Patricio Rey dijo que el mundo era
redondo, y Rocambole lo pintó. Es que Ricardo "El Mono" Cohen es dueño de una
estética inconfundible y el autor de varios dibujos que se tatuaron y
grafitearon miles de argentinos. Hoy, el responsable del diseño de todas las
tapas de discos y la gráfica de Los Redonditos de Ricota, vive en La Plata y se
dedica a la docencia.
Por Diego Granda
El maestro, que también diseñó discos
de Frank Zappa, entre otros, está sentado en un tradicional café de Barrio Norte
tomando un cortado con dos medialunas, haciendo tiempo para entrar a dar clases
en un taller de artes decorativas. Al mirar la tapa de Oktubre, reacciona: "En
realidad esta imagen no es la original, cuando el disco salió en vinilo todavía
ni existía. Un día el Indio me pidió que dibujase un aviso para anunciar un
show, y así nació, de un dibujo hecho en la calle en cinco minutos; después,
cuando se reeditó el disco, la imagen era tan popular que decidimos ponerla en
el librillo del CD".
¿Y qué intenta expresar?
Es una imagen de libertad, con connotación anarquista. El disco entero giraba en las ideas de libertad y justicia, de lucha de los oprimidos hacia los opresores, y la estética tuvo que ver mucho con eso, y con la anarquía de los años veinte.
Es una imagen de libertad, con connotación anarquista. El disco entero giraba en las ideas de libertad y justicia, de lucha de los oprimidos hacia los opresores, y la estética tuvo que ver mucho con eso, y con la anarquía de los años veinte.
Los conceptos que
transmiten los dibujos, ¿los decidías vos o te los pedía algún integrante de la
banda?
Depende del disco. Para Oktubre nos reunimos con el objetivo de elaborar un concepto. Había un par de temas compuestos, los escuchamos y opinamos entre todos al estilo de una agencia de publicidad. Como resultado salió nada más ni nada menos que la idea de gente desposeída, seres marginales que avanzan hacia algo con banderas, es la revolución, la lucha por el ascenso social.
Depende del disco. Para Oktubre nos reunimos con el objetivo de elaborar un concepto. Había un par de temas compuestos, los escuchamos y opinamos entre todos al estilo de una agencia de publicidad. Como resultado salió nada más ni nada menos que la idea de gente desposeída, seres marginales que avanzan hacia algo con banderas, es la revolución, la lucha por el ascenso social.
¿Qué sentís al ver que tu
arte se volvió tan popular? Me emociona
mucho. Es insólito: mi arte de repente aparece en imágenes, gorros, remeras,
banderas, tatuajes. A veces no me gusta verla en algunas agrupaciones políticas
a las que no adhiero, pero entiendo que son cosas que no puedo evitar. Es un
fenómeno que ha sucedido en todas las épocas de la humanidad. La gente elije una
figura como tótem. No sé cómo se produce este fenómeno, sino me las pasaría
haciéndolos, ja. Las imágenes de los Redondos viven por sí mismas, forman parte
de un fenómeno que escapa de mi comprensión y mi control.
¿Cuál es la historia de
Luzbelito? Luzbelito era un disco que iba a
ser un clásico, se preveía como tal. Entonces pensé en un álbum de música
clásica. Cuando yo era chico los álbumes venían como en un gran álbum de fotos,
adentro tenían sobres de papel madera. Pensé en el packaging general y quise
hacer una versión más chica de un álbum tal como eran los viejos. Para la tapa,
pensé: las historias de las letras del Indio son siempre parecidas, siempre hay
una especie de personaje marginal que en algún momento levanta cabeza y sube,
este personaje puede ser Pedro Escobar o cualquier otro. Así, encontré una foto
de un esclavo yanqui de 1800 y pico, que había podido escapar y después lo
recapturaron. Era un negro gigante al que lo agarraban con una cadena en la
cabeza. Me quedó grabada su expresión. La dibujé varias veces y no me daba,
entonces probé con hacer una escultura, y me salió. La tuve guardada mucho
tiempo en una biblioteca. Un día se me ocurrió que el nombre Luzbelito remitía a
luz y vela. Agarré, le puse una vela en la cabeza a la escultura, la encendí y
se derritió la cera; así quedo el Luzbelito que se conoce.
¿Sentís algún tipo de
responsabilidad por la influencia social que tienen tus dibujos?
Una vez un tipo se acercó y me recriminó que
le daba un mal mensaje a los jóvenes, por un cuadro en el que se suicidaban tres
personas. También han llegado a decirme que soy la reencarnación del mal por
difundir mensajes violentos. Pero la verdad es que yo pinto el paisaje que miro
en los diarios. Los medios de comunicación me inspiran.
¿Y crees que lo que
muestran sea la realidad? No, para nada. En
la realidad hay un visible y un invisible, el visible está finamente monitoreado
y es lo que nos muestran, pero hay una parte que no nos muestran. Un ejemplo de
esto es el rock nacional: en su momento tuvieron que pasar más de 15 años para
que saliera por la radio. Después de la Guerra de las Malvinas quisieron pasar
un rock que no fuera inglés, y recién se descubrió. Antes el rock existía pero
era un mundo interno, la gente compraba y escuchaba porque se lo contaban. Los
medios no decían nada.
¿Cómo influyó esto en Los
Redondos? Aquí es dónde se ve la genialidad
de la banda. Los redondos dijeron "los medios no existen". Dieron vuelta
la ecuación, ¿entendés? En vez de que los medios te digan a vos que no existís,
ellos dijeron que los medios no existen. Si se publicó algo de la banda fue muy
poco y por periodistas amigos, nada más.
¿Guardan entre ustedes un
código de "no dar a conocer nada"? Sí. Yo
tengo mucho material propio pero no voy a ponerlo en público por una razón
ética. Mostré un poco en algún momento, porque la Negra Poli me dio el OK, pero
lo mejor lo tengo guardado.
¿Sos de los que quiere ver
a Skay y al Indio juntos? Como fanático,
porque me incluyo, sí. Sé que tienen mucho para dar juntos. Son como los
ingredientes de una buena receta. Son un cóctel que no se mezcla
solo.
Fuente: Rolling Stone.
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