El rector de la UNGS Eduardo Rinesi, sostiene que por primera vez en el país, con las mejoras económicas, la obligatoriedad de la secundaria y la Asignación por Hijo, la formación universitaria puede pensarse “como un derecho tendencialmente universal”.
“Quizá por primera vez en Argentina podemos pensar a la educación superior como un derecho”, plantea el rector de la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS), Eduardo Rinesi, en esta entrevista con Página/12. Y luego explica: “Cuando se garantiza la obligación de la educación secundaria, fijada por ley, y cuando el Estado brinda las posibilidades materiales para poder ejercerla, cosas que suceden en este momento en nuestro país, entonces podemos hablar de la educación superior como un derecho”.
–¿Qué rol cumple la UNGS en el territorio donde está arraigada?
–Nuestra universidad está emplazada en Los Polvorines, en el segundo cordón del conurbano bonaerense. En esa zona, socialmente muy castigada, cumple la función fundamental de garantizar a miles de jóvenes la posibilidad efectiva y cierta de ejercer el derecho a una educación superior del más alto nivel.
–La educación superior no forma parte de la educación obligatoria.
–Desde luego. Pero hoy podemos pensarla, quizá por primera vez, como un derecho. Como un derecho universal o, por lo menos, tendencialmente universal. Porque lo que hoy sí es obligatorio es terminar la escuela secundaria. Y eso, sumado a cierta recuperación económica general y a un conjunto de medidas de política social y educativa –como la Asignación Universal por Hijo, que ofrece a las familias las condiciones materiales para cumplir esa obligación–, nos va dejando una cantidad creciente de jóvenes a las puertas de los estudios superiores y en condiciones y con ganas de iniciarlos. La obligación de nuestras universidades –y por eso es tan importante que hoy haya muchas de ellas más cerca del lugar de residencia de esos jóvenes– es garantizarles el ejercicio efectivo y exitoso de ese derecho a continuar su formación.
–La UNGS está en pleno proceso de revisión de sus planes de estudio. ¿Por qué creen necesario rediseñar las carreras?
–Hace tiempo veníamos detectando la necesidad de tener carreras mejor estructuradas, más pertinentes, más cursables. Tenemos la firme convicción de que eso permitirá que nuestros estudiantes tengan una formación mejor y al mismo tiempo que puedan completarla en plazos razonables y con una reducción de los índices de abandono que hoy tenemos, que son, como en todo el sistema, más altos que lo que resulta aceptable.
–A diferencia de otras universidades, como la UBA, que se divide en facultades, la UNGS está estructurada en institutos. ¿Cómo trabajan?
–Esta forma de organización responde a la centralidad que tiene la actividad de investigación en la organización del trabajo académico. Los institutos se estructuran en función de grandes campos de problemas de investigación: la ciudad, la industria, la ciencia, la educación. En varios de esos campos, por cierto, la UNGS puede exhibir investigaciones de punta y contribuciones al sistema nacional de ciencia y técnica de primerísimo nivel. Los institutos tienen en general una organización multidisciplinar y se benefician de la alta dedicación horaria, exclusiva o semiexclusiva, de nuestros investigadores-docentes. Esta misma expresión, investigadores-docentes, indica la vocación de la universidad por articular estas dos funciones fundamentales de la actividad académica. De hecho, a los institutos les corresponde, además de la organización de la actividad de investigación, la planificación y el dictado de tramos específicos de las distintas carreras que tenemos: el Instituto de Ciencias es responsable de la formación general y básica de todos los estudiantes; los institutos de Industria, del Conurbano y del Desarrollo Humano tienen a su cargo los segundos ciclos de sus diferentes licenciaturas, profesorados e ingenierías.
–¿Y con respecto a las acciones con la comunidad?
–La UNGS tiene una fuerte inserción territorial, un fuerte vínculo con el mundo social y con las instituciones de la zona. Este vínculo se expresa a través de diferentes tipos de acciones, entre los que menciono tres. Uno, los servicios a la comunidad, que nos permiten atender necesidades y demandas de diferentes organizaciones y aprender en la interacción con ellas. Otro, la actividad de nuestra biblioteca, que además es el núcleo de una activa red de bibliotecas públicas, populares y escolares de la región. Y tercero, la intensa vida de nuestro centro cultural, cuya sede está en el centro de San Miguel, y cuyas actividades artísticas, de muy diverso tipo, tratamos también de acercar a nuestros estudiantes aquí, en el campus.
–Llaman la atención los cuadros expuestos en los muros de la universidad: hay un Berni, un De la Cárcova... ¿Por qué están ahí?
–Se nos ocurrió que podía ser interesante exhibir estas gigantografías de algunas grandes obras de la historia de la pintura argentina en los muros de la universidad. Ahí están Manifestación, Sin pan y sin trabajo, y también reproducciones de Blanes, de Noé, de Suárez... Ojalá sirva para que, caminando por la universidad, estudiantes y profesores encontremos motivos para reflexionar sobre la historia y la política nacional a través de las obras de nuestros grandes artistas.
Capacitación no docente
La UNGS está desarrollando un programa especial de formación para sus trabajadores no docentes. ¿En qué consiste? “La universidad tiene un cuerpo administrativo reducido y altamente calificado –explicó a este diario el rector Eduardo Rinesi–. Y hemos querido reforzar esta calificación a través del dictado de una Diplomatura en Gestión Universitaria, que estamos ofreciendo subsidiada al ciento por ciento por la universidad, para el personal con título secundario. Nos proponemos, el año que viene, abrir esta oferta a cuadros técnicos de otras universidades del sistema y avanzar con un curso de posgrado destinado al personal que cuenta ya con un título universitario.”
“Quizá por primera vez en Argentina podemos pensar a la educación superior como un derecho”, plantea el rector de la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS), Eduardo Rinesi, en esta entrevista con Página/12. Y luego explica: “Cuando se garantiza la obligación de la educación secundaria, fijada por ley, y cuando el Estado brinda las posibilidades materiales para poder ejercerla, cosas que suceden en este momento en nuestro país, entonces podemos hablar de la educación superior como un derecho”.
–¿Qué rol cumple la UNGS en el territorio donde está arraigada?
–Nuestra universidad está emplazada en Los Polvorines, en el segundo cordón del conurbano bonaerense. En esa zona, socialmente muy castigada, cumple la función fundamental de garantizar a miles de jóvenes la posibilidad efectiva y cierta de ejercer el derecho a una educación superior del más alto nivel.
–La educación superior no forma parte de la educación obligatoria.
–Desde luego. Pero hoy podemos pensarla, quizá por primera vez, como un derecho. Como un derecho universal o, por lo menos, tendencialmente universal. Porque lo que hoy sí es obligatorio es terminar la escuela secundaria. Y eso, sumado a cierta recuperación económica general y a un conjunto de medidas de política social y educativa –como la Asignación Universal por Hijo, que ofrece a las familias las condiciones materiales para cumplir esa obligación–, nos va dejando una cantidad creciente de jóvenes a las puertas de los estudios superiores y en condiciones y con ganas de iniciarlos. La obligación de nuestras universidades –y por eso es tan importante que hoy haya muchas de ellas más cerca del lugar de residencia de esos jóvenes– es garantizarles el ejercicio efectivo y exitoso de ese derecho a continuar su formación.
–La UNGS está en pleno proceso de revisión de sus planes de estudio. ¿Por qué creen necesario rediseñar las carreras?
–Hace tiempo veníamos detectando la necesidad de tener carreras mejor estructuradas, más pertinentes, más cursables. Tenemos la firme convicción de que eso permitirá que nuestros estudiantes tengan una formación mejor y al mismo tiempo que puedan completarla en plazos razonables y con una reducción de los índices de abandono que hoy tenemos, que son, como en todo el sistema, más altos que lo que resulta aceptable.
–A diferencia de otras universidades, como la UBA, que se divide en facultades, la UNGS está estructurada en institutos. ¿Cómo trabajan?
–Esta forma de organización responde a la centralidad que tiene la actividad de investigación en la organización del trabajo académico. Los institutos se estructuran en función de grandes campos de problemas de investigación: la ciudad, la industria, la ciencia, la educación. En varios de esos campos, por cierto, la UNGS puede exhibir investigaciones de punta y contribuciones al sistema nacional de ciencia y técnica de primerísimo nivel. Los institutos tienen en general una organización multidisciplinar y se benefician de la alta dedicación horaria, exclusiva o semiexclusiva, de nuestros investigadores-docentes. Esta misma expresión, investigadores-docentes, indica la vocación de la universidad por articular estas dos funciones fundamentales de la actividad académica. De hecho, a los institutos les corresponde, además de la organización de la actividad de investigación, la planificación y el dictado de tramos específicos de las distintas carreras que tenemos: el Instituto de Ciencias es responsable de la formación general y básica de todos los estudiantes; los institutos de Industria, del Conurbano y del Desarrollo Humano tienen a su cargo los segundos ciclos de sus diferentes licenciaturas, profesorados e ingenierías.
–¿Y con respecto a las acciones con la comunidad?
–La UNGS tiene una fuerte inserción territorial, un fuerte vínculo con el mundo social y con las instituciones de la zona. Este vínculo se expresa a través de diferentes tipos de acciones, entre los que menciono tres. Uno, los servicios a la comunidad, que nos permiten atender necesidades y demandas de diferentes organizaciones y aprender en la interacción con ellas. Otro, la actividad de nuestra biblioteca, que además es el núcleo de una activa red de bibliotecas públicas, populares y escolares de la región. Y tercero, la intensa vida de nuestro centro cultural, cuya sede está en el centro de San Miguel, y cuyas actividades artísticas, de muy diverso tipo, tratamos también de acercar a nuestros estudiantes aquí, en el campus.
–Llaman la atención los cuadros expuestos en los muros de la universidad: hay un Berni, un De la Cárcova... ¿Por qué están ahí?
–Se nos ocurrió que podía ser interesante exhibir estas gigantografías de algunas grandes obras de la historia de la pintura argentina en los muros de la universidad. Ahí están Manifestación, Sin pan y sin trabajo, y también reproducciones de Blanes, de Noé, de Suárez... Ojalá sirva para que, caminando por la universidad, estudiantes y profesores encontremos motivos para reflexionar sobre la historia y la política nacional a través de las obras de nuestros grandes artistas.
Capacitación no docente
La UNGS está desarrollando un programa especial de formación para sus trabajadores no docentes. ¿En qué consiste? “La universidad tiene un cuerpo administrativo reducido y altamente calificado –explicó a este diario el rector Eduardo Rinesi–. Y hemos querido reforzar esta calificación a través del dictado de una Diplomatura en Gestión Universitaria, que estamos ofreciendo subsidiada al ciento por ciento por la universidad, para el personal con título secundario. Nos proponemos, el año que viene, abrir esta oferta a cuadros técnicos de otras universidades del sistema y avanzar con un curso de posgrado destinado al personal que cuenta ya con un título universitario.”
Entrevista: Agustín Saavedra.
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