Denuncian al Gobierno de la Ciudad por retacear fondos al hospital Garrahan. En lo que lleva de gestión, el macrismo redujo en 62 millones de pesos los fondos para el hospital de pediatría más importante del país. Los riesgos del ajuste.
Por Carlos Romero
La única verdad es la realidad. Y cuando se habla de plata, más aún. Esto, al margen de lo se pregone en los discursos o, como en este caso, en los afiches. Sucede que en mucha de la costosa cartelería que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires viene colocando en la vía pública, en partidos de fútbol y eventos varios, se sostiene que “Los Chicos” –así, en mayúsculas– son la “Prioridad 1” de la administración que encabeza Mauricio Macri. Sin embargo, desde que el macrismo llegó al Ejecutivo porteño, las demoras y recortes millonarios en las partidas destinadas al Hospital “Juan Pedro Garrahan”, la institución pediátrica más importante del país, se volvieron una insana costumbre.
El hecho se inscribe en las carencias que padece la salud pública porteña en general. Las mismas por las que Néstor Kirchner recibió el consejo de operarse en una clínica privada de Palermo y no en el Hospital “Cosme Argerich”, donde se encuentra la Unidad Médica Presidencial, destinada a la atención del primer mandatario y su familia.
En el caso del Garrahan, que se financia con los aportes de la Nación y la Ciudad divididos en partes iguales, este año el gobierno porteño le aplicó un recorte de 48 millones de pesos en el presupuesto solicitado. Y no es la primera vez que el macrismo “pasa la tijera” en las partidas destinas a esta institución, donde se atiende al 40 por ciento de los niños con enfermedades oncológicas de toda la Argentina y al 100 por ciento de los cuadros graves.
El año pasado, el Pro ya había recortado sus fondos en 14 millones de pesos, desoyendo incluso lo aprobado para ese ejercicio por la propia Legislatura de la Ciudad. Y del dinero que finalmente aceptó girar, hay unos 30 millones de pesos de ejecución presupuestaria que todavía no han sido transferidos a pesar de que ya están hechas las órdenes de pago.
El auditor general porteño, Adriano Jaichenco, que hasta 2007 fue titular de la Asociación Mutual de Personal del Garrahan, recordó que recién en enero pasado, y por orden judicial, la Ciudad pagó los cerca de 6.800.000 pesos que adeudaba de 2008; y que al 9 de febrero del año en curso no se había hecho efectivo el aporte correspondiente a la primera cuota del presupuesto 2010.
La única verdad es la realidad. Y cuando se habla de plata, más aún. Esto, al margen de lo se pregone en los discursos o, como en este caso, en los afiches. Sucede que en mucha de la costosa cartelería que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires viene colocando en la vía pública, en partidos de fútbol y eventos varios, se sostiene que “Los Chicos” –así, en mayúsculas– son la “Prioridad 1” de la administración que encabeza Mauricio Macri. Sin embargo, desde que el macrismo llegó al Ejecutivo porteño, las demoras y recortes millonarios en las partidas destinadas al Hospital “Juan Pedro Garrahan”, la institución pediátrica más importante del país, se volvieron una insana costumbre.
El hecho se inscribe en las carencias que padece la salud pública porteña en general. Las mismas por las que Néstor Kirchner recibió el consejo de operarse en una clínica privada de Palermo y no en el Hospital “Cosme Argerich”, donde se encuentra la Unidad Médica Presidencial, destinada a la atención del primer mandatario y su familia.
En el caso del Garrahan, que se financia con los aportes de la Nación y la Ciudad divididos en partes iguales, este año el gobierno porteño le aplicó un recorte de 48 millones de pesos en el presupuesto solicitado. Y no es la primera vez que el macrismo “pasa la tijera” en las partidas destinas a esta institución, donde se atiende al 40 por ciento de los niños con enfermedades oncológicas de toda la Argentina y al 100 por ciento de los cuadros graves.
El año pasado, el Pro ya había recortado sus fondos en 14 millones de pesos, desoyendo incluso lo aprobado para ese ejercicio por la propia Legislatura de la Ciudad. Y del dinero que finalmente aceptó girar, hay unos 30 millones de pesos de ejecución presupuestaria que todavía no han sido transferidos a pesar de que ya están hechas las órdenes de pago.
El auditor general porteño, Adriano Jaichenco, que hasta 2007 fue titular de la Asociación Mutual de Personal del Garrahan, recordó que recién en enero pasado, y por orden judicial, la Ciudad pagó los cerca de 6.800.000 pesos que adeudaba de 2008; y que al 9 de febrero del año en curso no se había hecho efectivo el aporte correspondiente a la primera cuota del presupuesto 2010.
Así las cosas, en sus dos primeros años de gestión el Pro “podó” en 62 millones de pesos los fondos que le solicitó el Garrahan, que llegan a 92 millones si se suman las partidas demoradas. Por otra parte, hay 26 millones de pesos que la Asociación Mutual le exige al macrismo en concepto de ajustes salariales y de puesta en marcha de la Carrera Hospitalaria, cuestiones que los dos vocales que el Ejecutivo de la Ciudad tiene en el hospital habían aceptado al firmar un acuerdo paritario en 2009. El reclamo de los trabajadores ya está en manos de la justicia contravencional de la Capital Federal, a la espera del dictamen que debe emitir la jueza Elena Liberatore.
Los médicos aseguran que una situación similar no se había dado nunca en los 22 años de historia del hospital, inaugurado en agosto de 1987 por Raúl Alfonsín y que hoy emplea a unas 2.700 personas. “Del ’87 a 2008, el giro de los fondos fue cumplido por todas las administraciones. En el único momento en que esto se quebró fue con Macri”, sostuvo el auditor, para quien el Pro está “incumpliendo el decreto 815/89, que regula la relación bi-jurisdiccional con la Nación”.
Para este año, el presupuesto solicitado por el Consejo de Administración del hospital, que encabeza Jorge Alberto Goldberg, fue de $ 558.659.960; unos 279 millones de pesos por jurisdicción. Nación ya lo aprobó, pero la Ciudad lo redujo a 231 millones, es decir, en más de 17 por ciento.
Veintitrés consultó sobre esta situación al Ministerio de Salud porteño que dirige Jorge Lemus, pero al cierre de esta edición no obtuvo respuesta.
Sin ánimo de hacer conjeturas políticas, el presidente del Consejo de Administración recordó que “el Garrahan es lo que hoy es gracias al apoyo que históricamente recibió de las distintas administraciones nacionales y porteñas, sin distinción de colores partidarios”, lo que le permitió ser “un hospital de todos y para todos”.
Según fuentes del hospital que tomaron parte de las negociaciones con Lemus, uno de los argumentos del ministro fueron los problemas en las cuentas de la Ciudad. Para algunos también pesa el hecho de que sólo el 16 por ciento de los pacientes que se atienden en el Garrahan son porteños, mientras que el 61 viene del conurbano y el 22 de otras provincias. El dato cobra significancia si se tiene en cuenta que una de las primeras “líneas” bajadas por el ex presidente de Boca Juniors desde su llegada a poder fue que, en materia de salud, “la prioridad la deben tener los vecinos de la Ciudad” sobre los venidos de otras partes del país. Para Jaichenco, “es un argumento embromado”, que al mismo tiempo no contempla a las miles de personas que a diario cruzan la General Paz para trabajar, consumir y dejar en la Ciudad dinero en concepto de impuestos.
Por lo demás, la relación entre pacientes porteños y no porteños se repite en los otros hospitales pediátricos de la Capital Federal, el Ricardo Gutiérrez y el Pedro de Elizalde, que son financiados sólo por las arcas de la Ciudad.
De seguirse por este rumbo, los trabajadores del Garrahan auguran recortes internos que por el momento no afectarán al pago de salarios y a la entrega de insumos (el 65 y el 16 por ciento del presupuesto, respectivamente), pero que en proyección irán degradando el mantenimiento de la infraestructura.
Dos ejemplos de planes que ya deberán postergarse son la renovación de la instalación eléctrica –que resulta obsoleta– y el mantenimiento de los ascensores. Un panorama sombrío para una entidad que se considera modelo y referente a nivel nacional e internacional, tanto por su servicio pediátrico como por su desarrollo en investigación, que cuenta con 480 camas, 120 de ellas para terapia intensiva, cifra única en Latino América. Según datos oficiales, en 2009 el hospital atendió 315.000 consultas ambulatorias y efectuó 1.618.000 determinaciones de laboratorio (estudios), tuvo 19.648 egresos y realizó 9.651 cirugías, casi todas de alta y media complejidad.
A pesar del descalabro que en los ’90 sufrió el tejido estatal, las cifras del Garrahan aún brillan en un escenario donde el sistema sanitario arrastra heridas profundas y crónicas.
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