viernes, 21 de agosto de 2009

OTRA BESTIA QUE DEBE MORIR


En medio del debate que genera la inseguridad y la manera de resolver el problema de los menores que delinquen, el presidente del Concejo Municipal de Arroyo Seco -una ciudad a 30 kilómetros al sur de Rosario- propuso "tomar al toro por las astas" y "moler los huesos" y "matar a cintazos" a "los pibes que se falopean y salen con el revólver". "Si enganchan a alguno, no maten a nadie. Pero mátenlos a cintazos. Esta es la única manera de corregirlos. Son cuatro mocosos los que andan jodiendo con ésto. Van a ver que así no vuelven a robar", aconsejó con vehemencia el edil justicialista Miguel Ángel Coradini, durante la sesión del 4 de agosto pasado. Sus dichos tomaron notoriedad ayer cuando el video de la asamblea empezó a circular por Internet.En medio de la risa de quienes compartían la reunión, el dirigente ironizó al decir que "acá vienen y te dicen que hay que enseñarles guitarra a los chicos que roban, hay que decirles cómo se toma la leche para que sean educados... y mientras tanto te cagan a palos y te roban todo".Coradini carga también contra los jueces. "Acá lo felicitan al tipo que roba. El primer robo es gratis. Algún tipo entró 16 o 17 veces. Va y el juez lo suelta. Esta es la historia: hay que molerle los huesos al juez".Coradini forma parte del Concejo Municipal de Arroyo Seco desde hace 15 años. Ya lleva tres períodos consecutivos presidiendo el cuerpo y el mes que viene irá por la reelección.(APe).- La Bestia debe Morir es una película argentina estrenada en 1952. Protagoniza entre otros por Guillermo Battaglia, Narciso Ibáñez Menta y Milagros de la Vega. Hay bestias que no pueden ser redimidas por ninguna Bella, porque es imposible que inspiren ni siquiera décimas de amor. Nosotros tenemos a esa bestia. Los tiempos cambian, y los aires de la democracia titubeante lejos de enseñar, parece que deforman. El capitalismo financiero construyó una entelequia denominada Mercado. Dios que colocado en el Olimpo del Gran Capital, tiene humores cambiantes. Los mortales, algunos de ellos honestos trabajadores, y otros no, buscan entender sus designios. Muchas veces inescrutables, salvo para algunos gurúes que más temprano que tarde mandan dólares a donde puedan ser mejor recibidos. Eso que entendemos por vida cotidiana, que en la actualidad de los medios masivos no es otra cosa que los padeceres de los pequeños y medianos burgueses panicosos, ha creado otra entelequia: la Inseguridad. El Dios Mercado y la diosa Inseguridad copulan y han parido un bebé de doble cara: una mitad mira al socialismo del siglo XXI y la otra mitad le sonríe a los dorados 90. Por cierto: es un monstruo. Pero no está solo: múltiples bestezuelas, algunas conversas, otras extra partidarias, algunas de campos sueltos, otras de enriquecimientos atados, pululan entre los pliegues de la democracia representativa. Un tejido nauseabundo en cuyos intersticios se multiplican ácaros, arácnidos, roedores, alimañas varias.


Lugares secos, áridos, de esterilidad mental y afectiva, de absolutas carencias políticas, éticas y morales. La bestia tiene el discurso paradojal de toda la cultura represora: “no los maten, mátenlos a cintazos”. El coro de incubos y súcubos acompañó con risas de cobarde complicidad los dichos de la Bestia. Los pibes se falopean porque está en su naturaleza maligna. Y el cinto será la forma de evangelizar para que el arroyo seco siga siendo leal a su nombre. Seco, árido, yermo. Faltaría detallar que los latigazos sean públicos, como aquellos que doblegaron a Kunta Kinte para que aceptara su nuevo miserable nombre: Tobi. Las bestias paridas por la democracia representativa no serán consideradas genocidas, ni sus diatribas purulentas crímenes de lesa humanidad. En sus charcos municipales están más tranquilos que los mosquitos del dengue: nadie los combate. Sin el menor análisis de la situación real concreta que propicia el consumo de drogas en jóvenes, ponen a las víctimas del sistema predador en el lugar de los únicos victimarios. La bestia querrá clonarse en una especie de nuevo blumberg, ahora federalizado. Con la soberana impudicia de la ignorancia, propone métodos de tortura que, seguro la bestia ha olvidado, desde la asamblea del año XIII están abolidos. Porque lo que hace el Seco del Arroyo es propiciar la tortura. Nada más, ni nada menos. Las gárgaras psicologizantes, su eructo jurídico, sus flatos de pestilencia educativa, no logran ocultar, más allá del tufo podrido que emiten, que este coradini hacia el fascismo está haciendo apología de tratos degradantes. Y en menores. Para que no queden dudas de su calaña. Quizá esté esperando una beca del Mosad, o realizar una pasantía en la cárcel de Guantánamo, o quizá volar en una cárcel clandestina, de esas con las que el imperio obsequia sin necesidad de visa. Es tan bestial el discurso de la bestia, tan miserable su argumentación, que ni siquiera la lengua sucia que propone el poeta Vicente Zito Lema puede abarcarla. Leer, verlo, es como ir a un spa donde circulen líquidos cloacales. Pero la Bestia sabe que será nuevamente electo no a pesar de su bestialidad, sino justamente por ella. Cuanto más bestia, más botos. Sí, como lo lees: más botos, Vestia. Es mejor atacar el lenguaje que atacar los cuerpos. Pero, Bestia y todo, sabe que no está solo. Para nada. Legiones de hombres lobo, vampiros, serpientes, demócratas de mierda, forros pacifistas, ni siquiera osarán el más elemental acto de dignidad: demandarlo por apología del delito. Pedirle la inmediata renuncia, echarlo de ese Consejo de Bestialidad de los Secos a los latigazos, porque lo que estamos debatiendo es, además del agujero de ozono, el agujero del humanismo que aún resiste. Todas las Bestias Todas se reunirán con el amparo incondicional de los Tres Poderes del quebrantado Estado de Desecho para evadir toda acción sobre este mentor de la mano dura, pero que por las dudas de no ser tan dura como es necesario y menester, se prolonga en el látigo. ¿Conocerá la Bestia Seca que el suplicio de los azotes fue perfeccionado en la rusia zarista, con el látigo conocido como el knut? Los pobres desgraciados azotados tenían además que soportar agua salada en sus heridas para que éstas no cerraran. La Bestia del Arroyo hubiera disfrutado los latigazos al nazareno, acusado por el Concejo Municipal de esos tiempos de delitos y atrocidades.La máscara del pobre de hoy es el delincuente juvenil. Los pibes chorros. Pero es una máscara, que con el trato degradante que las Bestias propician, no es difícil que quede soldada al rostro. El verdadero rostro es de un niño, una niña, un adolescente, asustado, hambreado, aterido de frío o hirviendo de calor, sucio, abusado, malquerido, olvidado.Pero es más fácil, más simple, más cobarde, mirar y actuar contra las máscaras que, con amor, con bondad, con tolerancia, con paciencia, develar ese rostro sufriente. Y postrarse humillado frente a todos los san francisco de asis de la actualidad. Para eso, otras Bestias deben morir. Al menos, morir simbólicamente para que ésta democracia sea algo más que el aniversario repetido de una elección lejana.

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