domingo, 18 de julio de 2010

"EL FRACASO ES EL ÚNICO PECADO SIN REDENCIÓN"


Eduardo Galeano conversó con el equipo de Carbono 14, el regreso (AM 870 - lunes a viernes de 18 a 20 hs). Entendiendo al fútbol como metáfora de la vida, Galeano reivindica la afirmación que tan en discusión estuvo estos días: sí se juega como se vive.


Eduardo Anguita: –La primera pregunta, inevitable: ¿cómo vivís la jornada para el sábado de los celestes?
–Esperando que termine porque me gustaría volver a respirar. Cuando era chiquito la maestra siempre me decía: “Respirá Eduardito, que es importante”. Ahora llevo casi un mes sin poder respirar.
E.A.: –¿Te imaginabas que iban a llegar a esta instancia?
–La verdad, que no. Una de las paradojas que permiten creer en el fútbol es que Uruguay fue el peor clasificado y terminó entre los 4 mejores. O sea, esa capacidad de sorpresa y que es la clave de éxito popular. Es un deporte lleno de expertos que lo planifican y discuten pero se parece tanto a la vida que sorprende sin descanso. Llegamos últimos y ahora estamos entre los primeros con un fútbol bastante lindo y altivo. Es un juego que ofrece calidad y dignidad; es un fútbol que no se rinde, que no se entrega. Cuando estábamos cerca de ser campeones del mundo –por lo menos así lo sintió la gente–, algunos cardiólogos salieron a la prensa para advertir a la población que la excesiva felicidad puede ser peligrosa para la salud. Eso salió en los diarios antes de que perdiéramos en un partido muy reñido contra Holanda. Yo lo celebré. ¡Qué suerte morir de excesiva felicidad! Lo que siempre quise, toda la vida esperando una alegría así.
Hernán Brienza: –Después de la eliminación de Argentina en el Mundial hubo una línea que podría llamarse “los sociólogos del centro a segundo palo” o “los ingenieros termonucleares que analizan fútbol” y hacen una crítica feroz a Diego Armando Maradona. ¿Qué opinás de Diego?
–Lo que pasa es que él no contribuye demasiado. En la conferencia de prensa podría haber sido más humilde y autocrítico. No puede ser que cuando un periodista le sugiere que la Selección jugó partida al medio, sin mucha conexión entre la defensa y el ataque, reaccione casi insultándolo; esas cosas caen mal. Yo lo lamento por él, porque lo quiero y lo respeto mucho. Debería actuar con más humildad, no hay que engrupirse mucho con las glorias de este mundo. José Martí supo decirlo mejor que nadie: “Todas las glorias del mundo caben en un solo grano de maíz”.
Javier Vicente: –En Argentina se instaló el debate de si se juega como se vive. ¿Te parece pertinente? ¿Pensás que Uruguay juega como viven los uruguayos?
–De algún modo, sí. Dime cómo juegas y te diré quién eres. Pasa que en el mundo de hoy –esto que llaman mundo globalizado– se imponen modos de vida que se universalizan y entonces en el fútbol –como en todo lo demás– se juega para ganar y no por el placer de jugar, sino por el deber de ganar. Hoy está prohibido perder y el fracaso es el único pecado que no tiene redención. Por suerte, todavía se conservan algunos rasgos peculiares de cada país.
E.A.: –¿Qué le dejó a los millones de televidentes que el Mundial haya sido en el continente más pobre del mundo, en donde mueren más chicos, en donde hasta hace poco había esclavos?
–No lo sé. Eso no podría decírtelo. Fijate que este mundial es un ejemplo vivo de lo que es la emigración. El partido entre Ghana y Alemania, por ponerte un ejemplo: todos los jugadores de Ghana juegan fuera de Ghana. Y todos los jugadores de Alemania juegan en Alemania. Ahí hubo una situación que es como una metáfora del mundo actual: los hermanos Boateng de Ghana. Uno vistió la camiseta de Ghana y otro la de Alemania. La realidad es una señora muy loca –eso ya se sabe– pero a la vez es poeta. Todo el tiempo está diciendo con metáforas muy certeras.
H.B.: –Hablás de metáforas, de realidades. ¿Cómo ves este momento latinoamericano?
–Son lindos tiempos los que estamos viviendo, pero estamos aún muy lejos de empezar a trabajar juntos, no en los discursos que pronunciamos, sino en las cosas que hacemos cada día. Nuestros países han sido creados desde los tiempos coloniales, amaestrados para el odio mutuo, para la mutua ignorancia y desprecio. Por eso nos cuesta mucho avanzar juntos. Fijate en el fútbol: acá hubo muchos uruguayos que celebraron la derrota de Argentina con Alemania. Yo salí a la televisión para decir que eso me daba asco pero, me diera asco o no, el hecho es que ocurrió y muchos argentinos celebraron la derrota de Brasil y cosas de esas. Vos me dirás: “Bueno, son cosas del fútbol”… pero el fútbol es un espejo del mundo y de la vida.

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