martes, 12 de marzo de 2013

"SABEMOS LO QUE ES EL HAMBRE"

En ese universo mágico donde Los Tipitos se mueven, la palabra “fracaso” fue desterrada de raíz. No existe. El grupo, que comenzó a escribir su historia tocando a la gorra en las veredas de Villa Gesell o en los colectivos de su Mar del Plata natal, siempre miró hacia el futuro con fe. Cobijados en ese fervor primario, Willy Piancioli, Raúl Ruffino, Federico Bugallo y Pablo Tevez terminaron en Buenos Aires, convertidos en uno de los nombres que musicalizaron la vida de los argentinos durante la última década.
 
Por Gustavo Bove
 
Artesanos incansables de la canción, en una docena de discos Los Tipitos supieron armarse de un preciado repertorio, el cual los puso en la boca de las personalidades más destacadas del quehacer rockero vernáculo. En la previa al festejo de sus 20 años de trayectoria, el cuarteto dobla la apuesta de Brujería y Silencio con las composiciones de su flamante obra, Push, la misma que tiene en su ADN otra banda de sonido definitiva.
¿Imaginaban este presente en aquellos días cuando tocaban a la gorra por la Costa Atlántica?
Willy: Siempre tuvimos la fantasía de que esto iba a pasar. No lo veíamos como algo utópico.
Raúl: Es como si uno generara las condiciones para ir yendo hacia un lugar. Hay una canción nuestra que habla de “la convicción del demente”. O sea, creer tanto en algo que te convierte en un loco. Nosotros tocábamos en los colectivos diciendo que íbamos a tocar con León Gieco en el Opera… Willy: La gente nos miraba como si estuviésemos locos… Raúl: Bajábamos del colectivo, contábamos las monedas e íbamos a hablar con León Gieco desde un teléfono público… ¿Qué importancia tuvo Gieco en la carrera del grupo?
Willy: León nos contó la realidad. En ese momento, por el ’97, el disco estaba empezando a entrar en crisis como soporte, empezó a venderse menos y León, que estaba montando su sello, Cañada Records, nos lo dijo muy claro: “Miren muchachos, esto va en decadencia, va a cambiar el formato, su disco va a salir por EMI pero ustedes van a tener que comprarle los disco a EMI y venderlos en los shows… vamos a intentar que suene un tema en la radio pero lo más probable es que eso no pase”. Siempre, nos dijo la posta, nos abrió los ojos.
Raúl: También, nos dijo que, si seguíamos juntos, íbamos a ser una banda importante.
En los ‘90, cuando ustedes salieron a la luz, tallaban estilos que no tenían mucho que ver con su propuesta de canciones clásicas. ¿Creen que ello les hizo más difícil el camino?
Raúl: Sí. Nos dábamos cuenta de que el movimiento pasaba por otro lado. No teníamos nada que ver ni con la música electrónica, ni con Nirvana, ni con Limp Bizkit… Lo más lejos de la canción que te podías imaginar, y nosotros estábamos en un formato clásico, muy Serú Giran. Pero, también no nos salía otra cosa y estábamos convencidos de que, aunque no estuviese de moda, lo que hacíamos estaba muy bueno.
Después, contar con un hit grande puede generar mucha presión de cara al futuro, en cuanto a tener que superarlo comercial y artísticamente. En este sentido, ¿”Brujería” fue una bendición o una maldición?
Raúl: Siento que es una bendición. A la hora de hacer otro disco, nunca estuvimos buscando superar Brujería o Armando Camaleón, que es un disco que nos pesa en algún lugar. Por otro lado, es un disco que nos hace crecer, que nos lleva a querer superarnos.
Willy: También, Brujería fue un hit y no se puede inventar un hit. Sucede. Y no te digo esto como una forma de sacarme la presión.
El año que viene, cumplen 20 años y en el nuevo disco sobresale la idea del algo nuevo, del empuje del golpe del Knock Out, etc… ¿Hay una intención de quiebre?
Willy: A mí, me parece que sí. Nos gusta la idea del “Algo nuevo”. Además, hay dos temas en el disco que se llaman así, tienen la misma letra, pero músicas distintas. También, es algo nuevo porque, después de mucho tiempo de haber sido producido por grandes productores, ahora tomamos la manija nosotros. Eso hizo que el disco tome un carácter más personal, más jugado artísticamente y no tanto buscando el hit, sino el gusto personal.
¿No les dolía que, en su momento de mayor éxito, se los parara en la vereda del Rock barrial?
Willy: Era terriblemente frustrante que nos asociaran al rock barrial. De hecho, en un suplemento, una vez salió una tapa con nosotros boca abajo y Miranda! boca arriba, haciendo un contrapunto entre ellos y nosotros… ¡Y yo me siento mucho más cerca de Miranda! que de la Mancha de Rolando! Admiro mucho a Ale Sergi, escucho mucho sus discos, le envidio las canciones que hace. ¡Es un maldito genio!
¿Les gusta lo que sucede hoy en el rock argentino?
Willy: Me gusta mucho más lo que pasa hoy que lo que pasaba hace 10 años. Si bien no hay grandes bandas, hay una búsqueda que veo en Tan Biónica, en Miranda!, en Guasones, en Ella Es Tan Cargosa.
Raúl: Se rompió con las modas. Hoy las bandas no siguen las modas del blues, del reggae o de lo que sea. Hay diversidad… Willy: Hay abanico, algo que antes no había.
Nuestra música perdió héroes como Pappo, Cerati, Spinetta. ¿Quién creen que cargará con la responsabilidad de escribir los futuros clásicos?
Raúl: Quedan algunos baluartes. Están Andrés Calamaro, León Gieco, Ale Sergi, Jorge Serrano, que es otro genio… Willy: Y… yo no te lo puedo decir, pero me parece que nosotros somos buenos, también.
“Push” tiene un tema llamado “El tiempo”, en el cual cantan “conozco el hambre”… ¿Esto es una frase tirada al azar o una bajada de línea acerca de su historia?
Willy: Sí, es una reminiscencia a nuestra historia. Es como un baluarte, como decir: “Sé lo que es esto”. Sabemos qué es el hambre. También, sirve para decírselo uno mismo, porque a veces es bueno recordar las que pasaste. Acá, en la sala, tenemos unos bombos legüeros, los que usábamos cuando tocábamos en la calle… Toda nuestra historia está ahí. Nos pasamos la vida tratando de sobrevivir con la música.
El día en que se escriba el libro definitivo del Rock argentino, ¿qué epígrafe les gustaría que figure bajo la foto de Los Tipitos?
Raúl: Me gustaría que pusieran que fuimos los herederos y abanderados del Rock Nacional (risas).
 
Fuente: Suplemento Si!

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