miércoles, 31 de octubre de 2012

"TOLERANCIA CERO PARA LOS BARRABRAVAS"

Florencia Arietto, jefa de Seguridad de Independiente. Es la mujer que se le planta a la delincuencia organizada en las hinchadas del fútbol. Cree que hay que combatir a los violentos que hacen negocios pero “tenderles la mano a los pibitos” que también son víctimas. Convicciones, seguridad y belleza. “Voy a la cancha con pollera y tacos”, dice.
 
Por Tomás Eliaschev
 
Desembarcó en el complejo mundo del fútbol para una misión ardua con resultados inciertos. Si logra su cometido, se habrá comenzado a dar un paso histórico, no sólo para la vida deportiva del país sino para el sistema político. Desde lo que asume como un “compromiso militante”, Florencia Arietto se propone acabar con la violencia en el fútbol y lograr que la familia vuelva a la cancha. Como jefa de seguridad de Independiente, tiene un importante desafío por delante. En un mundo machista como el futbolístico, busca ponerles un límite a los cabecillas del matonaje. Sin dejar de usar tacos y maquillaje. Como cuando saltó al ruedo mediático para defender a un joven, Brian Barrera, acusado del crimen del ingeniero Barrenechea.
Del lenguaje legal al argot callejero, esta abogada defensora de los derechos humanos habla de igual a igual con menores en conflicto con la ley penal así como con los más importantes funcionarios. Usuaria intensa de las redes sociales y formada políticamente en la admiración a Eva Duarte de Perón, Arietto no pasa inadvertida. Desechó ofertas laborales con menos exposición y mejor sueldo, como asesorar al gobierno de Chubut en seguridad democrática, y dio el salto al vacío. Con un sueldo de 7 mil pesos por mes que factura como monotributista, asumió una batalla crucial. “El barrabrava es antes que nada un delincuente común. Es el que mata para robar un auto o secuestra para pedir un rescate. En esa idea errónea del aguante que se profundizó en los ’90, ese tipo se convirtió en la ‘fiesta’ porque no permite a nadie más entrar con bombos. Manejan todo entre cinco o seis personas, el resto mira de afuera y ellos cantan lo que quieren. Si ellos te habilitan podés entrar una bandera”, explica, enérgica, en una conversación con Veintitrés, en su oficina de la avenida Mitre, sede del Rojo. “Es una batalla cultural, tenemos que empezar a deconstruir culturalmente esa idea. Eso es delincuencia camuflada de aguante. Los barrabravas son los grupos de tareas del fútbol. Gente sucia que vende su prontuario, que saca privilegios de los clubes. No aportan nada, sino que depredan”, define. En ese punto concentra su atención. Arietto tiene muy clara la situación actual que sufre el hincha común: “Ingresar al estadio se transformó en una carrera de obstáculos. Que la requisa, que los cacheos. Si no existieran estos grupos, entraríamos todos en familia, tranquilos”.

–En Inglaterra se logró terminar con los hooligans, pero acá los barras parecen tener mayor protección.

–Son grupos de tareas del fútbol que después se replican donde se los necesita. Son gente que para la idea de la vieja política, donde la política es aparato, estructura y nada más, sin contenido, resultan necesarios. Hay un concepto arraigado en la sociedad argentina de que si sos político sos ladrón. Y el ladrón necesita alguien que le cuide lo que robó. El culata del ladrón –que es un político que debería proteger a la gente– es un barrabrava que se camufla después detrás de la “fiesta”. Están protegidos por gente con poder: políticos, policías, jueces y fiscales. Es una discusión de planificación estratégica de política criminal. Si combatimos con la ley a la delincuencia organizada llamada barra brava, baja considerablemente la tasa de criminalidad en términos generales, es decir, la inseguridad que padece la gente en la calle.

–¿Qué aspectos se plantean en esta política criminal?

–Me preocupan los chicos jóvenes, que son la base que usan los barras. Como se dice en la jerga, son los mulitos. Son pibes que tal vez yo conocí en un instituto de menores. No los voy a excluir más de lo que ya están. Voy a tratar de ver en qué lugar puedo encontrarme con ellos, para darles una oportunidad. Hay pibes de 17 años que por ahí están pegados a la barra porque es como si fuese su papá, quizá de chiquitos comieron una vez por día, quizá no tienen padres. Y se criaron en lugares donde las cosas se arreglan a los tiros. Esos pibitos, si no son soldaditos de los narcos son mulos de los barras. Con esos pibes hay que trabajar. No vengo a hacer demagogia de decir “tolerancia cero”. Tolerancia cero para los delincuentes barrabravas que manejan los negocios, que te aprietan. A los pibitos hay que tenderles la mano. Si les aplico el derecho de admisión a 300 pibes, ¿qué hacemos con ellos?

–¿Qué se proponen?

–Individualizar a los pibes. Ir a la casa, conocerlos. Preguntarles con quién van a la cancha. Averiguar si tienen hijos, y si es así ver si estudian, si tienen problemas de salud. Si quieren ir a la escuela, conseguirles becas. O conseguirles para que vayan a la pileta del club. Buscar la manera de incluirlos socialmente. Expulsarlos no me sirve. Expulsar, sólo a los cabecillas. Hay un general y cinco coroneles. Todos los demás son mulos. No me voy a agarrar con ellos. Eso lo hacen los perdedores.

–¿Cómo funciona el tema del derecho de admisión?

–Es coyuntural, un paliativo. En los casos de personas a las que les aplicamos el derecho de admisión, lo tenemos fundamentado. No me interesa dejar a mil personas sin entrar. Ahora tenemos 25 personas que no pueden entrar. Son los que entraron a la oficina de la presidencia del club y privaron ilegítimamente de la libertad al presidente Cantero. Está filmado que le cerraron la puerta y le impidieron la libre circulación. Es gente que ha incitado a la violencia, que faltó el respeto colgando banderas provocativas homenajeando a una persona que nos había amenazado a nosotros días antes. No me gustan la arbitrariedad ni la injusticia. Estudié abogacía para combatir la injusticia.

–¿Cómo caracteriza a personajes como Bebote Álvarez?

–No comments. No tengo nada que decir. Uno más de los tantos delincuentes barrabravas que vivieron del club.

–¿Qué rol tiene Julio Grondona, eternamente a cargo de la AFA?

–La verdad, no tengo nada que decir. Hoy te estoy dando una nota con un rol institucional. Y la política mía es contagiar a los clubes, cada uno en sus circunstancias. Apelo a que vean que se puede. Hay dirigentes que quizá tengan miedo y no se sienten capacitados para hacerlo. Mi idea es que se genere un polo de trabajo en lo que es Avellaneda: Arsenal, Racing e Independiente. Por lo menos un protocolo básico de actuación, sobre ingresos y egresos, el trabajo operativo de la policía. Después ver si eso funciona. Y sumar a Quilmes y Lanús, todo lo que es el sur del conurbano.

–¿Qué vinculo tienen Moyano padre e hijo con la barra brava de Independiente?

–No tengo nada que decir. No tengo pruebas de que haya vínculos. Yo planifico en base a hechos, en el derecho esto es sagrado. Después hay interpretaciones. Si no tengo un hecho concreto en el cual basarme, las especulaciones son sólo eso, capaz que algún pibito que está preso mató a Kennedy. Yo me baso en la realidad, es lo único que tengo.

–¿Sufrió amenazas?

–Sí. Me amenazaron. Yo ya investigué a la Bonaerense. No me entra ni una bala. En el 2008, cuando asumí la defensa de un pibe al que querían acusar de algo que no hizo, yo no era conocida. Estábamos solas, con las dos maestras de Brian. Y las comisarías de La Matanza son complicadas. Alguien me dijo: ¿cómo no te van a amenazar si te enfrentaste al poder por defender a un excluido? Estoy curtida. No soy kamikaze. Sé lo que hago. Elegí una profesión que no es la de los mercenarios que defienden ricos sino la de defender a los débiles.

–¿Sufre la discriminación por ser mujer?

–Son las puteadas típicas. El que la pasa mal es mi novio, que se enferma con las barbaridades que me dicen. Todavía nos faltan muchas posibilidades de desarrollo a las mujeres. Los hombres nos oprimieron durante mucho tiempo. Ahora que estamos a cargo nos la tenemos que bancar. Somos las pioneras. Viene primero la presidenta Cristina Fernández. Está la ministra Nilda Garré, y no somos muchas más las que estamos en lugares que aparentemente deberían ser para hombres. Todos me preguntan cómo voy vestida a la cancha. Voy con pollera y tacos. Tampoco me voy a ir en minishort. Voy vestida de la misma manera que voy a tribunales o a un penal. Te dicen no vayas con tacos, afeate, amachate, si no parece que sos tilinga. Y la verdad que no lo soy. Estoy una hora en la peluquería y con las uñas pintadas, pero no soy tilinga. Soy más mala que cualquier macho de barba. Leí Maquiavelo para hacer los operativos. Si te aman, te pueden odiar. Si te temen, te amen o te odien, te van a temer.

–En su nuevo rol, ¿qué relación tuvo con la policía?

–Nadie me puede acusar de estar con la Bonaerense, pero los planetas se alinearon. En la Superintendencia de zona sur, que es la tercera línea de jerarquía de la Bonaerense, asumió una persona de 44 años, Néstor Larrauri, un tipo muy joven, comprometido, doctor en derecho. Le cambia el perfil al típico “comi” de la Bonaerense. Tiene el legajo limpio: ascendió con la resolución de cuando León Arslanian era ministro, que el que estudiaba ascendía. Llego a general siendo joven. Es un demócrata que cree que el orden no es represión. A los dos días que asumí, pidió reunirse conmigo y Cantero. A esto se suma que hay un nuevo jefe de la Departamental Lanús. Y que cambiaron al comisario de la primera de Avellaneda con el que habíamos tenido problemas. Además, los fiscales de Avellaneda se comprometieron a actuar rápidamente y estar a disposición.

–Usted criticó a la Bonaerense cuando pocos lo hacían. ¿Qué le pareció la resolución del Senado provincial sobre la investigación del caso Candela?

–Desde el principio me pareció que estaba todo armado y lo escribí en mi blog, donde planteé mis dudas sobre el caso, que se confirmaron. Encarcelaron perejiles para ocultar una vendetta de narcos protegidos por policías. Si se escarba un poco y se hace una investigación más responsable, se va a ver que va a caer algún barrabrava delincuente de Chacarita. De la criminalidad organizada del partido de San Martín, el 70 por ciento son barrabravas delincuentes de Chacarita.
 
Fuente: Revista Veintitres.

"TIENE QUE HABER UNA REVOLUCION CULTURAL"

Duilio Pierri, artista plástico indigenista. A poco de haber inaugurado su muestra, El plan, afirma que hace política con su pintura y cree en un arte latinoamericano.
 
Por Leandro Filozof
 
La galería Masottatorres tiene en este momento las paredes blancas y vacías. Todo a la espera de que el arte suceda, se acomode. Faltan las últimas decisiones: dónde va la escultura, cómo distribuir las pinturas, de qué manera organizar el viaje para el visitante. El jueves 18 de octubre se inauguro la muestra de Duilio Pierri, El plan, en conjunto con la muestra de Victoria Gutiérrez 2. Todo enmarcado en el Proyecto 1X1. “Vicky es una alumna mía que agarró a los Sioux que son reinteresantes porque están en rebeldía con el gobierno yanqui”, explica Duilio. Él viene de presentar la muestra ULMEN, El Imperio de las Pampas en la sala Cronopios del Centro Cultural Recoleta, que se centraba en la llamada Conquista del Desierto. Y ahora narra la historia desde los “perdedores”, los conquistados. La dictadura del dedo-man y sus secuaces mosquitos muestra una invasión política y religiosa en una tierra ancestral de hombres a caballo.

–¿Por qué utilizás dedos y mosquitos?
–Es un imaginario que tengo desde los ’80. No sé bien por qué me apareció en sueños.

–¿Cómo realizás la elección de temáticas de tus muestras?

–Mis muestras tratan sobre la historia del continente americano. Antes el rol del pintor era mostrar la historia. Retomo ese rol desde un lugar donde puedo bucear y reflejar una historia oculta por el roquismo, el mitrismo. Tiene que haber una revolución cultural, no podemos seguir estudiando a quienes destruyeron culturas como si fueran descubridores.

–¿Creés que desde el arte se puede llegar a promover ese cambio?

–Mi método de militancia es la pintura. Sostengo que al programa de estudios de la Argentina hay que cambiarlo; es como que los griegos estudiaran que los turcos los descubrieron. Pasa lo mismo con la historia del arte. Hace poco leí a un tipo que fue rector de la Universidad de La Plata en Artes Plásticas, en épocas de la dictadura. Para él la historia del arte empieza cuando llega un acuarelista pedorro de Francia. Las pinturas de las manos tienen 10 mil años, son de la misma época que las de España. Dicen que en la Argentina no había nada. Hablo con gente que se asombra porque el sistema educativo les enseñó que eso era así. Todo el tema de civilización y barbarie.

–El hecho de remitirte a la historia y a la forma en que se gobernaban las tribus en el pasado, ¿es porque ves ahí la solución?

–Claro. El cacique mapuche Calfucurá no lo desconocía. América es un lugar de mezcla, es un lugar de poca violencia y de paz. Se manejaban con un criterio comunitario, de hecho cuando conquistaron los españoles mandaron tipos para que escriban que acá eran carnívoros y otras mentiras. Los carnívoros eran ellos que no sabían qué plantar.

–En tu muestra anterior, dedicaste una pintura al acampe en Parque Indoamericano.

–Veo el acampe de los Qom o lo que está pasando, y siento que acá falta asumir las raíces. Una crítica que hago es que en el hall de los héroes latinoamericanos está Tupac Amaru pero no Calfucurá. Además, siento un contacto con los cuadros. Antes de esta muestra en los ’80 leí El Matadero (de Esteban Echeverría). Cuando lo leí vislumbré este mundo, vi que la historia estaba tergiversada, oculta, y puse un retrato de Rosas en el Museo Nacional cuando estaba prohibido.

Duilio nació en 1954. Es único hijo de los pintores Orlando Pierri y Minerva Daltoé. Su abuelo materno, además, fue el pintor, escritor y astrólogo Juan José Daltoé. Él no desconoce sus influencias: “Debido a mi familia se abrió una conexión con pintores, escritores, músicos, gente que estaba alrededor del arte. Cuando era chico sostenía esa idea de ser médico o ingeniero. A los 16 años, más o menos, resolví dedicarme a la pintura”. Además, estudió piano y oboe en el conservatorio, también composición en la Universidad Católica, aunque no terminó la carrera. En tercer año fue expulsado del secundario por intentar atravesar por el armario al aula de cuarto: “Era un colegio privado. En una de las paredes y con un grupo de amigos que eran todos músicos, teníamos una banda de rock, fuimos con unos picos y empezamos a hacer un agujero para pasar al aula de cuarto año”. Pero no sólo heredó el arte de su familia, sino también una ideología política: “Eran anarquistas. Mi bisabuelo era un militante importante del anarquismo. Mi abuelo siguió esos pasos y fue gremialista. Pero además mi bisabuelo nació en una carpa en el sur en 1879. De él posiblemente proviene mi origen indígena”.

–¿Participaste de alguna expresión del anarquismo?

–En la Escuela de Bellas Artes, donde rendí un examen para entrar después de que me echaron del secundario, tenía una agrupación anarquista. Estábamos bajo la dictadura de Lanusse, en el ’72, después del Cordobazo. Nuestro movimiento hacía pintadas en la calle, graffitis políticos con frases de Mijail Bakunin. Mi misión en Bellas Artes era como militante anarquista. Ahí hicimos la primera toma de un edificio en la historia de la ciudad de Buenos Aires. Sacamos al interventor de los militares. Después caímos presos. Fuimos sobreseídos. Luego abandoné la política en sentido de agrupación, porque tiene una dedicación exclusiva.

–¿Hay alguna paridad entre esas tomas y lo que pasa hoy en los colegios?

–Ahora que tomaron los colegios lo pensé. Está bueno que tomen los colegios, como dije antes, hay que cambiar el programa de estudios.

–¿Concebís el arte sin ideología?

–El pintor tiene una función ancestral como antena del grupo. Transmite lo que pasa. Y eso es político, en todo el sentido. En mi caso hablo sobre la unidad latinoamericana, la patria grande. Porque viví en Estados Unidos y de algún modo siento que es mi patria, más allá de que son imperialistas. Hay una historia en común entre Estados Unidos y la Argentina, por eso la obra se llama El plan. Se cagaron las cosas, Calfucurá aspiraba a la modernidad, manteniendo las tradiciones y preservando la naturaleza. Por eso creo que Evo Morales es un buen gobernante, y espero un gobernante indígena en la Argentina. Milito para eso.
 
Fuente: Revista Veintitres

LA ESTETICA DE LO FEO

Tendencias. La insólita reivindicación de los ’80. Moda espantosa, peinados vergonzantes y cultura light son algunos de los valores de la década elegida por los Graduados. La contracara menos feliz.
 
Por Florencia Canale
 
La década del ’80 siempre es señalada como el desembarco de la democracia, el Parakultural, la insolencia del rock nacional y la reapertura de la Universidad de Buenos Aires, entre otros hitos importantes de la realidad argentina. Los vientos de libertad luego de la dictadura; Batato Barea, Humberto Tortonese y Alejandro Urdapilleta, y las Gambas al Ajillo; Serú Girán, Los Redondos y Cemento. La intelligentzia de la industria cultural nunca tan bien representada.
Sin embargo, la segunda mitad de aquel decenio también gustó de ostentar iconos de dudoso gusto y valor, sólo por hacer uso de la discreción. Y es allí donde quedó instalado el programa más visto de la televisión local en lo que va del 2012, Graduados. El selecto grupo de ex alumnos que se reencuentra y genera la acción de la sitcom nacional, está sostenido por una estética ochentista que es celebrada por el encendido y comprobada día a día ante los números. Tal es el éxito acaparado, que el programa lanzó la música y llegó a Disco de Oro. Y no satisfechos, editan “los mejores lentos” de la década del ’80, en un segundo volumen. Semejante afirmación sólo provoca dudas.

La peor moda, el maquillaje del espanto, los peinados más aterradores, los cantantes más soporíferos. Es decir, el planteo estético dominante era algo del orden del rechazo. Sólo para enumerar el sinfín del horror, bien vale la pena hacer un viaje a esa década. Los jeans nevados como premisa. Pero no solamente el color de la trama provocaba daño ocular. Ese denim con lamparones devenía en los famosos baggy, que lo único que lograban era que hasta el cuerpo más perfecto se transformara en deforme. Ni que hablar del bien ponderado neón devenido en flúo y hoy reconstruido en flúor (a pesar de ser este un gas altamente reactivo y que en contacto con la piel puede causar quemaduras graves). Las mujeres de estas latitudes –y las otras– elegían fucsias, amarillos limón, verdes del dolor y anaranjados asesinos para vestir sus osamentas. Vincha –nunca tan multiplicada y en franca reconstrucción del hippismo denostado–, aros gigantes, muñequeras, remeras con hombro al aire, calzas de tiro más que alto, y seguimos sumando. Y a todo el cúmulo de desmesuras se le agregan las brillantinas, purpurinas y estrellitas que decoraban los rostros por demás pintados. Más que maquillaje, las muchachas parecían hacer uso del fratacho sobre los ojos y bocas. En vez de realzar la belleza, agregaban años a su reloj biológico.

Los varones también tenían lo suyo. Las melenas al viento de rulos desteñidos y los sacos con hombreras desmedidas que los transformaban en caricaturas de ellos mismos son algunas de las tendencias adoradas.

Los líderes a los que se les rendía pleitesía llegaban desde el hemisferio norte. Madonna con otra cara –las cirugías e intervenciones no fueron lo único que cambiaron sus rasgos– y pelucón, provocaba al consumo desaforado con su “Material Girl”. Otro ejemplo es la diva absoluta Joan Collins. Su actuación sublime en la serie kitsch de la época, Dinastía, lograba que el encendido nocturno fuera arrasador. No importaba su ropa barroca pero cara, o su make-up de película muda. La industria cultural la adoró.

Los blondos de Europe imponían la permanente y el ojo delineado en el mainstream rockero light. David Bowie y Alice Cooper ya lo habían adoptado, pero ellos son palabras mayores. Una canción como “Final Countdown”, por ejemplo, provocaría arcadas a cualquier admirador de “Heroes”.

Nuestro territorio también tuvo lo suyo. Las Viudas de Roque Enroll y Los Twist hicieron uso de esta estética ruidosa. Y ni qué hablar de las bandas femeninas, Las Primas y Los Ángeles de Smith, que sacudían sus cuerpos envueltos en ochentismo, al son del ritmo cuadrado.

A principios del siglo XX, el Formalismo Ruso inauguró, entre otras cosas, la discusión entre forma y fondo de la obra literaria. Pasaron casi cien años de ese movimiento intelectual y el resultado parece ser el mismo. El contenido de semejantes formatos es más que elocuente. Sobre todo, si se observa dónde desembocó esta estética: los noventa inauguraban el epítome de la ausencia del gusto ante la desmesura de los estímulos.
 
Fuente: Revista Veintitres

JUECES DE VIDAS AJENAS

Quiénes son y cómo operan los grupos antiaborto.Con panfletos, marchas ruidosas, amenazas y presiones, intervienen para evitar las interrupciones de embarazos contempladas en la ley. La campaña nacional de Acción Católica y el mapa “provida”. El caso de la ciudad de Buenos Aires y el rol de Macri.
 
Por Raquel Roberti y Deborah Maniowicz
 
Lejos de debatir con argumentos y respetar las opiniones diferentes, apelan a la mentira disfrazada de realidad científica, a los aprietes a los jueces que deben decidir, a los políticos que gobiernan, a los médicos que intervienen, a las familias y a las mujeres o niñas involucradas. Al ruido atronador para lograr el silencio de los otros. Usan técnicas tan anacrónicas como típicas de grupos mafiosos. Son ciudadanos, profesionales, organizaciones sociales y religiosas, que se unen tras una declamada posición “provida”. Y cuando todo falla, buscan la complicidad de abogados y jueces para lograr el objetivo: impedir un aborto no punible, intervención avalada por la Corte Suprema de Justicia en caso de que el embarazo sea producto de una violación.
Son los grupos antiaborto que actúan a lo largo y ancho del país, bajo nombres como Fundación Argentina del Mañana, Red Federal de Familias, Acción por la Vida y la Familia, Pro Familia o Pro Vida, entre muchos otros. Todos reconocen una fuerte ligazón religiosa, sobre todo con el catolicismo.

Pro Familia fue la que impidió el martes 9 de octubre, mediante una medida cautelar, que se realizara la intervención en el Hospital Ramos Mejía a una mujer de 32 años, víctima de violación en una red de trata de personas. Sucedió un día después de que finalizara el 27º Encuentro Nacional de Mujeres, que reunió a unas 30.000 mujeres en Posadas, quienes pidieron que se declare la “emergencia nacional en violencia de género” y mantuvieron el reclamo de “aborto legal, seguro y gratuito”.

“El derecho a la vida del niño no puede estar sujeto a la decisión de la madre. Una cosa es la no punibilidad y otra es que tenga derecho a hacerlo”, enfatizó el abogado Pedro Andereggen. La demanda fue rechazada por dos magistrados, hasta que encontró en la jueza en lo civil, Myriam Rustán de Estrada, la disponibilidad para dictaminar la suspensión del aborto. La situación se hizo pública gracias a los buenos oficios informativos de Mauricio Macri, jefe de gobierno porteño (ver aparte). Legisladores de diversas corrientes políticas denunciaron el miércoles 10 a la jueza ante el Consejo de la Magistratura, por “conducta irregular que puede configurar mal desempeño de sus funciones, utilizando su investidura para demorar arbitrariamente el ejercicio de un derecho consagrado”.

Según el diputado Alejandro Bodart, los activistas antiaborto también fueron hasta la casa de la víctima de trata para decirle que “iban a tocar todas las campanas de las iglesias cuando ella asesinara a su hijo”.

En esa frase están contenidas las palabras clave de todas las campañas antiaborto: asesinato e hijo, ya que consideran que la vida comienza en la concepción. De allí que en las pancartas que suelen levantar en las marchas o en los folletos que muestran a las mujeres y niñas embarazadas que piensan abortar, se vean fetos mutilados o con expresiones de grito ante una cuchilla, por ejemplo.
Claudia Laudano, licenciada en Comunicación Social y profesora de Teoría Sociológica en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de Entre Ríos, analizó el tema en un documento académico. Según su reflexión, el uso de imágenes fijas a fines de los ’80, las editadas en videos y documentales, como El grito silencioso, hasta las nuevas tecnologías de visualización obstétrica “contribuyeron a invisibilizar el cuerpo de la mujer embarazada y otorgaron vida propia al feto, como si fuera independiente”. Y remarcó el “deslizamiento de sentido operado en el campo lingüístico donde se identifica ‘feto’ con ‘niño’, ‘ser humano’ o ‘persona’, que junto a lo visual, permiten situar las significaciones en juego en el campo de las representaciones culturales”.

En general, se sitúa el surgimiento de los movimientos antiabortistas entre las décadas del ’70 y ’80, en Estados Unidos, como reacción a los cambios sociales producidos por el movimiento hippie, y la aparición de la píldora, que permitían reclamar libertad sexual, planificación familiar y despenalización del aborto. Para los especialistas en el tema, los movimientos opositores pueden clasificarse en tres grandes grupos:

- El que se identifica con las posturas del Vaticano; presente en Europa, muy visible en España, con organizaciones como “Derecho a Vivir” o “Hazteoír”.

- El integrado por la alianza entre católicos tradicionalistas, evangélicos y algunos cristianos ortodoxos. Este grupo es el que predomina en Estados Unidos, cuyos movimientos “provida” son muy activos. El Christian Institute, por ejemplo, obligó a Google a admitir publicidad antiaborto en sus enlaces patrocinados, acusándolo de violar la legislación sobre igualdad.

- El más radical, con entidades como Fraternidad de San Pío X o Tradición, Familia y Propiedad, relacionada con los movimientos fascistas de los años ‘30.

En la Argentina la división no es tan contundente y es posible encontrar representantes de los tres grupos en las organizaciones que actúan socialmente y que no admiten límites en su afán de evitar un aborto.

Dicen que basta un botón, pero en este tema hay muchos para mostrar. En Mendoza, en septiembre pasado, el objetivo declarado de la marcha que realizaron los sectores “provida” era presionar a los senadores y al gobernador, Francisco Pérez, para que no sancionaran el protocolo hospitalario para la atención de abortos no punibles. “Nuestra presencia es importante para rezar para que se defienda la vida en nuestra provincia y para que los legisladores respeten nuestras creencias y tradiciones, y el orden natural”, decía el correo electrónico convocante.

En la misma provincia, pero en 2008, integrantes de un grupo católico intimidaron a una nena de 12 años, violada y embarazada por su padrastro. El juez de familia Nº 1, Germán Ferrer, negó el procedimiento. Más allá de que pronunció frases como “la nena no quiere matar al bebé”, en conferencia de prensa admitió presiones: “Recibía más de 300 mensajes por día donde me decían que no cometiera un asesinato”. En la actualidad, es juez de la Cámara de Familia.

Dos años antes, en 2006 y en la provincia de Buenos Aires, la Corporación de Abogados Católicos –en ese entonces presidida por Alberto Solanet– realizó una presentación judicial para impedir el aborto de una adolescente discapacitada mental, embarazada producto de una violación. La Corporación fue creada en 1935 por el Arzobispado de Buenos Aires y su sede fue donada por la compañía Pérez Companc. El objetivo de esa organización es ordenar los actos de las personas y de la sociedad según los dictados de la jerarquía católica. El entonces rector de la UCA de La Plata, Ricardo de la Torre, también había efectuado una presentación para impedir la intervención. Ambas demandas fueron rechazadas, pero De la Torre dio un paso más: fue al domicilio de la muchacha e intentó convencer a la hermana de que continuara con el embarazo, ofreciendo ayuda económica. De la Torre fue subsecretario de Educación durante la última dictadura militar.

El rechazo a las demandas de Solanet y De la Torre fue firmado por seis jueces de la Suprema Corte bonaerense, en tanto que Héctor Negri y Eduardo Pettigiani defendieron la postura de los demandantes. La Universidad Austral los convocó, luego de conocido el fallo, a participar de un debate donde pudieron argumentar su posición.

Las vinculaciones académicas son una de las patas que sostienen a los grupos antiaborto y no sólo en la ciudad de Buenos Aires. “En Rosario el Opus Dei tiene mucho poder en algunos hospitales y las cátedras de ginecobstetricia de la Facultad de Medicina –reveló Noelia Figueroa, secretaria de género de la CTA Rosario–. El caso más conocido es el de Rafael Pineda, jefe de ginecología del hospital Clemente Álvarez”. Pineda es, además, director de Bioética de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral.

Opus Dei remite, obviamente, a la Iglesia Católica, una figura central para los movimientos “provida”. De la Arquidiócesis de Buenos Aires depende Acción Católica, embarcada desde 2011 en que gobernantes de ciudades y provincias las declaren “provida”. Ya lo consiguieron en Chaco, Salta y Corrientes, y en 33 ciudades y municipios de las restantes provincias (ver aparte). Esa declaración significa que harán caso omiso del fallo de la Corte Suprema de Justicia y que exigirán autorización judicial para cada pedido de aborto, sin importar las causas del embarazo ni las condiciones de la mujer o niña embarazada.

En Tucumán lo intentó el arzobispo, Alfredo Zecca, quien señaló que “bajo ningún aspecto aceptaremos que se avale el aborto. La vida no puede depender de análisis filosóficos que por momentos sostienen ciertas razones para luego plantear lo contrario”. Y no se privó de presionar al gobernador, Jorge Alperovich, al señalar su “desconcierto por el hecho de que un hombre que siempre ha defendido la vida, justamente en la Semana Santa se pronuncie a favor de este fallo. Espero que en un diálogo con él pueda recapacitar”. En esa provincia, el 9 de agosto pasado iba a concretarse una jornada de capacitación del equipo médico de la Maternidad de Nuestra Señora de las Mercedes, la que más partos atiende al año en América latina. Pero manifestantes “provida”, liderados por los legisladores José Páez y Juan José Casagnas, destinaron tres horas a impedirlo. Lo hicieron al grito de “genocidas” dirigido a médicos, golpes contra las ventanas de la sala donde se efectuaba la reunión, y una sirena de megáfono en la puerta de acceso.

Lograron su objetivo sin esgrimir un argumento: gracias al escándalo la jornada se suspendió. Impusieron silencio a los otros. Métodos arcaicos y propios de una agrupación mafiosa, a los que es necesario oponer la voz de la ley, en defensa de la vida, de la dignidad de la vida y de la libertad de vivir de acuerdo con los propios principios morales y éticos.
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La realidad que no quieren ver

460 mil abortos clandestinos se realizan cada año en la Argentina.
37 por ciento de los embarazos que se registran en el país son interrumpidos.
7 mujeres se hacen un aborto seguro por cada una que llega al hospital con complicaciones.
1 de cada tres mujeres que se someten a un aborto, muere como consecuencia de la intervención.
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Casos paradigmáticos

Bahía Blanca. En diciembre de 2003, Miriam, de 14 años, asistió al Hospital Penna para interrumpir su embarazo producto de la violación de su padrastro. Pero la negativa fue rotunda. En una primera instancia, Alberto Taranto, director del centro médico, se negó alegando que “acá decidimos por el mal menor, el daño a la chica ya está hecho”, y le dio intervención al juez José Luis Ares, quien también rechazó el pedido.
La Plata. En julio de 2006, una adolescente de 19 años que padecía un retraso mental y había quedado embarazada luego de ser violada por un familiar, estaba a punto de ser sometida a un aborto no punible en el Hospital San Martín, cuando sorpresivamente llegó a la institución una orden judicial de la jueza de menores Inés Siro, que impidió a la joven seguir adelante con su deseo.

Mar del Plata. No siempre son jueces o abogados los que se oponen a que las mujeres decidan sobre su propio cuerpo. En febrero de 2007 fue el grupo antiaborto Fundación Argentina del Mañana el que intentó que una chica de 14 años continuara con su embarazo. Para lograr su cometido la organización amenazó a directivos y profesionales del Hospital Interzonal Materno-Infantil con que iban a recibir “represalias” si concretaban la intervención.
Guaymallén. En septiembre de 2008 el grupo ultracatólico Vitam se infiltró en el Hospital Notti, donde estaba internada una nena de 12 años esperando la autorización del juez, y le mostraron panfletos con fetos mutilados para impresionarla. El juez Ferrer dio parte al Comité de Bioética del hospital, le quitó la guarda a la mamá de la criatura –peticionante del aborto– para dársela a la abuela –manifiestamente a favor del embarazo–. La menor resolvió seguir adelante con la gestación.

Bahía Blanca. El juez de familia Jorge Eduardo Longas, conocido por invocar “la ley de Dios”, hizo lugar a un recurso de amparo en septiembre de 2008 y ordenó suspender el aborto que estaba previsto realizarle a una adolescente de 18 años, con discapacidad mental y abusada por un familiar. La acción ya había sido acordada en el Hospital Penna cuando el magistrado obstruyó la medida, alegando que una pareja se había ofrecido a adoptar a la criatura.
Posadas. Un caso similar al de Guaymallén ocurrió en agosto del año pasado en Misiones, cuando directivos del Hospital Materno Neonatal asustaron y desinformaron a la familia de una nena de 14 años que había solicitado la interrupción de su embarazo. En simetría con la institución, miembros de la organización Red Federal de Familias le regalaron ropa de bebé para colocarla en el rol de madre y convencieron a la chica de que siguiera adelante con el embarazo.
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Toco y me voy

No es ninguna novedad. Cada vez que hay algún problema en la ciudad de Buenos Aires, el jefe de gobierno, Mauricio Macri, está fuera del país o se toma un avión en el momento más candente del conflicto. Ocurrió con las inundaciones a principio de año, cuando se derrumbó la disco Beara y murieron dos jóvenes y durante el estudiantazo en 2010. Sin embargo, con el debate en torno a la legalización del aborto redobló la apuesta: no sólo cruzó las fronteras para reunirse con el presidente español Mariano Rajoy, desde donde vetó la ley de aborto no punible sancionada por la Legislatura, sino que fue el causante de que se frene la interrupción del embarazo de una víctima de trata que había conseguido la autorización pertinente. Al ventilar que el aborto iba a realizarse el 9 de octubre en el Hospital Ramos Mejía, ocasionó que una ONG que se autodenomina “Provida” lograra frenar la intervención.
En consecuencia, Macri deberá enfrentar una denuncia penal presentada por las diputadas Laura García Tuñón, María Elena Naddeo, Gabriela Alegre, Gabriela Cerruti y los legisladores Alejandro Bodart y Francisco Nenna, y la titular de CTERA, Estela Maldonado. La acusación es por “incumplimiento de deberes de funcionario público” por haber causado la suspensión del primer aborto no punible en la ciudad.

Fuente: Revista Veintitres.

LA VIDA DE UN REVOLUCIONARIO

A 200 años de la muerte de Juan Jose Castelli.La biografía escrita por Fabio Wasserman se detiene en la evolución del pensamiento y el accionar político de “el orador de Mayo”. Su discurso en el Cabildo Abierto, su actuación en la Junta de Gobierno y el fusilamiento de Liniers. El sueño de la revolución.
 
Juan José Castelli suele ser recordado por algunos hechos vinculados a la Revolución de Mayo que coincidieron con los últimos años de su vida: su alegato en el Cabildo abierto del 22 de mayo de 1810 que le valió ser conocido como “el orador de la revolución”; su participación como vocal en la Junta de Gobierno elegida tres días más tarde; el fusilamiento en Córdoba del ex virrey Santiago de Liniers; la dirección política del ejército que en la batalla de Suipacha logró el primer triunfo del nuevo gobierno permitiendo además la ocupación del Alto Perú a fines de 1810; la abolición del tributo y la prédica a favor de la emancipación de los indios que tuvo su momento culminante en la ceremonia realizada en Tiahuanaco el 25 de mayo de 1811; la derrota de Guaqui pocas semanas más tarde que provocó la desintegración del ejército y la pérdida del Alto Perú; el cáncer de lengua que lo llevó a la muerte mientras esperaba poder defenderse en el juicio que se le sustanció tras haber caído en desgracia.
Se trata sin duda de los sucesos más significativos y dramáticos que lo tuvieron como protagonista y que por sí solos ameritarían un estudio biográfico. Su vida, sin embargo, no puede ser reducida a esos pocos años de gran intensidad en los que conoció la gloria y el ocaso casi sin solución de continuidad. De ese modo tendríamos una versión mutilada de su existencia, pero sobre todo nos perderíamos la posibilidad de acercarnos a un problema mayúsculo que involucró a buena parte de sus contemporáneos: el proceso por el cual un súbdito de la corona española se convirtió en un revolucionario que promovía la creación de una nueva patria regida por valores y principios no menos novedosos, entre ellos el derecho a tener un gobierno propio basado en la soberanía del pueblo.

Castelli, que tuvo la desdicha de morir antes de que esa transformación hubiera terminado de producirse y cuando el futuro que se cernía sobre la revolución era incierto y su nombre execrado por propios y extraños, había sido uno de los primeros y más decididos en atreverse a explorar esos nuevos horizontes. Al menos fue uno de los primeros en hacerlo en esa orgullosa capital virreinal en la que se había convertido Buenos Aires a principios del siglo XIX. Su vida permite por lo tanto seguir los tanteos que algunos fueron dando en esa dirección que, debe decirse de entrada, no estaba predeterminada sino que se fue construyendo al calor de los sucesos, además de estar plagada de dudas, ambigüedades, incoherencias y contradicciones. Es por eso que su biografía permite mirar desde un ángulo privilegiado el proceso de crisis y desintegración de la monarquía española que en América devino en una extensa guerra y en una revolución de independencia tras la cual ya nada volvería a ser como antes. Es que si bien es cierto lo que planteaba Alberdi cuando advertía que la revolución sólo puede comprenderse examinando sus causas estructurales, “la acción general de las cosas”, no parece menos cierto lo que Andrés Rivera le hizo escribir en un cuaderno a ese extraordinario personaje de novela que es su Castelli: “No hay revolución sin revolucionarios…”. (...)

La educación: de Buenos Aires a Córdoba

De la infancia de Castelli sólo se sabe que cursó sus primeras letras en la escuela agregada al convento de los jesuitas que, como otras instituciones educativas, había pasado a manos de los franciscanos tras la expulsión de la orden. A los trece años ingresó al Real Colegio de San Carlos que había sido inaugurado poco tiempo antes por el virrey Juan José Vértiz, procurando satisfacer una necesidad imperiosa pues en la ciudad no existían establecimientos de esa índole. Castelli sólo permaneció poco más de dos años en esa institución, durante los cuales recibió clases de lógica y de física por parte de Pantaleón Rivarola, aunque no llegó a rendir el examen para aprobar esta última asignatura.

No son claras las causas por las cuales sus padres lo retiraron del colegio y es probable que no hubiera una única razón. Quizás no se sentían del todo conformes con la educación que estaba recibiendo o se asustaron por los problemas de disciplina que aquejaban a esa institución y que constituyeron durante algún tiempo la comidilla de la sociedad porteña. Pero, tal como lo recoge una tradición familiar, lo más probable es que el cambio se haya debido a la intervención de un allegado que habría legado un dinero a la familia con la condición de que fuera destinado a que uno de sus hijos se ordenara como sacerdote. Sus padres debieron considerar que Juan José era el señalado para cumplir con ese mandato ya que una de las estrategias empleadas por las familias para posicionarse socialmente y preservar su patrimonio era el ordenamiento como clérigo del primogénito. Fue entonces que decidieron enviarlo a la Real Universidad de Córdoba del Tucumán para que estudiara teología y filosofía. Esta decisión, que sería de gran importancia en su vida, implicó por lo pronto que durante varios años debió alejarse de su ciudad natal y de su entorno familiar.

En octubre de 1780, y tras dos semanas de viaje, Juan José llegó a Córdoba. Si bien no era una ciudad muy grande (tenía alrededor de ocho mil habitantes, de los cuales seiscientos eran vecinos), se trataba de un importante centro intelectual y religioso, que a la vez era sede de la universidad y del obispado. El hecho de estar habitada por numerosos clérigos y estudiantes y de tener varias iglesias y conventos hacía que buena parte de su vida social girara en torno de esas instituciones que aún sentían los efectos provocados por la expulsión de los jesuitas.

Córdoba se destacaba también por haberse constituido como un espacio articulador del tráfico comercial entre el norte y el litoral, y por contar con una campaña que era una gran invernadora de mulas, el principal medio de carga de la época. En 1783 se comenzó a implementar una de las reformas borbónicas que afectarían decisivamente al área de influencia de esa ciudad: la Ordenanza de Intendentes que, sancionada el año anterior, apuntaba a erigir un sistema de gobierno más eficiente y un orden administrativo capaz de subordinar a los Cabildos y, así, a las elites locales. Córdoba se separó de la antigua provincia de Tucumán y se constituyó en capital de una de las ocho intendencias en las que se dividió el virreinato y, por lo tanto, en uno de sus centros administrativos y políticos.(…)

El Cabildo Abierto

Varias crónicas recuerdan que ese mismo 18 de mayo Castelli y Saavedra estaban en sus quintas de San Isidro, por lo que fue necesario ir a buscarlos de apuro para ponerlos al tanto de las novedades y tomar una decisión.
Castelli llegó a la ciudad a las ocho de la noche y se dirigió a la casa del oficial Martín Rodríguez, donde estaba realizándose una reunión para acordar los pasos a seguir. Pero como Saavedra no llegaba, se decidió suspender el encuentro hasta el día siguiente. De ahí en más se sucedieron varias reuniones que en su mayoría se realizaron en la casa de Rodríguez Peña, coincidiendo en ellas el grupo de Belgrano y Castelli con los oficiales de los cuerpos milicianos cuyo representante más notorio era Saavedra. Asimismo se fueron sumando allegados a Álzaga que habían participado o habían sido cercanos al movimiento del 1º de enero de 1809, como Domingo Matheu, Juan Larrea y Mariano Moreno.

Esta confluencia de distintos grupos se puede apreciar en la distribución de tareas, comenzando por el envío de comisiones para lograr la convocatoria a un Cabildo abierto, tal como se había acordado. El día 19, Belgrano y Saavedra se entrevistaron con Juan José de Lezica, alcalde de primer voto, mientras que Castelli se reunía con Julián Leyva, el síndico procurador que además gozaba de un gran prestigio. El 20 al mediodía, Leyva y Lezica se reunieron con Cisneros, que se resistía a esa convocatoria ya que podría poner término a su mandato. Tal como lo había hecho meses antes, procuró el apoyo de los comandantes de las unidades militares. Pero ahora se encontró con una novedad decisiva: Saavedra ya no le respondía. A su juicio, el fruto ya estaba maduro y había llegado el momento de recogerlo.

Cisneros no se dio por vencido y trató de dilatar la convocatoria. Esta actitud motivó que los complotados enviaran otra comisión para hablar directamente con el virrey sin solicitar audiencia previa. Esta misión fue asignada a Castelli y Martín Rodríguez, quienes también fueron acompañados por Florencio Terrada, comandante de los Granaderos acuartelados en el fuerte que oficiaba como casa de gobierno, ya que temían ser arrestados por Cisneros si este llamaba a la tropa o a los oficiales españoles que formaban parte de ese cuerpo.

Al llegar al fuerte, Terrada se puso al frente de su fuerza, mientras Castelli y Rodríguez subieron a la sala de recibo donde sorprendieron a Cisneros, que estaba jugando a las cartas con el brigadier Quintana, el fiscal Caspe y un edecán suyo. Castelli asumió la voz cantante y le dijo que se habían allegado por mandato del pueblo y de las milicias para pedirle que dejara el cargo. Cisneros le respondió de mala manera, alegando que se estaba atropellando a la persona del rey a quien él representaba.

Castelli le dijo que lo tomara con calma, pues la suerte ya estaba echada. Caspe le pidió a Cisneros hablar en privado, tras lo cual, y ya más tranquilo, advirtió a Castelli y a Rodríguez sobre los males que sobrevendrían al pueblo como consecuencia de esa decisión, para luego preguntarles qué pasaría con su familia. Castelli le aseguró que su persona y la de su familia estaban garantizadas, pues se encontraba entre americanos.

Cuando los enviados regresaron a lo de Rodríguez Peña se hizo un brindis, mientras que una nueva comisión, integrada también por Castelli, se fue a entrevistar con Leyva. Este les advirtió que, si habían tomado la decisión de remover a Cisneros, también debían ponerlo en prisión. La respuesta fue que no era necesario, pues contaban con el favor del pueblo y con las armas, a lo que Leyva observó que no sabían el influjo que podía tener el virrey. Horas más tarde, el propio Cisneros y los oidores se entrevistaron con Leyva quien, al parecer, había cambiado de opinión, hecho que explicaría en parte su distanciamiento de los revolucionarios.

El virrey cedió a la presión y aceptó la convocatoria al Cabildo abierto, quizás confiado en que el Ayuntamiento estaría de su parte. Asimismo insistió en que la capital no podía por sí sola decidir la suerte del virreinato, ya que la monarquía era una e indivisible. El 21 de ese mes, mientras la ciudad vivía un clima de agitación con movimientos en la plaza y las tropas estaban a cargo de impedir cualquier disturbio, fueron cursadas las invitaciones para participar en la asamblea convocada para la mañana del día siguiente. En esta ocasión se invitó a más de cuatrocientos vecinos, entre los que se encontraban los funcionarios civiles, eclesiásticos y militares más encumbrados.
Esa misma noche se volvió a realizar una reunión en la casa de Rodríguez Peña para acordar la estrategia a seguir, y se decidió entre otras cuestiones que Castelli llevaría la voz cantante.
 
Fuente: Revista Veintitres

OPERACION CAPRILES

Un grupo de opositores apostaba a la derrota de Chávez y regresó al país con las manos vacías. La idea era extender el resultado a la Argentina. La opinión de los analistas.
 
Por Tali Goldman
 
Parecía el escenario perfecto. Como digitado por alguna fuerza sobrenatural desde el 13 de septiembre, cuando se realizó el “cacerolazo”a Plaza de Mayo. Consignas y slogans sobre la seguridad, la imposibilidad de comprar dólares y la supuesta falta de libertad de expresión se mezclaron con cruces esvásticas, deseos de muerte dirigidos a la Presidenta y la tan temida “chavización” de la Argentina. Después llegó el viaje de CFK a Estados Unidos y la polémica que se generó tras su disertación en la célebre Universidad de Harvard, cuyos alumnos se convirtieron, para algunos medios de comunicación, en héroes nacionales. Y la frutilla del postre llegó de la mano de los gendarmes y prefectos, quienes comenzaron una huelga por reclamos salariales que derivó en especulaciones sobre una eventual desestabilización de las instituciones democráticas. Hasta ahí una sucesión de hechos que le venía al dedillo a un sector de la oposición para aglutinarse y plantar bandera anti-K.
Pero el súmmum de los sucesivos episodios que tenían como objetivo desgastar al Gobierno llegaría para la oposición gracias a un triunfo de Henrique Capriles en Venezuela. Nada más y nada menos que de la mano del único hombre que se presentaba como el que podía acabar con la “dictadura” de Chávez, a la que tanto se parece el kirchnerismo, según viene denunciando parte de la oposición y ciertos editorialistas. Hacia allá viajaron, entonces, algunos de los más feroces dirigentes antikirchneristas, los mismos que integraban el otrora “grupo A” y actual GAPU, y que desembarcaron en tierras caribeñas en un explícito apoyo al candidato de la derecha venezolana. La comitiva la integraron los diputados Patricia Bullrich, Gabriela Michetti, Federico Pinedo y Eduardo Amadeo, del Pro-Peronismo, Oscar Aguad de la UCR y Alejandro Fargosi, integrante del Consejo de la Magistratura.

Apenas llegaron, los dirigentes estaban exultantes y lo transmitieron través de las redes sociales. “Hay ambiente de triunfo para Capriles, mucho entusiasmo”, disparó Amadeo y reflexionó: “Con un ambiente que hace presagiar un cambio importante. Pero también impresionado por el camino que ha tomado este país, y que nos anticipa lo que puede pasar en Argentina. A un cerrojo comunicacional escandaloso, donde la propaganda chavista abruma, la gente le ha contestado con mucha movilización y un intenso uso de las redes sociales. Y donde los opositores se han unido, pero son realmente opositores. No critican a la mañana y le votan todo en el Congreso a la tarde. Alguien me dijo que Capriles puede ser como el Alfonsín del 83, una sorpresa social!!!”. Así también lo hizo Michetti: “Impresionante la grandeza y la humildad de todos los dirigentes opositores de la Unidad Opositora en Venezuela”. “Los rumores de unos y otros siguen diciendo que las bocas de urna, tanto del oficialismo como de la oposición dan muy pareja la elección”. La más polémica fue, sin dudas, Patricia Bullrich, quien vaticinó por Twitter un resultado en plena veda electoral. “Encuesta es 52,8% Capriles / 47,2% Chávez, con vuelco de indecisos para Capriles, se estima diferencia de 5% a favor de Capriles”.

¿Pero qué fue a buscar este sector de la oposición a Venezuela? Para el sociólogo y analista Ricardo Rouvier, “la oposición y algunos comunicadores tenían las expectativas puestas más que en el triunfo de Capriles, en la derrota de Chávez y que se podía extender a la Argentina. Es decir, influir en el humor social para acrecentar la oposición a CFK y trasladar, o mejor dicho, proyectar esa situación a la Argentina”. Por caso, una de las mayores críticas desde la oposición chavista a nivel mundial es su perpetuidad en el poder. La reforma constitucional votada en el Parlamento y plebiscitada popularmente le posibilitó al mandatario caribeño presentarse varias veces a elecciones, lo que le permitirá mantenerse al frente del gobierno por más de veinte años. En la Argentina, el debate sobre una posible reforma constitucional es uno de los temas de agenda, por lo que un eventual triunfo de Capriles le hubiera permitido a la oposición tener una herramienta para hablar del fracaso del concepto de perpetuidad.

Según el analista político Carlos Escudé, “la oposición argentina que va a Venezuela de una manera patoteril e insólitamente militante, tiene intenciones de tender puentes hacia los sectores más reaccionarios de ese país y ese puente tiene un vaso comunicacional con los que se oponen a Fidel Castro y todos los movimientos de derecha que han conducido a la crisis que se produjo en la Argentina en 2001 y en Estados Unidos en 2008”.

Otro de los objetivos, sin dudas, era lograr que la victoria de Capriles sirviera para demostrar el éxito de una unidad opositora. Roberto Bacman, director de CEOP, explicó que “fueron a buscar un modelo opositor para poder unificar la oposición al kirchnerismo. Pero eso no se encuentra en Venezuela, se encuentra mirando la Argentina”. En ese sentido, el sociólogo y director de Estudios de Opinión Pública y Mercado de Ibarómetro, Ignacio Ramírez, sostuvo que “si bien en Capriles podrían haber encontrado un ejemplo, fue errada su lectura, en principio porque él acepta al chavismo, es decir, no parte de una situación prechavista sino que recoge ciertas conquistas sociales. Esta oposición argentina desecha todas las conquistas del kirchnerismo”. Y agregó: “Por otro lado, Capriles trata de construir su propia agenda y generar un estilo propio y promesa a largo plazo. En la Argentina, la agenda de la oposición la marcan los grandes medios”. Para Atilio Borón, politólogo y experto en Latinoamérica, “la oposición fue a buscar inspiración porque se le quemaron los papeles con Rajoy. El tema es que no se dieron cuenta de que hay una diferencia muy grande entre la Argentina y Venezuela”.

Lo cierto es que también fueron detrás de un posible nuevo referente de la derecha latinoamericana, en oposición al “Socialismo del siglo XXI” de Chávez, en sintonía con el proceso de transformación iniciado por Néstor Kirchner, Luiz Inácio Lula Da Silva, Evo Morales y Rafael Correa en sus países. Para Bacman “hay una oposición entre lo que llamaríamos el ALCA, que representa Capriles, y el Mercosur, que promueve Chávez”. Según Escudé, “Capriles representa a las fuerzas del capital financiero internacional que llevaron a la ruina a muchos países”. Atilio Borón sostuvo que “quien estuvo detrás de la campaña de Capriles no sólo en materia financiera sino en materia de disciplinamiento fue Estados Unidos. Ese trabajo en la Argentina lo están haciendo Clarín y La Nación”.

En este punto se abre otro de los leitmotiv que pretende impulsar la oposición. En la cuenta regresiva hasta el 7 de diciembre, el plazo que puso la Corte Suprema para que entre en plena vigencia la Ley de Medios, ciertos dirigentes alineados con el monopolio mediático argumentan que tanto en Venezuela como en la Argentina no hay libertad de expresión. Así fue como comandados por el periodista Jorge Lanata, participaron del programa Periodismo para todos en coincidencia con la jornada de elecciones en Venezuela, donde presagiaron la derrota chavista. Pero los resultados oficiales llegaron justo cuando el periodista estrella de Canal 13 estaba en vivo. Azorado por el triunfo de Chávez, el ex director de Página 12 se fue a un corte y terminó su programa antes de lo previsto. Al día siguiente, denunció haber sido retenido por más de dos horas en el aeropuerto venezolano y haber sido víctima del robo del material que había cosechado durante su estadía en Venezuela. Mientras tanto, por las redes sociales, los opositores que lo aguardaban en el avión pedían su “pronta liberación” y aseguraron que llevarían el asunto al Congreso.

Pero las esperanzas se fueron disolviendo y muchos llegaron a Ezeiza con un terrible sabor a derrota. “Si pensaban que la ayuda para conformar una oposición en la Argentina venía de la mano de una derrota de Chávez, van a tener que pensar otra cosa”, sintetizó Rouvier. En ese sentido, Escudé concluyó que “como la oposición vino con las manos vacías, es por eso que Lanata se tuvo que mandar esos exabruptos y generar un escándalo mediático. Porque no sólo iban por la derrota de Chávez, sino que iban a gritar fraude, y no pudieron”. “En vez de empaparse de moralejas, la oposición volvió agudizando los mismos errores que la llevaron al fracaso del 2011, como subsumirse a la agenda de los medios hegemónicos”, explicó Ramírez.

Pero sin dudas otra de las lecciones que dejaron los comicios venezolanos fue dejar en claro las fisuras que existen en la oposición argentina. Sin hacer futurología en materia política, resulta imposible hasta pensar en un espacio que aglutine a todo el arco opositor. Por caso, muchos de los dirigentes del Frente Amplio Progresista, el espacio que salió segundo en las últimas elecciones, apoyaron abiertamente a Hugo Chávez. En ese sentido, el senador Luis Juez explicó que “el día que la oposición en la Argentina se convierta en una alternativa de gobierno probablemente el kirchnerismo se haya agotado. Pero para eso tenemos que dejar de ser un espacio opositor para generar esperanza y eso no se genera con pautas publicitarias ni con presencia mediática”. Por su parte, un sector del radicalismo también se despegó de la presencia de Aguad en el búnker de Capriles. “El radicalismo no fue a apoyar a ninguna de las fuerzas. Han ido porque tenían ganas de ir y desde la UCR no se tomó ninguna posición por ninguna fuerza política. Si hubo radicales, fueron por cuenta propia”, dejó en claro Mario Barletta, presidente del Comité Nacional. Consultado por esta revista para dar su opinión acerca de la experiencia electoral, Eduardo Amadeo fue categórico: “No tengo más ganas de hablar de este tema”.

Un tropezón que tanto él como sus compañeros de equipo saben que deberán evaluar y tener en cuenta. Sobre todo si quieren construir una alternativa de gobierno y para que el 54 no se convierta en el número del karma.
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Opinión
Ignacio Ramírez
Sociólogo

“Si bien la oposición podría haber encontrado en Capriles un ejemplo, fue errada su lectura, en principio porque él acepta al chavismo, es decir, no parte de una situación prechavista sino que recoge ciertas conquistas sociales. Esta oposición argentina desecha todas las conquistas del kirchnerismo. Por otro lado, Capriles trata de construir su propia agenda y generar un estilo propio y promesa a largo plazo. En la Argentina, la agenda de la oposición la marcan los grandes medios. En vez de ir a empaparse de estas moralejas, fueron a agudizar los errores que los llevaron a la crisis y al resultado que obtuvieron en el 2011”.
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Opinión
Luis Juez
Senador nacional

“Vos no podés decir que querés que respeten la autonomía de los pueblos e ir a dar lecciones de democracia a los venezolanos. Es una cachetada y un sopapo para los opositores que ven como espejo a ese país. Es más, la oposición en Venezuela tuvo palabras que yo no veo que hubieran tenido ciertos opositores argentinos. El proceso de Venezuela hay que respetarlo. Fue una lección de democracia y de civismo increíblemente edificante, porque oficialistas y opositores reconocieron que iban a aceptar el resultado sea cual fuere. Desde todo punto de vista el domingo fue un acto ejemplar”.
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Opinión
Ricardo Rouvier
Sociólogo y analista

“La oposición y algunos comunicadores tenían las expectativas puestas, más que en el triunfo de Capriles, en la derrota de Chávez y que se podía extender a la Argentina. Es decir, influir en el humor social para acrecentar la oposición a CFK y trasladar, o mejor dicho, proyectar esa situación a la Argentina. Pero esto no ocurrió y quedó desarmado, por lo que no les queda más que seguir trabajando para ser una verdadera oposición en la Argentina. Para la opinión pública el triunfo de Chávez ratifica el camino de la emancipación y autonomía de América latina y las líneas desarrolladas por el resto de los países del continente”.
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Opinión
Roberto Bacman
Director de CEOP

“Los que estuvieron en Venezuela querían ir a ver qué posibilidades veían allí para construir en la Argentina una alternativa de oposición unida. Lo que pasa es que queda mucha oposición afuera de centroizquierda. Ni el FAP ni Proyecto Sur van a ir alineados en este sentido. Ellos tienen que asumir que son centroderecha, que tienen una naturaleza liberal, asociada con el ALCA, con las relaciones carnales con Estados Unidos. Enfrente, está el modelo populista latinoamericanista representado por Chávez y los demás presidentes de la región. Volvieron con un golpe fuerte. Algunos pensaron que sería una oposición más reñida”.
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Opinión
Atilio Borón
Politólogo

“La oposición no se dio cuenta de que hay una diferencia muy grande entre la Argentina y Venezuela. El tema es que, para Estados Unidos, Venezuela es prioridad máxima, entonces asumió directamente la organización de una derecha unida, que es lo que acá están tratando de hacer Clarín y La Nación. Por otro lado, comparar a Capriles con Macri es ridículo. Macri no tiene sustento y ha hecho una gestión mediocre. Mal que mal, Capriles era gobernador de Miranda, uno de los estados más importantes de Venezuela, y tan mal no le fue. Esto claramente demuestra los límites de la estrategia opositora”.
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Opinión
Carlos Escudé
Analista político

“La oposición argentina que va a Venezuela de una manera patoteril e insólitamente militante, tiene intenciones de tender puentes hacia los sectores más reaccionarios de ese país y ese puente tiene un vaso comunicacional con los que se oponen a Fidel Castro y todos los movimientos de derecha que han conducido a la crisis que se produjo en la Argentina en 2001 y en Estados Unidos en 2008. La actitud de Lanata, que fue en tren de patotero, me da toda la impresión de que allí hubo una provocación y que lo demoraron, pero él también fue ahí con un sentido militante y antichavista”.
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Opinión

Con los desaparecidos no
Por Adrián Murano
Periodista

El destino es así. Caprichoso, inmanejable. Aleccionador. El pasado martes 9 de octubre, las Abuelas de Plaza de Mayo revelaron el hallazgo del nieto recuperado número 107. Pocas cosas exhiben con mayor crudeza la vigencia del daño perpetrado por la dictadura que esos chicos a los que les fue sustraída su identidad. Ellos son, al mismo tiempo, un ejemplo de lucha –la de Abuelas–, un símbolo de esperanza –para los que aún buscan a sus familiares– y un recordatorio potente del horror sufrido por 30 mil desaparecidos, entre los que estuvieron sus padres.
El destino hizo que, el mismo día, el periodista Jorge Lanata cometiera el disparate de equiparar su breve retención en el aeropuerto de Caracas con la desaparición forzada de personas. Dijo: “Nos rodearon, nos sacaron los documentos y nos metieron en un pozo. Lo que nos pasó no es muy distinto a lo que ocurrió con los 30 mil desaparecidos”.

Lanata, es obvio, tiene derecho a sentirse molesto por haber sufrido una retención policial que considera injusta. También, claro, puede especular como quiera sobre las motivaciones que habrían provocado una situación tan desagradable como innecesaria. Incluso puede, como lo hizo, utilizar el episodio para caracterizar como una “dictadura” al gobierno de Hugo Chávez, para publicitar sus programas y otros emprendimientos comerciales, para alimentar su ego, para fustigar al gobierno de CFK, para recobrar el centro de atención por unos días.

Lanata puede decir lo que se le cante, porque para eso nos ganamos, defendemos y gozamos el derecho a la libre expresión. El mismo derecho que nos permite decirle a Lanata, entonces, que es una canallada comparar su contratiempo aeroportuario con el horror padecido por las víctimas del terrorismo de Estado. Que su banalización serial de las desapariciones ofende a los familiares, distorsiona los hechos históricos y les da letra a quienes buscan la impunidad de los delitos de lesa humanidad relativizando la gravedad de esos crímenes. Que es miserable bastardear la lucha de los organismos de derechos humanos porque se “aburrió” (sic) del tema. Justo él, que en el pasado se sirvió de esa lucha para fundar y posicionar un diario.

Sólo Lanata sabe si el tedio lo invadió antes o después de firmar contrato con el –dignatario de la dictadura– Grupo Clarín. O fue producto de su creciente adicción al show. Poco importa el origen de sus palabras comparado con sus consecuencias: frivolizar el terrorismo de Estado es revictimizar a sus víctimas. Y no hay show en el mundo que justifique semejante atropello.
 
Fuente: Revista Veintitres

martes, 30 de octubre de 2012

ROCAMBOLE, EL PINCEL RICOTERO: "LO MEJOR LO TENGO GUARDADO"

Patricio Rey dijo que el mundo era redondo, y Rocambole lo pintó. Es que Ricardo "El Mono" Cohen es dueño de una estética inconfundible y el autor de varios dibujos que se tatuaron y grafitearon miles de argentinos. Hoy, el responsable del diseño de todas las tapas de discos y la gráfica de Los Redonditos de Ricota, vive en La Plata y se dedica a la docencia.

Por Diego Granda

El maestro, que también diseñó discos de Frank Zappa, entre otros, está sentado en un tradicional café de Barrio Norte tomando un cortado con dos medialunas, haciendo tiempo para entrar a dar clases en un taller de artes decorativas. Al mirar la tapa de Oktubre, reacciona: "En realidad esta imagen no es la original, cuando el disco salió en vinilo todavía ni existía. Un día el Indio me pidió que dibujase un aviso para anunciar un show, y así nació, de un dibujo hecho en la calle en cinco minutos; después, cuando se reeditó el disco, la imagen era tan popular que decidimos ponerla en el librillo del CD".

¿Y qué intenta expresar?
Es una imagen de libertad, con connotación anarquista. El disco entero giraba en las ideas de libertad y justicia, de lucha de los oprimidos hacia los opresores, y la estética tuvo que ver mucho con eso, y con la anarquía de los años veinte.

Los conceptos que transmiten los dibujos, ¿los decidías vos o te los pedía algún integrante de la banda?
Depende del disco. Para Oktubre nos reunimos con el objetivo de elaborar un concepto. Había un par de temas compuestos, los escuchamos y opinamos entre todos al estilo de una agencia de publicidad. Como resultado salió nada más ni nada menos que la idea de gente desposeída, seres marginales que avanzan hacia algo con banderas, es la revolución, la lucha por el ascenso social.

¿Qué sentís al ver que tu arte se volvió tan popular? Me emociona mucho. Es insólito: mi arte de repente aparece en imágenes, gorros, remeras, banderas, tatuajes. A veces no me gusta verla en algunas agrupaciones políticas a las que no adhiero, pero entiendo que son cosas que no puedo evitar. Es un fenómeno que ha sucedido en todas las épocas de la humanidad. La gente elije una figura como tótem. No sé cómo se produce este fenómeno, sino me las pasaría haciéndolos, ja. Las imágenes de los Redondos viven por sí mismas, forman parte de un fenómeno que escapa de mi comprensión y mi control.

¿Cuál es la historia de Luzbelito? Luzbelito era un disco que iba a ser un clásico, se preveía como tal. Entonces pensé en un álbum de música clásica. Cuando yo era chico los álbumes venían como en un gran álbum de fotos, adentro tenían sobres de papel madera. Pensé en el packaging general y quise hacer una versión más chica de un álbum tal como eran los viejos. Para la tapa, pensé: las historias de las letras del Indio son siempre parecidas, siempre hay una especie de personaje marginal que en algún momento levanta cabeza y sube, este personaje puede ser Pedro Escobar o cualquier otro. Así, encontré una foto de un esclavo yanqui de 1800 y pico, que había podido escapar y después lo recapturaron. Era un negro gigante al que lo agarraban con una cadena en la cabeza. Me quedó grabada su expresión. La dibujé varias veces y no me daba, entonces probé con hacer una escultura, y me salió. La tuve guardada mucho tiempo en una biblioteca. Un día se me ocurrió que el nombre Luzbelito remitía a luz y vela. Agarré, le puse una vela en la cabeza a la escultura, la encendí y se derritió la cera; así quedo el Luzbelito que se conoce.

¿Sentís algún tipo de responsabilidad por la influencia social que tienen tus dibujos? Una vez un tipo se acercó y me recriminó que le daba un mal mensaje a los jóvenes, por un cuadro en el que se suicidaban tres personas. También han llegado a decirme que soy la reencarnación del mal por difundir mensajes violentos. Pero la verdad es que yo pinto el paisaje que miro en los diarios. Los medios de comunicación me inspiran.

¿Y crees que lo que muestran sea la realidad? No, para nada. En la realidad hay un visible y un invisible, el visible está finamente monitoreado y es lo que nos muestran, pero hay una parte que no nos muestran. Un ejemplo de esto es el rock nacional: en su momento tuvieron que pasar más de 15 años para que saliera por la radio. Después de la Guerra de las Malvinas quisieron pasar un rock que no fuera inglés, y recién se descubrió. Antes el rock existía pero era un mundo interno, la gente compraba y escuchaba porque se lo contaban. Los medios no decían nada.

¿Cómo influyó esto en Los Redondos? Aquí es dónde se ve la genialidad de la banda. Los redondos dijeron "los medios no existen". Dieron vuelta la ecuación, ¿entendés? En vez de que los medios te digan a vos que no existís, ellos dijeron que los medios no existen. Si se publicó algo de la banda fue muy poco y por periodistas amigos, nada más.

¿Guardan entre ustedes un código de "no dar a conocer nada"? Sí. Yo tengo mucho material propio pero no voy a ponerlo en público por una razón ética. Mostré un poco en algún momento, porque la Negra Poli me dio el OK, pero lo mejor lo tengo guardado.

¿Sos de los que quiere ver a Skay y al Indio juntos? Como fanático, porque me incluyo, sí. Sé que tienen mucho para dar juntos. Son como los ingredientes de una buena receta. Son un cóctel que no se mezcla solo.

Fuente: Rolling Stone.

lunes, 29 de octubre de 2012

UNA RED CONTRA EL SILENCIO

ANCLA, Rodolfo Walsh y La Agencia de Noticias Clandestina 1976-1977. El libro, de reciente aparición, reúne más de 200 cables de un medio periodístico creado por el autor de Operación Masacre, con el objetivo de quebrar el cerco informativo impuesto por la dictadura.

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Por Silvina Friera
 
Cuatro personas, cuatro máquinas de escribir y un mimeógrafo abrieron los ojos del mundo al horror. No era fácil procurarse las mejores condiciones informativas en circunstancias tan dramáticas. Dicho así, suena a trama novelesca. ¿La incomodidad que produce cierto tipo de literatura podría conectarse con la experiencia de la Agencia Clandestina de Noticias (Ancla), un medio periodístico creado y dirigido por Rodolfo Walsh, que desafió el férreo bloqueo impuesto por la dictadura militar? Los documentos, en una primera lectura, podrían disipar el interrogante. Los sobrios y rigurosos despachos redactados por un pequeño grupo de hombres y mujeres, periodistas y militantes de Montoneros, entre junio de 1976 y septiembre de 1977, revelaron la metodología sistemática del secuestro, el funcionamiento de improvisados campos de concentración en dependencias militares y policiales, la aparición de numerosos cadáveres, torturas y asesinatos de presos políticos, entre otras violaciones a los derechos humanos cometidas por los militares de las tres armas. Ancla. Rodolfo Walsh y la Agencia de Noticias Clandestina. 1976-1977, publicada por Ejercitar la Memoria Editores, incluye más de 200 cables de esta primitiva célula clandestina cuya sigla condensa la vigorosa potencia de una estrategia comunicacional artesanal, inconcebible en la era de las redes sociales.
Los medios de comunicación se convirtieron en los días posteriores al golpe del 24 de marzo “en una masa uniforme de letras que reiteraban loas al nuevo gobierno”, se lee en uno de los cables fechado el 30 de agosto de 1976, donde también se cita un comentario que el periodista Rodolfo Terragno escribió en su revista Cuestionario: “Es lamentable ver que todos los diarios funcionan en cadena”. El libro presenta tres textos introductorios de Carlos Aznárez, Lucila Pagliai y Lila Pastoriza, periodistas que integraron la mesa de redacción de la Agencia, donde cuentan detalles domésticos sobre cómo lograron –voluntad, compromiso y responsabilidad política mediante– quebrar el cerco informativo. Los compiladores, Cacho Lotersztain y Sergio Bufano, decidieron incluir la Carta a mis amigos y la Carta de un escritor a la Junta Militar, firmadas por Walsh. El conjunto de la producción de Ancla es un manual de estilo periodístico. La rigurosidad informativa es marca registrada. Vale la pena detenerse en las reflexiones de Pagliai. “Walsh enseñaba que la mayor parte de la información es pública y está ‘sobre los papeles’: para ello planteaba no sólo una lectura atenta de diarios y revistas, sino también en discursos y boletines oficiales, actas de reuniones empresariales, guías de sociedades anónimas y de asociaciones intermedias, hechos judiciales, encuentros educativos y culturales, actividades de sociedad, avisos, notas necrológicas. Había que buscar y saber leer, hacer inteligencia de la noticia o del dato publicado discriminando entre la paja y el trigo; analizar, interrelacionar, evaluar, interpretar para producir cables de alto impacto que perforasen el bloqueo informativo, dando cuenta al lector en las formas de escritura de la mayor o menor cercanía y confiabilidad de las fuentes referidas.”
Los más de 200 cables que envió Ancla llegaron a periodistas locales, empresarios, miembros de las distintas iglesias y personalidades de la cultura. Aznárez subraya que estos textos generaron “fuertes tensiones entre altos cargos de las estructuras policiales y militares, a las cuales se las ‘operaba’ desde la contrainteligencia con datos precisos e ‘inquietantes’ que hacían a sus planes de corto y mediano plazo”. Otra pata fundamental estuvo relacionada con la recepción de los despachos informativos en el exterior. Algunos diarios y revistas publicaban casi textualmente lo que recibían; esos medios contribuyeron a difundir “la otra verdad sobre la dictadura militar argentina” en varios países. La sigla misma denotaba la intención de confundir a las fuerzas represoras sobre la identidad de la Agencia. Pastoriza revela que esa confusión fue persistente, potenciada por las rivalidades entre las armas. Aun después de que el general Carlos Alberto Martínez, jefe de Inteligencia del Ejército, afirmara que Ancla pertenecía a Montoneros –en marzo de 1977–, Pastoriza pudo comprobar que los integrantes del GT3 (ESMA) creían que era del Ejército, mientras que los miembros del Servicio de Informaciones Navales sospechaban fuertemente del GT3.
El local de Ancla funcionó en una “casa operativa” donde se acumulaban las ruidosas Olivetti de entonces, los mimeógrafos a alcohol –“eficaces por lo silenciosos a la hora de imprimir las copias de los despachos en papel Biblia, para que al ser enviados no abultaran los sobres”, recuerda Aznárez–, el archivo, los scanners –“para realizar las escuchas de los móviles policiales y otras dependencias de la represión”– y la papelería para los envíos postales. Walsh adiestró al grupo –al que se incorporó Eduardo Suárez, periodista de El Cronista Comercial– en la redacción de cables informativos y determinó el estilo a utilizar: sobrio y preciso. La presencia del autor de Operación masacre en la tarea de la Agencia fue estable en los inicios. Pero a mediados de agosto de 1976, cuando se produjo el secuestro de Suárez, el local fue abandonado tras rescatar los elementos de trabajo y llevarlos a otro lugar donde funcionaría la nueva redacción. Varios colaboradores fueron secuestrados y permanecen desaparecidos. Además de Suárez, el listado incluye a Carlos Bayón, Norma Bastsche Valdés, Miguel Coronato Paz, Mario Galli, Luis Alberto Vilellia, Adolfo Infante Allende y Luis Guagnini. Walsh fue asesinado por un grupo de tareas el 25 de marzo de 1977. Un mes después, Aznárez y Pagliai salieron del país con la idea de pivotear el traslado de Ancla al exterior a la espera de Pastoriza, quien decidió quedarse hasta dejar armada la red que habilitaría el flujo de noticias para continuar operando desde el extranjero. Con el secuestro de Pastoriza, la Agencia interrumpió sus servicios durante poco más de un mes. En agosto de 1977, Horacio Verbitsky se hizo cargo de la segunda y última etapa.
A menos de un mes del asesinato del obispo Enrique Angelelli, el 30 de agosto de 1976, Ancla lanzaba el siguiente cable: “Habría sido asesinado monseñor Angelelli”. “Fuentes eclesiásticas dignas de crédito afirmaron que tenían la convicción de que el accidente en el que perdiera la vida monseñor Angelelli, obispo de La Rioja, hace aproximadamente un mes, no fue casual sino provocado intencionalmente. En numerosas comunicaciones hechas llegar a parroquias de esta capital por integrantes de la diócesis de La Rioja se informa que ‘monseñor Angelelli fue asesinado’ a través de la colocación de un mecanismo de traba en las ruedas de la camioneta Fiat 125 en la cual se movilizaba habitualmente”.
En una segunda lectura del formidable material reunido en Ancla, una brevísima anotación de Ese hombre y otros papeles personales, se cruza por la mente y enciende la alarma de un viejo malentendido que Walsh intuía peligroso: “Una de las cosas que sin duda me divierten, me halagan, y me intimidan es hasta qué punto uno puede convertirse en un monumento a sí mismo, en la conciencia moral de los demás”. Pagliai captura esta sutileza cuando precisa que el escritor “amaba y creía en la palabra como instrumento para la acción política, pero también como trabajo de escritura que produce una literatura de la incomodidad. Toda la obra que escribió o pensó Walsh es una escritura incómoda: desde Operación Masacre y el periódico de la CGT de los Argentinos, sus libros de cuentos y El caso Satanovsky, hasta la experiencia final de Ancla y la Carta de un escritor a la Junta Militar, cuyos datos dialogan en gran parte con los cables de la Agencia Clandestina”. La escritura de Walsh se reconstruye en un combate infinito con el lenguaje.
 
Fuente: Pagina /12

"LAS MUJERES SAHARAUIS SE INSPIRAN EN LAS MADRES DE PLAZA DE MAYO PARA REIVINDICAR A SUS HIJOS"

Cuando dejó de ser colonia española, el Sahara Occidental fue invadido por la monarquía de Marruecos. Ahora está dividido por un muro de 2720 kilómetros: de un lado están los territorios ocupados y del otro, los liberados por el Frente Polisario. Salem Bachir es el representante del FP en la Argentina. Aquí, cuenta los padecimientos del pueblo saharaui, las torturas, desapariciones y hasta los vuelos de la muerte que sufre.
 

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Por Verónica Engler
 
El Sahara Occidental deja de ser colonia de España en la década del ’70 e inmediatamente sus territorios son reclamados y ocupados por Marruecos. ¿Cómo se da este proceso en el que el pueblo saharaui vuelve a quedar sojuzgado?
–El Sahara Occidental, ex Sahara Español, fue una colonia española a lo largo de un siglo y Marruecos reivindicó este territorio solamente para desviar la opinión pública marroquí de sus problemas. Los años de la reivindicación marroquí del territorio saharaui fueron duros para la monarquía marroquí, dos golpes de Estado amenazaron con poner fin a la monarquía. El 16 de octubre de 1975, el Tribunal Internacional de La Haya dictaminó que las alegaciones marroquíes de reivindicar soberanía sobre el territorio no tenían ninguna base jurídica, y aprobó el fallo que reconoce al pueblo saharaui su derecho a la autodeterminación e independencia. Justo después Marruecos desató la Marcha Verde y los medios de comunicación fueron desviados hacia aquella manifestación ciudadana mientras se iniciaba la invasión militar marroquí, que empezó el 31 de octubre. La Marcha Verde fue una estrategia de Marruecos con la intención de ocupar el Sahara Español. Marruecos envió a unos trescientos cincuenta mil ciudadanos y veinticinco mil soldados para invadir el por entonces territorio español, de modo que apoyasen y legitimasen la anexión, organizada por el rey Hassan II, durante la crisis política de España en las últimas semanas del franquismo. Esto se hizo con complicidad española y con apoyo militar y político del entonces tristemente famoso (Henry) Kissinger y los gobernantes de Francia, país que participó militarmente en esta invasión. Henry Kissinger jugó un papel clave en este proceso, él planificó, asesoró y organizó a los marroquíes para la Marcha Verde.
–Pocos días después de iniciada la marcha se firma el Acuerdo Tripartito de Madrid, entre España, Marruecos y Mauritania, para definir la división del Sahara Español. ¿Qué consecuencias tiene este acuerdo para el pueblo saharaui?
–Dividieron en dos el territorio saharaui, una parte correspondía a Marruecos y la otra a Mauritania, y a España le correspondían una buena parte de los recursos naturales, que son el motivo principal de la invasión y del acuerdo, que no fue reconocido por la comunidad internacional de ninguna manera. Los marroquíes recibieron una condena del Consejo de Seguridad de la ONU por su ocupación ilegal. Y el pueblo saharaui estuvo obligado en gran parte a abandonar sus hogares, su patria, bajo un ataque con fósforo blanco y con napalm. Se llevó a cabo una guerra de exterminio, los pocos animales que había fueron exterminados, los árboles fueron quemados y los pozos de agua fueron envenenados. Y el pueblo saharaui fue obligado a buscar refugio en la frontera con Argelia, donde hasta hoy día viven mal doscientas mil personas refugiadas, esperando poder regresar un día. Hay generaciones que nacieron en el desierto argelino y que están esperando que les devuelvan su tierra usurpada, que fue invadida ilegalmente. Mauritania afortunadamente después de tres años de guerra se retiró positivamente del conflicto y reconoció posteriormente la república saharaui, y ahora tenemos buenas relaciones con Mauritania. Pero la ocupación marroquí continúa hasta hoy día con la fuerza bruta.
–¿Por qué potencias como Francia apoyan la postura marroquí?
–Por intereses económicos. La importancia económica del Sahara Occidental reside sobre todo en la riqueza de su costa, por la gran cantidad y variedad de peces, y en los minerales que hay en su territorio, como el fosfato. Las minas de fosfatos de Bucraa, a cielo abierto, son las más grandes del mundo, además se ha detectado la existencia de uranio, petróleo y gas. Un famoso periodista marroquí, Moumen Diouri, escribió un importante libro titulado ¿A quién pertenece Marruecos? En la tapa del libro hay dos logos: uno es de la empresa del rey (Mohammed VI) y el otro es la bandera francesa. En este libro se habla del rey como el bancario más importante, y también como el primero en agricultura e industria. Se lo considera el séptimo personaje más rico del mundo, más que los príncipes de Qatar y de Kuwait. Además, según este libro, su sueldo supera el de Obama y el de Sarkozy. La paradoja del rey es que se enriquece de la pobreza de su pueblo. Pero nosotros también estamos pagando las consecuencias de las relaciones franco-argelinas. La historia de amor y odio entre Argelia y Francia, porque los franceses no han querido hasta hoy día reconocer sus crímenes contra Argelia, hizo que Francia también tome postura promarroquí, para tener a su aliado en la región. Francia apoya a Marruecos para mantener su aliado como principal actor en una zona donde Argelia es el país más importante económica, geográfica e históricamente.
–¿Cuántas personas pertenecen a la República Arabe Saharaui Democrática (RASD)? ¿Qué porción de esta población vive en los territorios ocupados (por Marruecos), en los liberados, en los campos de refugiados y en el exilio?
–La ocupación del territorio por parte de Marruecos hace imposible hacer un censo a los saharauis, pero a grosso modo se habla de casi un millón de saharauis que están dispersos en la diáspora, en Marruecos, Argelia, Mauritania, España, las zonas liberadas y los campos de refugiados saharauis. Lo único que tenemos bajo nuestro control son las zonas liberadas y los campos de refugiados donde actualmente viven casi trescientas mil personas. Casi la mitad de la población saharaui se quedó en los territorios ocupados, son otros trescientos mil aproximadamente. De España hemos recibido una solidaridad y un apoyo extraordinario. Los españoles se sienten un poco en deuda con los saharauis, por eso casi totalidad del pueblo español apoyó y apoya nuestra causa. En estos días, y a pesar de la crisis económica, tenemos a más de cinco mil niños saharauis que pasan sus vacaciones con familias españolas, el año pasado hemos tenido hasta diez mil niños saharauis. Y también tenemos los ayuntamientos hermanados con las dairas, las comunas saharauis, y las caravanas de solidaridad que llegan todos los meses de España y también el apoyo material, político y moral que recibimos del pueblo español, pero también de muchas otras partes del mundo que están dando siempre esperanza a la juventud saharaui. Nunca nos hemos sentido solos, hemos contado a lo largo de los años con el apoyo y solidaridad de nuestro continente africano, que desde los primeros días tomó una postura prosaharaui. En la actualidad, la República Saharaui es miembro de pleno derecho de la Unión Africana y Marruecos es el único país que está fuera de este organismo por su conducta colonial, como lo fue en el pasado el apartheid en Sudáfrica.
–Usted integró el Frente Polisario desde los comienzos, siendo muy joven. ¿Cómo son los inicios de este movimiento de liberación nacional?
–Los saharauis empezaron una guerra de liberación nacional en los años ’60. Primero estuvo el Movimiento de Liberación del Sahara (MLS), liderado por Mohamed Sidi Brahim Basiri. El MLS planifico conducir el Sahara a la independencia por etapas y por vías pacificas, hasta el 17 de junio 1970, cuando un gran manifestación pacífica fue brutalmente reprimida por las fuerzas colonialistas españolas, lo que provocó decenas de víctimas mortales, heridos y desaparecidos. Basiri sigue desaparecido hasta el día de hoy. Así termina una fase de resistencia del pueblo saharaui y se inicia otra en la cual los saharauis están convencidos de que el lenguaje de las armas es desafortunadamente el único apto para hacer entender la razón a la potencia colonial. Luego, el MLS es continuado por otro movimiento creado especialmente por estudiantes saharauis. Este grupo prepara durante dos años el terreno para el nacimiento del Frente Polisario y el inicio de la guerra de liberación nacional, en mayo de 1973. El nacionalismo saharaui se expresa de forma más activa. El lema del primer congreso del Frente Polisario fue “Con el fusil arrebataremos la libertad”. El Frente llevó a cabo una guerra de liberación y logró en poco tiempo capturar a muchos oficiales militares españoles, y una gran parte del ejército saharaui, integrada a las filas de las tropas españolas se pasaron a las filas del Frente Polisario, llevando con ellos algunos de los oficiales españoles. Y hemos tenido un reconocimiento, bajo presión, y se llegó a un acuerdo en el cual España reconoce al Frente Polisario. En el ’75 la ONU envió una misión al territorio, integrada por varios países, y esta comisión publicó su informe en el que reconoce que la única fuerza política del territorio es el Frente Polisario. Yo formaba parte de las células secretas del Frente Polisario en las zonas ocupadas. El Frente no quería que la gente abandonara el territorio, y pidió a los jóvenes que se integraran a sus filas para luchar contra la ocupación. Pero la represión y los bombardeos hicieron que muchas familias se fueran expulsadas de sus casas a sangre y fuego, y lograron refugio en las zonas más seguras, en la frontera con Argelia.
–¿Cuál es la postura del pueblo marroquí en relación con la política colonial que lleva a cabo su monarquía sobre el Sahara Occidental?
En Marruecos hay tres temas tabú: la religión, la monarquía y el Sahara, son temas que no se pueden discutir. Por eso los marroquíes no pueden expresar un punto de vista independiente, pero a pesar de eso últimamente hay jóvenes marroquíes que tomaron una postura muy positiva de reconocerle al pueblo saharaui el derecho a determinar su futuro. Se recuerda bien que el famoso Abraham Sarfati, un líder de la izquierda marroquí, desapareció dieciocho años en las prisiones marroquíes solamente por declarar una postura prosaharaui, diciendo que el pueblo saharaui tiene derecho a la autodeterminación. Por eso en Marruecos no se puede expresar una opinión política, mucho menos en las zonas ocupadas, donde los saharauis que se manifiestan son reprimidos, torturados, por la simple razón de reivindicar un derecho universalmente reconocido. Un caso muy famoso últimamente es el del campamento en Gdeim Izik, que para muchos analistas, como Noam Chomsky, es el inicio de la primavera árabe. Allí (en octubre de 2010), veinticinco mil saharauis levantaron siete mil jaimas, que son tiendas de campaña, a unos quince kilómetros de El Aaiún (capital de la República Arabe Saharaui Democrática) para protestar de una forma muy pacífica y civilizada, reivindicando su derecho a la autodeterminación, sus derechos sociales, sus derechos económicos. Esta manifestación pacífica fue reprimida a sangre y fuego, fueron quemadas todas las tiendas de campaña el 8 de noviembre de 2010. Cuando la gente dormía en la madrugada fueron invadidos por miles de soldados, policías, gendarmes. Es uno de los símbolos de la represión que continúa. La ONU reconoció en sus informes que no se les permitió salir de sus cuarteles en aquellos días, hasta tres días más tarde, para observar lo que pasó. A pesar de eso el Frente Polisario continuó negociando con la parte ocupante, con Marruecos, porque tenemos la confianza siempre en la vía diplomática, en la vía pacífica. Los saharauis, a lo largo de todos estos años de conflicto nunca han utilizado el terrorismo como medio de publicidad, como medio de presión, ni contra España, como potencia colonial, ni contra Marruecos. Hemos elegido la vía pacífica, la no violencia, a pesar de que los jóvenes siempre quieren responder a la violencia con la violencia, nuestra cultura y nuestra política es aconsejar a los jóvenes de mantener y agotar esta vía pacífica. Algunos jóvenes están hartos de continuar sufriendo todos los días las provocaciones, las torturas. Hay por el momento algo más de setecientos desaparecidos saharauis, en el último tiempo desaparecieron otros quince jóvenes saharauis. Sus madres, inspirándose en la experiencia histórica de las Madres de Plaza de Mayo, están reivindicando de la misma forma a sus hijos.
–Ustedes también tuvieron “vuelos de la muerte” como en Argentina, ¿verdad?
–Sí, reconocidos por un ministro marroquí. Unos treinta y cuatro saharauis fueron tirados en el mar por las fuerzas de ocupación marroquí en los años ’80, pero también muchos saharauis fueron víctimas de todo tipo de violación a los derechos humanos, enterrados vivos algunos, torturados hasta la muerte muchísimos y sigue la misma política de tortura hasta hoy. Tenemos el caso de dos jóvenes saharauis, que participaron del campamento pacífico en Gdeim Izik, que desde hace casi dos años, desde noviembre de 2010, siguen detenidos y amenazados de ser juzgados en un tribunal militar. Hace unos días condenaron a jóvenes saharauis por participar el 10 de mayo en el festejo del aniversario de la creación del Frente Polisario en El Aaiún. Todo esto sigue lejos de la presencia de observadores, que fueron expulsados.
–En 1991 se crea la Misión de Naciones Unidas para el referendo en el Sahara Occidental (Minurso) con el objetivo de observar el alto el fuego y organizar un referéndum entre el pueblo saharaui para que puedan elegir entre la integración en Marruecos o la independencia. ¿Qué función cumplió este organismo desde su creación? ¿Por qué todavía no se pudo llevar a cabo el referéndum?
–El plan previsto para esta misión desde el inicio era para ser llevado a cabo en seis meses, pero el principal obstáculo fue la postura marroquí. A lo largo de los primeros años alegaron la dificultad de identificar quién tiene derecho a votar y se creó una comisión internacional de identificación integrada por saharauis de las dos partes del muro, por notables de las dos partes del muro, por oficiales y expertos de la ONU, pero también de la Unión Africana. Trabajaron y buscaron a todos los saharauis, uno por uno, y cualquier persona que Marruecos pretende o alega que es saharaui se presentó ante esta comisión, trabajó a lo largo de unos siete años, y finalmente cuando la misión llegó a establecer la lista definitiva de los que tienen derecho a votar, Marruecos declaró su postura de abandonar definitivamente el referéndum. Sin embargo, nosotros seguimos esperando con gran optimismo siempre que la comunidad internacional llegue a imponer las resoluciones aprobadas por la ONU, reivindicando el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación. La Unión Africana, los organismos nacionales, parlamentos y organismos de derechos humanos siempre han reivindicado que se lleven a cabo estas resoluciones para poner fin a una injusticia y permitir a los pueblos de la región vivir en armonía y luchar juntos contra los peores enemigos que son el subdesarrollo, el terrorismo y el hambre. A lo largo de los años se ha confirmado que la región del Magreb Arabe es la única que no ha podido armar su organismo regional. El motivo es siempre la cuestión saharaui.
–¿Qué sucede con las nuevas generaciones de saharauis, los que nacieron después de la ocupación marroquí? ¿Cómo ven la situación los más jóvenes?
–Los que nacieron en las zonas ocupadas son los que levantaron el campamento en Gdeim Izik para reivindicar la independencia del Sahara Occidental, y son los que están en las cárceles marroquíes, son centenares, los más jóvenes. Y también en la otra parte del muro (en los territorios liberados por el Frente Polisario), mis hijos y su generación, presionan y gritan para que el Frente Polisario retome las armas para reivindicar un derecho universalmente reconocido, porque piensan que no hay que continuar confiando en un plan de paz que no pudo ser llevado a cabo durante todos estos años. El Frente Polisario todavía no aprueba esta idea de volver a tomar las armas, a pesar de que no lo descarta, sobre todo con esta provocación continua de Marruecos. Hay algunos dirigentes del Frente Polisario que optan por esta vía, pero la gran mayoría sigue por ahora confiando en la vía pacífica, para que se lleve finalmente a cabo este plan de paz aprobado por el Consejo de Seguridad y aceptado por las dos partes, porque Marruecos firmó este plan de paz. Y a pesar de eso, la ONU no quiere o no puede imponer sus propias resoluciones. Pero esto no ocurre solamente en relación con el Sahara sino también con Malvinas y Palestina.
Fuente: Pagina/12