En una de las “reflexiones” en las que transmite su opinión a través de la prensa cubana, Fidel Castro convocó a preguntarles a Estados Unidos y Canadá cuál es su posición respecto del reclamo argentino de soberanía de las islas Malvinas.
La columna, publicada como es habitual en Cuba Debate y titulada “Las ilusiones de Stephen Harper”, está centrada en la figura del primer ministro de Canadá y las políticas de ese país sobre algunas cuestiones, por ejemplo, la minería. Castro fustiga a Canadá porque se opuso a que Cuba participe de la Cumbre de las Américas que se realizará en Cartagena de Indias el próximo fin de semana.
Fidel Castro sostiene que “hay que preguntarles a (Barack) Obama y a Harper qué posición van a adoptar frente al justísimo reclamo de que se reintegre la soberanía de Argentina sobre las islas, y se deje de privarla de los recursos energéticos y pesqueros que tanto necesita para el desarrollo del país”. El líder cubano analiza la declaración del miércoles pasado en Ottawa relacionada con cuestiones hemisféricas, entre ellas las Malvinas. Los dos países de América del Norte mantienen una postura a favor del diálogo por el archipiélago, a tono con las resoluciones de la OEA y la ONU.
“A su vez, el honorable Ministro de Relaciones Exteriores de Canadá no se atreve a decir si apoya o no a la Argentina en el espinoso tema de las Malvinas. Expresa sólo beatíficos deseos de que reine la paz entre los dos países”, escribió. Castro recuerda que “allí Gran Bretaña posee la mayor base militar fuera de su territorio que viola la soberanía argentina, no se excusó por haber hundido el Belgrano que estaba fuera de las aguas jurisdiccionales establecidas por ellos mismos y provocó el sacrificio inútil de cientos de jóvenes que cumplían su servicio militar”.
Cuba cierra ironizando sobre la guayabera que aparentemente Obama lucirá en Cartagena. “Las guayaberas que usará Obama en Cartagena son uno de los grandes temas de las agencias noticiosas”, sostiene Castro. “Lo curioso, amables lectores, es que Cuba está prohibida en esa reunión; pero las guayaberas no. ¿Quién puede aguantar la risa?”, concluye.
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