Padre, madre e hijos viven en una misma celda hasta que los chicos tienen 3 años. Un sistema sin precedentes en todo el mundo.
Víctor Manuel Lozano pasa sus días como cualquier niño de dos años. Asiste a una guardería, dibuja, conduce su triciclo. La diferencia con los demás pequeños de su edad es que lo hace en el interior de una prisión donde vive con su mamá, una asesina convicta, y su papá, narcotraficante.
La Prisión de Aranjuez, dicen funcionarios españoles, es la única del mundo con celdas para familias. Las espaciosas unidades, apodadas "celdas de cinco estrellas", tienen cunas, personajes de Disney en las paredes, y acceso a un campo de juegos.
El objetivo es que los niños convivan con sus padres presos durante su más tierna infancia mientras son demasiado pequeños como para comprender la realidad de la prisión, y para inculcar hábitos de paternidad y maternidad a los presos que buscan rehabilitarse.
Algunos tienen dos hijos en la prisión, donde actualmente hay 32 niños. Ni la psicóloga de la cárcel ni los padres creen que es una situación ideal. Concuerdan, sí, en que es mejor que la separación. "Cuidan bien de nosotros, y tener conmigo a mi hijo y mi esposo me hace muy feliz", afirmó Carmen García, de 28 años, madre de Víctor. "Pero éste no es el mejor lugar para criar a un niño. De algún modo ellos también están presos".
García fue sentenciada en 1998 a diez años de cárcel por asesinar a su novio. Víctor Lozano entró en la cárcel al año siguiente con una sentencia a once años. Se conocieron en el 2003, se casaron en la prisión y tuvieron al pequeño. Pero en cuatro meses, cuando cumpla los tres años, el niño tendrá que salir de la prisión para quedar a cargo de familiares, a menos que sus padres consigan una reducción de sus penas.
La prisión empezó a operar las celdas familiares en 1998 y en la actualidad tiene 36, aunque por ahora sólo 16 están ocupadas, en su mayoría con inmigrantes latinoamericanos que no tienen quien cuide de sus hijos.
"Es difícil estar en la cárcel, pero en esta sección uno se olvida completamente de que está en una prisión", dijo Ramona Montoya, de 33 años, que purga once años por narcotráfico.
Las celdas tienen 14 metros cuadrados, una cama doble, una cuna, un pequeño cuarto de baño y ventanas desde donde se ve el exterior de la prisión.
"Todo está orientado a los niños. Es limpia, te dan la mejor leche para el niño, el médico viene dos veces por semana y los cuartos son hermosos", dijo Montoya. Esa comodidad, dice la psicóloga de la prisión María Yela, estimula a algunas mujeres con hijos que están por llegar a los tres años a tratar de quedar embarazadas y permanecer en una celda familiar.
Todos los candidatos deben aprobar un período de observación de dos meses para demostrar que están preparados para convivir como parejas y criar a un niño. Los condenados por delitos sexuales están descartados.
Muchas prisiones en el mundo tienen guarderías y celdas para madres e hijos, pero los expertos dicen que no conocen ninguna otra con celdas para padre, madre e hijos. Algunos expertos opinan que los infantes no deberían estar detrás de las rejas en ninguna circunstancia.
"No es un progreso. Las prisiones no son el lugar para los niños", afirma Frances Crook, directora de la Liga Howard de Reforma Penal, en Londres.
Las autoridades españolas sostienen que las celdas familiares han sido un éxito, pero admiten que el niño puede sufrir emocionalmente cuando lo separan de sus padres. No tienen planes de expandir el programa.
La psicóloga Yela también alienta dudas, pero dice que lo más importante es que la familia esté unida. "Debe establecerse el vínculo entre el niño y sus padres", concluyó.
La Prisión de Aranjuez, dicen funcionarios españoles, es la única del mundo con celdas para familias. Las espaciosas unidades, apodadas "celdas de cinco estrellas", tienen cunas, personajes de Disney en las paredes, y acceso a un campo de juegos.
El objetivo es que los niños convivan con sus padres presos durante su más tierna infancia mientras son demasiado pequeños como para comprender la realidad de la prisión, y para inculcar hábitos de paternidad y maternidad a los presos que buscan rehabilitarse.
Algunos tienen dos hijos en la prisión, donde actualmente hay 32 niños. Ni la psicóloga de la cárcel ni los padres creen que es una situación ideal. Concuerdan, sí, en que es mejor que la separación. "Cuidan bien de nosotros, y tener conmigo a mi hijo y mi esposo me hace muy feliz", afirmó Carmen García, de 28 años, madre de Víctor. "Pero éste no es el mejor lugar para criar a un niño. De algún modo ellos también están presos".
García fue sentenciada en 1998 a diez años de cárcel por asesinar a su novio. Víctor Lozano entró en la cárcel al año siguiente con una sentencia a once años. Se conocieron en el 2003, se casaron en la prisión y tuvieron al pequeño. Pero en cuatro meses, cuando cumpla los tres años, el niño tendrá que salir de la prisión para quedar a cargo de familiares, a menos que sus padres consigan una reducción de sus penas.
La prisión empezó a operar las celdas familiares en 1998 y en la actualidad tiene 36, aunque por ahora sólo 16 están ocupadas, en su mayoría con inmigrantes latinoamericanos que no tienen quien cuide de sus hijos.
"Es difícil estar en la cárcel, pero en esta sección uno se olvida completamente de que está en una prisión", dijo Ramona Montoya, de 33 años, que purga once años por narcotráfico.
Las celdas tienen 14 metros cuadrados, una cama doble, una cuna, un pequeño cuarto de baño y ventanas desde donde se ve el exterior de la prisión.
"Todo está orientado a los niños. Es limpia, te dan la mejor leche para el niño, el médico viene dos veces por semana y los cuartos son hermosos", dijo Montoya. Esa comodidad, dice la psicóloga de la prisión María Yela, estimula a algunas mujeres con hijos que están por llegar a los tres años a tratar de quedar embarazadas y permanecer en una celda familiar.
Todos los candidatos deben aprobar un período de observación de dos meses para demostrar que están preparados para convivir como parejas y criar a un niño. Los condenados por delitos sexuales están descartados.
Muchas prisiones en el mundo tienen guarderías y celdas para madres e hijos, pero los expertos dicen que no conocen ninguna otra con celdas para padre, madre e hijos. Algunos expertos opinan que los infantes no deberían estar detrás de las rejas en ninguna circunstancia.
"No es un progreso. Las prisiones no son el lugar para los niños", afirma Frances Crook, directora de la Liga Howard de Reforma Penal, en Londres.
Las autoridades españolas sostienen que las celdas familiares han sido un éxito, pero admiten que el niño puede sufrir emocionalmente cuando lo separan de sus padres. No tienen planes de expandir el programa.
La psicóloga Yela también alienta dudas, pero dice que lo más importante es que la familia esté unida. "Debe establecerse el vínculo entre el niño y sus padres", concluyó.
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