martes, 3 de enero de 2012

UNA POLEMICA A CIELO ABIERTO


Bajo La Alumbrera aporta fondos a casi 40 Universidades Nacionales. Sin embargo, otras casas de estudio rechazan los recursos porque denuncian que la mina destruye el medio ambiente.
Por Soledad Lofredo
El debate por el financiamiento de universidades públicas por parte de la minera La Alumbrera tuvo un nuevo capítulo. Estudiantes de la Universidad Nacional de Tucumán denunciaron por censura, y mediante un video, a la rectora de la Facultad de Bioquímica, Química y Farmacia Nélida Silvia González de Elías. “Usted nos dijo claramente que no podíamos proyectar la película porque la minera pone plata en la Universidad”, la enfrentaron los estudiantes. La rectora sólo atinó a responder: “No la van a proyectar porque yo digo que no”.El yacimiento Bajo la Alumbrera se encuentra a una distancia de 400 kilómetros al noroeste de San Fernando del Valle de Catamarca y a 320 km al sudoeste de San Miguel de Tucumán. Según las páginas digitales de La Alumbrera y de Yacimientos Mineros de Agua de Dionisio, “para la explotación de la mina de cobre, oro y molibdeno Bajo La Alumbrera, uno de los diez mayores yacimientos de cobre y oro del mundo, Ymad, formó una Unión Temporal de Empresas (UTE) con Minera Alumbrera Ltd, que opera el proyecto desde el año 1997. Ymad está radicada en la provincia de Catamarca, siendo sus principales socios la Universidad Nacional de Tucumán y el Estado provincial”.La película es Oro impuro, la primer parte del documental Tierra Sublevada, realizado por Fernando Pino Solanas, en donde, según se plantea desde el film, la “destrucción ambiental que las megaminerías a cielo abierto están causando en todo el noroeste argentino”.
La “distribución”.
En mayo de 2008, el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) decidió distribuir 50 millones de pesos recibidos de Ymad entre cuarenta universidades de Argentina. La Universidad Nacional de Córdoba era beneficiada con más de dos millones de pesos. La Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco fue la única que ese año rechazó el “beneficio”. En 2009, la UNC fue la tercera en rechazar los fondos de La Alumbrera, pero la más visible. Antes lo había hecho también la Universidad Nacional de Entre Ríos. Fue Raúl Montenegro, docente en la UNC y creador de la Fundación para la Defensa del Medio Ambiente (Funam), el más activo impulsor de ese rechazo histórico. “Fue profundamente ético porque los fondos proceden de una empresa que consume irracionales cantidades de agua en una provincia semiárida, contamina el ambiente y rompe los tejidos sociales con sus prácticas clientelares”. Además de ese logro, ayudó con la sistematización de la información disponible sobre la minería a cielo abierto en Argentina y la empresa. “Creo que está en juego la independencia y credibilidad de la universidad pública. Este tiene que ser un trabajo conjunto entre distintas unidades academicas, ONG, autoconvocados y personas afectadas para diseñar nuevas formas de control de las megamineras y sobre todo de Alumbrera Limited”.Los contraargumentos de la Funam fueron enviados a todos los rectores de todas las universidades del país. Dos premisas que tienen en común las que lo aceptan fueron rechazadas en su totalidad: “Estamos obligados por ley a recibirlos” y “Serán usados para investigar los efectos negativos que producen las mineras”. Montenegro fue el encargado de contestarles: “La Ley Nacional 14.771 establece que Ymad debe distribuir parte de sus beneficios entre las universidades nacionales, pero no las obliga a que los reciban. Quienes invocan esta supuesta obligación están falseando el contenido de la Ley”; respecto al segundo punto, asegura: “Cualquiera sea la argumentación esgrimida por las universidades públicas para recibir los fondos de Ymad, establece una cierta ‘suspicacia, recelo, incertidumbre, desconfianza y sospecha’ –usamos deliberadamente estos sinónimos– sobre la neutralidad que tendrían estas universidades al hacer, por ejemplo, estudios sobre el impacto ambiental negativo de Alumbrera Limited”, cuestiona. “‘Las universidades reciben fondos tóxicos de tabacaleras y petroleras’, justificaron. Pero los fondos procedentes de la unión entre Ymad y La Alumbrera no son impuestos sino un aporte lineal y directo entre la minera y las universidades. Es parte de lo que ganó la minera”, aclara.La socióloga Maristella Svampa –quien además es licenciada en Filosofía por la UNC– se hizo eco de la noticia inmediatamente en su web. “Es una clara muestra de la universidad colonizada por las corporaciones”, escribió. “No es extraña la censura. Sus autoridades tienen miedo de pensar críticamente”, dijo a Miradas al Sur. “Les asusta perder los beneficios y al mismo tiempo, les asusta rendir cuentas frente al estudiantado y a la propia sociedad, frente a todos los males constituyentes del modelo minero. Aún peor –afirma–: la UTN expresa el futuro de lo que puede suceder en las universidades argentinas, que hoy se están asociando a las corporaciones, legitimando el modelo minero o el de agronegocios, en contra de las poblaciones que denuncian la expropiación de sus territorios, el despojo de los bienes comunes y la contaminación”.
Dinero poco claro.
“Trajeron dos personas de civil que no se presentaron, y dos policías que nos amenzaron con que no podíamos ni enchufar el proyector, sino tendrían que actuar de acuerdo a lo que les había pedido la decana”, contó Gabriela Ramírez, alumna de la UNT e integrante de Proyecto Sur.En julio de este año, todas las facultades de la UNT fueron allanadas por Gendarmería. La medida fue dictada por el fiscal federal Carlos Brito, en base a una causa que iniciaron el año pasado el abogado tucumano Oscar López y el arquitecto Ramón Eudal, quienes solicitaron que se auditen e investiguen los fondos que recibió la universidad por parte de Minera Alumbrera en abril de 2010, “en concepto de regalías para la concreción de obras de diverso tipo”.En Catamarca, hace pocos meses, la gobernadora electa por el Frente para la Victoria, Lucía Corpacci, señaló que la actividad minera constituye una de las principales fuentes de ingreso en su provincia. “Pero es necesario modificar la actual normativa para que a la extracción se le agregue mayor valor agregado y permita generar más fuentes de trabajo en el distrito”, advirtió.Mientras tanto, el viernes pasado, Ymad entregó a la UBA más de seis millones de pesos en concepto de utilidades correspondientes a 2010. La empresa distribuirá el dinero a las restantes 39 universidades nacionales y el CIN. El presidente de Ymad, Manuel Benitez, aseguró que ese aporte “muestra el compromiso de la minería con el desarrollo de las futuras generaciones y del país en su totalidad”.

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