El historiador Felipe Pigna que produjo un boom en la lectura de esta disciplina analiza los liderazgos políticos argentinos.
.- ¿A qué hace referencia Balbín cuando despidió a Perón diciendo: “Éste viejo adversario despide a un amigo”? –
Tiene que ver con la histórica rivalidad entre peronistas y radicales. Los diputados radicales planteaban, en ese entonces, cuestiones de privilegio tan importantes como el desacuerdo con su ubicación en el recinto, que como a los girondinos franceses los dejaba a la derecha del presidente de la Cámara. También hacían los pedidos de homenajes al presidente norteamericano Franklin D. Roosevelt y al conservador y fraudulento Ramón Castillo. Los conflictos eran permanentes. El discurso de Balbín refleja un momento muy difícil del país. Era una crisis tan profunda como el peso político de Perón, la ineptitud probada de la heredera (Isabel) y las acechanzas del brujo y su Triple A y el reloj corriendo inexorablemente hacia la hora cero del golpe militar.
–¿Cuál fue el acuerdo de Gaspar Campos? –
Esencialmente, la preocupación de Perón era tener la foto con Balbín que implicaba, por un lado, la reconciliación histórica en aras de una instancia superadora: la retirada militar y la vuelta a la democracia. Por otro lado, Perón necesitaba que el radicalismo dijera oficialmente que reconocería la participación del peronismo en las futuras elecciones y su triunfo electoral que era más que probable.
–¿Por qué no prosperó el acuerdo entre Balbín y Perón? –
Se habló, tras la renuncia de Cámpora, de una posible fórmula Perón-Balbín, pero ni los peronistas ni los radicales la aceptaron. Los primeros porque sabían, como todo el mundo político, que a Perón le quedaban meses de vida y no iban a propiciar un vice radical que se quedara con el gobierno. Los segundos porque suponían, también con toda lógica, que si Perón, en aquellas circunstancias, no podía manejar al país ni controlar a su movimiento, para un radical resultaría absolutamente imposible.
–¿Cómo se refleja hoy esta relación entre radicales y peronistas? –
Hay años luz entre aquellos días y la actualidad. Porque ninguna figura de los dos partidos puede compararse con el nivel político y la capacidad de construcción y conducción de Perón y Balbín. Independientemente de lo que pensemos de ambas figuras, eran líderes políticos, que hablaban de política y actuaban en base a proyectos programáticos y de país.
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