domingo, 28 de agosto de 2011

LA MARCHA DEL NO



Se hizo en el Obelisco la Marcha de las Putas, contra todo tipo de violencia de género.


“Puta yo, puta tu madre”, decía el cartel naranja cargado por una nena de seis años, mochilita al hombro, mientras sonreía al bombardeo de flashes que la retrataba de espaldas al Obelisco. “Yo aborté y lo volvería a hacer”, gritaba una mujer con el torso desnudo, calzas negras y un cinto con pene a la cintura. “Ni puta ni paqueta, no te metas con mis tetas”, rabiaban en las primeras filas de la movilización. “Ey, baboso, yo elijo a quién me cojo”, advertían quienes cerraban la procesión. Esas postales inundaron ayer las avenidas Corrientes y Callao bajo la provocadora causa de la Marcha de las Putas, una manifestación en contra de cualquier forma de justificación de la violencia de género y un llamado a respetar que cuando una mujer dice “no significa no”.
“Marchamos por las que estamos acá, las que no están y por las que están buscando”, explicó una de las organizadoras del evento, megáfono en mano. La Marcha de las Putas o Slut Walk nació en Toronto, Canadá, en repudio a los dichos del policía canadiense Michael Sanguinetti, que durante una conferencia universitaria sobre seguridad ciudadana sostuvo que “las mujeres deberían dejar de vestirse como putas para evitar violaciones”. Entonces, para que “no se siga perpetuando y naturalizando la idea de que las mujeres son culpables del acoso y ataque sexual” se convocó por distintas redes sociales y el 3 de abril pasado se concretó la marcha. Concurrieron cientos de mujeres en tacos, con medias caladas y escotes bajo el lema “no significa no”, el mismo utilizado ayer en Buenos Aires y en Rosario, la semana pasada en Mar del Plata y el viernes 26 en Posadas, Misiones. “Eso que dijo el policía representa un modo de pensar que se vive cotidianamente también en Argentina. ¿Quién no ha escuchado decir en un boliche ‘cómo no le va a tocar la cola, si mirá cómo va vestida la mina’?”, explicó a Página/12 Pamela Querejeta Leiva, una de las organizadoras de la columna que partió desde el Obelisco al Congreso, en la Ciudad de Buenos Aires, e integrante de PAR, Periodistas de Argentina en Red por una Comunicación no sexista.
“Creemos que la marcha es una unión entre mujeres y hombres para pedir respeto a las libertades individuales de cada mujer”, destacó en diálogo con este diario Nadia Ferrari, otra organizadora en Buenos Aires. “La palabra puta se usa con una connotación negativa no importa la religión, nacionalidad, ni profesión. Hay que sacarle ese sentido –explicó– y, si por tener cierta actitud, soy una puta, prefiero ser una puta libre que ejerce sus derechos.” Por su parte, una de las convocantes en Rosario, Melina Pirez, señaló que la iniciativa es “por algo básico como el respeto, porque si hay algo que está naturalizado en la sociedad es justificar la violencia verbal, los abusos”. En ese sentido, la marcha “defiende el derecho de cualquier persona y en cualquier situación: la que es puta por el hecho de vender sexo y la que lo es por cómo se viste. Nadie tiene el derecho de agredirte”, argumentó.
La movilización se realizó en más de quince países, entre ellos, México, Nicaragua, Brasil, Inglaterra y Estados Unidos. “Aunque haya comenzado en otro país, esta marcha contribuye a la construcción de ciudadanía y eso es lo que hace que avancen las políticas públicas”, festejó la legisladora porteña María José Lubertino, entre la llamativa concentración que comenzó en una de las plazoletas en el Obelisco. En la convocatoria, algunas mujeres fueron de botas, medias de red y escotes, también hubo quienes redoblaron la apuesta. “Estoy vestida con basura”, explicó una joven que llevaba un atuendo de bolsas y papeles. Hubo quienes fueron vestidas como siempre, como una chica de estricto negro que explicó que “yo siempre me visto así”.
El reclamo por la legalización del aborto fue protagonista durante la movilización. “Sacá tus rosarios de mis ovarios” y “pastillas para no abortar, aborto legal para no morir” consignaban cientos de mujeres. “Putas, sí. Cómplices del clero, (...) los proxenetas, las redes de trata y las muertes por abortos clandestinos, no”, señalaba en un volante la agrupación Las Piqueteras. También acompañaban una ONG por el cumplimiento de la Ley de Talles, AnyBody Argentina, y la agrupación bajo el cartel “Algo más que putas humanistas”. “Alerta, alerta, alerta que camina –cantaron–, la marcha de las putas por América latina.”
Informe: Rocío Magnani.
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