martes, 12 de marzo de 2013

NOVIOS DE ALQUILER, UN GRAN NEGOCIO CHINO

Millones de solteras chinas sufren pesadillas sólo de pensar en esta frase: “¿Por qué aún no tenés novio?”
 
China se detiene por completo en estas fechas. Casi 1.400 millones de personas se toman un respiro del trabajo o los estudios y regresan a sus lugares de origen para reencontrarse con padres, familia y allegados. Alrededor de la mesa disfrutan de opíparos banquetes y se cuentan cómo les ha ido el año.
Y es el momento del reencuentro, cuando los padres ven salir a su hija sola del tren sin más compañía que su valija, cuando la alegría se torna drama, especialmente si la muchacha superó ya los 25 años.
“Para los padres es insoportable, una vergüenza para la familia. Los vecinos empiezan a hablar, a decir que si la muchacha está sola es porque es homosexual o porque no puede tener hijos”, explica Wang Qing, veterana defensora de los derechos de la mujer en China. “En el pueblo, nadie concibe que una vida llena de trabajo y estrés en una gran ciudad sea un impedimento para que una muchacha sana encuentre un marido”, prosigue.
Para ahorrarles el disgusto, un nuevo negocio ha surgido en Internet: los novios de alquiler. Jóvenes que se ofrecen a acompañar a las desafortunadas a sus hogares durante la semana de vacaciones y hacerse pasar por sus prometidos. Así los padres respiran tranquilos y ellas evitan la tortura diaria de preguntas y miradas.
En la web Taobao.com (el eBay chino) hay más de 1.000 chicos dispuestos a alquilar sus servicios. También los hombres pueden encontrar mujeres del alquiler si se encuentran en un apuro, aunque ellos, en general, gozan de mayor margen para sentar la cabeza. Se calcula que en China hay más de 180 millones de solteros.
Los avisos no tienen desperdicio. Junto a la foto del candidato se especifica su edad, peso, estudios y profesión. Más abajo aparecen las tarifas: agarrarse de la mano frente a los padres, cinco dólares. Un beso, ocho dólares. Salir de compras todo el día, 100 dólares. Ir al cine, ocho dólares por hora o 80 todo el día. Comer con la familia o los amigos, 15 dólares la hora. Y así, todos los extras que se le ocurran.
“No quiero convertirme en su pareja real, esto es solamente un servicio. Tampoco contemplo el sexo porque soy un profesional”, fice Meng Guangyong, un novio de alquiler. Tiene 29 años y decidió ofrecer su servicio casi como un acto social. “La presión familiar es enorme, pero la gente joven en las ciudades está ocupada con sus estudios o su trabajo y no tiene tiempo para encontrar pareja. Yo les ayudo a evitar un mal rato y a tener a la familia contenta durante un año”, explica.
A pesar de que China es ya la segunda economía mundial, su sociedad continúa siendo profundamente tradicional.
Los padres esperan que sus hijos se casen con un buen partido (alguien con dinero e influencia social) y les traigan pronto nietos. El objetivo es para el “qué dirán" de vecinos y el resto de la familia y, sobre todo, garantizar que sus hijos serán capaces de cuidar de ellos durante su vejez.
 
Fuente: Clarin.

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