“Si hemos vencido fue por que hasta los niños paraguayos hemos matado”, entre otras más, fueron las declaraciones de Sarmiento ya finalizada la Guerra de la Triple Alianza. Esta es la historia de los niños martíres de Acosta Ñu. Dicen que el Paraguay era una nación de héroes, que no existía casi el analfabetismo, que económicamente era una nación ejemplar, y muchas cosas buenas más. Hasta que llegó la llamada Guerra de la Triple Alianza, impulsada por la potencia mundial de ese entonces, Inglaterra. El Paraguay enfrentó a Brasil, Argentina y Uruguay unidos en Alianza, como toda guerra fue una aberración. Y el Paraguay quedó totalmente destruido. La guerra de la Triple Alianza es una de las guerras que más pasiones ha despertado. Incluso ahora, cualquiera que vaya a Paraguay tendrá la oportunidad de comprobar hasta qué punto una contienda desarrollada hace casi siglo y medio continúa viva en sus monumentos, los nombres de sus calles, las conversaciones de su gente, los temas de sus publicaciones… El 8 de diciembre de 1868, durante la Guerra de la Triple Alianza, el Mariscal López decretó el traslado de la Capital de la República al pueblo de Piribebuy. El ejército brasilero, dirigido por el Conde D'Eu, a medida que iba ganando batallas iba avanzando por el territorio paraguayo. Superiores en armas y en número de combatientes arrasaban con todo a su paso. El 4 de agosto de 1869 llegaron a Sapucay, luego a Valenzuela, llegando el 10 de agosto a Piribebuy. La situación del ejército paraguayo era paupérrima, cansados, practicamente sin armas y en condiciones infrahumanas, seguían resistiendo los ataques del enemigo. La situación llegó a un punto tal, que en Paraguay se podía afirmar que ya no quedaban soldados para seguir luchando. El pueblo fue cercado e intimada la rendición al comandante Pedro Pablo Caballero, quien contestó textualmente: “Estoy aquí para pelear y si es necesario morir, pero no para rendirme”. No ha de existir pueblo que haya sufrido tanto como el de Piribebuy durante la Guerra contra la Triple Alianza: degüellos, violaciones, matanzas increíbles, humillaciones y demás. El 12 de agosto de 1869 en la plaza principal, donde se encuentra la iglesia, ocurrió la sangrienta batalla de Piribebuy, en donde soldados paraguayos armados más de valor que con armas reales, se encargaron de retrasar el avance del ejército aliado. Fue una batalla desesperante la de Piribebuy, en donde los cañones fueron cargados con piedras, vidrios y arena porque no había balas; las mujeres combatían junto a los hombres y si no tenían armas, tiraban tierra a los ojos de los invasores. Días después, el 16 de agosto, se produce la heroíca batalla de Acosta Ñu, donde a falta de soldados, los niños fueron disfrazados con barbas postizas para que el enemigo los tomé por adultos y les presente combate; “Seis horas resistieron las cargas de la pesada caballería brasilera, que vengando el engaño acabaría incendiando el campo de batalla con sus oponentes infantiles”. Según cuenta el historiador argentino José María Rosa en su libro "La Guerra del Paraguay y las Montoneras argentinas". Dijo Juan José Chiavenatto en su libro: “Los niños de seis a ocho años, en el fragor de la batalla, despavoridos, se agarraban a las piernas de los soldados brasileros, llorando para que no los matasen. Pero eran degollados en el acto”. “Después de la insólita batalla de Acosta Ñu, cuando estaba terminada, al caer la tarde, las madres de los niños paraguayos salían de la selva para rescatar los cadáveres de sus hijos y socorrer a los pocos sobrevivientes, el Conde D´Eu mandó incendiar la maleza, matando quemados a los niños y sus madres.” Su orden era matar "hasta el feto del vientre de la mujer". El Hospital de Piribebuy fue incendiado luego de que se cerraran todas las puertas y ventanas con 600 heridos, médicos y enfermeras dentro. El Archivo Nacional de la República fue sacado a la calle y con los documentos históricos se hicieron fogatas. La sangre corría por las calles como agua de lluvia, cuando se degolló a 900 prisioneros. La Batalla de Acosta Ñu fue algo que en las batallas bélicas del mundo no tiene comparación, no existen antecedentes de otros ejércitos integrados completamente por niños. En la batalla de Acosta Ñu, aproximadamente 3.000 niños paraguayos enfrentaron a 20.000 soldados del ejército brasilero, lo que se conmemora como un acto de heroísmo sin igual. Por la masacre producida, hasta la actualidad en Paraguay se recuerda la "batalla" de Acosta Ñu como un episodio de gloria. Y para conmemorarlo, todos los 16 de agosto se festeja el Día del Niño.
que valientes fueron esos brasileros y argentinos al matar niños.... no merecen perdon nunca jamas...
ResponderEliminarluis gilberto ramirez antola
CI 541108
como argentina ,una verguenza ni las palabras alcanzan para justificar los actos de estos cipayos..NUNCA MAS UNA GUERRA ENTRE PAISES LIMITROFES LOCO.
ResponderEliminarEn las guerras siempre hay vencedores y vencidos, no existe guerra justa, pero lo que acabo de leer es horroroso, soy Argentino y no me hago cargo de las barbaridades que se hicieron en esa epoca, quiero a mis hermanos Paraguayos, Brasileros, Uruguayos, Chilenos, Bolivianos, creo que entre todos debemos bregar para que cosas como esta no sucedan nunca mas, en latinoamerica ni en el resto del mundo - Mis respetos a todos esos niños obligados a convertirse en martires en una guerra entre hermanos
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