sábado, 21 de agosto de 2010

JUGAR AL TETRIS PODRÍA SER MUY BUENO PARA EL CEREBRO


Una investigación publicada recientemente indica esta originalidad: quienes practican el veterano "Tetris" tienen una corteza cerebral más gruesa y, aparentemente, más eficiente.






El trabajo, publicado en la revista BMC Research Notes, analiza imágenes cerebrales de personas aficionadas al Tetris y revela que sus cerebros exhiben una corteza más gruesa y, por lo tanto, es posible que más eficiente.


La investigación realizada por un grupo denominado Mind Research Network, de Nuevo México, EE.UU.- es uno de los primeros trabajos que busca investigar los efectos cerebrales de practicar, sistemáticamente, una actividad, recurriendo a diversas técnicas de imágenes.



Los expertos invitaron a 26 adolescentes a jugar, durante 3 meses, al menos 30 minutos diarios de Tetris, un videojuego que requiere de una completa combinación de habilidades cognitivas.



Los participantes se realizaron, antes y después del período de 90 días, una serie de imágenes de Resonancia Magnética que muestra diversas estructuras y funciones del cerebro, sus tamaños y la eficiencia de la actividad cerebral. Y se repitieron estos estudios de RMN al cabo del período del experimento.



RESULTADOS



Las niñas que practicaron con constancia el Tetris mostraron tener una mayor eficiencia cerebral y también se encontró una corteza más gruesa, pero no en las mismas regiones del cerebro donde se registró la eficiencia.



"Uno de los resultados más sorprendentes de investigación sobre el cerebro en los últimos cinco años fue otro hecho: practicar malabarismo aumenta la materia gris de las áreas motoras de cerebro" explica el Dr. Rex Jung, coresponsable del estudio.



Y agregó: "Hicimos este estudio sobre el Tetris investigar ver si tal como pasa con la práctica física- la práctica mental también aumenta el grosor cortical, un signo del aumento de materia gris, y por lo tanto la eficiencia del cerebro".



Ahora, los investigadores esperan continuar esta línea de trabajo con muestras de mayor cantidad de personas y más diversas para comprobar si los cambios en la morfología del cerebro se revierten cuando el sujeto deja de jugar Tetris.



Y también buscarán comprobar si las habilidades logradas tras el juego y los cambios cerebrales asociados a estas se "hacen notar" en otras áreas cognitivas de la mente, como la memoria de trabajo, la velocidad de procesamiento o el razonamiento espacial.

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