Cuarenta millones de chicos y adolescentes latinoamericanos sufren maltrato físico o psicológico y un alto porcentaje de adultos considera que eso es producto de una práctica normal de educación y socialización. Así lo reveló un estudio de Unicef que se difundió ayer en la Argentina.El organismo de la ONU para la infancia y la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) se encargaron de realizar encuestas en 16 países de la región a partir del aumento de casos denunciados desde 1990. En algunas regiones, más del 80% de los adultos consideraron natural recurrir al maltrato para imponer disciplina.
LOS MÁS VIOLENTOS.
Algunos de los países donde hay más ataques hacia los menores son Bolivia, Chile, Uruguay, Costa Rica, Haití y Jamaica, según indica el documento, titulado “Maltrato infantil: una dolorosa realidad puertas adentro”. En esas regiones, un 70% de los consultados confesó la existencia de violencia doméstica contra niños y adolescentes.En Latinoamérica, hay 190 millones de pobres: la mitad son niños. Sin embargo, del informe se desprende que América Latina no sólo es la región más desigual del mundo –uno de cada dos niños es pobre–, sino también “la que posee los mayores índices de violencia, que afectan sobre todo a mujeres, niños y niñas”, cita el texto.En Perú, quienes más castigan son las mujeres pobres, mientras que en México, hay un importante nivel de abuso sexual por parte de los hombres. En Colombia, el 42% de las mujeres consultadas informó que sus parejas o esposos castigaban a sus hijos e hijas con golpes, según datos de la Encuesta Nacional de Demografía y Salud de 2005.
TRANSMISIÓN DE EXPERIENCIAS.
Según la psicóloga Soledad Larraín y la socióloga Carolina Bascuñán, de Unicef, autoras del estudio, el principal factor de riesgo para que exista violencia contra los chicos dentro de las familias es que el padre o la madre hayan sufrido una experiencia similar en su niñez. El fenómeno se conoce como “transmisión intergeneracional de la violencia” y consiste en el uso intencional de la fuerza, de hecho o como amenaza, que provoque o pueda causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones. El comunicado advierte que las cifras no son comparativas entre los países a raíz de la falta de una metodología homologada que mida las diferentes formas de abuso. Sin embargo, remarca que varias encuestas nacionales indican que “el maltrato infantil es un fenómeno en ascenso rara vez denunciado”. El trabajo también señala que tener datos precisos y confiables acerca de la magnitud, las características, los factores de riesgo y el impacto en la familia, permitirán una adecuada formulación de políticas públicas para avanzar en los Objetivos de Desarrollo del Milenio en la Infancia y Adolescencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario