miércoles, 9 de septiembre de 2009

"ES NUESTRA CARNE LA QUE ESTÁ EN JUEGO"


El Arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, ofició una misa en Constitución, en la que afirmó que “vale la pena luchar para que en Buenos Aires no haya más esclavitud”.



“Hoy vinimos a mirarnos a la cara para decir que si nos miramos y estamos juntos habrá menos esclavos”, sostuvo Bergoglio. “En esta ciudad de Buenos Aires, tan linda, están los que caben en el sistema y los que sobran, para los que no hay ni pan ni trabajo ni dignidad”. Y añadió que "hay talleres clandestinos, trabajo en negro, prostitución, y existe la trata de personas. ¡Gritemos con fuerza y sin miedo, no a la esclivitud, no a los que sobran, no a las mujeres como material de descarte!”.


“Buenos Aires se olvidó de llorar, porque vende a sus hijos, porque excluye a sus hijos”, afirmó. “Vale la pena luchar para que en Buenos Aires no haya más esclavitud”, agregó y advirtió que "es nuetsra carne la que está en juego”.


El arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, denunció hoy que "el mundo de la coima" posibilita la trata de personas y la esclavitud en Buenos Aires, ciudad que, advirtió, "se acostumbró a descartar y excluir" a sus habitantes.


"Las cosas que suceden en los talleres clandestinos, el sometimiento de menores, la prostitución, el tráfico de drogas. Todo eso es posible, porque el mundo de la coima lo hace lícito", advirtió el primado argentino en una misa en Plaza Constitución.


Ante mujeres rescatadas de redes de prostitución, víctimas de la explotación laboral y cartoneros que participaron de la celebración religiosa, Bergoglio comparó a la ciudad con Caín, el personaje bíblico que responde con ironía a Dios cuando éste le pregunta "dónde ésta tu hermano". "Esta ciudad hace como Caín que contesta: 'acaso yo me tengo que ocupar de todo", aseveró.


Bergoglio insistió en criticar a la ciudad porque "se olvidó de llorar, que reconcilia, porque no se da cuenta de que vende a sus hijos, los excluye, los esclaviza", alertó.
Tras afirmar que "estamos llenos de volquetes existenciales", repudió "el crimen de la trata de personas", al asegurar que hay hombres, mujeres y niños que "hoy se los descarta, se los trata como mercadería, objeto de trata".


"Tenemos que luchar todos juntos para que esta ciudad se dé cuenta dónde ha caído y llore. Y se corrija y haya justicia. Gritemos con fuerza y sin miedo. No a la esclavitud, no a los que sobran, no a los chicos, hombres y mujeres como material de descarte", sostuvo.
Bergoglio alertó que "nos quieren quitar la fuerza, nos quieren robar la dignidad", y estimó que "si nos juntamos, habrá menos esclavos" en la ciudad.


"Vale la pena gritar, vale la pena luchar para que no haya más esclavitud", subrayó Bergoglio.
En tanto, un grupo de mujeres entregó, a modo de ofrenda, una bolsa confeccionada por costureras rescatadas de talleres clandestinos, y una red con fotografías de mujeres desaparecidas en manos de organizaciones que regentean prostíbulos. "Seguimos buscándolas, queremos encontrarlas con vida", dijeron.


Mujeres presentaron prendas de la cooperativa de ropa "Fashion victim", mientras que otro grupo comparó como "los medios" y "el pueblo" se refieren de diferente modo a los desalojos de casas tomadas y al "drama" que significa no tener una vivienda digna.


La misa con motivo del aniversario de la Convención Internacional de los Derechos de los Trabajadores Migrantes, llevó por lema "Con esperanza, denuncia y compromiso por una sociedad con justicia, libertad y dignidad para todos y todas".


Por segundo año consecutivo, la eucaristía de Bergoglio es organizada por las Hermanas Oblatas del Santísimo Redentor, las parroquias del Decanato Boca-Barracas-Constitución y el Departamento de Migraciones del Arzobispado de Buenos Aires.


Adhirieron además la Cooperativa La Alameda y el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), organizaciones que denunciaron casos de explotación y trata de personas en talleres textiles clandestinos y prostíbulos.


Esta vez se eligió Plaza Constitución, por ser la zona de Buenos Aires donde se concentra buena parte de las denuncias por trata, tráfico, trabajo esclavo, narcotráfico y prostitución, motorizadas por esas organizaciones.

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