sábado, 24 de julio de 2010

"EVO ES CASI UN MILAGRO"


Para el escritor boliviano Néstor Taboada Terán, el milagro reside en que un país “muy tomado por la discriminación” haya elegido a un indio como presidente, y que los intelectuales y los partidos populares hayan dejado de lado sus diferencias históricas para apoyarlo.


Por Sergio Kisielewsky

–¿Cómo ve a Bolivia hoy?


–Bolivia está atravesando un proceso nunca visto, porque los bolivianos somos muy eliminadores de lo indígena, de lo negro, nosotros toleramos el folklore, nos gusta bastante, somos en ese sentido feudales porque nos gusta ver bailar a los indios, entonces aplaudimos, simpatizamos con ese escenario, pero nos restringimos para ir más allá, para tener una amistad, una relación más cercana con los indios, los indios solamente están en ese cuadro como elemento folklórico, como distracción.


–¿Entretenimiento?


–Lo que hacían los señores feudales de Atica, que tenían unos monos bajos de estatura a los que hacían bailar y a esos monos habilidosos les llamaban pongos. Eran esos orangutanes que bailaban para ellos y algún señor feudal boliviano le puso su nombre al país y también les puso el calificativo de pongos. Los indígenas que vivían bajo el control de los feudales eran los ponguitos, los que estaban allí les llamaban igual que a los monos que los entretenían.


–Es como una tradición feudal.


–No se sabía con exactitud los orígenes de esa palabra. Hay otras palabras en esta tradición, como por ejemplo la rosca. La inventó un político boliviano llamado Bautista Saavedra. Decía que en la política boliviana había grupos de poder y que esos grupos de poder formaban como una especie de logia, a la que llamaba roscas.


–Entre ellos tamizaban todo.


–Claro, en especial los hombres millonarios, los dueños de las minas y los señores feudales alternaban en el gobierno conservadores y republicanos hasta que esa oligarquía fue debatiéndose, como lo describió uno de los escritores más importantes que tuvo Bolivia, Juan Alcides Arguedas, en un libro que se llama Pueblo enfermo. También escribió La Historia general de Bolivia y Raza de bronce, que fue traducido al francés con prólogo de André Malraux.


–¿El escritor que usted nombra desarrolló una pintura de la sociedad boliviana en sus diversas etapas?


–Con Pueblo enfermo hubo protestas de la opinión pública porque se mostraba un pueblo colonizado, sojuzgado por las grandes empresas mineras. Había tres magnates de primera importancia que eran los que controlaban las minas: Simón Patiño, Carlos Víctor Aramayo y Mauricio Roschild, esos tres eran los magnates. A partir de 1942 comienzan los grandes levantamientos mineros y cambia la historia de Bolivia. En la época de la Segunda Guerra Mundial todas las zonas productoras de estaño habían caído en poder de los nazis. El único productor para Estados Unidos, Gran Bretaña y el mundo democrático era Bolivia. Entonces el gobierno aprobó medidas represivas contra las huelgas, hablaban de subversión para evitar que se alterara la producción. Hubo un aumento en el precio del estaño, aumentaron las grandes empresas mineras norteamericanas en un 62 por ciento pero no les aumentaron nada a los trabajadores y además los reprimieron cada vez que intentaron protestar por esa situación.


–Como siempre se dio en la historia de América latina. ¿Las mujeres sufrieron una gran represión?


–Murieron 300 trabajadores, los militares ya habían organizado en el país una logia nazi con Gualberto Villarroel, quien, como jefe de la logia, estuvo en el centro del conflicto, en la localidad minera de Catavi. Ahí es donde la logia se reúne y decide producir muertos para justificar la subida al poder, también la dirigía un militar partidario de Estados Unidos, que era el general Enrique Peñarán, pero la juventud militar que controlaba la logia estaba en contra del general entonces. De diciembre de 1942 a diciembre de 1943 se dan las condiciones para que esta logia militar nacionalista y populista tome el poder. En el Parlamento se discute la masacre y se dice que se hable todo lo que se quiera pero nadie debe referirse al papel del ejército cuando el único culpable de la masacre era el ejército. La masacre comenzó a las diez de la mañana y terminó a las cinco de la tarde, era un día lunes, los militares exigieron a los mineros que volvieran al trabajo, no hicieron caso y comenzaron a matarlos.


–¿Fue la matriz de lo que vino después, una serie de golpes militares?


–Luego de ese año de 1943 toma el poder el mayor Villarroel, el jefe de la logia, hablan de una revolución nacional con el lenguaje de Pétain mezclado con populismo y un socialismo difusos. Ya había antecedentes en los países vecinos. En 1932 se había proclamado como socialista a la República de Chile. El coronel Marmaluque Prove subió al poder con la ayuda de los militares de graduación menor y proclaman a Chile República socialista. Obviamente, reaccionó el Reino Unido, puso sitio a Valparaíso con sus cañones, por lo que los militares se rindieron y desapareció el gobierno socialista. A Prove lo exilian pero a los militares de menor graduación (mayores, capitanes) los matan, los fusilan, los tiran al mar. En 1936 los militares bolivianos deciden proclamar en Bolivia una República Socialista. Ahora, estos militares no sabían definir bien si era un socialismo soviético o al estilo nazi. Entonces los historiadores bolivianos dicen que ése no es problema grave, que se junten esos dos nacionalismos y entonces queda el socialismo militar. El coronel Buch aparece y derroca al medio marxista David Artobe, que sale exiliado y se instaura un nacional socialismo. El régimen socialista de David Toro nacionaliza por primera vez en América latina a la Standard Oil en 1936 y en 1938 lo hace el general Lázaro Cárdenas –en otro régimen nacionalista militar– en México. David Toro funda el Ministerio de Trabajo con asesores marxistas pro soviéticos, ante lo cual los nacionalistas reaccionaron y dieron un golpe de Estado.


–Usted declaró que a sus lectores no les gustan los datos fríos. Con respecto a la huelga de los mineros, siempre trató de novelar lo que pasó a partir de su imaginario.


–Traté de interpretar mi realidad a través de la literatura pero con fuerte influencia histórica, porque considero que la novela boliviana está más cerca de la realidad que la historia. Novelando la historia se interpreta más correctamente la realidad.


–¿El surgimiento de Evo Morales proviene de esas tradiciones de lucha, no nace por generación espontánea, Evo representa el vínculo entre el minero y el indígena?


–Los indios de Bolivia siempre estuvieron sometidos. Mantenidos en la ignorancia y en la indigencia. En 1952 se produjo una insurgencia, pues ya hay dos corrientes ideológicas en ese ámbito: el marxismo y el nacionalismo. El nacionalismo tomó el poder dándole un contenido al estilo de lo que planteaba el ideólogo marxista Mariátegui en el Perú con un contenido indigenista, y sobre esa base se hace la reforma agraria, la entrega de tierras a los campesinos en la época de Paz Estensoro, en abril de 1952. Este hecho crea las condiciones para que 50 años después los indios vean un nuevo camino. Por la evolución de las masas indígenas deciden hacer sus propias escuelas, financian entre ellos a los profesores que les enseñan a leer y escribir. Con astucia, los gobiernos han fomentado la pelea entre los indígenas. El Che Guevara en estas circunstancias habló en La Habana con quien era el Ministro de Asuntos Campesinos y le dijo por qué los revolucionarios no apoyan a uno de los sectores campesinos y ahí lanzan la guerra revolucionaria.


–¿Qué le dijo?


–“No tenemos armas”, dijo el ex ministro. El Che, de su cartuchera, saca su revólver: “Aquí tiene el primer revólver para hacer la guerra revolucionaria”, dijo. El Che me lo contó a mí porque en La Habana tuve una entrevista. “Mira lo que ha pasado, me contaron que el ex ministro tiene en su living, en la sala donde recibe sus visitas, ahí está el revólver.” El Che me decía que no se lo había regalado para adornar un cuarto. La anécdota muestra de cuerpo entero que esos nacionalistas eran otra clase, eran criollos, los hijos de los españoles. Antes de Evo ya hubo intentos de reforma agraria, de entrega de tierras a los campesinos, de la desaparición de patrones en especial en la zona del Altiplano, fueron creándose líderes, caudillos locales, se fue dando como se había dado con la Revolución Mexicana, los que lucharon al lado de Zapata. El ex presidente norteamericano JF Kennedy decía que sólo había habido dos revoluciones importantes en América latina: la revolución mexicana y la revolución boliviana. Estados Unidos apoyaba económicamente al gobierno de Paz Estenssoro, apoyaba al régimen, fue un golpe terrible cuando muere Kennedy y ya estaba muerta la revolución boliviana. Dirige el golpe de Estado el general Barrientos, que había estudiado en Panamá.


–¿Siempre estuvo en juego la propiedad de la tierra?


–El Movimiento nacionalista de Paz Estensoro controlaba todos los sectores pobres, pero fueron apareciendo estos líderes populares, los indígenas asumían el poder de masas. Evo Morales aparece como un muchacho pobre, deportista, músico, le gustaba tocar la flauta y el tambor, bailar. Es aymara y campesino, pero antes de ser campesino hizo varios trabajos que le sirvieron después de mucho, por ejemplo hacía ladrillos en los hornos, después fue panadero, todos los trabajos más bajos, él los realizó.


–¿Cómo analiza usted su evolución, su crecimiento como líder?


–Debido a que cerraron las minas y desde Estados Unidos se trataba de buscar un sustituto para el estaño y era difícil, de la noche a la mañana estaba el carey para hacer juguetes para los niños y anteojos. Empezaron a hacer cañerías para los servicios sanitarios, carey duro, carey blando y ya no se necesitaba estaño porque había otros materiales plásticos. “Estados Unidos, que había acumulado cualquier cantidad de estaño, lo lanzó al mercado mundial, bajó el precio y nadie quería comprar estaño, en las minas de Bolivia no se necesitó trabajar y todos recurrieron al campo, se incrementó la población campesina con los mineros desocupados, se implementaron las plantaciones de coca y en Cochabamba todos los trabajadores desocupados iban al Chapari. Entonces ahí aparece un jovenzuelo jugador de fútbol muy enamoradizo, un Don Juan que tocaba la guitarra, cantaba. Ahí lo designan Secretario de Deportes, buen jugador de fútbol que conocía a Maradona, a los grandes jugadores de fútbol de la Argentina. Estaba en su apogeo político, tiene mucha similitud con Juan Lechín, el dirigente sindical de la Confederación Obrera Boliviana COB que había entrado en su momento, en la Revolución del ’52, enviado por el Ministerio del Interior para un cargo burocrático. Lechín también jugaba al fútbol y los políticos entran por ese lado. Es la coincidencia de Lechín con Evo.


–¿Cómo evalúa al gobierno de Evo?


–Hay algunos antecedentes que hay que ver. La corrupción de los políticos produjo una gran indignación de la gente. Hubo muchas protestas, tanto en Bolivia, como en Argentina por esa situación. Un país totalmente inundado por la discriminación que elija a un indio es inconcebible; en todo caso, lo hace para que esté una semana en el poder, no para toda la vida. Ahora cómo sacamos a este indio, dice la oposición.


–¿Nacionalizar los recursos básicos de la economía sólo estaba en los sueños?


–Hay un antecedente: Fidel Castro o la muerte del Che Guevara. Porque los argentinos, que son personas muy cultas, siempre han soñado con tener un pueblo revolucionario como el boliviano. Hay que tener en cuenta que en 1809 hubo un caudillo argentino que era sacerdote, que dirigió la revolución de 1809 en La Paz: José Antonino Medina, caudillo político autor de varias obras y del plan de gobierno de diez puntos.


–¿Cómo ve la propuesta de Evo luego de tantas protestas?


–El es instintivo, no es un hombre con formación revolucionaria. Apenas hizo un curso de secundaria. Tiene una percepción extraordinaria. El hecho de que haya sido un tipo del pueblo que accede a todo tipo de trabajos le permitió conocer profundamente a su pueblo. Es un hombre valiente, él luchó contra las tropas del ejército, se agarró a puñetazos, no tenía miedo, en una oportunidad lo dejaron herido en el piso y vinieron los campesinos, que lo llevaron a un lugar secreto y ahí lo curaron, lo recuperaron. Otro factor es que es un hombre con una suerte increíble. Se parece a la suerte de Fidel Castro. Los militares le decían a Fidel durante la invasión gusana a Playa Girón: “Usted no puede estar en primera línea peleando” y él cortó las comunicaciones con el mundo, se subió a un tanque para perseguir a los gusanos, disparó y el proyectil entró en la chimenea del barco, los invasores escapaban y vieron que el barco se hundía y tuvieron que entregarse. El Che en cambio era un hombre con mala suerte, él se integró al ejército revolucionario de Fidel como médico, desembarca del Granma y el primero en caer herido es el médico, viene a Bolivia para la lucha y lo matan, a Fidel Castro no le hubiera ocurrido nada de esto.


–¿Lo de Evo es una revolución?


–Es una revolución pacífica. Lo que no consiguió hacer el Che Guevara y todos los revolucionarios, los grandes líderes como Mariátegui, un indio con una educación elemental, que es hijo del pueblo, entonces consigue liderar a ese pueblo. Uno dice “yo no creo en milagros”, pero se está produciendo el milagro. La gente de avanzada en Bolivia hace a un lado sus prejuicios, al principio se decía que no iba a durar ni tres ni seis meses en el poder. Es un indio ingenuo como todo hombre de campo. Al día siguiente de asumir como presidente, toma un avión venezolano y se va por cinco continentes y llega a Londres a medianoche, toma un coche y se va a Buckingham y golpea las puertas del palacio. Pidió ver al rey y a la reina. Lo vieron enfermo, tosiendo, le pusieron unas inyecciones salvadoras y él se ríe: “La reina me ha curado”, dijo.


–¿Formó una fuerza política que lo acompañe?


–Todos lo consultan. Son cuatro años que pasaron en la pelea con la insurrección de los inmigrantes millonarios, de la nueva oligarquía, de la nueva rosca, que se fusionaron. Los medios de comunicación también pegan, yo pensaba que no se podía resistir con toda la prensa en contra. Uno lee la prensa y para ellos todo lo que ocurre no tiene porvenir.

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