viernes, 9 de julio de 2010

"CARRIÓ PERJUDICA EL ENCUENTRO CON LOS NIETOS"


La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto responde a las críticas de la líder de la Coalición Cívica y defiende el proyecto de obtención de ADN. El pacto secreto que le propuso Magnetto para revelar la identidad de los hijos de Noble.


Por Franco Mizrahi

Octubre es un mes de muchas y variadas emociones para Estela de Carlotto. Cuando el calendario marca el 21, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo se encuentra recordando el aniversario de la muerte de su esposo, Guido, que, en este caso, es el octavo. Y al día siguiente nomás, los caprichos del tiempo la ubican como homenajeada, por partida doble: el 22 de octubre, cumple años –ya tiene 79– y festeja otro año de existencia de la asociación que preside, que suman 32. Entonces, los sinsabores de la ausencia cobran otro gusto: el del acompañamiento de la militancia perseverante.

“Hoy estoy más ocupada que a los 20”, bromea Carlotto, al tiempo que su teléfono no para de sonar. Días atrás, Elisa Carrió cuestionó un proyecto de ley que elaboró Abuelas de Plaza de Mayo –y el gobierno de Cristina Fernández presentó en el Congreso– y todos quieren escuchar la réplica de la titular de las Abuelas. El objetivo del proyecto apunta a incorporar al Código Procesal Penal un artículo vinculado a la obtención de ADN –en este caso, el que permita establecer la relación de los nietos con los desaparecidos– del modo menos lesivo para la persona, permitiendo conseguirlo por medios distintos a la inspección corporal, es decir, permitir un registro domiciliario o pesquisa personal en los que puedan encontrarse células desprendidas del cuerpo.

Dijo Lilita: “La ley de extracción compulsiva de ADN en la búsqueda de la identidad es terrible. No protege los derechos de las víctimas, porque el principio de la integridad física y la autonomía personal están por encima. Es una ley de persecución, una venganza personal contra el Grupo Clarín (...) Los hijos de Ernestina Herrera de Noble son nuestros hijos”.

–¿La sorprendió esa declaración?
–No. Es casi una costumbre de Carrió hacer denuncias infundadas. Es una mujer poco centrada. Nunca había opinado sobre nuestra institución y por eso nos indignó. Con esa declaración, se metió en un tema muy delicado para las Abuelas: nos llevó 25 años manejar la cuestión de los nietos. Empezamos con el advenimiento democrático y la instalación del Banco Nacional de Datos Genéticos, en 1984. Reglamentado por ley, este banco realiza los exámenes inmunogenéticos para identificar a los nietos que estamos buscando. Depende de la Nación y de la ciudad de Buenos Aires y es la única manera posible de tener certezas de que cada chico es el que estamos buscando. La dualidad de pertenencia local y nacional del banco genera inconvenientes y, por eso, desde hace tiempo intentamos modificar la ley. Eso también nos permitiría modernizarnos. El proyecto que está en el Congreso fue delineado por nuestra institución, sobre la base de consultas a juristas prominentes.

–Carrió lo entendió como un embate oficial contra Clarín...
–Y eso es lo terrible. La señora Carrió enfoca esta cuestión como una discusión entre la Presidenta y la señora de Noble como si fuera una ley hecha para perjudicarla. Eso es un infundio, una mentira. Pensar que me convocó para ser candidata a senadora cuando empezaba con el ARI, asistió al entierro de mi marido, estuvo en mi casa cuando atentaron contra mi vida. Pero creo que ahora llevó adelante un aprovechamiento político muy feo por la enemistad que manifiesta con la Presidenta actual. Quiere irritar a los que no quieren mucho a Cristina para que opinen sobre una cosa que es estrictamente de derechos humanos e incumbe a las Abuelas. Y así perjudica el encuentro de los nietos que estamos buscando.

–Algunos sostienen que el proyecto avanza contra la intimidad de aquellos que no quieren hacerse el análisis...
–A veces hay chicos reticentes a realizarse el estudio para constatar si son hijos de desaparecidos. El juez les explica que con una muestra de sangre y una comparación con las posibles familias pueden conocer la verdad sobre sus vidas. Hubo nueve casos en que los chicos no quisieron análisis y la Justicia procedió a hacer una visita a sus casas, que no fueron allanamientos, en compañía del personal del Hospital Durand. En esa oportunidad, rescataron prendas usadas, cepillos de dientes, peines con restos de cabellos para que el banco pudiera determinar su ADN. Ese proceso no afectó su intimidad. Y a esa alternativa apunta la ley.

–¿Y usted qué les explica a quienes no quieren constatar su identidad?
–Hacemos todo tipo de actividades para llegar a estos chicos. En el caso de Evelyn Vázquez, por ejemplo, se hizo uno de los procedimientos de rescate de prendas. Ahora Evelyn sabe quién es y está haciendo un proceso de acercamiento a la familia. Incluso, nos llamó para contarnos que iba a ser mamá. Creo que cuando esté con su hijo, pensará: “Yo era así cuando me sacaron de los brazos de mamá. ¿Qué haría ahora si me lo quitan a mí?”. Les pasó a muchas chicas que se negaban al examen. Y por eso mismo las abuelas biológicas siempre les dan tiempo. Nosotras mantenemos las ganas de trabajar. Hemos encontrado a muchos nietos y, a pesar del dolor, no van a vencernos.

–¿La sanción de la ley sería una conquista?
–Una gran conquista. Mi hijo Remo Carlotto la presentó en Diputados el año pasado pero no había plafón para discutirla. Pero tampoco tenemos demasiado tiempo. Llevamos 32 años de búsqueda y ya estamos mayores. No podemos esperar más.

–¿Con la ley podría develarse el origen de los hijos de Ernestina de Noble?
–La señora de Noble debe rendir cuentas en la Justicia. Tiene dos chicos adoptados y el doctor (Roberto) Marquevich descubrió irregularidades en esa adopción. Él investigó y lo desafectaron. Si esta señora está tranquila de que no cometió ningún delito, cuando la Justicia dice “hay dudas”, debería responder: “Pongan el brazo, chicos, va a salir todo bien, ustedes no son hijos de desaparecidos, tienen otras madres”, porque eso fue lo que me dijo Héctor Magnetto hace años. Las Abuelas tuvimos buenas intenciones con la señora de Noble: cuando recibimos las denuncias al respecto, analizamos la situación, sin ser improvisadas ni acusar al voleo.

–¿Y se contactaron con ella?
–Fuimos a hablarle porque es una civil. Había un grupo de civiles que adoptaron a quince chicos y no sabían que eran hijos de desaparecidos. Pensamos que a lo mejor ella tampoco tenía conocimiento. Pero no nos atendió. Nos recibió Magnetto, que se escandalizó y prometió un futuro encuentro. Cuando volvimos, nos dijo que ellos sabían quiénes eran las madres de esos chicos. Le respondimos que se hicieran los análisis y él retrucó: “El nombre de las madres se lo voy a dar si ustedes me informan quiénes denunciaron a la señora”. Un trueque infame. Nosotras no aportamos esos datos y ahí se terminó el diálogo. Tanta negación es sospechosa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario