martes, 22 de diciembre de 2009

UNA INTERVENCIÓN VATICANA EN NEUQUÉN


El Vaticano ya resolvió quién será el obispo coadjutor en la diócesis neuquina. Los sectores conservadores de la Iglesia cuestionan a Melani por supuestas desviaciones “teológicas, litúrgicas y pastorales”. Rechazo de los curas en Opción por los pobres.



Por Washington Uranga



Aunque el nombre todavía no se dio a conocer, el Vaticano ya decidió quién será el obispo coadjutor que recortará en Neuquén los poderes del obispo titular Marcelo Melani, a quien los sectores conservadores de la Iglesia critican por sus posiciones progresistas, y lo acusan de supuestas desviaciones “teológicas, litúrgicas y pastorales”. La nunciatura apostólica (Embajada del Vaticano) en Buenos Aires ya está al tanto de la designación y, según se afirma en fuentes eclesiásticas cercanas a la representación diplomática, el propio Melani y el nuevo obispo ya fueron notificados de la novedad. Antes de hacerse el anuncio público oficial –en forma simultánea en Roma y en Buenos Aires–, la Iglesia debe cumplir con la formalidad de informar al gobierno argentino a través de la Cancillería.


Las funciones que el código de derecho canónico (ley eclesiástica) le confiere a un obispo coadjutor son las de “colaborar” con el obispo titular, siendo la persona que debe sustituirlo en caso de ausencia por razones de edad, enfermedad u otro motivo. Sin embargo, son conocidos los casos en que el Vaticano ha designado coadjutores con la clara intención de limitar la acción o supervisar la labor del obispo titular.


Según las mismas fuentes eclesiásticas, no sería ésta la única designación de obispos coadjutores que podría conocerse en breve plazo. Dos nuevos obispos se sumarían como coadjutores. Uno de ellos en una importante diócesis del Gran Buenos Aires y otro en una diócesis del centro-oeste del país. Sin embargo, en ambos casos estos nombramientos ocurrirían a pedido de los propios obispos titulares que se encuentran próximos a cumplir los 75 años establecidos por la ley eclesiástica para dejar el ejercicio del gobierno y como forma de preparar de manera ordenada la transición.


Tal como adelantó Página/12 en su edición del 2 de agosto pasado, la nunciatura apostólica había girado un tiempo antes cartas dirigidas a varios sacerdotes de la diócesis de Neuquén, solicitando propuestas para el nombramiento de un coadjutor. Este procedimiento se realizó sin el consentimiento de Melani, quien en una entrevista que sostuvo en Roma en marzo pasado con el cardenal Giovanni Battista Re, prefecto (máxima autoridad) de la Congregación para los Obispos, había rechazado el ofrecimiento de nombrarle un obispo coadjutor. Melani cumplió 71 años con lo cual le restan, al menos teóricamente, otros cuatro años para seguir al frente del gobierno pastoral de su diócesis. Actualmente el obispo Melani es miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Aborigen de la Conferencia Episcopal Argentina e integrante del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH).


Las versiones acerca del posible nombramiento de un coadjutor para Melani despertaron numerosas manifestaciones de respaldo de parte de actores políticos y sociales neuquinos, que reconocen en el obispo a un continuador del modelo de Iglesia promovido en aquella provincia por el fallecido obispo Jaime de Nevares (1915-1955), destacado por su lucha en defensa de los derechos humanos y enrolado en la denominada corriente de Opción por los pobres.


En relación con el caso de Melani, los curas del grupo de “Opción por los pobres” emitieron meses atrás un documento en el que señalaron: “Rechazamos la metodología de presión ejercida desde la autoridad eclesial, que se parece más a una amenaza que a una invitación al diálogo y a la comunión”. Y agregaron: “Sabemos que hay razones ideológicas detrás (del nombramiento del coadjutor) que no están explicitadas, pero que podemos intuir”.

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