Postales de La Habana. Cuba vive un tiempo bisagra entre lo que se intentó y logró –a medias o totalmente, según el cristal con que se mire– y lo que viene: para algunos, la refundación del socialismo, para otros, la profundización de lo que existe.
Por Ernesto Lamas.
Cuba vive un tiempo bisagra entre lo que se intentó y logró –a medias o totalmente, según el cristal con que se mire– y lo que viene: para algunos, la refundación del socialismo, para otros, la profundización de lo que existe. Una mayoría notable está revolucionada dentro de la revolución, sin negociar ninguna de las conquistas de los cubanos y que Cuba muestra orgullosa al resto del mundo: salud y educación para todos, hambre cero, identidad cultural autónoma, defensa territorial a tres horas de lancha de Miami.Hay debate. Sus bases son los “Lineamientos de la política económica y social del Partido y la revolución” aprobados por el VI Congreso del Partido Comunista en abril de este año luego de miles de asambleas, reuniones, conferencias y seminarios. Los lineamientos son una serie de artículos –sobre todo económicos– cuya base fue emitida por el gobierno y luego multiplicados por la ciudadanía hasta su aprobación reciente. Se debatieron en distintos niveles, en los que se analizaron, cambiaron, resumieron y sumaron algunos no considerados inicialmente. Mirta Ramos, trabajadora del Instituto Cubano de Radio y Televisión, comenta que hubo muchas instancias de discusión y algunas fueron intensas. “Personalmente, pasé por cuatro espacios donde se trabajaron los lineamientos: en el Icrt, el sindicato de trabajadores de radio, el partido y con los vecinos de mi cuadra. Primó el espíritu crítico y se sumaron visiones a las que nos llegaron como base de los encuentros.”El tema que más preocupa y convoca multitudes es el económico. Así como en la Argentina se suele decir que hay 40 millones de directores técnicos de fútbol, en Cuba encontramos 11 millones de economistas. Todas las personas consultadas tienen una visión más o menos elaborada sobre la marcha de la economía, sus principales problemas y hasta probables soluciones, las cuales en palabras de los cubanos –siempre cultos e informados– suenan verosímiles y razonables incluso cuando algunas son contradictorias.Pasada la bonanza del subsidio soviético en los años ochenta y las penurias del “periodo especial” de los noventa, los cubanos han demostrado una capacidad de adaptabilidad y supervivencia asombrosa.
Postales cubanas 2011.
Hace tiempo que crece el cuentapropismo. Cada día es más común ver puestos de venta en las calles de todas las ciudades. Desde productos agrícolas, pasando por ropa, música y películas hasta helados y panchos. En muchas esquinas que antes eran baldíos los vecinos han creado pequeñas huertas que abastecen de productos básicos a los barrios. Taxis/ bicicletas, libreros en plazas, peluquerías privadas. Descentralizar es la tarea, producir y aprovechar mejor lo que se produce, socializar más la economía, no estatizarla.Agosto en Cuba es tiempo de vacaciones. Clara Curbelo una maestra jubilada y activa militante vecinal en el barrio Centro Habana recuerda que en los años setenta y ochenta su familia compuesta por ella, su marido y dos hijos, podían veranear una semana en Varadero con 1.000 pesos de entonces. Hoy esa posibilidad es muy remota pero existen opciones. En playas tan caribeñas como las reconocidas mundialmente aunque con menos glamour y servicios, se puede alquilar una casa con cuatro habitaciones por 100 pesos cubanos diarios (cuatro dólares).Otra de las medidas anunciadas fue el permiso para la venta o permuta de las propiedades inmuebles y automóviles. El único requisito será el acuerdo entre partes (compradora y vendedora), ratificando de esta manera la propiedad privada y amparando a sus moradores actuales ante cualquier reclamo de cubanos viviendo en el exterior que pretendan recuperar inmuebles expropiados a las familias que abandonaron el país. Sólo con esta medida, y en especial la que regula la propiedad inmueble, se espera un salto en la actividad económica tanto para la adecuación y reformas de casas y departamentos, como en la construcción de viviendas, rubro en el que existe una demanda no satisfecha.Otros lineamientos apuntan a descentralizar la actividad estatal, revisar y de ser necesario cerrar empresas deficitarias, achicar radicalmente la burocracia, refundar los criterios de la agricultura con beneficios más claros para quienes trabajen la tierra y críen animales entre otras medidas. El principal desafío será lograr una convivencia armónica entre situaciones que son aparentemente capitalistas con un modelo socialista que se pretende profundizar.Asimismo está en debate la política migratoria. Habrá cambios en este campo en las próximas semanas. Algo adelantó el actual presidente Raúl Castro en su discurso ante el parlamento el pasado 2 de agosto. Reconoció que los emigrados cubanos “en su aplastante mayoría lo son por razones económicas” y que “casi todos preservan su amor por la familia y la patria que los vio nacer y manifiestan de diferentes formas solidaridad hacia sus compatriotas”. Estas palabras permiten imaginar una flexibilización inminente a los condicionamientos actuales.Aunque la base de la discusión (la madre de todas las batallas cubanas) es la economía, se percibe un clima de deliberación, consulta y cambio en todos los niveles. Economía, medios, comunicación, cultura, política migratoria, diversidad sexual y religiosa son los temas centrales de la agenda cubana, tanto a nivel dirigencial como ciudadano.Micrófono abierto en las radios municipales, cartas de lectores en la doble página central de los diarios, carteleras participativas en los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) de los cuales hay uno por manzana, móviles en vivo en la televisión desde distintos puntos del país, corresponsalías populares en las emisoras nacionales son parte de la intensidad del debate que vive Cuba y clara señal de apertura.
Habanastation.
En estos días, una película de producción local causa furor y abarrota los cines de La Habana y otras ciudades. Se trata de Habanastation, del director debutante Ian Padrón. El filme trata sobre el choque cultural y económico de dos niños cubanos, pioneros que asisten a la misma escuela primaria pública. Uno de clase media-alta, hijo de un músico y una manager de espectáculos, viviendo en Miramar el barrio de los sectores acomodados y de diplomáticos extranjeros. Por el otro lado, un niño habitante de La Timba uno de los barrios más pobres de la ciudad. Luego de participar de un acto por el primero de mayo, el niño de la familia acomodada se equivoca de bus escolar y termina en el barrio donde vive su compañero de aula con quien pasará el resto del día descubriendo otra realidad. La película fue vista por 310.000 espectadores en tres semanas. La historia pone de relieve las diferencias en una sociedad que intenta no tenerlas, haciendo equilibrio entre la reivindicación de los valores –que el niño pobre ostenta con naturalidad– y la burbuja en que están creciendo algunos niños favorecidos por el trabajo de sus padres remunerado en divisas. Pone de manifiesto algo que el más dogmático defensor del modelo cubano pone en duda, pero que la sociedad de la isla conoce bien: la existencia de clases sociales a pesar del Manifiesto y la planificación.El cine ya se había anticipado al debate sobre la diversidad sexual cuando Fresa y Chocolate puso el tema sobre la mesa y abrió el juego para opinar. Habanastation pone en pantalla grande una realidad conocida por la gente aunque poco tratada en los medios. Quizás prepare el terreno para problematizar esas inequidades en un país que ha sido líder regional en equidad y solidaridad.En televisión también hay aire nuevo. Bajo el mismo sol es la novela del momento. En horario central y con liderazgo de audiencia, tiene entre sus protagonistas centrales a una mujer lesbiana. La tira comparte aire conValientes, de Polka, que obliga a la audiencia cubana a tomar cursos acelerados de lunfardo para entender el personaje encarnado por Mariano Martínez que a su dificultad habitual para expresar emociones sumó una dicción supuestamente popular que lo hace incomprensible incluso para los argentinos. En la novela cubana se muestra a la protagonista lidiando con los prejuicios de la gente que hasta hace poco tiempo eran incluso promovidos desde el propio gobierno revolucionario. Sobre el tema de la diversidad sexual Fidel Castro reconoció –en el marco de una entrevista periodística– que “la persecución a los homosexuales fue uno de los más graves errores de la revolución cubana”.Otro campo fértil de discriminación o prejuicio en los primeros años de la revolución fue el religioso. “Ocurre que la Iglesia Católica jugó un papel contrarrevolucionario, divulgando muchas mentiras sobre el proceso transformador que vivió la isla”, nos dice Antonio Diego militante de un CDR en el barrio del Vedado. En tiempo reciente se percibe un clima de acercamiento y diálogo entre los distintos cultos que operan en el país y las autoridades. En estos días una mujer destacada profesional y militante del partido y a la vez devota creyente católica fue removida de su trabajo y ubicada en otro de menor responsabilidad y salario. El premier Raúl Castro condenó públicamente el hecho y lugar y agregó “nuestro peor enemigo no es el imperialismo sino nuestros propios errores”.
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