Cada 52 minutos ocurre un accidente vial con al menos un herido. Si bien un informe de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad revela pequeños descensos en la cantidad de siniestros, los casi 10 mil registrados, con 95 víctimas fatales, ubican a la ciudad de Buenos Aires octava en el ranking del peligro.
Por Gustavo Sarmiento.
En la ciudad de Buenos Aires, cada 52 minutos ocurre un hecho de tránsito con, al menos, una víctima. Así lo determinó la Defensoría del Pueblo porteña a través de su Programa de Prevención en Seguridad Vial que elaboró el "Informe 2011 Siniestralidad Vial en la Ciudad" donde se contabilizaron durante el año pasado 9969 siniestros con un saldo de 95 muertos y 10.654 heridos.
Estas cifras confirman un descenso desde 2008, cuando hubo 10.952 casos, y son levemente inferiores al año pasado, aunque siguen posicionando a Buenos Aires en el octavo puesto en el top ten mundial de urbes con riesgo de circulación de vehículos, indicó la Defensoría. "No es para menos; con 800 mil vehículos propios y 1,3 millón que a diario ingresan desde el conurbano, la ciudad suele devenir en caótica."
La siniestralidad vial porteña se caracteriza por una alta morbilidad (proporción de lesionados) y una baja mortalidad, con unos cien heridos por cada fallecido. Desde el organismo lo atribuyen, por un lado, a que la concentración vehicular dificulta el desplazamiento a alta velocidad, "lo cual reduce el impacto de las colisiones y atropellamientos". Por el otro, la cantidad de servicios de urgencia médica y la proximidad a centros sanitarios "permiten una acción rápida y eficaz que salva vidas".
En 2011 se registró un leve retroceso de fallecidos (95), que representaron un 0,9% sobre el total de víctimas, con respecto a las 108 de 2010, aunque sigue siendo superior al porcentaje alcanzado en 2009, cuando las 77 víctimas fatales significaron un 0,7 por ciento.
La principal preocupación se centra en los peatones y motociclistas, "los más firmes candidatos a convertirse en víctimas del tránsito". Entre ambos sectores sumaron el 70% de los muertos y el 62% de los heridos durante 2011. El 94% de los hechos contó con una sola víctima. A su vez, el grupo de automovilistas, que en 2010 presentaba 6,7 muertos por cada mil lesionados, creció en 2011 a un 7,9. Un incremento "significativo" del 5%.
Otro punto relevado fue la diferencia de género que aún persiste: siete de cada diez víctimas son masculinas. En la Defensoría no lo atribuyen sólo a que sigue habiendo más hombres al volante, "sino también por ciertas pautas culturales que los hacen actuar con mayor temeridad en la vía pública".
En relación con la edad de las víctimas, se desprende que el 53% de los muertos y el 58% de los heridos tenían entre 20 y 39 años. La tendencia vuelve a crecer con los mayores de 65 años. Once de ellos fallecieron en 2011 y otros 686 fueron lesionados. "Es necesario mejorar la infraestructura peatonal con más semáforos, mayor tiempo de cruce e instalación de islas a mitad de calzada", indicaron desde la Defensoría.
Alberto Gasparini, docente en seguridad vial y colaborador de Luchemos por la Vida, valoró la creación de la Agencia Nacional de Seguridad Vial "que generó un mayor uso del casco", aunque destacó una merma en el último año y medio en la aplicación del cinturón de seguridad: "los conductores de automóviles particulares pasaron de un 90% a un 66%, los acompañantes del 83 a 61%, los conductores de taxis del 83 a 71%, las ambulancias –muy significativo– del 64 al 27%, y peor aún, patrulleros. Al bajar controles automáticamente la gente deja de cumplir con la ley."
La Defensoría concluyó que "es necesaria la toma de conciencia de que los siniestros de tránsito no son accidentales. Que las naturalizadas costumbres de violar luces rojas, excederse en la velocidad o irrumpir en sendas peatonales son formas inconscientes de vulnerar el derecho a la vida."
Estas cifras confirman un descenso desde 2008, cuando hubo 10.952 casos, y son levemente inferiores al año pasado, aunque siguen posicionando a Buenos Aires en el octavo puesto en el top ten mundial de urbes con riesgo de circulación de vehículos, indicó la Defensoría. "No es para menos; con 800 mil vehículos propios y 1,3 millón que a diario ingresan desde el conurbano, la ciudad suele devenir en caótica."
La siniestralidad vial porteña se caracteriza por una alta morbilidad (proporción de lesionados) y una baja mortalidad, con unos cien heridos por cada fallecido. Desde el organismo lo atribuyen, por un lado, a que la concentración vehicular dificulta el desplazamiento a alta velocidad, "lo cual reduce el impacto de las colisiones y atropellamientos". Por el otro, la cantidad de servicios de urgencia médica y la proximidad a centros sanitarios "permiten una acción rápida y eficaz que salva vidas".
En 2011 se registró un leve retroceso de fallecidos (95), que representaron un 0,9% sobre el total de víctimas, con respecto a las 108 de 2010, aunque sigue siendo superior al porcentaje alcanzado en 2009, cuando las 77 víctimas fatales significaron un 0,7 por ciento.
La principal preocupación se centra en los peatones y motociclistas, "los más firmes candidatos a convertirse en víctimas del tránsito". Entre ambos sectores sumaron el 70% de los muertos y el 62% de los heridos durante 2011. El 94% de los hechos contó con una sola víctima. A su vez, el grupo de automovilistas, que en 2010 presentaba 6,7 muertos por cada mil lesionados, creció en 2011 a un 7,9. Un incremento "significativo" del 5%.
Otro punto relevado fue la diferencia de género que aún persiste: siete de cada diez víctimas son masculinas. En la Defensoría no lo atribuyen sólo a que sigue habiendo más hombres al volante, "sino también por ciertas pautas culturales que los hacen actuar con mayor temeridad en la vía pública".
En relación con la edad de las víctimas, se desprende que el 53% de los muertos y el 58% de los heridos tenían entre 20 y 39 años. La tendencia vuelve a crecer con los mayores de 65 años. Once de ellos fallecieron en 2011 y otros 686 fueron lesionados. "Es necesario mejorar la infraestructura peatonal con más semáforos, mayor tiempo de cruce e instalación de islas a mitad de calzada", indicaron desde la Defensoría.
Alberto Gasparini, docente en seguridad vial y colaborador de Luchemos por la Vida, valoró la creación de la Agencia Nacional de Seguridad Vial "que generó un mayor uso del casco", aunque destacó una merma en el último año y medio en la aplicación del cinturón de seguridad: "los conductores de automóviles particulares pasaron de un 90% a un 66%, los acompañantes del 83 a 61%, los conductores de taxis del 83 a 71%, las ambulancias –muy significativo– del 64 al 27%, y peor aún, patrulleros. Al bajar controles automáticamente la gente deja de cumplir con la ley."
La Defensoría concluyó que "es necesaria la toma de conciencia de que los siniestros de tránsito no son accidentales. Que las naturalizadas costumbres de violar luces rojas, excederse en la velocidad o irrumpir en sendas peatonales son formas inconscientes de vulnerar el derecho a la vida."
Fuente: Tiempo Argentino.
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