viernes, 9 de julio de 2010

CONVERTIR LA REBELDÍA EN UNA ACTITUD TRANSFORMADORA


La exclusión es el caldo de cultivo de todo tipo de violencia. Como parte de la sociedad está edificada sobre la exclusión, los adolescentes que suelen ser identificados como los chicos de las esquinas manifiestan de diferentes formas el rechazo que sienten por una comunidad que los margina y no les da oportunidades para desarrollarse. Algunos se enferman, otros agreden o subliman su dolor con recursos espirituales", comenta Eduardo Balán de El Culebrón Timbal, asociación con base en Cuartel Quinto, Moreno, provincia de Buenos Aires.

Formada en 1997 por artistas, comunicadores y educadores que hacían Aguante cultura, un espectáculo que intentaba mostrar fragmentos de la cruenta problemática de los 26 municipios que rodean a la ciudad de Buenos Aires, es una de las entidades cuyas acciones creativas formaron una red de contención social y de estímulo en segmentos de los populosos y empobrecidos barrios del GBA.


Cambio y pertenencia

La gente de El Culebrón Timbal convirtió sus actos en propuestas de trabajo destinadas a prevenir comportamientos violentos y construir una sociedad que no permita la exclusión. Para hacerlo invitan a los jóvenes a involucrarse en el cambio, desarrollar sentimientos de pertenencia y convertir la rebeldía en una actividad transformadora. Utilizan la música, la danza, el teatro popular, las murgas y los encuentros artísticos barriales, disciplinas que ayudan a expresar anhelos, ideales y frustraciones.


Con espíritu solidario formaron una productora-escuela de contenidos culturales. Dictan talleres en la zona de Moreno y José C. Paz en los que participan 200 chicos, capacitan productores culturales y comunicadores barriales. Hasta el momento trabajaron con 200 ONG y 30 000 vecinos, y realizaron presentaciones en las provincias.


"Los capacitamos en diseño gráfico y sonido, entre otras disciplinas, para que tengan un oficio. El Culebrón Timbal integra la Red Cultural Solidaria del conurbano bonaerense que incluye entidades como Labranza, Comunidad Organizada, Defensores del Chaco y El Colmenar", aclara Balán, maestro de profesión.


Otras experiencias

Desde Córdoba, la Fundación Matras no se ocupa directamente de aplacar la violencia porque la consideran un síntoma emergente de causas sociales profundas, pero con sus proyectos lo hace indirectamente al rastrear y tratar las causas de las desigualdades. Tres años atrás empezaron realizando un relevamiento artístico-artesanal en la provincia y comenzaron a poner en práctica el programa Mientras creamos, que tiene como fin la promoción social de chicos en conflicto con la ley penal.


Gabriel Casas, del equipo, explica que efectúan talleres culturales, recitales, conciertos; están preparando la revista digital Los Pormenores, y editan una fotonovela que cuenta la trayectoria cotidiana de los chicos con problemas con la justicia, en la que identifican todos los derechos que se vulneran en el proceso.


"La clave de llegar a los más jóvenes -aclara Casas- es la simetría educativa, eso que dice Paulo Freire: Nadie educa a nadie... los hombres se educan en comunión y el mundo es el mediador. Intentamos desnaturalizar las situaciones que empujan al riesgo. El arte desestructura estrategias de percepción y las comunicaciones rutinarias y estereotipadas. Nos encontramos con chicos que dicen que se sorprenden al ver que pueden pintar, hacer una pulsera o una vela."


A los ejemplos mencionados se unen innumerables tareas que efectúan grupos que trabajan con títeres dándoles un uso social determinado. El equipo El Escondite es uno de los tantos. Logran que cientos de muñecos tomen vida entre los niños de los colegios rurales de parajes del norte cordobés, escuelas serranas a las que los alumnos llegan a lomo de burro después de transitar largos kilómetros.


Como parte del proyecto Entretelones, despliegan los personajes y el escenario para que las voces acerquen mensajes que movilizan las tramas interiores de esas pequeñas almas ayudándolos a descubrir nuevas posibilidades en sus, hasta ese momento, acotados mundos.


La propuesta de psicólogos, educadores y profesores de lengua convertidos en expertos titiriteros une a los pobladores de las comunidades, se ensambla a programas de preparación de docentes colaborando así con el desarrollo de los saberes de los estudiantes y ayudándoles a mejorar la autoestima y a innovar en sus propias vidas.


Las entidades deportivas hacen una labor importante. La Fundación Defensores del Chaco de la provincia de Buenos Aires complementa su misión de apoyar la inclusión de los jóvenes, basada en principio en la práctica del deporte, con el ejercicio de las artes.


Su Centro Cultural Mensajes del Alma fortalece las inquietudes de los vecinos. Impulsa talleres creativos que incluye aprender a tocar varios instrumentos, percusión, crear murales y producir tejidos. La expresión funciona como un talismán para despertar talentos dormidos y encauzar energías que de otra forma tal vez pueden llegar a ser negativas para la propia vida o una trampa que impida acceder a una existencia digna.


En el centro capacitan a los interesados en varios rubros, planifican las actividades en conjunto pensando en valores comunes ya que incorporan herramientas que los ayudan a reflexionar en la realidad y a buscar soluciones. De este espacio ha surgido el Congreso Murguero, un lugar en el que se aprende baile y maquillaje, decoración de trajes y organización de corsos.


Cursos para chicos

En la tarea de mermar la angustia social entre los jóvenes de escasas posibilidades se involucran incluso salas de exposiciones armando talleres en zonas marginales. Es el caso de Belleza y Felicidad. Esta pintoresca galería de Almagro, cercana al taller de producción de libros Eloísa Cartonera, abrió una sucursal en Villa Fiorito para exponer la obra de la gente del lugar y da cursos de plástica a los chicos que van a buscar su comida al comedor Pequeños Traviesos.


Esto no es todo, sino pinceladas o muestras de un abanico de sueños, de museos itinerantes y comprometidos que pretenden aliviar las oscuras capas de la violencia que puja por salir ante tantas desigualdades y omisiones. Un mundo dentro de miles de mundos, la violencia se aplaca y convierte en un escalón hacia otro tipo de libertades, permisos y pasiones.


María Teresa Morresi

No hay comentarios:

Publicar un comentario