Participarán jueces, psicólogos, trabajadores sociales y líderes comunitarios. Las prácticas se harán en el Area Programática del Hospital Piñero, en la zona más pobre de la ciudad.
Por Emilio Ruchansky
La primera Cátedra Libre Interdisciplinaria en Adicciones de la Universidad de Buenos Aires busca saldar discusiones teóricas que paralizaron los avances en el tratamiento en las últimas décadas. Entre los obstáculos están el abstencionismo como perspectiva hegemónica en la atención médica, también la estigmatización social y la persecución legal que rodea a los usuarios de drogas prohibidas. “Hoy cuesta mucho encontrar canales de atención adecuados, por eso hay que generar nuevos procedimientos y protocolos de atención. Aparecieron temas nuevos, como el paco, en lo que necesitamos capacitar y actualizar información”, señaló la legisladora porteña María Elena Naddeo, una de las impulsoras de la cátedra que se presentará mañana.
En el acta de resolución aprobada por la Facultad de Medicina de la UBA, a la que tuvo acceso este diario, se reconoce la “trascendente” labor de los departamentos de Medicina Legal y Toxicología y de Salud Mental de esa facultad y se pide integrarlos a un nuevo ámbito, “no ligado a la estructura académica de esta casa de estudios”. El rasgo distintivo de este nuevo ámbito es la colaboración de importantes funcionarios judiciales, psicólogos, trabajadores sociales e incluso líderes comunitarios, como Vilma Acuña, una de las Madres del Paco.
“Para nosotros la reducción de daños derivados del consumo de sustancias es la principal estrategia y el abordaje más moderno. El sistema abstencionista produce resultados inmediatos pero no se sostiene en el tiempo, pensamos que es mejor que el tratamiento sea gradual y la internación sea el último recurso. De todas formas, tomamos cada caso en particular y si sirve la abstención, se aplica. Vamos a trabajar sin dogmatismos para poder generar propuestas de intervención nuevas también”, explicó Naddeo, presidenta de la Comisión de Seguimiento de la Ley de Salud Mental de la Legislatura porteña.
La Cátedra tendrá un equipo de investigación y los inscriptos podrán realizar prácticas en Hospital de Clínicas y en el Area Programática del Hospital Piñero. Esta área, según aclara el acta de resolución, “es la más extensa de todas las de la Ciudad de Buenos Aires, con posibilidad de asistir a una población potencial de 300 mil personas”. La zona de influencia es la más pobre de la ciudad: Flores, Villa Soldati, Villa Lugano y eventualmente el partido bonaerense de La Matanza. Además, es el hospital que recibe más consultas sobre adicciones, sobre todo por paco. “Me parece importante que con esta cátedra se logre armar un dispositivo general, desde la atención, en las zonas de mayor vulnerabilidad, como las villas y los asentamientos. Y que también se entiendan las condiciones en las que se puede operar, se investiguen los daños que produce el paco en la motricidad, en los aspectos emocionales y qué papel cumple en lo que llamo ‘el drenaje de ansiedades’ dentro de las problemáticas mixtas en las adicciones”, sostuvo Juan Carlos Domínguez Lostaló, psicólogo forense y coordinador de la cátedra.
El lanzamiento de esta iniciativa será mañana a las 18 en el Aula Magna de la Facultad de Medicina. Disertarán algunos de los miembros del Consejo Consultivo de esta nueva cátedra, entre otros, Eugenio Zaffaroni, ministro de la Corte Suprema de Justicia, y Carlos Damín, médico especialista en toxicología, además de Domínguez Lostaló y Naddeo. Como invitado especial estará Elías Carranza, director general del Instituto Latinoamericano de Naciones Unidas para la Prevención del Delito (Ilanud).
El interés del Ilanud, según comentó Laura Marrazzo, integrante de la cátedra, es que se trata de la primera a nivel latinoamericano. “Sobre todo por lo multidisciplinario, porque vamos a tener abogados, sociólogos, médicos, psicólogos, psiquiatras y asistentes sociales, entre los profesores. Y, al mismo tiempo, va a ser un espacio en el que puedan estudiar personas que vienen de estas y otras profesiones”, dijo Marrazzo, autora junto con el juez Sergio Torres y su secretario letrado, Diego Iglesias, del libro Paco, una década después.
La inclusión en el programa de problemáticas de diversidad sexual y de género, como el caso de las embarazadas con consumo problemático de sustancias, tiene un origen real, no sólo teórico. Tal como señala Marrazzo, en el recorrido por las comunidades terapéuticas que realizó junto a la legisladora Naddeo constataron varias situaciones discriminatorias. “En la mayoría de las comunidades terapéuticas a las travestis las hacen vestir de hombres, si no lo hacen las expulsan. No se respeta la identidad de género; además se expulsa a las personas por mantener relaciones sexuales, algo que pertenece a la esfera privada, es vergonzoso lo que hacen”, dijo la especialista.
El tema de las travestis fue sugerido por Zaffaroni, al igual que la situación carcelaria. “Los reclusos muchas veces esconden sus problemas de adicción porque si los mencionan se les requisa la celda o se los sanciona. Hoy se los desintoxica pero no se les ofrece un tratamiento posterior, ni a los adultos ni a los menores en conflicto con la ley penal”, explicó Marrazzo, quien informó que la cursada comenzará en abril próximo y durará un año. Los meses previos servirán para agregar ítem a un programa que ya es extenso e incluir a varios especialistas interesados en participar y enriquecer el intercambio disciplinario.
“El consumidor no es delincuente”
Diego Iglesias, secretario del juez federal Sergio Torres, es integrante del Consejo Académico de la Cátedra Libre Interdisciplinaria en Adicciones. Se especializó en el combate de la oferta y demanda del paco y aportó su experiencia y convicciones a la iniciativa. Para él, el fallo Arriola de la Corte Suprema, que declaró inconstitucional penalizar la tenencia de drogas ilegales para uso personal es una de las bases. “El consumidor bajo ningún punto de vista es un delincuente”, afirmó.
“El otro fallo clave es Basavilbaso, de abril de este año –comentó Iglesias–. Ahí la Corte declaró la nulidad de una condena contra una ‘mulita’ que tenía cocaína en el estómago y le explotó un recipiente. En el hospital denunciaron a esta persona. Los médicos pusieron la seguridad del Estado, por decirlo de alguna manera, por sobre la vida de esta persona. Y esto genera que las mulas no vayan al hospital, una barbaridad. Los médicos tienen que preservar el secreto profesional, las mulitas son víctimas del negocio, el eslabón más débil.”
Para este abogado y docente, la nueva Cátedra cumple con un requisito fundamental, un pedido de la sociedad: “Que se capaciten nuevas camadas de profesionales, en un tema que es complejo y precisa más interdisciplina”.
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