La tendencia nació en EE.UU. hace siete años. Aquí ya se ve en Palermo y en plazas.
Por Diana Warszawski
Bombas de hilo, grafiti de lana, guerrilla de tejido. Son las traducciones de “ Yarn Bombing” , un estilo arte urbano que empezó hace siete años en Estados Unidos, se expandió por el mundo y despunta en Buenos Aires. La idea es vestir multicolor la Ciudad con lana tejida , desde postes a árboles y monumentos.
En una esquina de Palermo, frente a un café, impacta un árbol envuelto en telas de araña de lana . Su autora, Licia Santuz, una artista plástica italiana, comenta asombrada: “Aquí la gente respeta y agradece mis tejidos; en Italia los arrancaban como si fueran vandalismo”. Y elogia a Buenos Aires. “Para mí es mágica, a la vez obsoleta y moderna”, perfecta, por eso, para combinar un arte nuevo con otro milenario, el tejido.
Licia (57) se instaló en el país en 2002 y fue la pionera del movimiento local, cuando hace tres años descubrió la técnica por TV: “Algo se apoderó de mí, la sensación de una libertad absoluta, la belleza que da la alegría del color”, explica. Cansada de pintar sola y de galerías de arte, dice que el grafiti de lana –especie de caos ordenado– es un arte abierto. “No necesita escuela, es espontáneo, liviano, sin filosofía y ecológico; cuando se pone feo se corta solo”.
El único fin es dar calidez a los relieves urbanos de cemento y de metal. “Llamar la atención para que la gente se pare, mire la ciudad y reflexione sobre cómo puede mejorarla”, dice Lucía Dueñas, una diseñadora textil que, junto con otra, el 11 de junio pasado instaló tejidos en Plaza Rivadavia para festejar el primer Día Internacional de Yarn Bombing , así elegido por sus adeptos vía Facebook.
Licia llama a su proyecto Knitting Baires y también teje por encargo para negocios y hoteles –cobra unos $ 300 para piezas de 3 x 1,5 metros–, y lo próximo será para una columna en la Legislatura. Tiene, además, seguidores anónimos; junto a sus tejidos sobre postes de luz de Villa Crespo y jacarandás en los bosques de Palermo, hay otros por Caballito y Colegiales que no son suyos.
La texana Magda Sayeg inició la movida en 2005 cuando vistió una manija de su negocio en Houston. En 2010 hizo una intervención para un festival de música en Mar del Plata. La técnica se expandió a China, Australia, Suecia, Inglaterra y Canadá. Es sólo cuestión de poner “agujas a la obra”.
LA NATURALEZA,NO NECESITA,NADA PARA MEJORAR,YO CON ESA LANA CALENTARIA,LOS PIES FRIOS,DE TANTOS CHICOS,EN ARGENTINA,BEATRIZ,TEJEDORA
ResponderEliminarBeatriz una cosa no quita la otra, es muy bonito vestir la ciudad de colores, y lo que vos propones también es necesario, pero no le quites importancia... son dos cosas muy distintas.
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