La discapacidad forma parte de la condición humana”, dijo ayer Margaret Chan, la directora general de la Organización Mundial de la Salud. Sin embargo, la realidad es que aún hoy las personas con discapacidad –que ya son el 15% de la población mundial– no están totalmente integradas en la sociedad, ni respetadas en sus derechos a la educación, la salud o al trabajo.
Las palabras de la titular de la agencia sanitaria de la ONU forman parte de la presentación del primer informe sobre discapacidades elaborado por la OMS y el Banco Mundial.
El reporte identifica los obstáculos que enfrentan las personas y aporta recomendaciones desde un punto de vista comunitario : enfatiza en que las discapacidades deben ser una preocupación de todos, incluyendo a los gobiernos.
El popular científico británico Stephen W Hawking participa en el prólogo. Desde hace décadas anda en silla de ruedas por una enfermedad neuromotora. “Mi éxito en la física teórica me ha asegurado el apoyo necesario para vivir una vida digna de ser vivida. Está claro que la mayoría de las personas con discapacidad tienen enormes dificultades para sobrevivir cotidianamente, no digamos ya para encontrar un empleo productivo o para realizarse personalmente”.
En 1970, la población con discapacidad alcanzaba sólo el 10%. Las causas del aumento son el mayor envejecimiento (las personas ancianas tienen un mayor riesgo de discapacidad) y el incremento global de problemas crónicos, como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y los trastornos mentales.
Entre las barreras que producen desventaja, se señala que los gobiernos no incluyen a los discapacitados cuando formulan sus políticas , especialmente en el campo de la educación. Que las actitudes negativas de maestros y otros niños influyen en la inclusión de discapacitados en escuelas convencionales. Y que muchos empleadores creen -prejuiciosamente- que los discapacitados son menos productivos.
Por si fuera poco, los discapacitados enfrentan también problemas en la atención médica, la rehabilitación y la asistencia, y se les da poca participación : no se les pregunta cómo se los puede ayudar. Persisten barreras en el acceso a edificios, al transporte y a las tecnologías.
La Argentina no está fuera del problema. “En nuestro país, son muchas las asignaturas pendientes para que la Convención Internacional de Derechos Humanos sea una realidad para las personas que viven con discapacidad”, opinó Beatriz Pelizari , directora estratégica de la ONG La Usina (www.lausina.org), y es emprendedora social de Ashoka. “La realidad de las personas con discapacidad es crítica”. Un paso importante sería que las leyes de discapacidad vigentes en Argentina se cumplan. “Eso ya sería revolucionario”.
Experiencias que son ejemplo
Algunas buenas experiencias sobre discapacidad fueron resaltadas por la OMS. En el informe, se mencionó iniciativas como la de Curitiba, Brasil, donde el sistema de transporte público facilita el acceso de las personas con discapacidad.
En Mozambique y Tanzania se hacen talleres en Braille y con lenguaje de signos para informar sobre el virus del sida a jóvenes con discapacidades.
En Vietnam, los niños con discapacidades puedan asistir a las escuelas generales.
El reporte identifica los obstáculos que enfrentan las personas y aporta recomendaciones desde un punto de vista comunitario : enfatiza en que las discapacidades deben ser una preocupación de todos, incluyendo a los gobiernos.
El popular científico británico Stephen W Hawking participa en el prólogo. Desde hace décadas anda en silla de ruedas por una enfermedad neuromotora. “Mi éxito en la física teórica me ha asegurado el apoyo necesario para vivir una vida digna de ser vivida. Está claro que la mayoría de las personas con discapacidad tienen enormes dificultades para sobrevivir cotidianamente, no digamos ya para encontrar un empleo productivo o para realizarse personalmente”.
En 1970, la población con discapacidad alcanzaba sólo el 10%. Las causas del aumento son el mayor envejecimiento (las personas ancianas tienen un mayor riesgo de discapacidad) y el incremento global de problemas crónicos, como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y los trastornos mentales.
Entre las barreras que producen desventaja, se señala que los gobiernos no incluyen a los discapacitados cuando formulan sus políticas , especialmente en el campo de la educación. Que las actitudes negativas de maestros y otros niños influyen en la inclusión de discapacitados en escuelas convencionales. Y que muchos empleadores creen -prejuiciosamente- que los discapacitados son menos productivos.
Por si fuera poco, los discapacitados enfrentan también problemas en la atención médica, la rehabilitación y la asistencia, y se les da poca participación : no se les pregunta cómo se los puede ayudar. Persisten barreras en el acceso a edificios, al transporte y a las tecnologías.
La Argentina no está fuera del problema. “En nuestro país, son muchas las asignaturas pendientes para que la Convención Internacional de Derechos Humanos sea una realidad para las personas que viven con discapacidad”, opinó Beatriz Pelizari , directora estratégica de la ONG La Usina (www.lausina.org), y es emprendedora social de Ashoka. “La realidad de las personas con discapacidad es crítica”. Un paso importante sería que las leyes de discapacidad vigentes en Argentina se cumplan. “Eso ya sería revolucionario”.
Experiencias que son ejemplo
Algunas buenas experiencias sobre discapacidad fueron resaltadas por la OMS. En el informe, se mencionó iniciativas como la de Curitiba, Brasil, donde el sistema de transporte público facilita el acceso de las personas con discapacidad.
En Mozambique y Tanzania se hacen talleres en Braille y con lenguaje de signos para informar sobre el virus del sida a jóvenes con discapacidades.
En Vietnam, los niños con discapacidades puedan asistir a las escuelas generales.
FUENTE: Clarín (Por Valeria Román)
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