lunes, 2 de enero de 2012

"LAS ACCIONES ARMADAS FUERON VISTAS COMO NEGATIVAS"


Por Franco Mizrahi
El presidente del Archivo de la Memoria Ramon Torres Molina presentó su libro sobre las guerrillas en Argentina. Su análisis de la historia reciente.
En los vertiginosos e idealistas años ’60, donde la revolución aparecía en el horizonte próximo de cada país latinoamericano, Ramón Torres Molina tuvo un papel protagónico. Corría 1967 y ya era parte de la columna argentina preparada para incorporarse a las guerrillas del Che Guevara, y un año más tarde se convertía en instructor de las FAR uruguayas. Después, en el ’72 y ’73, le tocaría ser jefe de las escuadras argentinas del Grupo Operativo (GO) del Partido Socialista de Chile –cuya misión era la defensa armada del gobierno de Salvador Allende– y convertirse en uno de los integrantes de las primeras organizaciones guerrilleras argentinas: las Guerrillas del Ejército Libertador (GEL). Como tantos otros jóvenes de su generación, Torres Molina vivía los sinsabores de aquellos tiempos: desde 1960, lo detuvieron cinco veces y, en total, estuvo diez años preso en las dos últimas dictaduras. Todas experiencias que, tres décadas después, quedaron condensadas en el libro Las guerrillas en Argentina. Análisis político y militar, de reciente publicación.“En realidad, lo terminé ahora pero empecé a armarlo hace más de 40 años”, explica el presidente del Archivo de la Memoria a Veintitrés. Torres Molina, que se desempeñó como abogado de las Abuelas de Plaza de Mayo y fue uno de los fundadores del Frente Grande, comparte: “Me puse a escribir sobre la experiencia político militar en 1967, estudié la guerrilla latinoamericana y después pasé a la de nuestro país. Mi libro es un balance que habla de una gran derrota”.–¿Derrota política o militar?–La derrota primero es política y después militar pero las dos están relacionadas. Los errores militares pueden cambiarse, no tienen consecuencias irreversibles, a diferencia de los errores políticos. Desde el ’68 en adelante hubo errores de los dos tipos, pero los políticos se acentuaron a partir de 1972.–¿Cuáles fueron los errores determinantes?–Al mantener las acciones armadas entre los años ’73 y ’75, cuando existía un gobierno electo por el pueblo, la lucha armada perdió legitimidad. Según la concepción del Che, a una dictadura se la puede enfrentar mediante la lucha armada porque es la única posibilidad que existe. Pero en el ’76, cuando se abrió esa posibilidad, la ilegitimidad que había cobrado la guerrilla impidió que fuera visualizada como una salida popular. Así, en la Argentina, las acciones armadas fueron vistas como negativas. Lo que derrota a la dictadura es el movimiento sindical, el movimiento de los derechos humanos, la debacle de Malvinas, pero no las acciones armadas.–¿Diría que cuando comenzó la última dictadura Montoneros no había comprendido la dinámica del período abierto tras el regreso de Perón?–En el momento electoral, Montoneros subestimó el fenómeno pero después entendió el proceso que estaba viviendo y se integró. Fue la única organización armada que captó la dinámica del movimiento peronista y el movimiento popular. Pero terminó sin comprender el proceso y cometió el gravísimo error de sustituir la política por la acción armada. Ese fue el camino para la derrota.–¿Cuál fue la característica distintiva de la guerrilla argentina?–La originalidad de la Argentina fue la guerrilla urbana, que debió haber pasado al ámbito rural para desarrollarse por completo. Cuando el ERP realizó esa transformación, lo hizo en condiciones políticas adversas. Montoneros nunca llegó a implementarlo.–¿Por qué decidió publicar un libro de estas características en este período histórico?–Principalmente, porque lo terminé el 27 de octubre de 2010, el día de la muerte de Néstor Kirchner. Tenía la obligación de hacer ese balance. Progresivamente, la interpretación de la historia reciente se ha ido modificando. Surgieron varios textos que hablan de la guerrilla y de la lucha armada y hay una mayor reivindicación de la actitud de la lucha contra la dictadura, más allá de los errores cometidos. Mi obra es una síntesis de la lucha armada, con conclusiones políticas y militares.

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