Bandas que se atomizan, líderes que se lanzan como solistas, separaciones que se esconden bajo la alfombra, grupos masivos que demoran sus discos, una segunda línea que pide pista. El rock argentino se transformó en un rompecabezas de muchas piezas.
Por estos días Abel Alves, el flamante DT de Boca, busca encontrar el equipo que salga de memoria. Ese que le garantice buen juego, identificación con el hincha y, claro, los títulos que últimamente se le vinieron negando a la institución de la Ribera. Muy bien. Es probable que en una situación similar se encuentren hoy los popes del rock nacional (productores, empresarios, directivos, managers y diversos personajes asocidados al ambiente), después de que el año pasado varias de las bandas que salían de memoria y eran número puesto de los grandes festivales, las pautas de radio, las descargas de ringtones y todo lo que suele mover a la industria en general, entraron en procesos de recambio y "parates" que trastocaron el mapa del rock argentino masivo y lo convirtieron en el complicado rompecabezas que es ahora.
Entonces, a un par de días del Cosquín Rock... ¿de qué se trata y cómo son las bandas surgidas a partir del parate de Los Piojos, Bersuit, Intoxicados y Turf? ¿Hasta dónde se animarán los flamantes solistas Andrés Ciro y Gustavo Cordera? ¿Emprenderán terrenos desconocidos o elegirán pisar sobre seguro?
"Prefiero traicionar a morir", dijo el Pelado a este diario el año pasado (luego rubricaría esa sentencia en la nueva Tan cerca, cerca). Y lo cierto es que su disco ofreció continuidad bersuitera, pero también palpable novedad. Una propuesta a medio camino que pudo verificarse también en los álbumes de De Bueyes o La Franela.
A esta suerte de atomización se le agregó también la reformulación forzosa que debieron afrontar bandas como Attaque 77, Babasónicos o Las Pelotas, luego de que sufrieran el fallecimiento de un integrante (Gabo en Babasónicos), la partida del frontman (Ciro Pertusi en Attaque) o una suma de ambas cosas (Sokol con Las Pelotas).
Sin embargo, estas pérdidas no derivaron en "parates" o reagrupamientos como en los casos de Los Piojos, Bersuit Vergarabat y demás, sino en la consolidación de los lazos internos y en la continuidad del proyecto colectivo pese a todo. Tanto Attaque 77, como Las Pelotas y Babasónicos, editaron discos nuevos y ya los últimos avisaron que volverán a mover el avispero con el sucesor de Mucho.
Las partidas de Pertusi, Sokol (y antes de Bahiano en Pericos) ocasionaron, también, el surgimiento de nuevos frontman, que debieron aprender sobre la marcha cómo es eso de irradiar carisma sobre el escenario y soportar con gracia ser el más mirado. "(Cuando empezamos) los medios nos forzaron a que alguien fuera la voz principal. Pero siempre fuimos reticentes a esa idea", le aclararon el año pasado a Clarín los tres Attaque restantes. Sin embargo, desde el principio estuvo claro que el guitarrista Mariano Martínez (así como Germán Daffunchio en Las Pelotas o Juanchi Baleirón en Pericos) terminaría ocupando ese lugar, en un movimiento que tendió a premiar el ascenso de las segundas voces de la banda, en lugar de buscar un reemplazo afuera.
Mientras tanto, un pelotón de bandas con convocatoria intermedia (la necesaria para llenar un teatro a solas, pero insuficiente como para colmar un estadio) se aprestan a dar el gran salto y -de la mano de sus hits cada vez más recurrentes- conseguir un lugar en el cielo de los más adorados. Son los casos de La Mancha de Rolando, Los Tipitos, Las Pastillas del Abuelo, Massacre y Estelares, entre otros. Sus armas: las frescura de lo nuevo. Y las canciones, claro. Así, el rompecabezas del rock nacional 2010 queda armado. ¿Será?
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