Con el nuevo mandato, el primero bajo la flamante Carta Magna, quedó definitivamente inaugurado el Estado Plurinacional, que dejó atrás a la República liberal que gobernó el país por 180 años, según dijo el presidente Morales.
Por Sebastián Ochoa
Desde La Paz
Por Sebastián Ochoa
Desde La Paz
“Por la patria y el pueblo, sí juro”, respondió Evo Morales con el puño izquierdo en alto y la mano derecha en el pecho. Su vicepresidente, Alvaro García Linera, le había pedido prometer “por los próceres de la liberación, por los héroes que dieron la vida por el pueblo boliviano y por la igualdad de todos los seres humanos” que de-sarrollará su segunda presidencia “en estricto cumplimiento de la Constitución y leyes”. Así quedó definitivamente inaugurado el Estado Plurinacional, que dejó atrás a la República liberal que gobernó el país por 180 años, según Morales. Ayer dio un informe sobre su gestión anterior a la Asamblea Legislativa Plurinacional, que sesionó por primera vez para cumplir la ceremonia de investidura presidencial.
El acto de posesión en el Palacio Legislativo tuvo una solemnidad equiparable al encuentro en Tiwanaku, el jueves, cuando los pueblos indígenas lo designaron “guía espiritual”. Los dos días de ceremonias de asunción estuvieron repletos de símbolos con los que se pretendió demostrar que finalizaba el Estado “monocultural” y empezaba otro, el de “la nueva Bolivia”, de acuerdo con los discursos del Ejecutivo.
Ayer a las 8.30, los 166 legisladores se reunieron en la puerta de la Vicepresidencia y desfilaron dos cuadras hasta la sede de la Asamblea, ex Congreso del “Estado colonial”. En la plaza Murillo había miles de indígenas, campesinos y turistas que aguardaban la entrada al Legislativo de varios presidentes, entre ellos Morales, que fue aclamado por la concurrencia –especialmente argentinos–, que gritaba fascinada, como si se tratara de Los Beatles.
A las 10, como estaba previsto, los asambleístas enviaron una delegación a la Vicepresidencia para que llevaran a García Linera ante la presidenta del Senado, Ana María Romero de Campero. Fueron Pedro Nuni, legislador del pueblo indígena mojeño; Rebeca Delgado; Jorge Medina, que representa a los afrobolivianos; y María Elena Méndez, la única del grupo que no respondía al oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS). Hasta que lo trajeron, en cinco minutos, la Asamblea estuvo en cuarto intermedio.
García Linera, sociólogo y matemático, estuvo preso entre 1992 y 1997 acusado de terrorismo por atentar contra una antena eléctrica junto al Movimiento Revolucionario Tupaj Katari (MRTK). Entró en el Palacio Legislativo entre sonidos de pututus y humos de sahumerio dispersados por un grupo de amautas. Entregó la medalla José Antonio de Sucre, usada por los vicepresidentes, que decía “República de Bolivia”. La presidenta del Senado le colocó otra similar, pero que tiene escrito “Estado Plurinacional de Bolivia”. En ese instante fue designado presidente nato de la Asamblea.
En su discurso, remarcó que “nuestra modernidad estatal, la que vamos a construir y la que estamos construyendo con el liderazgo popular, es muy distinta a la modernidad capitalista. Hay que ponerle nombre: nuestro horizonte estatal es un horizonte socialista”. Y agregó que “el socialismo es bienestar, es comunitarizar la riqueza. Es lo que hacían nuestros antepasados, solamente que en una escala mayor con tecnología y con modernidad productiva”.
Para García Linera, “no será fácil. Quizá tardemos décadas, quizá cueste siglos, pero está claro que los movimientos sociales no pueden ser poder sin plantearse un horizonte socialista y comunitario para construirlo con la voluntad de todo el pueblo, sobre la base del bienestar y del vivir bien”.
Evidenció que una de las principales dificultades está en “los poderes imperiales, a los que no les gusta la soberanía de los pueblos. No están contentos con que se expanda la igualdad”.
El vicepresidente mandó al grupo de asambleístas que lo había traído al Palacio Quemado, donde Morales y su gabinete esperaban. Para ir hasta el otro edificio pasaron por la plaza Murillo, donde cientos de policías y militares crispados contenían a miles de personas cargadas de wiphalas, además de banderas bolivianas y de otros países.
Morales dejó la banda presidencial antigua y recibió la nueva, que incluye la wiphala, bandera de los pueblos indígenas del Qollasuyu. Los antiguos símbolos del Ejecutivo fueron guardados en cajas de vidrio, que cuatro soldados del regimiento de Infantería Colorados custodiaban. Las cajas quedarán para la historia en el Banco Central.
En el hemiciclo, hasta el año pasado había un cuadro de Simón Bolívar y otro de Sucre, considerados “padres de la patria”. Para resaltar la plurinacionalidad, en la Asamblea se agregó un cuadro con Túpac Katari y Bartolina Sisa, que en 1780 tuvieron sitiada a la ciudad de La Paz por tres meses, junto a 12 mil indígenas. Bolívar y Sucre fueron reunidos en un solo cuadro, porque según la cosmovisión andina nadie está completo si es uno solo. Si son dos, en cambio, hay complementariedad y armonía.
Morales fue posesionado según la ley 001, del 20 de enero de 2010. Cuando comenzó sus “palabras al pueblo boliviano”, destacó la amplia presencia de sombreros, gorros andinos, ponchos, cascos de mineros. “Esta Asamblea parece un concurso de sombreros, de guardatojos, de vestimentas. Aunque también hay hermanos de corbata”, observó. En este sentido, expresó que próximamente espera ver la misma variedad en el Poder Judicial, donde todavía campean las corbatas.
“Tuvimos que esperar 180 años para refundar un nuevo país, por eso garantizamos un Estado Plurinacional donde todos, incluidos los originarios, tengamos los mismos derechos”, dijo.
Morales indicó que los cambios vividos en el país durante los últimos 15 años son fruto de la movilización de la población y de las organizaciones sociales. “Quiero trabajar cinco años más junto al pueblo y sometido a sus mandatos para promover el desarrollo, la unidad e integración de Bolivia”, prometió.
En su mensaje, el presidente no sólo se dirigía a sus connacionales, sino a todo el mundo, convencido de que se necesita un esfuerzo global para salvarlo de la destrucción causada por el sistema capitalista. “Yo quiero hacer un llamado hoy a los países desarrollados, industrializados o del Occidente. Mi pedido es que hay que acabar con el hambre y no con el hombre. Hay que acabar la miseria, la guerra y no acabar la naturaleza”, sentenció.
“No solamente tenemos la responsabilidad de salvar a Bolivia, tenemos la enorme responsabilidad, como indígenas, de salvar el mundo, salvando la Madre Tierra, la naturaleza”, agregó el mandatario.
El lunes, la Asamblea terminará de definir el reglamento de debates y comenzará a conformar las comisiones y comités. Luego deberán elaborar y aprobar más de cien leyes indispensables para aplicar la Constitución aprobada en enero de 2009.
Morales solicitó que la primera en aprobar fuera la ley Marcelo Quiroga Santa Cruz, para la investigación de fortunas, y que estuvo trabada por dos años en el antiguo Congreso.
El diputado potosino David Cortez, de Alianza Social, consideró que “cuando determinado modelo económico está agotado, aparece otro modelo económico. Si vemos que el socialismo significa equilibrio y mejor estado de cosas en lo estatal y en lo humano, hay que incorporarlo. Si socialismo quiere decir acortar las diferencias entre los que más tienen y los que tienen menos, vamos a aplicarlo en beneficio del país”.
Para la posesión de Morales llegaron a La Paz el príncipe heredero de la corona española, Felipe de Borbón, los presidentes de Chile, Michelle Bachelet; de Ecuador, Rafael Correa; de Venezuela, Hugo Chávez; de Paraguay, Fernando Lugo; y de la República Saharaui, Mohamed Abdelaziz.
También llegaron al país el vicepresidente de Cuba, Ramiro Valdés; el secretario de Estado de Cooperación de Francia, Alain Joyandet; el vicepresidente de Colombia, Francisco Santos; la secretaria de Trabajo de Estados Unidos, Hilda Solís, además de representantes de Nueva Zelanda, Argentina, Perú y la Unión Europea, entre otros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario