martes, 9 de octubre de 2012

"LOS MILITARES OFRECIERON PAPEL PRENSA A CLARIN"

Por Daniel Cecchini y Miguel Russo       

Entrevista: Graciela Mochkofsky, periodista. En su reciente libro, la autora revela la existencia de dos cintas con entrevistas donde el entonces secretario del dictador Videla, Rogelio Villarreal, y Patricio Peralta Ramos, de La Razón, relatan cómo fue la operación para quedarse con la empresa del Grupo Graiver.
      
Graciela Mochkofsky no está trabajando en ninguna redacción. Se crió en una, la de Página 12. La última la dejó en 2003, era la del diario La Nación. Desde entonces se dedica a dar clases, talleres y armar una web site, la revista digital www.elpuercoespin.com.ar, con el periodista Gabriel Pasquini, su marido, y un grupo de amigos. Con la página quiere hacer lo mismo que trata de hacer con sus libros, recuperar un periodismo de hechos, de sucesos, con interpretación pero sin opinión. Dice: "Periodismo que no deba funcionar en un escenario polarizado, que confíe en que los lectores desarrollen su opinión al respecto". Y eso ocurre en su último libro, Pecado original. Clarín, los Kirchner y la lucha por el poder.
-Horacio Verbitsky publicó una nota sobre su libro el domingo pasado. ¿Estuvo arreglada de antemano con usted?
-No sabía nada de nada. Me enteré el domingo al leerla.
-A ver: al mencionar las cintas con su entrevista con el secretario general de presidencia de Videla, José Rogelio Villarreal, dice textualmente "Que estos datos fundamentales consten en tres notas al pie de las páginas 73 a 75 inducen a preguntarse si la autora no advirtió su importancia o si se trata de una técnica de suma originalidad para la presentación de su material". Es decir, Devoto o la gloria…
-Es interesante. Con la primera hipótesis podría pensarse que soy tonta; con la segunda, que tengo un modo extraordinario de pensar algo. Pero hay algo muy agudo de su parte: que yo quiero hablar de un tema de fondo y no me interesa darle preponderancia a esas primicias.
-¿Por qué lo haría?
-Porque esas primicias pueden ser centrales en el debate actual de la Argentina pero no para el tema de fondo: la relación de Claríncon el poder a través de la democracia.
-Pero no se le escapa que los datos que está tirando, Papel Prensa y adopción de Marcela y Felipe, tienen un impacto enorme en este momento. Arranquemos por la primera…
-El tema Papel Prensa fue un debate que se dio en el principio de la democracia y se volvió a dar ahora. A su vez, era un debate pendiente. Y para contar esa historia tenía que empezar por ahí. Recordé que tenía esas cintas de la investigación que hice para Timerman. El periodista que quiso ser parte del poder. Cuando lo escribí, Papel Prensa me pareció una historia tangencial a la de Jacobo Timerman porque era importante reconstruir algunas cosas que tenían que ver con Graiver, socio capitalista de La Opinión. Ahora que el tema volvió a ser parte de la agenda pública, me acordé que yo había hablado con el general Villarreal, secretario general de Videla. Y me acordé que él me había dicho que había sido uno de los gestores de ese acuerdo. Y luego había hablado con Patricio Peralta Ramos, que según él me contó y según sostuvieron los dueños de Papel Prensa, que había acercado el tema de la papelera de Graiver a Fapel en su momento. Pero las versiones que se cuentan no son iguales a las que me habían contado.
-Según Villarreal lo que acerca Peralta Ramos es una propuesta de parte de la dictadura; según Magnetto y Mitre, la propuesta venía del sector privado…
-Exacto. Lo que prueban esas grabaciones de 1998 y 2002 es que la versión de un acuerdo entre privados y que había sido llevado como iniciativa de los Graiver a Patricio Peralta Ramos por intermedio de Miguel de Anchorena, no coincide con lo que decían sus protagonistas centrales.
-Cuando usted llega a Villarreal, ¿le plantea Papel Prensa o Timerman-Graiver?
-Papel Prensa fue un tema menor de la charla con Villarreal. Hablé con otros miembros del gobierno militar de Videla, en general todos hababan off the record y así lo consigné en las fuentes. Pero Villarreal hablaba en on, quería ser citado. No ocultó nada. Yo fui a hablar sobre Timerman y la relación del gobierno militar con él. Me importaba que me diera la versión, desde la perspectiva de Videla, de la pelea interna que causó en el gobierno militar el secuestro de Timerman. Pero hablando de Timerman, hablamos de la relación de la dictadura con la prensa.
-Cuando habló de Claríny La Nación, ¿Villarreal hacía un simple relato o manifestaba resentimiento por el papel jugado por esos medios durante la dictadura?
-Sólo mencionó que hubo reuniones por Papel Prensa y que los interlocutores eran Bartolomé Mitre por La Nación, Héctor Magnetto por Clarín y Peralta Ramos por La Razón, que se reunieron con él en varias oportunidades a hablar de los detalles, y que él les arregló una reunión con Videla para cerrar el acuerdo.
-Con el testimonio de Peralta Ramos, ¿logró la confirmación de una segunda fuente sobre lo que había contado Villarreal?
-Peralta Ramos habló un poco más sobre Papel Prensa, pero lo que me interesaba de él era el período en el cual Timerman fue nombrado director de La Razón, cuando vuelve del exilio. Ese período que marca la decadencia de La Razón y el desastre cuando se termina vendiendo a Pirillo y cerrando. Peralta Ramos dijo que a Pirillo le interesaba comprar La Razón en un momento en que ese diario estaba quebrado porque lo que valía mucho eran las acciones de Papel Prensa que tenía la empresa. Allí le pregunté cómo habían ocurrido las cosas. Y me confirmó que la oferta de que quienes estaban al frente de Fapel se quedaran con Papel Prensa fue una idea traída por el gobierno militar. Les habían dicho "para qué siguen con Fapel si pueden tomar esto". Papel Prensa era un proyecto avanzado, con créditos otorgados por el Banade, estaban construyendo la planta contra el río San Pedro. Y estaba constituida la sociedad con el Estado. Eso era lo que les vendían. Peralta Ramos confirma también que no era cierto que los diarios se habían quedado con la empresa sin pagar. Dijo que les habían pagado a Lidia Papaleo un precio justo.
-¿Tuvo para su libro alguna relación con Magnetto?
-No puedo decirlo. Tuve muy buen acceso en general a todas las fuentes que necesitaba para el libro. Hablé con gente muy importante de la dirección de Clarín, pero me pidieron que los mantuviera en reserva. Lo mismo ocurrió con gente del gobierno.
-Usted tenía las versiones de Villarreal y de Peralta Ramos confirmando de dónde había venido la oferta por Papel Prensa, ¿la contrastó ahora con sus fuentes en Claríny La Nación?
-Sí, hablé con mucha gente de Papel Prensa, sobre todo, un par de personas que se dedicaron a reunir los documentos y hacer la investigación para contestar al gobierno. Y me mandaron la documentación. Ellos insisten en que fue un acuerdo entre privados, no coinciden con los dos testimonios que tenía.
-Papel Prensa es una de las revelaciones. La otra es con relación a la adopción de Marcela y Felipe.
-El tema de la adopción de los hijos de la viuda de Noble y la causa judicial ocupa buena parte del libro. De hecho, el comienzo cuenta cómo Ernestina Herrera conoce a Roberto Noble, cuál es su relación, cómo llegan a casarse, de qué modo hereda el diario desplazando a la hija de Noble, Guadalupe, quedándose como la única dueña. Y cómo en el medio de ese proceso adopta a estos dos chicos, en parte para resolver el problema de la sucesión del diario. Es decir, como parte de una estrategia. El tema de la adopción sigue luego a lo largo del libro como un hilo sutil de todo el relato y estalla con la pelea Kirchner/Clarín. En ese contexto, el libro terminaba con lo que iba a ser una revelación: la confirmación por distintas fuentes que los perfiles genéticos de Marcela y Felipe no coincidían con los que las familias dejaron almacenados en el BNDG. Conseguí esta confirmación en abril, cerré el manuscrito el 22 de mayo, el día que nació mi hijo.
-¿Y qué pasó?
-Yo sabía eso y sabía que Clarín lo sabía. Ellos, a su vez, sabían que yo lo sabía, pero no habían hecho nada en el juicio. Parecía que la causa iba a seguir el trámite de apelaciones. Cuatro días después de cerrar el manuscrito fue la audiencia en Casación y unos días después ordenaron que se hicieran los análisis compulsivos pero con unas condiciones extrañas. Yo estaba haciendo las últimas correcciones del libro y una fuente importante, cercana a Marcela y Felipe, me avisa que no entregue el manuscrito porque va a pasar algo. "Si puede esperar, espere", me dijeron. A los pocos días se produjo el hecho: los hijos de la señora Noble se presentan y dicen que van a dar sangre en el Banco sin condicionamientos. Agregué eso y mientras estábamos corrigiendo las galeras, hace tres semanas, se filtra del Banco la información de que no coincidían los perfiles de las familias que están buscando chicos nacidos en 1976/1977. Ellos saben que no están ahí, pero nadie puede confiar en el expediente de adopción, ya que hay muchos datos falsos ahí y nadie puede asegurar que las fechas estén bien. De todos modos, la señora de Noble y ellos saben que no nacieron después de 1976.
-Elisa Carrió dijo que defendió siempre la causa de los hijos adoptados por Ernestina porque sabe de quiénes son hijos...
-Sería bueno que lo dijera, si lo sabe, porque debe ser la única. Es más, lo que cuento es que la propia Ernestina no sabe de quién son los hijos y nunca lo supo. La tercera parte del libro comienza con una conversación en la cual Héctor Magnetto cuenta que fue a hablar con Ernestina cuando el tema se hizo público, hace ya varios años, para que le contara, así diseñaban una estrategia. Y Ernestina le dijo que no tenía la menor idea de dónde habían salido los chicos. Yo fui escéptica con esta versión, pero luego, cuando reconstruí cómo se produjeron las adopciones, comprendí que era una versión muy posible y, quizás, la verdadera. Siete años después de enviudar, Ernestina acepta la propuesta del grupo desarrollista que manejaba la línea de Clarín y buena parte de su vida: adoptar para resolver el tema de la propiedad de Clarín y algunos temas de su vida personal. Esto quedó a cargo del abogado de Rogelio Frigerio, Bernardo Sofovich. Este Sofovich contaba en privado, a su familia y a sus amigos, que Frigerio le había pedido a monseñor Plaza que lo ayudara a conseguir unos chicos por la Iglesia. Y ella nunca supo ni averiguó ni le contaron los detalles.
-Rogelio Frigerio, Bernardo Sofovich y monseñor Plaza están muertos. Si las cosas ocurrieron así, habría presuntos delitos cometidos por Frigerio, Sofovich y Plaza, pero de ninguna manera por Ernestina, ignorante de todo esto. Investigando para este libro, ¿no se planteó nunca la hipótesis como estrategia del Grupo Clarín de que si son hijos de desaparecidos Ernestina no tuvo nada que ver?
-Hice la reconstrucción de los rumores de que estos chicos eran hijos de desaparecidos desde el año 1984, cuando Guillermo Patricio Kelly empezó a sugerirlo. En ese momento, Abuelas comenzaron a recibir las primeras denuncias. No había muchos elementos pero se nombraba a monseñor Plaza y se pedía investigación. En 1991/1992 siguen llegando denuncias. Estela de Carlotto, en particular, no quiso durante mucho tiempo iniciar una confrontación con Clarínpor ese tema porque creía que la relación con los medios era importante para la causa de Abuelas. Eso terminó en un conflicto interno en Abuelas. Muchas de ellas dijeron que no podía ser que no investigaran por conveniencia. Y el tema, por alguna razón, había vuelto a sonar fuerte. Y Carlotto, como lo contó en los últimos años, decidió ir a hablar con la señora de Noble como hacen con todos los civiles que adoptaron chicos en esa época. Ella y un par de Abuelas más, pide la reunión. Ernestina no se las da, pero sí Magnetto. Hubo dos reuniones con Magnetto donde, según el relato de Estela, les miente, les dice que en los expedientes de los chicos figuran claramente quiénes son los padres biológicos y se cancela esa puerta. Luego, cuando Abuelas deciden presentar la denuncia ante Marquevich en el año 2001, hay un intento de acercamiento con el abogado de la señora de Noble, en ese momento Padilla Fox. Y hay, con Alcira Ríos como abogada de Abuelas, un pedido de hacerse los análisis de acuerdo con las partes. Padilla Fox vuelve con la respuesta afirmativa de Marcela y Felipe. Y en ese momento, lo que ocurre es que interviene Clarín, Jorge Rendo aparece en una reunión con Abuelas y la posibilidad de hacer algo acordado se frustra. Las condiciones puestas por el Grupo eran de hacer los análisis en un laboratorio privado o que se haga en el Cuerpo Médico Forense. Estela en un principio decide pensarlo, pero Alcira Ríos, que era muy intransigente, exige que los estudios se hicieran en el Banco. Y Abuelas dice no. El diálogo se cortó entre las partes y viene lo que todos sabemos: diez años en los que ellos hicieron todo lo posible para condicionar la entrega de los análisis.
-¿Cómo llega Magnetto a manejar Clarín?
-El acuerdo de Clarín con el gobierno militar por Papel Prensa es el primer acto de visión empresarial de Magnetto con el cual se gana la confianza de Ernestina y puede desplazar a los desarrollistas. La relación que plantea Magnetto tiene una lógica transaccional de la que el diario espera obtener beneficios para su crecimiento económico (no información, sino negocios) y que eso va in crescendo para armar el multimedio. Lo que muestra es la mentalidad monopólica del Grupo. Creo que de no haber conseguido Papel Prensa, hubiesen realizado las acciones necesarias para tener un canal y una radio y convertirse en lo que se convirtieron.
 
Fuente: Miradas al Sur

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