martes, 21 de diciembre de 2010

GRUPOS EVANGÉLICOS OFRECEN TERAPIAS PARA "CURAR" A LOS HOMOSEXUALES




Una decena de organizaciones pentecostales funcionan en el país “ayudándolos” mediante oraciones de sanidad. También capacitan a docentes. La visita del estadounidense que inspiró los cursos motivó una denuncia del INADI.

Mientras la sociedad avanza en la aceptación de la diversidad sexual y el Estado revierte viejas desigualdades con políticas públicas, grupos religiosos y representantes del pensamiento único aún insisten con la intolerancia. Y si una década atrás el modo de abordar la homosexualidad era la violencia explícita, hoy existen fundaciones civiles y grupos terapéuticos que apuestan a lo que llaman la “restauración sexual”. El objetivo: curarlos con terapias psicológicas o religiosas y sacarlos del “quebranto homosexual”.
Aunque no cuentan aún con una gran difusión, varias organizaciones asentadas en distintos puntos del país trabajan hace años con estos métodos. Uno de los de mayor peso es el Ministerio de Restauración Aguas Vivas, que funciona en Córdoba bajo la influencia de grupos evangélicos de los Estados Unidos. Tal como explicó a Tiempo Argentino su presidente, Mauricio Montion, su intención es ayudar a quienes están en conflicto con su sexualidad a través de terapias grupales basadas en oraciones de sanidad. “No reclutamos a nadie, sólo trabajamos con gente que no quiere vivir homosexualmente, y no cobramos nada, sólo levantamos una ofrenda para el funcionamiento de las iglesias”, dijo.
Aguas Vivas ofrece también retiros de restauración emocional, relacional y sexual. Entre el 10 y el 12 de diciembre, se llevó a cabo uno en Pilar, para 50 personas y con tarifas que oscilaban entre 500 y 680 pesos. Para ingresar había que llenar un formulario que exigía una “breve descripción de sus relaciones de niño con su familia, heridas significativas o patrones de pecado en la vida adulta, efectos del quebranto en su vida y adicciones”, entre otros.
Según Montion, existirían en el país entre diez y 12 grupos de restauración sexual, la mayoría evangélicos, además de las congregaciones que realizan estas prácticas a puertas cerradas. Todos ellos se encuentran una vez al año en las capacitaciones para líderes, donde se entrenan para ayudar y “ministrar” a otros. Entre el 10 y el 16 de abril de 2011, se llevará a cabo en La Falda, Córdoba, la 8ª Capacitación de Líderes en el Área de Restauración Sexual y Relacional. A nivel internacional, estos grupos participarán en febrero de un taller en Antioquia, Colombia, donde compartirán sus experiencias “curando homosexuales”.
En la provincia de Chaco existe el ministerio de restauración sexual de la Iglesia de la Ciudad, que tiene como principales referentes a José Luis y Silvia López Cinalli. Ofrecen cursos a distancia de 200 pesos por módulo, con niveles básico y avanzado. En su sitio web Placeres Perfectos, se refieren así a los homosexuales: “Queremos controlarlos y, de ser posible, hacerlos desaparecer. Creemos falsamente que debemos tratarlos y ello no es así. Como el ladrón tiene que dejar de ser ladrón y el adúltero o chismoso cambiar su vida, así el homosexual necesita hacerlo. En este caso, todo un proceso de ayuda puede implementarse, pero sólo a partir del deseo sincero del homosexual por el cambio.”
En la Capital Federal, una de las organizaciones que pretende “revertir” la homosexualidad es la Fundación Pro Integración y Salud Sexual, a cargo de Esteban Borghetti, director de capacitación de la consultora Summit Motivational Advisory y profesor en la Universidad Católica de Salta. Según Magalí Luengas, psicóloga de la institución, organizan jornadas intensivas en instituciones religiosas y escuelas, aunque también se reciben casos particulares, que se derivan a profesionales de terapias cognitivas y conductuales.
Los métodos terapéuticos que se implementan en el país tienen sus raíces en organizaciones de “ex gays” nacidos en el seno de iglesias evangélicas de los EE UU. Si bien su enfoque apunta más a la cuestión espiritual y religiosa, también toman herramientas de las terapias de conversión, basadas en modelos psicoanalíticos, como hace la fundación de Borghetti.
Aunque todavía no están muy desarrolladas en el país, estas actividades no pasaron desapercibidas para las organizaciones LGBT. En octubre de 2008, la Fundación Pro Integración y Salud Sexual organizó una conferencia para “curar” la homosexualidad con la presencia de Andy Comiskey, fundador y director del Ministerio Desert Dreams, una de las organizaciones más influyentes. En respuesta, la juventud de la Comunidad Homosexual Argentina organizó un escrache y Víctor Bracuto, clérigo de las Iglesias de la Comunidad Metropolitana, la primera del país en aceptar la diversidad sexual entre sus fieles, presentó ante el Instituto Nacional contra la Discriminación (INADI) una denuncia por homofobia.
En esa oportunidad, la asesoría legal del INADI evaluó que el objetivo de “sanar al homosexual” resultaba discriminatorio en los términos del artículo 1 de la Ley 23.592. “Estas posiciones sobre la ‘normalidad’ fueron recurrentes en las discusiones por el matrimonio igualitario y hoy se mantienen como reacciones a algo que ya está consolidado, a un derecho que forma parte de nuestra vida cotidiana. Sería mucho más sencillo resolver estas prácticas si se tuviese la reforma a la Ley Antidiscriminatoria”, explicó Claudio Morgado, presidente del INADI.
Este año, el proyecto de la diputada Marcela Rodríguez para modificar la norma antidiscriminación de 1988, obtuvo en la Cámara de Diputados media sanción y, según Morgado, obtendrá “con certeza” la media sanción en el Senado, en 2011. La iniciativa, en concordancia con lo que exigen las organizaciones LGBT, invierte la carga de la prueba e incluye una enumeración más exhaustiva de situaciones de discriminación, entre las cuales se encuentra la identidad sexual o de género.

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