esto no fue visto por los dirigentes peronistas.
–Después de su triunfo, ¿cómo empezaron a ver los referentes peronistas la figura de Alfonsín?
–Hubo una situación de sorpresa y de posicionamiento frente a las primeras medidas. El golpe más duro fue el proyecto de ley de reordenamiento sindical, fue un primer cimbronazo que puso en tensión el juego entre el oficialismo y el peronismo. Y, en menor medida, el tema de los derechos humanos con el juzgamiento a las Juntas (Militares), el juzgamiento a las cúpulas de la guerrilla y la creación de la Conadep (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas), porque los sectores dominantes del peronismo habían tenido una participación en ese proceso pregolpe de Estado durante el gobierno de Isabel (Perón). Fue Luder quien firmó los decretos de aniquilamiento. Con lo cual las críticas que se le hacían a Alfonsín por izquierda provenían de los sectores de izquierda del peronismo con respecto al tema de derechos humanos.
–¿Por qué la ley de reordenamiento sindical significó una confrontación tan dura?
–Porque atacaba directamente la columna vertebral del peronismo, que era el movimiento obrero. Y acá hay que destacar dos figuras que se apartan del resto: Carlos Menem, quien rápidamente entabla relaciones con Alfonsín y se declara “su amigo”.
–Luder también lo visitó después del triunfo y recibió el ofrecimiento de presidir la Corte Suprema.
–Luder también, aunque desde la distancia de un reconocimiento tardío de la victoria de Alfonsín. Pero la figura de Menem en ese sentido es paradigmática. Hay otra figura, quizás hoy menos recordada, que es la de (Angel) Robledo, que se sumó como asesor. Robledo representaba a sectores de la centroderecha del peronismo, estaba aliado con (Jorge) Triaca dentro del movimiento obrero, y Alfonsín lo convocó como uno de sus asesores.
–Hay distintas miradas sobre lo que significó para el PJ haber perdido en las elecciones de 1983. ¿Cree que contribuyó a su reconstrucción, sobre todo a partir del nacimiento de la “renovación”, o supuso una derrota difícil de remontar?
–Fue una derrota difícil de remontar y de digerir, sobre todo. Hubo mucha sorpresa y decepción; los testimonios de los dirigentes en ese sentido son unánimes. Pero también contribuyó y aceleró los tiempos para dividir aguas.
–¿En qué sentido dividió aguas?
–En las elecciones legislativas del ’85 la “renovación” se vio claramente diferenciada, se presentó a elecciones por fuera del grupo más ortodoxo del peronismo, representado por (Ramón) Saadi y Herminio Iglesias..., y sólo habían pasado dos años. Esto reacomodó fichas dentro del peronismo, aunque algunas personalidades que habían sido muy importantes en 1983 –el constructor de la fórmula, Lorenzo Miguel– siguió teniendo peso también a posteriori.
–En el plano gremial, ¿la “ley Mucci” buscaba generar una democratización del sector sindical –tal como fue planteado– o fue una estrategia de debilitamiento?
–Obviamente se trataba de una forma de debilitarlo, aunque con una intención de democratización a partir de la incorporación de las minorías, tal como establecía el proyecto de ley. Es interesante el testimonio de César Jaroslavsky, presidente del bloque de Diputados de la UCR, que en sus memorias admite como un error del alfonsinismo el haber confrontado con el peronismo a través de esta ley, y no haber buscado acuerdos para poder democratizar el sindicalismo.
–¿Qué sentido le daba Jaroslavsky a esta idea de “democratizar el sindicalismo”?
–Democratizar en el sentido de poder apartar lo que comúnmente se conoce como “la burocracia sindical”. Esos sectores que, en muchos casos, habían colaborado con la dictadura militar y habían tenido fuertes relaciones: (Jorge) Triaca, (Ramón) Baldassini, (Juan) Horvath. Y si bien las intenciones del proyecto impulsado por el ministro (de Trabajo, Antonio) Mucci eran auspiciosas, el corazón era también el desmembramiento de esa columna vertebral del peronismo. De hecho, el radicalismo entabla relación con sectores del peronismo descontentos e intenta sumar a la causa a jóvenes más combativos, como Víctor de Gennaro o (Alberto) Piccinini, y a veteranos como (Andrés) Framini.
–Alfonsín apostó a una política heterodoxa con Bernardo Grinspun como ministro de Economía, y luego hubo un viraje muy radical hacia la ortodoxia. ¿Por qué cree que se dio ese giro? ¿Tuvo alguna relación con ese “poder recortado”, que usted mencionaba al comienzo de nuestro diálogo?
–Yo rescato la visión, por ejemplo, de Juan Carlos Torre.
–Que además vio el proceso desde adentro...
–Sí, formó parte del gabinete, acompañó a (Juan Vital) Sourrouille. El señala que hay algunas posturas del radicalismo que han quedado ancladas en el gobierno de Illia, que se traducen en algunas medidas del gobierno de Alfonsín bien podrían ser las medidas económicas, no adaptándose a una Argentina y a una realidad que habían cambiado: había otros índices de empleo, otros problemas estructurales. Además, en el caso de Grinspun hay una cuestión particular: él era amigo de Alfonsín. Lo había acompañado desde siempre y tenían una relación muy estrecha de confianza y coincidencia en planes concretos. Es cierto que, desde el punto de vista económico, no se dimensionó el verdadero desastre en que estaba inmersa la Argentina, en el plano local y en el internacional.
–¿Se refiere a que era una visión ingenua?
–Había una visión bastante esperanzadora, ingenua y liviana de que todo iba a poder acomodarse, respondía un poco al optimismo del que hablábamos antes. Esto se fue contrastando con la dureza de los organismos internacionales, de la crisis estructural que había dejado la dictadura militar en el plano económico-productivo. Una vez en el gobierno, el afonsinismo se dio cuenta de la catástrofe que era la Argentina, más allá del manejo de los números y el análisis.
–Allí aparece la disyuntiva del giro a la ortodoxia, ¿era posible seguir con la decisión de política económica de inicios del gobierno?
–Esto excede del ’83 (N. de la R. 1983 es el período que abarca su investigación), porque ya es la llegada de Sourrouille al Ministerio de Economía. Esa es una decisión política de Alfonsín también. Podría haberse plegado a quienes planteaban el no pago de la deuda externa; pienso en el caso de Alan García.
–Que, por lo menos, se demoró unas décadas en volcarse a la ortodoxia.
—(Risas.) Bueno, él (por Alfonsín) decidió ese camino... Es cierto que Alfonsín, en su discurso en Parque Norte (1 de diciembre de 1985) empezó a tener un posicionamiento de mayor pragmatismo, más cercano a posturas neoliberales. Esto se va a profundizar con el inicio de las privatizaciones: la llegada de (Rodolfo) Terragno y la asociación con SAS para la privatización de Aerolíneas Argentinas, por ejemplo. Pero en ese primer momento respondió más a esa mirada desarrollista que embarcaba a todos los partidos políticos.
–Alfonsín realizó reuniones para la conformación del gabinete en la quinta del presidente de la Sociedad Rural de Chascomús y terminó su mandato enfrentado con este sector y con la prensa, entre otras corporaciones. ¿Con qué sectores buscó aliarse al asumir el gobierno?
–En el ’83 hay una conformación de sectores medios y sí tenía relación con un sector que era la Sociedad Rural. Pero era desde una óptica inclusiva, un intento de abrazar a izquierda y derecha a sectores disconformes con diferentes puntos. En el caso económico, su intento de dejar atrás todo signo del liberalismo y cualquier asociación con la política económica de la dictadura –en la primera etapa por lo menos– fue derivando a posteriori en el acercamiento a un pragmatismo y a relaciones más vinculadas con la derecha y el neoliberalismo, que a veces contrastaban con esos mismos sentimientos de Alfonsín. Esto lo pienso ahora, aquí, en voz alta.
–¿Por qué cree que se daba tal contraste?
–Su actitud de contestar en la Sociedad Rural tiene que ver con esas convicciones de Alfonsín de disparar contra los poderes. En este caso la Sociedad Rural, Clarín también fue un caso de confrontación, el subirse a un púlpito para contestar el sermón de un sacerdote, contestarle a Ronald Reagan siendo visitante. Esos gestos díscolos son parte del aquel Alfonsín del ’83, de esa “rebeldía” que fue tocando en algunos puntos de la campaña.
–¿Qué posicionamiento tuvo aquel gobierno respecto de las relaciones internacionales?
–Allí fue fundamental el pensamiento de Dante Caputo, plasmado en su gestión como canciller: una apertura hacia Latinoamérica que luego se cristalizó en el Mercosur. Además la Argentina fue un modelo de democratización para Uruguay, para Chile, para Brasil. El interés regional y por Latinoamérica de alguna manera fue retomado décadas después por Néstor Kirchner. Por otro lado, hubo relación con las socialdemocracias europeas: el modelo español sobre todo, la figura de Felipe González atraía mucho en ese momento histórico. Y las relaciones con (François) Mitterrand en Francia.
–¿Por qué con las socialdemocracias europeas?
–Porque la socialdemocracia era un tema muy caro para ciertos sectores del alfonsinismo y eso se tradujo en las relaciones internacionales. Con los Estados Unidos había una relación de no sometimiento, de distancia y de relaciones no amistosas aunque tampoco beligerantes. Respecto de la otra potencia, la Unión Soviética, si bien la dictadura militar había tenido sus relaciones con ese bloque, la propuesta era establecer una relación diferente, desde una mirada más aperturista, propia de la tradición democrática del radicalismo en términos de relaciones exteriores. Otro hecho es la relación con Cuba y con Nicaragua, con el gobierno sandinista de Daniel Ortega. Estados Unidos estaba muy pendiente de eso y no le causaban ninguna gracia las relaciones del gobierno de Alfonsín con Cuba y Nicaragua.
–En materia de derechos humanos, puntualmente relacionado con el juicio a las Juntas Militares, ¿qué diferencia habría marcado el haber conformado una comisión bicameral que investigara los delitos de la dictadura militar en lugar de crear la Conadep? ¿Por qué Alfonsín optó por la Conadep?
–Mientras Alfonsín llegaba al poder, durante todo noviembre y luego en la primera etapa del gobierno, ésa fue la gran discusión interna y con los organismos de derechos humanos: ¿de qué manera iba a dar solución al terrorismo de Estado? Alfonsín priorizó tener una comisión que funcionara de manera autónoma pero que no se le fuera de las manos, como podría haber ocurrido con una comisión bicameral en el Parlamento.
–¿Qué quiere decir con “írsele de las manos”?
–Que se le complicara respecto de sus objetivos, que venían de la mano de los decretos que se habían firmado unos días antes: el juzgamiento a las Juntas Militares y a las cúpulas de la guerrilla. Esos decretos explicitaron la “teoría de los dos demonios” planteada por el gobierno radical –reflejada más tarde en el prólogo de la primera edición del Nunca Más—, y abrieron un debate que cada tanto se intenta reactualizar. Tener una comisión creada por el propio gobierno con figuras destacables y notables –algunas discutibles– que no generaran polémica interna y externa en el gobierno, estaba comprendido en esta visión de Alfonsín de que no fuera un Parlamento donde, entre las fuerzas propias, las del peronismo y las de los otros grupos, se pudiera dar una situación que se desmadrara. No fue fácil esa conformación (la de la Conadep), hubo negativas como la de Adolfo Pérez Esquivel. Muchos de los que cuestionaron la creación de una comisión especial –miembros de la oposición sobre todo– con el tiempo reconocieron que el trabajo de la Conadep fue encomiable, elogiable, muy valioso.
–¿Qué relación encuentra entre aquel contexto de asunción de Alfonsín y sus reivindicaciones y el momento actual?
–Hay temas muy puntales que surgen en el ’83 y que hoy, en mayor o menor medida, siguen estando en debate. El tema Malvinas: en 1983 había pasado un año desde que la Argentina había perdido la guerra y todavía la sociedad civil y la dirigencia política no digerían esa derrota. El gobierno de Alfonsín sufrió la acusación de la “desmalvinización”. El tema Malvinas sigue siendo hoy muy fuerte, y está pendiente de resolución. Temas como el legado del terrorismo de Estado. Desde el 2003 en adelante, con el impulso del gobierno de Néstor Kirchner, se retomó parte de lo que se empezó a construir en el ’83. Temas como la violencia en el fútbol. Otra cuestión es la militancia juvenil. En el ’83, los jóvenes fueron el motor de la campaña electoral y, de un tiempo a esta parte, los jóvenes retornaron a la militancia en política, no solamente en el kirchnerismo sino también en otros sectores: organismos de derechos humanos, sindicalismo. Allí hay lazos comunicantes.
–¿Qué lazos comunicantes observa en el sector sindical, puntualmente?
–Es el tema que mencionábamos al principio: cómo democratizar a esos sectores que estaban burocratizados en el ’83, en el 2013 sigue siendo un tema de debate que no se ha podido resolver. Esos vasos comunicantes sirven para la reflexión, son importantes al momento de ver “las enseñanzas” que nos dejó el ’83 y para intentar ir cerrando esas deudas de la democracia. Podríamos hablar de cuestiones como desocupación, posibilidades laborales, la inseguridad, que si bien en el ’83 no se la identificaba con ese nombre sí estaban presentes los legados de la dictadura en cuanto a represión, al accionar de las policías, tanto las provinciales como la federal. Es un tema pendiente cuando vemos que hay policías provinciales que siguen torturando, y que la Policía Federal o sectores de esta fuerza participa de diferentes delitos. Y los otros dos temas que sobreviven en el debate son la democratización del Poder Judicial y de los medios de comunicación. Eso también son deudas de la democracia.
Fuente: Pagina/12