La Conferencia Internacional de Sida, se abre con un llamado a dejar de lado las políticas punitivas hacia los consumidores de drogas ilícitas, que obstaculizan las respuestas efectivas al VIH
Por Mariana Carbajal
Con un llamado a los gobiernos a despenalizar el consumo de drogas ilícitas, porque su criminalización “está fomentando la epidemia del VIH, con consecuencias sociales y de salud tremendamente negativas”, comenzará mañana en Viena la XVIII Conferencia Internacional de Sida 2010. Un consorcio de 35 redes de mujeres de todo el mundo, coordinado por la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer, que preside la epidemióloga argentina Mabel Bianco, pondrá el acento, además, en la inequidad de género como principal impulsor de la feminización creciente de la enfermedad y reclamará medidas de prevención focalizadas en mujeres y niñas (ver aparte).
La cumbre de Sida 2010 se extenderá hasta el viernes. Su lema es “Derechos aquí, ahora mismo”. La protección de los derechos humanos como un requisito fundamental para una respuesta efectiva al VIH será uno de los ejes centrales de los debates y las exposiciones. “Es ya evidente que el estigma, la discriminación y la violación de derechos, así como políticas punitivas o equivocadas hacia los grupos de población más afectados por el VIH son grandes obstáculos para dar una respuesta efectiva al VIH”, señala el documento con los objetivos del encuentro.
“Se está reclamando a los gobiernos acciones concretas”, indicó a Página/12 la argentina Patricia Pérez, presidenta de la Comunidad Internacional de Mujeres Viviendo con el VIH-SIDA. Una de ellas es el acceso universal a los medicamentos, como fija la ley en la Argentina.
“Todavía aproximadamente el 65 por ciento de los pacientes que requerirían tratamiento no lo tienen. Esto ocurre principalmente en Africa, Centroamérica y en los países más pobres de Asia”, señaló a este diario Pedro Cahn, jefe de Infectología del Hospital Fernández y ex presidente de la Sociedad Internacional de Sida, entidad que organiza la cumbre con la colaboración de Onusida –el programa conjunto de Naciones Unidas sobre esta enfermedad– y autoridades austríacas. Pérez, Cahn y Bianco participarán de la cumbre.
Cahn adelantó que científicos de todo el mundo reclamarán reformas a las legislaciones que criminalizan a los consumidores de drogas ilícitas. El pedido quedó plasmado en uno de los documentos de trabajo de la conferencia, la llamada Declaración de Viena, redactada por un comité de expertos, entre ellos, la Premio Nobel de Medicina Françoise Barré-Sinoussi, y firmada ya por decenas de especialistas de distintos países, entre ellos Cahn.
“Se necesita una completa reorientación de la política”, dice el paper. La declaración denuncia que el actual enfoque represivo en la lucha contra la drogadicción no sólo ha fracasado, sino que está contribuyendo a la expansión del contagio por VIH. Los impulsores de la declaración le pedirán al secretario general de la ONU; Ban Ki-moon, que “con urgencia implemente medidas que aseguren que el sistema de las Naciones Unidas (...) hable con una sola voz en apoyo de la despenalización de los consumidores de drogas”. “Muchos de nosotros que trabajamos en investigación y cuidado del sida nos enfrentamos cada día a los impactos devastadores de las políticas de drogas”, aseguró al respecto el argentino Julio Montaner, presidente de la Conferencia y director del Departamento sobre el sida de la Facultad de Medicina de la Universidad de la Columbia Británica.
Como la última vez en México, dos años atrás, se espera que asistan a esta cumbre más de 20 mil personas, entre científicos, políticos, investigadores, médicos, cooperantes, artistas, activistas, miembros de la realeza e incluso representantes de marcas de preservativos, que evaluarán avances y retrocesos en la lucha contra el sida y a la vez llamarán la atención sobre una enfermedad que se ha cobrado 25 millones de vidas y que en 2008 afectaba a más de 33 millones de personas, según cifras de la ONU.
Sólo en 2008, 2,7 millones de personas se infectaron con el VIH, el 97 por ciento de ellos en países pobres o en vías de desarrollo.
En ese sentido, la Conferencia quiere hacer especial hincapié en la situación de Europa del Este y Asia Central, donde el sida se está expandiendo a un ritmo preocupante, debido sobre todo al uso de drogas inyectables y a su excesiva criminalización.
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