Por Pablo Sigal
Madhav Chavan es indio y tiene 58 años. Recibió 500 mil dólares.
“Así como necesitas aire, agua y comida, necesitas educación”. La frase es de Madhav Chavan, el indio de 58 años que ayer ganó el WISE Prize en la apertura de la Cuarta Cumbre Mundial para la Innovación en Educación, en Doha, organizada por la Qatar Foundation, sponsor de la camiseta del Barcelona. La distinción se otorgó por segunda vez y consiste en 500 mil dólares y una medalla de oro. A falta de un Nobel de Educación, en la capital qatarí ya todos llaman así al galardón de WISE (por sus siglas en inglés, World Innovation Summit for Education).
El motivo de haberle otorgado este premio a Chavan fue, según un jurado de notables, su trabajo de los últimos 25 años al frente de una ONG que ya le enseñó a leer a unos 33 millones de chicos de entre 6 y 14 años en la India. “Por iluminar la vida de muchos”, afirmaron los evaluadores en los argumentos.
La elección de Chavan corrió por cuenta de 7 personalidades de la política, la cultura y la educación, entre los que figuran el titular de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, James Billington; la ministra del Interior de Sudáfrica, H.E Naledi Pandor; el presidente de la Universidad de Pekín, Zhou Qifeng; y el director del Instituto de la Tierra en la Univesidad de Columbia, Jeffrey Sachs, entre otros. A diferencia del Nobel, cuya sorpresa y fotos en la casa o el trabajo de los protagonistas son parte del folclore, aquí en Doha eso se pierde un poco, porque el ganador está preparado para subir al escenario del teatro principal, en el Centro de Convenciones de la ciudad, en cuanto mencionan su nombre. Claro que en la Cumbre hay 1.200 educadores de 100 países y varios de ellos podrían haber ocupado ese lugar. “Cuando empezamos nunca pensamos que la obra lograría tanto alcance”, recordó Chavan. Y con una metáfora resumió: “Logramos amaestrar el tigre”.
El tigre es la segunda nación más numerosa del mundo, de más de un billón de personas, y con la tasa de analfabetismo más alta. “En mi país muchos chicos en edad de ir a la primaria no van”, explicó Chavan. Se trata de un problema que todavía afecta, en el planeta, a más de 60 millones de chicos, para los que la Fundación Qatar también tiene un plan (ver aparte).
¿Necesitó mucho dinero este hombre para su obra? La verdad es que no, porque su estrategia fue un sistema de voluntariado. “Enseñamos a leer gratis para que luego cada alumno a su vez le enseñe a otros veinte, y así”. La lectura se va filtrando como el agua o el aire.
Según el ganador del premio, su intención desde la ONG “Pratham”, con sede en Bombay, no fue reemplazar la escuela, sino ser complemento. A algunos les enseñaron a leer desde cero, a otros no: son los que conocían el mecanismo de lectura pero no podían interpretar lo que leían. El proyecto arrancó en 1986, cuando Chavan volvió de Ohio, Estados Unidos, tras hacer su doctorado en Química. Tan exitoso resultó todo, que UNICEF se conectó con Pratham para apoyar el modelo de enseñanza. El hombre del día no reveló que hará con el dinero, aunque debe de estar pensándolo bien. Qué otra cosa que esa distracción, sino, pudo haberle hecho olvidar sobre el estrado la medalla de oro que le acababan de entregar.
Fuente: Clarin
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