viernes, 31 de julio de 2009

ILUSIONES


La mayoría de los hombres no alimentamos ilusiones desmesuradas, apenas las suficientes para mantener limpia la camisa de la dignidad, unas gotas de autoestima y un moderado, también inconfesado, amor al prójimo. Por eso el crimen imperdonable, imprescriptible por excelencia debería ser el saqueo de nuestras esperanzas. Y ese delito se ha perpetrado y se continúa perpetrando minuto a minuto en las vidas de los argentinos. Así lo revela al menos una encuesta hecha sobre 2.500 hogares, en nueve centros urbanos del país, por el Observatorio de la Deuda Social Argentina, dependiente del Departamento de Investigaciones de la U.C.A. El estudio dice que en ocho de cada diez hogares de nivel económico bajo o muy bajo sus integrantes ni siquiera se permiten pensar en proyectos a futuro. Alguien podrá sostener que, en rigurosa verdad, el futuro no existe y el pasado ya nos ha dejado, por lo tanto sólo nos quedaría el presente implacable. Pero el presente sin el minuto, el día, la semana y el mes que lo siguen es lo más parecido a la muerte que podamos imaginar. Esta ausencia de mañana no se da sólo, ni siquiera principalmente en la Autónoma ciudad de Buenos Aires, que como decía el Leopoldo Marechal tiene el vuelo metafísico de una gallina, sino que se hunde como una daga en el vientre del país interior. Es en las provincias donde la incertidumbre sobre los proyectos personales a largo plazo se expandió aún más que la pandemia. Dice el informe de la U.C.A. que mientras en los dos estratos más altos (medio bajo y medio alto) el incremento de la desesperanza rondaba en promedio el 50%, en los sectores más postergados de la sociedad la variación interanual superaba en promedio el 110%. Esta idea de no poder pensar más allá del día, es decir la incertidumbre, o la certeza, de no poder imaginarse la mañana siguiente alcanza casi al 50% de la población del país. Pero además, hay otro dato: Cuatro de cada seis argentinos cuando se los consulta dicen no saber a dónde ir. Si de cada seis de nosotros cuatro no sabemos hacia dónde vamos, eso significa que estamos perdidos. No irremediablemente, pero nos guste o no, hemos dejado que se nos escapara el rumbo. En general, dice el informe publicado por La Nación, en las poblaciones donde más cuesta encontrar un camino para poder mejorar las condiciones de vida o que viven en crisis cíclicas es donde más se instalan las ideas de que existe poca o ninguna posibilidad de evitar que factores externos "gobiernen" las propias acciones. Dice Ana María Brenla, responsable del área de investigación de la UCA, que a los humanos los pone mal el hecho de no poder controlar sus propias vidas. Los descreídos todavía sienten en sus manos la ausencia de algo que nunca podrán recuperar. Sus herederos ni siquiera pueden aferrarse a esa carencia; no sólo no llegan a pensar en mañana, se les hace imposible creer que alguien alguna vez les haya imaginado este presente.

NACE LA ETA EN ESPAÑA


Euskadi Ta Askatasuna (en español: País Vasco y Libertad), conocida por sus siglas ETA, es una organización terrorista, autodeclarada independentista y nacionalista vasca, que se autodenomina marxista-leninista, que invoca la lucha armada como método para obtener sus objetivos fundamentales en los que se encuentra de manera prioritaria la independencia de lo que el nacionalismo vasco denomina Euskal Herria de los estados de España y Francia. Para ello utiliza el asesinato, el secuestro y la extorsión económica tanto en España como, ocasionalmente, en Francia.


Fundada en 1959 durante la
dictadura franquista tras la expulsión de miembros de las juventudes del Partido Nacionalista Vasco, cometió su primera acción violenta en julio de 1961 e, inicialmente, contó con el apoyo de una parte significativa de la población al ser considerada una más de las organizaciones opuestas al régimen, si bien tras el proceso democratizador iniciado en 1977, al cual no se incorporó, fue perdiendo apoyos públicos, siendo condenados sus actos y calificados de terroristas por la inmensa mayoría de las fuerzas políticas y sociales desde la aprobación del Estatuto de Gernika en 1979 hasta la actualidad en la que su condición terrorista es plenamente admitida por la inmensa mayoría de los estados, entre ellos; España, Francia, Estados Unidos, las organizaciones internacionales tales como el Consejo de Europa, las Naciones Unidas o la Europol. Amnistía Internacional ha condenado repetidas veces las acciones de ETA, calificándolas como crímenes o graves abusos contra los derechos humanos.

Desde el
2002, diversos partidos políticos y organizaciones sociales han sido ilegalizados por su vinculación a ETA.


Los integrantes de ETA suelen ser llamados «etarras», un neologismo creado por la prensa española a partir del nombre de la organización y el sufijo vasco con el que se forman los gentilicios en euskera (en un primer momento, se les llamó «etistas»). En vasco, la denominación es etakideak, plural de etakide («miembro de ETA»), si bien tal denominación no se usa en castellano.


Los miembros y partidarios de la organización frecuentemente utilizan asimismo el término «gudaris» (gudariak en euskera), que significa guerreros, combatientes, etc. Era el nombre que recibían los combatientes nacionalistas vascos que lucharon contra el alzamiento de los nacionales durante la Guerra Civil de 1936 a 1939. El romanticismo de ese término proviene de que en la guerra civil, por medio de la prensa afín, se difundió que aquellos combatientes luchaban por Euskadi.


HISTORIA.


En los años cincuenta, la dictadura franquista empieza a ser reconocida internacionalmente; así el PNV es desposeido de su céntrica sede en París en 1951 y Franco firma un Concordato con la Iglesia católica en 1953, fallando la estrategia occidentalista por vias diplomáticas que durante esos años había desarrolado el PNV.


En
1952 se organiza un grupo de estudio universitario con el nombre Ekin (acometer en euskera) en Bilbao. A partir de 1953, y a través del Partido Nacionalista Vasco, el grupo toma contacto con la organización juvenil del PNV, Euzko Gaztedi (EGI). Es en 1956 cuando ambas asociaciones se funden, redactando una ponencia conjunta en el primer Congreso mundial vasco celebrado ese mismo año en París en el que apostando por el relevo generacional, difieren de las directrices del partido. En 1958 se empiezan a vislumbrar tensiones en el interior de la asociación en confrontación con los altos dirigentes del PNV, que llevan a la expulsión de dirigentes de EKIN y que motivó la posterior escisión en el mes de mayo de ambos grupos puesto que EKIN propugnaba una estrategia de «acción directa» y actuar así como un movimiento de resistencia vasco, en una época en la que abundaban las luchas de liberación nacional en el tercer mundo, como la descolonización de Argelia.

EKIN se convierte en ETA el
31 de julio de 1959, constituyéndose la organización por una junta directiva colegiada formada por Eneko Irigaray, López Dorronsoro, Álvarez Emparanza "Txillardegi", Benito del Valle, J. Manuel Agirre, Julen Madariaga y Patxi Iturrioz.
El
18 de julio de 1961 cometen su primera acción violenta al intentar hacer descarrilar un tren con voluntarios franquistas que viajaban a San Sebastián para celebrar el principio de la guerra civil.


Su ideario, plasmado en su primera asamblea, celebrada en el monasterio benedictino de Belloc (Francia) en mayo de 1962, se basaba en:


El regeneracionismo histórico, considerando los hechos más relevantes de la historia vasca como hitos de un proceso de construcción nacional.



La valoración del euskara como elemento clave de la nacionalidad, en sustitución de la "raza", declarando que vasco es quien vive y trabaja en Euskadi.


La aconfesionalidad, rechazando explícitamente la Jerarquía de la Iglesia, cuya doctrina aceptan como referencia para la elaboración de un programa social.



El anticomunismo ideológico, aunque la valoren como método de acción.



La independencia de Euskadi, compatible con el Federalismo europeo.



En

1962, el ideólogo exiliado Federico Krutwig, bajo el pseudónimo de "Fernando Sarrailh de Ihartza", en su obra "Vasconia" define a ETA como un "Movimiento Revolucionario Vasco de Liberación Nacional, creado en la resistencia patriótica, e independiente de todo otro partido, organización u organismo."


En

1964, el ilegalizado PNV muestra su desvinculación con ETA y para ello, con el fin de desmentir ciertos rumores, declara públicamente "que la organización conocida con las siglas E.T.A. ni es nucleo activista, ni sección terrorista de nuestro partido, ni tiene con éste ningún lazo de disciplina", rechazándo sus metodos violentos.

PRIMERAS ASAMBLEAS Y ACCIONES

Los elementos izquierdistas, que alejan a ETA de la tradición conservadora y católica del PNV, quedan más definidos a partir de la II Asamblea, en la que se constatan afinidades entre el ideario de ETA y el comunismo. Esta asamblea se celebró en Bayona en la primavera de 1963.



En la III Asamblea, que se reunió aproximadamente entre abril y mayo de

1964, se tomó la decisión de que la lucha armada era el mejor modo de conseguir los fines propuestos. La ponencia se publicó más tarde con el título La insurrección en Euskadi. En esta asamblea, además se decidió unánimemente la ruptura con el PNV, cuya labor ETA consideraba «contraria a los intereses de la liberación nacional».


Resulta difícil precisar cuál fue el primer atentado de ETA, ya que la autoría de los primeros que se atribuyen a esta organización no está clara. Hay fuentes que señalan que el primero fue el asesinato de la niña de 22 meses

Begoña Urroz Ibarrola el 27 de junio de 1960, a causa de la colocación de una bomba en San Sebastián, y otras que fue un intento fallido de descarrilar un tren de veteranos de guerra en 1961. En todo caso, el primer ataque reivindicado fue la muerte del guardia civil José Ángel Pardines Arcay el 7 de junio de 1968. Donde sí parece haber más unanimidad es que fue en 1968 cuando cometieron su primer atentado de gran repercusión: el asesinato de Melitón Manzanas, jefe de la policía secreta de San Sebastián y represor de la oposición a la dictadura franquista. En 1970, varios miembros de ETA son juzgados y condenados a muerte en el proceso de Burgos, pero la presión internacional hace que se conmute la pena, que ya había sido aplicada a otros miembros de ETA con anterioridad. El atentado de mayor repercusión durante la dictadura fue en diciembre de 1973, cuando asesinaron al almirante y presidente de gobierno Luis Carrero Blanco en Madrid, acción que fue aplaudida por muchos exiliados políticos.

IV ASAMBLEA: LAS TRES CORRIENTES (1965)

A partir de la IV Asamblea aparecen algunas de las líneas de fractura que dividirán a los miembros de la organización y se harán más claras en asambleas sucesivas, dando lugar a varias escisiones. De manera simplificada, por una parte hay una tensión ideológica entre quienes dan preeminencia a los aspectos más nacionales o vasquistas de la actividad de ETA y quienes privilegian la implicación en las luchas obreras que sacuden a toda España en esos años; por otra, se discute sobre los grados de importancia que deben tener en el quehacer de la organización las luchas netamente políticas de un lado y la actividad armada de otro. En la IV Asamblea, que se inició en agosto de 1965 en Guipúzcoa, en la Casa de Ejercicios Espirituales de los jesuitas de Loyola (Azpeitia) y continuó en una cabaña de las campas de Urbía, lugar próximo al Santuario de Nuestra Señora de Aránzazu, al ser sorprendidos algunos delegados del exilio de camino a la primera sede, se marcaron tres tendencias:



Los «culturalistas» o «etnolingüistas», representados por

José Luis Álvarez Enparantza, Txillardegi. Son el sector más vasquista.


Los «obreristas», representados por

Patxi Iturrioz.


Los «tercermundistas», representados por Zalbide; otro sector nacionalista partidario de establecer un vínculo entre la lucha por la independencia vasca y las luchas de liberación nacional que se estaban dando en varios países del

Tercer Mundo frente a las potencias coloniales.


En esta asamblea se aprobó definitivamente el uso de la violencia armada como una de las formas de acción habituales de la organización. También se aprobó el uso de la violencia para conseguir fondos económicos (el primer atraco a mano armada tuvo lugar en

Vergara (Guipúzcoa) el 24 de septiembre de 1965).

V Asamblea: ETA Berri y ETA Zaharra


La V Asamblea da lugar a la primera escisión. Se realizó en dos fases, la primera en diciembre de

1966 en la casa parroquial de Gaztelu (Guipúzcoa). La segunda se celebró en marzo de 1967 en la casa de ejercicios espirituales de la Compañía de Jesús de Guetaria (Guipúzcoa). En la asamblea estallaron las divergencias entre obreristas y los dos sectores nacionalistas formados en la IV Asamblea. Los obreristas, tachados de «españolistas» por su pretensión de priorizar la alianza con grupos de izquierdas de todo el territorio español, se escindieron en una organización que llamaron ETA Berri (Nueva ETA), mientras que los otros dos sectores quedaron encuadrados en la llamada ETA Zaharra (Vieja ETA), que pronto volvería a ser ETA a secas. ETA Berri contribuyó a crear y acabó por disolverse en un partido político de ámbito español llamado Movimiento Comunista (MC). En ETA Zaharra el sector tercermundista arrinconó y apartó del poder al sector culturalista de Txillardegi, que formó un grupo interno llamado Branka. En la V Asamblea se decide también la creación de los cuatro frentes o grupos de trabajo interno que mantendrá la organización a lo largo de los años: político, militar, económico y cultural.
En 1968, cuando ETA comete su primer atentado de gran repercusión, la prensa del movimiento difunde una imagen manipulada y alarmista de la organización.


VI Asamblea: ETA-V y ETA-VI


En la VI Asamblea, celebrada en el verano de

1970 en Bayona, resurgen con fuerza las tensiones, esta vez entre militaristas (partidarios de la preeminencia de la actividad terrorista), y un sector llamado otra vez «obrerista», que aboga por la supeditación de la lucha armada a la lucha política realizada en alianza con las organizaciones obreras. Este último sector es mayoritario durante la celebración de la asamblea, y su decisión de poner coto a la actividad armada hace que el sector militarista se niegue a aceptar las resoluciones de la asamblea, creando una escisión que llamarán ETA V Asamblea Askatasuna ala hil (Libertad o muerte) o ETA-V. El sector mayoritario emplea la denominación ETA VI Asamblea Iraultza ala hil (Revolución o muerte) o, abreviadamente, ETA-VI. Sin embargo, ETA-V logra hacerse con el control de la organización, en la que se integra un sector de EGI, las juventudes del PNV, partidario de la lucha armada. ETA-VI, por su parte, se divide en dos grupos, el mayoritario (llamado de los mayos) y el minoritario (minos). El primero aprueba en 1973 integrarse en la Liga Comunista Revolucionaria (LCR, partido de ámbito español que muchos años después se unificará con el MC). El otro sector, el de los minos, se disolverá al integrarse sus miembros en otras organizaciones como la Organización Revolucionaria de Trabajadores (ORT) y el PCE, o incluso en la propia ETA-V (nuevamente ETA a secas).

La segunda VI Asamblea: ETA militar y ETA político-militar (1966)


La VI Asamblea de

1973 (recordemos que quien se queda con el nombre de ETA no reconoce la anterior VI Asamblea) es la que provoca las últimas y más importantes escisiones hasta la fecha.

Se celebra en dos partes, la primera en la localidad vascofrancesa de Hasparren en agosto de 1973, y la segunda tras el atentado de la calle Correo de Madrid. En la primera parte resurgen las tensiones entre militaristas y obreristas, que se plasman en dos sectores enfrentados y con poca comunicación entre ellos. Son los militaristas quienes deciden unilateralmente atentar contra Carrero Blanco en diciembre de 1973, provocando la escisión del sector obrerista, que se constituirá en el Partido Revolucionario de los Trabajadores Vascos (PRTV), abandonando ETA.



Tras el atentado indiscriminado de la calle Correo resurge, durante la celebración de la segunda parte de la asamblea, la antigua discrepancia entre los que abogan por la prioridad absoluta de la actividad terrorista y quienes desean su supeditación a las luchas políticas. Así surgen los «militares» (milis, esencialmente provenientes del Frente Militar) y los «político-militares» (poli-milis, procedentes del Frente Obrero), que se escindirán en dos organizaciones:


ETA Militar (ETAm, ETA (m) o ETA mili) y ETA Político-Militar (ETApm, ETA (pm) o ETA poli-mili). Esta última es mayoritaria.

LA TRANSICION DEMOCRATICA

Cuando se inicia la llamada transición a la democracia española, por tanto, no hay una ETA sino dos. ETApm apoyó la fundación de un partido político que representara el ideario de la organización ante las elecciones generales de 1977, el Euskal Iraultzarako Alderdia (Partido para la Revolución Vasca, EIA). Más tarde ETApm aceptó la amnistía concedida por el gobierno español a todos los presos etarras aunque tuvieran delitos de sangre, abandonando la violencia e integrándose en el partido político Euskadiko Ezkerra («izquierda del País Vasco», que luego se fusionaría con el PSE-PSOE). El abandono de la violencia, decidido en la VII Asamblea de ETA (pm), fue contestado por buena parte de su militancia, que se integró en ETAm (que en adelante, volvió a ser conocida simplemente como ETA), en especial los llamados comandos bereziak (especiales), comandos dedicados a las acciones violentas más importantes. Algunos de los dirigentes de lo que en adelante sería ya la única ETA proceden de ETApm, como Antxon o Pakito, y se debe a personas de esta procedencia también la llamada Alternativa KAS.



ETA, por su parte, consideraba que con el

sistema constitucional posterior a 1978 las cosas no habían cambiado sustancialmente en lo que al derecho de autodeterminación se refería, y decidió continuar su actividad terrorista sin cambios, es decir, usando los mismos metodos y teniendo como objetivo principal la revolución obrerista para crear un estado marxista-leninista en Euskal Herria. Los atentados aumentaron en número e intensidad. Destacan el secuestro y asesinato de José María Ryan, ingeniero-jefe de la central nuclear de Lemóniz en 1981, el primer atentado con coche bomba en Madrid, en septiembre de 1985, con un muerto y 16 heridos; la bomba que mató a 12 guardias civiles e hirió a 50 en julio de 1986; o el atentado de Hipercor, el 19 de junio de 1987, cuando pusieron una bomba en un centro comercial de Barcelona, que causó la muerte de 21 personas e hirió a 45. ETA explicó en un comunicado que había avisado previamente de la colocación de la bomba y que la policía no desalojó el local.


Durante la dictadura franquista, y gran parte de la democracia, ETA disfrutó de la tolerancia del gobierno francés, que permitía a sus integrantes moverse libremente por su territorio, creyendo así contribuir al fin del régimen franquista. Se hablaba entonces del «santuario francés» de ETA. Actualmente,

Francia colabora intensamente con las autoridades españolas en la lucha contra ETA.

jueves, 30 de julio de 2009

EL "PACO", LA PUNTA DEL ICEBERG


Nuestro país dejó de ser un país de consumo y tráfico para convertirse en productor de cocaína. Hace algunos años irrumpió en nuestro país el llamado “paco”, (PAsta de COcaína) y pudimos comprobar que esta sustancia psicoactiva se instaló en las clases bajas y hoy se desplaza hacia el resto de la sociedad.


Su capacidad adictiva y poder destructivo transformó a sus consumidores más vulnerables en “muertos vivos”, según la denominación acuñada para referirse a los adictos con mayor dependencia y compromiso fisiológico.


El “paco” surge, en la Argentina, a partir de la instalación de las cocinas, que son laboratorios en los que se transforma la pasta base de cocaína –proveniente de los países donde se cultiva la hoja de coca– en cocaína de máxima pureza. El residuo de este proceso es utilizado, junto con otras sustancias, para la elaboración del “paco”.


Rápida pérdida de peso, taquicardia, insomnio, agitación psicomotora, hipertensión arterial, fiebre, falta de coordinación, edema pulmonar y lesión cerebral son algunas de las patologías derivadas del consumo del “paco”. Después de cuadros de enfermedades agudas, signados por el gran deterioro físico e inmunológico, se llega a un desenlace mortal en un alto porcentaje de los consumidores habituales de “paco”.


La incidencia social de esta sustancia no es casual. Por el contrario. Responde a condiciones preexistentes, que favorecen el desarrollo del narcotráfico, con indicadores alarmantes: desigualdad social, expansión y surgimiento de bolsones de pobreza en los grandes centros urbanos, desarticulación operativa de las agencias estatales responsables de combatir el narcotráfico, carencia de tecnología adecuada para detectar el tráfico ilegal de drogas por vía aérea, fluvial o ultramarina, disponibilidad a bajo precio de precursores químicos y controles laxos. O, lo que lo resume todo, la naturalización de la corrupción.


En cuanto a la lucha contra el narcotrafico, no existe en la Argentina una agencia que centralice el comando operativo, lo que redunda en superposición de tareas, desarticulación de las acciones y subutilización de los recursos.


Es tan grave el descontrol estatal que ni siquiera existen radares para detectar los aviones clandestinos ni scanners para controlar los contenedores que salen de nuestro país, en los que muchas veces se despacha, entre otras cosas, cocaína.


Esta política de Estado se encuentra fragmentada entre las diversas fuerzas de seguridad: policías provinciales, Policía Federal, SIDE, Gendarmería Nacional, Prefectura Naval Argentina, Policía de Seguridad Aeroportuaria y sus correspondientes organismos de inteligencia.
Esta situación de dispersión se ve profundizada por la adhesión de las provincias a la ley de desfederalización, por medio de la cual se persigue a los consumidores, desviando la atención del narcotraficante.


Hoy, los jóvenes pobres adictos al “paco” son la mano de obra barata de las organizaciones delictivas y sus madres, mujeres desesperadas que no encuentran un lugar donde denunciar a los que venden droga y tampoco saben a quién revelar la ubicación de las cocinas que producen cocaína en los mismos barrios en los que ellas intentan forjar un futuro para sus familias.


El “paco” refleja el síntoma de una enfermedad social muy virulenta, con gran capacidad de mutación. Una enfermedad que requiere un abordaje conjunto, desde la prevención en sus distintas vertientes y desde la represión. Esto se puede conseguir a partir de una intervención conjunta y articulada, que tienda a terminar con las grandes redes del narcotrafico que actúan en nuestro territorio. No sirve dedicarse solamente a combatir al “trafiadicto”, que es aquel que trafica para consumir. A él debería tratárselo como a un enfermo y no como a un delincuente.


El consumo, tráfico, producción y distribución se han expandido de manera exponencial en los últimos años. Esto sólo fue posible gracias a la complicidad de sectores vinculados con el poder político, el judicial, el empresarial y el policial. Sin participación de ellos, la cadena tendría un eslabón cortado.


En la provincia de Buenos Aires se está desarrollando el epicentro de una muerte silenciosa. Pero hay más: además de los males que genera el consumo de “paco”, su aparición –el gobernador Daniel Scioli dice que se consumen 450.000 dosis diarias en la provincia que él gobierna– pone en evidencia que en la Argentina se está produciendo cocaína destinada a sectores de altos ingresos y también al mercado exterior.
El “paco” es sólo la punta del iceberg. El comienzo de una muerte silenciosa.

EL FUSILAMIENTO DEL PADRE HIDALGO EN MEXICO


Miguel Hidalgo y Costilla nació el 8 de mayo de 1753 en la hacienda de San Diego de Corralejo, en la jurisdicción de Pénjamo, de la Intendencia de Guanajuato. Fue hijo de Cristóbal Hidalgo Costilla y de Ana María Gallaga Mandarte y Villaseñor. Los padres de Miguel Hidalgo contrajeron matrimonio en 1750. A los 9 años de edad Miguel Hidalgo quedó huérfano de madre y a los 12, habiendo terminado sus primeros estudios al lado de su padre, marchó a Valladolid (hoy Morelia) para luego inscribirse en el Colegio de San Francisco Javier, atendido por los padres jesuitas.

De 1765 a 1767, Miguel Hidalgo estuvo en esa institución, con su hermano José Joaquín, estudiando retórica y gramática latina hasta que los jesuitas fueron expulsados. A fines de ese año Miguel Hidalgo y su hermano regresaron a Valladolid para inscribirse en el Colegio de San Nicolás Obispo. Allí, debido a la tradición escolar de poner mote a los chinches (alumnos de nuevo ingreso) Miguel Hidalgo fue apodado como El zorro. Ahí, Miguel Hidalgo obtuvo un alto aprovechamiento de tal manera que antes de los tres años de rigor, el 20 de febrero de 1770, Miguel Hidalgo se graduó de bachiller en Letras. Y el 30 de marzo siguiente, en la Real y Pontificia Universidad de México, de bachiller en artes.

Miguel Hidalgo Cursó estudios en San Nicolás distinguiéndose en teología escolástica y moral. En una ocasión cuando debió sustentar un acto público, no pudo darse, pues una noche, reacio a sujetarse a la disciplina escolar, escapó del colegio, saltando por una ventana de la capilla. A su vez, Miguel Hidalgo recibió el grado de bachiller en Teología.

En el colegio, Miguel Hidalgo obtuvo una beca para emprender estudios canónicos.Además de desempeñar una intensa actividad académica.
Posteriormente a Miguel Hidalgo se le fue concedido el subdiaconado (la primera de las mayores sagradas órdenes), luego en 1776, el diaconado, siendo profesor de filosofía, y en Septiembre 1778, el presbiterado, con lo cual recibió la potestad de celebrar la Eucaristía y absolver los pecados.


MIGUEL HIDALGO Y SU ACTIVIDAD ACADÉMICA.


De 1779 a 1792 Miguel Hidalgo se dedicó con ímpetu a la vida académica en San Nicolás. Siendo profesor de gramática latina y artes hasta 1782, posteriormente de teología escolástica. Fue en 1787 se le nombró tesorero, vicerrector y secretario de la institución. Ya entonces se firmaba Miguel Hidalgo y Costilla; al principio sólo usó el nombre y el primer apellido; posteriormente añadió el segundo, sin la conjunción y finalmente lo compuso como Miguel Hidalgo y Costilla, muy probablemente para diferenciarse de un clérigo homónimo que llegó a ser cura de San Juan del Río, en Durango. En 1788, el virrey Manuel Flores le concedió a Miguel Hidalgo los beneficios de la sacristía de San Clara de los Cobres, cuyas obligaciones cumplía los domingos y días festivos. Aparte de las materias de rigor, incluyendo latín, Miguel Hidalgo dominaba el francés y el italiano, y las lenguas indígenas otomí, tarasco y mexicano.

Miguel Hidalgo obtuvo el cargo de rector de San Nicolás en 1790. Hacia fines del año siguiente Miguel Hidalgo fue objeto de murmuraciones: le eran reprochados el carácter adquirido con los jesuitas, la lectura de libros prohibidos, el trato con mujeres y la afición al juego. Ese mismo año renunció a sus puestos incorporándose en Colima, a servir el curato enviado por el Obispo, no sin antes poner a salvo, secretamente, a sus hijos Agustina y Lino Mariano, producto de sus relaciones con Manuela Ramos Pichardo.


EL LIDERAZGO DE MIGUEL HIDALGO.


Miguel Hidalgo tenía el gusto por aprender las labores del campo. El contacto con lo artesanos de su pueblo le facilitaba el aprendizaje de diversas artesanías, y él siempre se mostraba dispuesto a ayudar a sus feligreses. Su espíritu emprendedor lo llevó a instalar varios talleres de artesanías e industria (alfarería, curtiduría, carpintería, herrería, etc.). Con la ayuda de sus feligreses Miguel Hidalgo mandó excavar una noria y plantó moreras y vides.

Con una mente que tendía al desarrollo, Miguel Hidalgo se preocupaba por enseñar actividades que tuvieran algún tipo de valor comercial; actividades productivas que contribuían poderosamente a elevar el nivel de vida de los habitantes de Dolores y poblaciones vecinas, por lo que aprovechaba los recursos naturales, cosa que nadie había hecho en esa región.

La enemistad del Cabildo de Valladolid contra Miguel Hidalgo se hizo presente en los cargos económicos que se le hicieron en 1798 por supuestas deudas. Fue a causa de un comentario de Miguel Hidalgo en los oídos de un presbítero llamado Joaquín Huesca, acerca de la Historia eclesiástica de Claudio Fleury, donde se afirma que el gobierno de la Iglesia estaba manejado por ignorantes, que la Biblia debía estudiarse con libertad de entendimiento y que la Epístola de San Pablo era apócrifa, lo que hizo que aquél acusara a Miguel Hidalgo ante la Inquisición, la cual se limitó a archivar la denuncia, por falta de pruebas.


SURGEN LAS IDEAS DEL MOVIMIENTO INDEPENDENTISTA.

Fue en el año de 1808 cuando Miguel Hidalgo conoció al capitán Ignacio Allende. En uno de sus viajes a Guanajuato, en 1810, visitó la casa de Bernabé Bustamante, cuyo hijo le prestó un diccionario de ciencias y artes: en dicho diccionario se encontraba un artículo sobre artillería y fabricación de cañones. De vuelta en Dolores, Miguel Hidalgo construyó varias bocas de fuego y las puso a prueba disparando salvas con el pretexto de dar mayor solemnidad a la fiestas religiosas.

Miguel Hidalgo e Ignacio Allende no escondían sus opiniones respecto a que la invasión napoleónica de España era motivo suficiente para que las colonias de América se independizaran, restituyéndose a la jurisdicción de la Corona cuando Fernando VII, preso en Valencia volviese al trono. En febrero de 1810 Miguel Hidalgo y Allende viajaron a Querétaro para conocer el plan revolucionario del doctor Manuel Iturriaga, cuyos términos aceptaron. El plan consistía en propagar en las principales poblaciones la inconformidad con los españoles y rechazar así mismo la idea de que la Nueva España quedara sometida a los franceses, en declararse simultáneamente por la independencia en momento oportuno, y en expulsar del país a los peninsulares, concentrando sus caudales en las cajas públicas. Los conjurados de San Miguel propusieron el 1° de diciembre como día del pronunciamiento, y nombraron al señor cura Miguel Hidalgo y Costilla como jefe, y al pueblo de San Juan de los Lagos como sitio para dar el grito de Independencia, aprovechando la concentración de 100 mil fieles que era esperada para esa fecha con motivo de las festividades de la Virgen de Guadalupe.


MIGUEL HIDALGO DA EL GRITO DE INDEPENDENCIA.


En cuanto Miguel Hidalgo aceptó liderar el movimiento, compareció ante las juntas de San Miguel y Querétaro, y regresó a Dolores a fabricar hondas, machetes y lanzas, todo en secreto.

En un segundo viaje a Querétaro, a principios de septiembre, enterado de que los peones y vaqueros de las haciendas de Bravo, Casas, Regil, Carranza y Sabanilla estaban ya armados y alertas para lanzarse a la lucha, y de que se contaba con un fondo de $ 72 mil, que había reunido el corregidor Domínguez, Miguel Hidalgo decidió anticipar el levantamiento para el 2 de octubre y volver a Dolores para acelerar los preparativos. El 10 de septiembre, sin embargo, la conspiración fue denunciada en Querétaro, por el capitán Joaquín Arias, y el 13, en Guanajuato, por el tambor mayor Juan Garrido. La noche del día 15 Miguel Hidalgo se enteró de estos sucesos por conducto de Juan Aldama, en presencia de Allende; mandó llamar a su hermano Mariano y a su pariente Santos Villa, y junto a otros hombres Miguel Hidalgo exclamó: "i Caballeros, somos perdidos; aquí no hay más remedio que ir a coger gachupines!".

A continuación Migual Hidalgo realizaría las primeras acciones del movimiento de independencia, las cuáles eran congregar a los vecinos comprometidos, a los padres José Gabriel Gutiérrez y Mariano Baeza, y a los operarios de los talleres. A aquellos, Miguel Hidalgo les pronunció una primera arenga luego de lo cuál libertaron a los presos y se apoderaron por sorpresa de las espadas. Después, en las horas siguientes Miguel Hidalgo y los insurgentes hicieron prisioneros a los españoles. Fue entonces cuando, a las 5 de la mañana del día 16 de Septiembre (o poco tiempo después, según otras versiones), Miguel Hidalgo hizo tocar el esquilón San José de la parroquia, llamando a misa, y desde el pórtico de la iglesia Miguel Hidalgo dirigió estas y otras palabras a la gente que acudía al llamado: "Este movimiento tiene por objeto quitar el mando a los europeos ... , que se han entregado a los franceses y quieren que corramos la misma suerte, lo cual no debemos consentir jamás. iViva la Independencia! ¡Viva la América! ¡Muera el mal gobierno!".


COMIENZAN LAS BATALLAS POR LA INDEPENDENCIA.


Miguel Hidalgo encargó a Allende la organización militar de la gente que se había reunido y a las 11 de la mañana estaba ya formada y lista para emprender la marcha. Era una columna de 800 hombres, la mitad de ellos a caballo. Fue en el Santuario de Atotonilco, de cuya sacristía Miguel Hidalgo tomó la imagen de la Virgen de Guadalupe que desde ese instante se convirtió en la bandera de su ejército. Ese mismo día llegaron a San Miguel el Grande, que no ofreció resistencia, y donde Hidalgo nombró autoridades, formó nuevos pelotones y acrecentó los fondos insurgentes, que administraba su hermano Mariano, y que habían sido compuestos por recursos tomados del clero y de la Administración de Alcabalas. Posterioermente Miguel Hidalgo es nombrado Capitán General, Allende Teniente General, y Aldama Mariscal. Miguel Hidalgo le escribió ese mismo día al intendente Riaño, donde le pedía la rendición de la plaza de Guanajuato, y luego el día 23, ante el rechazo de la petición, tomó Salamanca e Irapuato.


LA TOMA DE LA ALHÓNDIGA DE GRANADITAS.


El día 27 los sublevados estaban ya en la hacienda de Burras, y nuevamente rechazada por Riaño una segunda petición de rendición, hecha por conducto de Mariano Abasolo e Ignacio Camargo, avanzaron sobre Guanajuato. Los españoles se protegían en la Alhóndiga de Granaditas, al fin tomada, al cabo de un sangriento asalto, durante el cual murió Riaño, un viejo amigo de Miguel Hidalgo, y donde un héroe mexicano se cubrió de gloria: Juan José María Martinez, alias El Pípila, quien pudo prenderle fuego a la entrada de la alhóndiga, arrastrándose valerosamente protegido por una loza que llevaba en su espalda. Todos los españoles que se encontraban en la Alhóndiga fueron asesinados.

Posteriormente Miguel Hidalgo estuvo en Dolores, para hacer cesión de sus bienes en favor de sus hijas y ganar nuevas voluntades, luego regresó a Guanajuato. Fue ahí donde organizó dos cuerpos de infantería, uno en Valenciana al mando al mando del coronel Casimiro Chowell, y otro en la ciudad, confiado a Bernardo Chico; estableció una casa de moneda y una fundición de cañones. Mientras tanto, en Michoacán el Obispo, Abad y Queipo, publicó el edicto de excomunión de Hidalgo y sus seguidores. Fue entonces cuando Miguel Hidalgo fue avisado de que la señora María Catalina Larrondo había hecho aprehender, a supaso por Acámbaro, al Intendente de Michoacán, Manuel Merino, al comandante de las armas, Diego García Conde, y al coronel Conde de Casa Rul. Esta circunstancia, que le abría las puertas de una segunda provincia, motivó a Miguel Hidalgo a movilizar sus fuerzas, con rumbo a Michoacán, y luego a marchar con el grueso de sus fuerzas, para tomar Valladolid, a la cual entró sin resistencia el 17 de octubre.

MIGUEL HIDALGO Y COSTILLA DECRETA LA ABOLICIÓN DE LA ESCLAVITUD.


El 19 de octubre, por instrucciones de Miguel Hidalgo, fueron publicados, el decreto que abolía la esclavitud y cuyo incumplimiento mandaba castigar con la pena de muerte y la confiscación de todos los bienes del infractor. Fue en la población de Charo donde conoció al futuro caudillo, el cura de Carácuaro, José María Morelos y Pavón, y en Indaparapeo, una vez que le expuso los motivos de la revolución, le encomendó movilizar al sur del país y dar la batalla a los realistas. En Zinapécuaro Miguel Hidalgo decidió seguir avanzando hacia la capital del virreinato, se promovieron algunos grados militares y Miguel Hidalgo fue nombrado Generalísimo. Fue entonces cuando fueron confeccionados los uniformes de casaca azul, con collarín, vueltas y solapas de color rojo vivo, bordados de oro y plata, tahalí negro, también bordado, y una placa de oro en el pecho, con la imagen de la Virgen de Guadalupe. En San Felipe del Obraje, mandó ofrecer sin éxito a Agustín de Iturbide, que guarnecía la plaza, la banda de teniente general. El 30 de octubre, Miguel Hidalgo salió por el camino de México y libró enconada batalla contra las fuerzas del realista Trujillo, que fueron derrotadas en el Monte de las Cruces. Los insurgentes avanzaron hasta Guajimalpa y en una de las más extrañas desiciones de Miguel Hidalgo, el 2 de noviembre, las tropas insurgentes regresaron por el mismo camino sin haber intentado tomar la capital.

Después, las tropas insurgentes sufrieron una gran derrota en Aculco el 7 de noviembre, por lo que Allende decide regresar a Guanajuato. Hidalgo por su parte marcha Valladolid (hoy Morelia), y después a Guadalajara, llegando a esta el 26 de noviembre con más de 7 mil hombres.

Es en Guadalajara donde Hidalgo organiza el primer gobierno independiente. Para ello contó en la administración con Ignacio López Rayón al frente de la denominada Secretaría de Estado y del Despacho, y con José María Chico en la Secretaría de Gracia y Justicia. Asimismo, deroga los tributos pagados por las castas y las contribuciones de los indígenas. También ordena la publicación de "El Despertador Americano", primer periódico insurgente.

Una vez que los realistas tomaron Guanajuato, Allende decidió huir a Guadalajara a fin de unirse a las tropas de Miguel Hidalgo. Comenzaron a organizar las batallas, ya que los realistas que estaban por llegar a Guadalajara; pero Miguel Hidalgo no estaba de acuerdo con el plan de Allende. Así comenzó una serie de combates, y a pesar de la constante lucha del ejército insurgente, en la batalla de Puente de Calderón, en la cuál en varios momentos estuvo a punto de ganar, una explosión de un carro de municiones de los insurgentes facilitó la victoria del enemigo; siendo derrotado el ejército insurgente el 17 de enero en Puente de Calderón.

Luego de esa derrota Miguel Hidalgo se dirigió a Zacatecas; el 25 de enero Allende junto con otros jefes insurgentes destituyeron a Hidalgo del mando militar, ya que lo señalaban responsable de la última derrota, sin embargo aún ostentaba el liderazgo político, mientras que el militar recayó en Allende.

A marchas lentas, invirtieron un mes en llegar a Saltillo, donde Miguel Hidalgo renunció públicamente a la jefatura del ejército y rechazó el indulto expedido por las Cortes Generales Extraordinarias de España, que le fue enviado por el general José de la Cruz con autorización del virrey Venegas. "El indulto -contestó- es para los criminales, no para los defensores de la patria"

Después de otras duras derrotas de las tropas insurgentes, cuando iban rumbo a Estados Unidos a conseguir fondos, Miguel Hidalgo y sus fuerzas fueron traicionados por Francisco Ignacio Elizondo, un capitán de milicias retirado, que fraguaba por cuenta de los realistas un plan para aprehender a Hidalgo y a los principales caudillos. El día 19, con el pretexto de auxiliar a la columna salió Elizondo con 342 hombres al encuentro de los insurgentes. Éstos salieron de Anaelo y acamparon en La Joya; y el 21 se encontraron con las gentes de Elizondo en el pueblo de Baján, quienes simulando tributarles un recibimiento, detuvieron los carruaje y procedieron a desarmar y maniatar a sus ocupantes. A Hidalgo, que montaba un caballo prieto, lo dejaron avanzar hasta que estuvo en medio de las tropas, y lo detuvieron.

Miguel Hidalgo fue tomado preso en las Norias de Acatita de Baján el 21 de Marzo de 1811, y conducido a Chihuahua. Fue enjuiciado, degradado de su carácter sacerdotal y fusilado a las 7 de la mañana del 30 de julio de 1811. Poco después lo decapitaron y enterraron su cuerpo. Su cabeza junto con la de los héroes insurgentes Allende, Aldama y Jiménez, fueron llevadas a Guanajuato, encerradas en jaulas de hierro, y colgadas en las cuatro esquinas de la Alhóndiga de Granaditas hasta la victoria del movimiento independentista. Y aunque el líder que rompería las cadenas de la esclavitud había muerto, ni la fuerza ni el ímpetu del movimiento de independencia moriría; seguiría latente y activo hasta el año 1821, en el que los insurgentes triunfarían y aplastarían el régimen de la desigualdad y la esclavitud, proclamando a la patria mexicana como una nación libre.


miércoles, 29 de julio de 2009

LA NOCHE DE LOS BASTONES LARGOS


El 29 de julio de 1966, la policía del dictador Onganía arrasó Ciencias Exactas. La orden la dio el jefe de la SIDE, general Señorans. Aquí se revela una historia desconocida de aquella noche trágica.


Se conocen el escenario, el día y los hechos: el viernes 29 de julio de 1966, a un mes del golpe militar que derrocó al gobierno constitucional del presidente Arturo Illia e inauguró la dictadura del general Juan Carlos Onganía, en la Facultad de Ciencias Exactas en la eterna Manzana de las Luces, la Guardia de Infantería policial que dirigía el general Mario Fonseca cargó a garrotazos y con gases lacrimógenos contra estudiantes, docentes y profesores extranjeros invitados y hubo 200 detenidos y numerosos heridos. Se conocen los antecedentes de esos hechos: entre 1957 y esa noche, la Universidad de Buenos Aires, la más potente y poblada de las nacionales, vivía una época de oro inaugurada con el rectorado del filósofo e intelectual Rizieri Frondizi, hermano del Presidente Arturo. En su gestión, que luego continuó el ingeniero Hilario Fernández Long, se modernizó la Universidad, se lanzaron campañas de alfabetización, se fundaron las carreras de Psico logía y Sociología, el Instituto del Cálculo, que estudió la trayectoria del cometa Haley; se creó el Consejo Nacional de Investigaciones Cinetíficas y Técnicas (Conicet), se fundó la Editorial Universitaria de Buenos Aires (Eudeba), que llegó a editar 11 millones de libros a precios bajos, en fin, se democratizó la Universidad hasta niveles antes desconocidos en la Argentina. A partir del avance militar en el gobierno de Illia, los estudiantes encresparon sus críticas: primero, ante la muerte de un estudiante en las movilizaciones contra la invasión norteamericana a Santo Domingo, en 1965, que anunciaba el comienzo de la feroz Doctrina de la Seguridad Nacional en Latinoamérica, y luego, a partir de la amenaza creciente de reducción del presupuesto educativo, que por entonces era la increíble cifra del 20% del total del Presupuesto nacional. Pero el inicio del gobierno golpista, confesional y anticomunista de Onganía atizó la oposición estudiantil. Se conocen también los móviles dictatoriales: poner fin a la autonomía universitaria y la libertad de cátedra; silenciar las criticas; escarmentar la rebeldía estudiantil y docente de todas las universidades nacionales. Y se conocen las consecuencias: 1.378 docentes que renuncian o parten al exilio. Unos 301 emigraron: 215 eran científicos y 86 investigadores en distintas áreas. Se inició el éxodo de científicos que no se detendría a partir de entonces.Cuarenta años después del asalto violento de la Policía a Ciencias Exactas, que se denominó La noche de los bastones largos, es posible afirmar que se quebró no sólo la más formidable acumulación de conocimiento científico que la Argentina había logrado hasta mediados del siglo XX, sino también se abrió el camino a la intolerancia y se atrincheró a una generación de argentinos en la idea fatal de que la violencia política era el recurso para restaurar la libertad.En nombre del hijoSe conocen, entonces, los hechos, los protagonistas, los móviles y las consecuencias de aquella noche trágica. Pero aún permanecen oscuras, en los pliegues siempre apretados de la historia, muchas preguntas. Esa noche, hubo un joven estudiante de Física que intentó avisar que la Policía llegaría para invadir y reprimir en Ciencias Exactas . ¿Quién era ese joven?Eduardo Scolnik -miembro hoy del Departamento de Programación Informática del INDEC- contó a Clarín episodios aún desconocidos pero que expresan la complejidad y paradojas que rodearon no pocas veces la historia argentina. Eduardito Señorans era único hijo del general Eduardo Argentino Señorans y Romilda Cerruti Costa. "Estudiante de Física en la Facultad de Ciencias, Eduardito Señorans había sido un militante católico, fuerza de choque en las manifestaciones de la 'laica o libre', por el bando de los que querían la educación privada y religiosa en las escuelas. Pero hacia 1962 ingresa a la Facultad y, recién producida la revolución cubana, y seguramente por eso y por la influencia de su tío, el abogado laboralista y nacionalista católico Luis Benito Cerrutti Costa, Eduardito comenzó a virar a posiciones de izquierda. Nos conocemos en 1963. Teníamos muchas charlas entre nosotros. Eduardito decía que la revolución cubana iba en serio, que era una verdadera revolución porque habían encarado a fondo el tema de la educación de la gente, a diez o quince años". En ese período, recordó Scolnik, Eduardito Señorans comienza a enfrentarse duramente con su padre, para entonces general de brigada. El general Señorans había sido jefe del Estado Mayor de la llamada "Revolución Libertadora" que comandada por los generales Eduardo Lonardi y Pedro Eugenio Aramburu derrocó a Juan Perón en setiembre de 1955. Unido por convicción a Lonardi, Señorans fue su subsecretario de Guerra. Mientras que su cuñado, Luis Benito Cerrutti Costa, fue nombrado ministro de Trabajo y Previsión. El golpe interno de Aramburu contra Lonardi lo alejó del Ejército en noviembre de 1955. Fue Onganía quien sacará de la actividad privada a Señorans para darle el cargo de jefe de la SIDE, cuando, en junio de 1966 instaure una dictadura integrista con pretenciones milenaristas. Señorans, entonces, se transformó en una pieza clave de esa dictadura. Su hijo, en pleno 1966, recuerda Scolnik, "ya revistaba en las filas de la izquierda universitaria aunque como líbero, es decir, sin partido". Su tío Cerrutti Costa, que había confluido con Señorans en el antiperonismo en 1955, había comenzado también a virar hacia posiciones revolucionarias. Será editor de Operación masacre, de Rodolfo Walsh, y a fines del sesenta y principios del setenta, se encargará de la defensa de presos políticos, entre ellos varios guerrilleros peronistas y guevaristas. Fue cofundador de la revista Nuevo Hombre y editor del diario El Mundo, para entonces todas empresas vinculadas a la guerrilla guevarista del ERP. Deberá exiliarse en París en 1975 ante las reiteradas amenazas de la Triple A. Murió en 1977.


Scolnik recuerda que las contradicciones en esa familia estallaron con virulencia precisamente la noche del 29 de julio de 1966. "Fuimos amigos estrechos. Nos conocían por 'los eduarditos'. Los padres me invitaban a su casa en Cardales. Era el amigo entrañable de un hijo único entrañable. Nuestros padres eran parecidos. Mi padre era un médico que huyó de Ucrania porque la revolución bolchevique le expropió todo. Mi padre era profundamente anticomunista. No se podía hablar nada con él que no coincidiera con su ideología. Lo mismo le pasaba a Eduardito Señorans. Había un constante enfrentamiento con su padre."Luego del golpe de Onganía -continúa Scolnik-, "el régimen consideraba a la Universidad como un 'nido de rebeldes, comunistas'. Y la verdad, visto a la distancia, nadie hacía nada que pudiera afectar las bases del sistema, todavía. Y si bien la izquierda estaba fragmentada, la derecha también. Y el aglutinante de la derecha fue el anticomunismo. Así que debían construir ese enemigo que los uniera. Recuerdo que el decano de Exactas, Rolando García, entonces era un gran admirador de las universidades norteamericanas. Pedía subsidios a la Fundación Ford y estaba muy lejos de ser un comunista o un revolucionario. Era un científico que pedía libertad de pensamiento y de investigación".Al mes del golpe, la agitación estudiantil crecía en tanto se defendía la autonomía universitaria atacada por el decreto ley 16.912. "La noche del 29 de julio, entonces, Eduardito estaba en su casa. Escucha a su padre hablar por teléfono con Fonseca, el jefe de la Policía Federal. Eduardito me contó luego (ese día yo estaba enfermo y no había ido a la facultad) que su padre le dijo a Fonseca: 'Andá a la Facultad de Ciencias Exactas y matalos a palos'". Entonces, el joven Señorans trató de avisar lo que ocurriría a sus compañeros en la Facultad. "Llamó por teléfono, pero el que lo atendió no le creyó lo que le decía, que la Policía cargaría contra la Facultad. Desesperado, corrió hasta la Facultad -ellos vivían en la calle Junín y Peña- para avisarle al decano Rolando García lo que se estaba planeando. Pero cuando llegó, la Facultad ya estaba acordonada y no pudo entrar. Así que, desconsolado, me llamó y me dijo que igual se metería a defender la Facultad. Le dije que no lo hiciera, que ya era tarde. A las 22, se desata la represión. Eduardito siempre se sintió culpable. Yo nunca pude volver a esa casa. Los dos dejamos la Facultad. Nos fuimos. Eduardito no quería ser asociado a su padre. Nos dejamos de ver por años. El murió en los años ochenta."El último servicio público del general Señorans, antes de morir en 1993, fue defender al dictador Leopoldo Galtieri en el juicio militar por la Guerra de Malvinas. Señorans pidió su absolución con el argumento de que las decisiones políticas no podían ser revisadas ni pasibles de castigo. "Tal vez -reflexiona Scolnik- esa orden de reprimir inédita en la historia de la Universidad era también el odio que sentía el general contra quienes, él pensaba, habían cambiado la cabeza a su hijo." De llegar a tiempo, el gesto del joven Señorans no hubiera cambiado la decisión dictatorial de cerrar la Universidad. Tal vez se hubiera evitado la violencia brutal contra esas cabezas. Porque la historia suele tramarse con grandes madejas y con pequeños hilos, casi invisibles pero igualmente decisivos.

martes, 28 de julio de 2009

A ESTA HORA EXACTAMENTE, HAY UN PARTO EN LA CALLE...


La familia vivía en Florencio Varela. Hace un par de años se les prendió fuego la casilla que habitaban y se vinieron hacia aquí. "Habíamos perdido todo. Hasta la ropa de los chicos", recuerda la señora. Por más que su historia es trágica por los cuatro costados, cuando habla no se lamenta. Tampoco busca generar compasión.


Sandra Guaianone, una chaqueña pecosa y de pelo castaño tirando a pelirrojo, reside en Puerto Madero, el barrio más caro de Buenos Aires, a metros nomás de departamentos que valen hasta 6.000 dólares el metro cuadrado. Pero su hogar no despierta envidia sino pena: vive en una trapera -imposible denominarla de otra manera- que armó con bolsas plásticas y cartón debajo de un pino en la calle. Allí, ayer temprano, parió a su quinto hijo, una beba deliciosa y de 3,400 kilos a la que llamó Brisa Nicole.


“¿Qué espero para Brisa? Ya nació sanita, así que no espero nada más", contesta Sandra. Sólo dice, y a insistencia de Clarín, que le harían falta pañales, leche y ropa para la beba. Y con dignidad insiste en que nada más necesita, aunque es obvio que miente.
(Diario Clarín 20/02/09)



.- Cuánto tiempo pasó desde que nos indignamos al escuchar cantar a Víctor Heredia “a esta hora exactamente, hay un niño en la calle”? Posteriormente, fue “de la calle”, más tarde “en situación de calle” o algún otro eufemismo. Pero el significante duro “calle” se mantuvo. La calle era el espacio de lo público, por donde todos pasaban, pero nadie se quedaba. Era la franja del nomadismo ciudadano. Cruzarla, caminarla, esquivarla, mirarla desde su prima hermana la vereda. Pero nunca quedarse. Porque estar de patitas en la calle era, y lo sigue siendo, la marca del desamparo. Al descubierto, sin abrigo, sin consuelo. Linyera, croto, el loco del barrio, el borracho perdido que siempre alguien encontraba, los viejos sin pasado, los náufragos de la tierra. La calle podía ser el peor de los cementerios, el más execrable de los hospitales, pero nunca podía pensarse en que fuera una maternidad. Que un niño llegara a este mundo y que este mundo le ofreciera el siniestro lobby de la calle. Porque tampoco es la condición transitoria de la calle. Un parto en tránsito, del departamento en Palermo chico a la clínica 5 estrellas del convenio de la multi con la prepaga. No se adelantó y lo agarró callejeando. No es el parto callejero por derecho propio, como cantaría el gran Alberto Cortez, modificando apenas la canción tributo a ese perro que nunca tuvo dueño. Es un parto en la calle, porque la madre, el padre, toda esa familia está en la calle. Hace dos años. Y seguramente más. La nota con esa mezcla de hipocresía y cinismo dice que residen en puerto madero. Hubiera faltado decir en el primer mundo. Y agrega, para los que estamos poco advertidos, que el metro cuadrado vale 6.000 dólares. Si lo único cuadrado fueran los metros, otro gallo cantaría. Para la subjetividad consumista al cuadrado confunde, y no ingenuamente, un asentamiento individual-familiar, con una residencia. No residen en puerto madero, naturalmente. Es una familia pequeña, pequeña, en estado de indefensión absoluta, quizá ni siquiera sean monotributistas, que armó un solitario campamento de refugiados, sin estar avalados ni siquiera por una ong y con certeza ni siquiera se hayan enterado que buenos aires hace. Puerto Madero es el monumento a Roca que el menemismo construyó. Lejos los anhelos de transformar el sheraton hotel en un hospital de niños, queda en esa ciudad dentro de la ciudad, la cicatriz del vaciamiento económico, político y cultural de un pueblo. El cronista avanza más diciendo que nadie envidia la caverna de plástico en la que viven. Ni envidia, pero tampoco pena... La pena de muerte en estos tiempos donde no hay cólera, excepto por cuestiones de caja, es la indiferencia global. Por eso apenas son noticia por ese aullido de la vida, ese nacimiento en un cementerio de esperanzas, en esa calle ofendida como san francisco en el vaticano, y que encima tiene la audacia de nacer sanita. Enferma terminal es la sociedad que la recibió, o, para hablar con la propiedad que el capitalismo serio nos exige, que la asienta. Quizá por un tiempo despierte la misma ternura que un koala salvado del incendio. Cuando ya todos hablemos de otra cosa, la beba deliciosa, apenas será una brisa. Ojalá que una luz cegadora transformara esa brisa en un viento huracanado. Un tsunami libertario donde puerto madero pase a formar parte de las realizaciones del socialismo del siglo XXI. El cronista señala: la madre no pide nada más. ¿Cómo pedir algo cuando se necesita todo? La madre hizo y lo hizo más que bien, su función de partera de otra historia. La cuidó en su vientre, la parió sana y salva, y recién en el hospital el cordón que marca el lazo biológico y amoroso fue cortado.


Los 3 kilos y monedas casi son una afrenta a las clases medias. Después dicen que hay hambre en la argentina... El cronista señala: la madre no pide nada más, aunque es obvio que miente. La madre no miente: no tiene que pedir por sus derechos. Quizá no pueda luchar para defenderlos, porque el tiempo de criar 5 hijos en un asentamiento precario no aumenta necesariamente el horizonte de lo posible. Pero mentir no miente. O acaso la marcha de los Chicos del Pueblo fue para pedir al sistema predador algunas libras de carne que escapen a la cuota Milton? Sólo saben los que luchan, y una forma de luchar es también apropiarse de lo que nos ha sido robado. O acaso alguien cree que se pagan 6000 dólares el metro cuadrado con dinero ganado con el sudor de la propia frente? Con los aires acondicionados a full, no hay sudor, y mucho menos en la frente. Hay una gran mentira, que de tan gran mentira es una colosal estafa. La padecemos todos los días y todas las noches. Algunos llaman a esa estafa... ”burbujas”. En este año, estarán en primer plano las electorales, y esa delirante burbuja de la web que se denomina “mapa de la inseguridad” con la imagen de un sonriente pensador que mucho tiene que ver con la inseguridad diaria y nocturna de Brisa y su familia.


Que no sea una brisa. El evangelio dice que los que siembran la discordia en casa del hermano, heredarán el viento. Y hay demasiada discordia sembrada, con el glifosato del brutal saqueo al pueblo. Los vientos de las historias emancipadoras tomarán cada vez más fuerza. No habrá que pedir nada, pero habrá que exigir todo. Para que más temprano que tarde podamos decir que a esta hora exactamente, no hay más partos en la calle.

TODOS SOMOS NADIE


"Y aquí está ya el camión

y allí nos meten,

sencillamente,no sabemos hacia dónde”

Leonidas Lamborghini

Las patas en la fuente


- Mauricio Macri ha dicho que la gente no puede vivir en las plazas. No lo dijo por el bien de la gente sino por las plazas, por la salud del espacio y el bienestar de las veredas. Para librar a la ciudad de los caminantes descolocados creó en octubre de 2008 la Unidad de Control del Espacio Público (U.C.E.P.) en la órbita del Ministerio de Ambiente urbano. La formación de la Unidad, con su indispensable sigla, vino a blanquear el funcionamiento de un grupo de choque cuya misión específica consistía en salir cada noche a limpiar de indeseables las calles de Buenos Aires.


Los integrantes de la brigada nocturna fueron contratados en tiempos de Aníbal Ibarra, pero el gobierno actual los incorporó a planta permanente y le dio al grupo compuesto por ex barras bravas el carácter de un equipo de tareas especiales. Los brigadistas actúan cuando se pone el sol y ejecutan decisiones inapelables sin necesidad de orden judicial. Su objetivo son los cartoneros, los vendedores ambulantes, los pibes que limpian parabrisas, los mendigos, los malabaristas del sueño, los artistas del hambre callejero y cualquier otra persona, animal o cosa que desde la óptica del recuperador de espacios, tenga peso, volumen y haga sombra sobre las veredas de una ciudad que cada día amenaza con ponerse más buena. El funcionamiento de la U.C.E.P le ha permitido al gobierno esgrimir como un triunfo bélico la “recuperación de 50 lugares públicos” que según la terminología oficial se encontraban intrusados por distintos tipos de ocupantes. El concepto de ocupante, en el diccionario del porteño exquisito, abarca desde una persona o dos, también llamados vagabundos, hasta “familias completas del interior”.Consultado sobre la cantidad de gente que vive en la calle el jefe de gobierno reconoció que el avance de la pobreza había empujado a muchos a la intemperie, pero otros, dijo, viven en la calle porque quieren, son personas con problemas mentales. La epopeya del macrismo es una suerte de conquista del desierto sin desierto llevada a cabo bajo la consigna de que los espacios públicos son de todos, pero para ellos “Todos somos nadie”.