jueves, 1 de noviembre de 2012

LONDRES MILITARIZA LA CUESTION MALVINAS

El supuesto envío de un submarino nuclear para amurallar su enclave colonial en el Atlántico Sur revela cómo los halcones pasaron a hegemonizar el capítulo “Falklands” de la Cancillería británica.
 
Por Emiliano Guido        
 
      
La declaración de guerra partió hace un mes desde el Palacio de Westminster. Ese día, el primer ministro David Cameron llegaba a la Cámara de los Comunes con la intención de plantar una puesta de escena política que tuviera resonancia en Buenos Aires. El protocolo fijaba que Cameron debía rendir un balance de su gobierno al Parlamento pero, en un momento, el legislador conservador Andrew Rosindell tomó la palabra y, por fuera del orden del día, preguntó si la crisis financiera iba a mellar “la capacidad de defensa de los dieciséis territorios de ultramar” que están bajo bandera inglesa. “Felizmente puedo darle esa garantía, amigo Rosindell. La bandera británica seguirá flameando en la residencia de los gobernadores y aumentaré la asistencia a esos territorios”, festejó Cameron y, a continuación, anunció que Londres “realizará el año próximo un gran festejo en las islas en conmemoración del 30º aniversario de la rendición argentina”. Además, los actos del 2 de abril del 2012 tendrán el importante acompañamiento in situ de un miembro de la familia real, ya que el príncipe Guillermo –segundo en la línea de sucesión de la corona– viajará en febrero próximo a las Malvinas para recibir allí seis semanas de entrenamiento como parte de su carrera de piloto de guerra en la Real Fuerza Aérea.
Por lo tanto, las recientes declaraciones del ex jefe de la armada británica Lord West –ex soldado en la guerra de 1982– al diario británico Dayly Mail sobre “la necesidad de enviar un submarino nuclear a la región” como respuesta a la decisión del Mercosur de bloquear sus puertos a los buques ingleses con destino Malvinas no son un dato nuevo de la política exterior de Londres. Más bien, confirman que los halcones del Foreign Office están hegemonizando la Cuestión Malvinas. En conversación con Miradas al Sur, Federico Bernal, autor del libro Petróleo y Malvinas, entiende que con la llegada de Cameron al número 10 de Downing Street el Reino Unido viene tensando deliberadamente la cuerda con la Argentina: “Si uno mira lo que hizo (Margaret) Thatcher del ’79 al ’82, observa que el gobierno de Cameron cuenta con las mismas actitudes de provocación con respecto a Malvinas. Hace poco, Londres envió un buque militar a patrullar la zona; además, en intervalos regulares, hacen simulacros de bombardeo y disparan cañonazos. Después, semanas atrás, anunciaron que crearán una zona de conservación marina en torno de la isla Georgia del Sur de un tamaño cuatro veces más grande que la provincia de Buenos Aires. Además, ahora se viene el 30º aniversario de la Guerra, y va a ser una gran celebración oficial. Nada de lo que pasa es casual”.
Ahora bien, ¿por qué Londres jerarquiza en su agenda la Cuestión Malvinas? Hay dos pistas para entender dicho desplazamiento: primero, hay una significativa alza de las islas del Atlántico Sur como plaza petrolera y, en contrapartida, están los éxitos diplomáticos que viene cosechando el Palacio San Martín. “El Reino Unido se está convirtiendo en un importador neto de petróleo. Esto sumado a la declinación de sus reservas en el Mar del Norte resignifica los trabajos de exploración de crudo en Malvinas. Si se confirma el nivel de las perforaciones iniciadas en el complejo Sea Lion, Londres se estaría ahorrando una década de importaciones petroleras”, apunta, en ese sentido, Federico Bernal. Pero, paralelamente a los éxitos petroleros en Malvinas, el gobierno de Cameron entiende que está retrocediendo en la arena diplomática. En ese sentido, la voluntad colectiva expresada esta semana por los países de la Cuenca del Plata de cerrar sus costas a las naves británicas fastidió de sobremanera al Foreign Office. De ahí la virulencia del comunicado oficial del ministerio de Relaciones Exteriores británico cuando expresó que: “Nos parece más que injustificado el bloqueo por parte de los países del Mercosur. Estamos muy preocupados por este último intento de la Argentina de aislar a los habitantes de las Malvinas y dañar su modo de vida, para lo que no hay justificación”.
Pero, en las escaramuzas verbales, el que pegó más fuerte fue un oficial militar británico en actividad, quién desde el anonimato disparó al matutino Dayly Mail: “Si hay una amenaza, haremos preparativos muy rápido. Estamos confiados que los argentinos no pueden ni siquiera atracar ni un barco pesquero en las islas. Pero, es importante demostrar que somos serios acerca de nuestras obligaciones”, advirtió el uniformado, lejos de querer hacer uso del típicamente seco humor inglés.
 
Fuente: Miradas al Sur

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