sábado, 24 de abril de 2010

CONTAMINACIÓN DEL RIACHUELO


Orígenes de la contaminación



No podría determinarse cuando comenzó a contaminarse el Riachuelo, aunque no hay dudas de que fue hace mucho tiempo. En 1801 existían aproximadamente 30 saladeros en el Río de la Plata que faenaban 120.000 novillos por año, estando la mayor parte de ellos ubicados las márgenes del Riachuelo. Los saladeros, como los mataderos, descartaban los desechos de animales en las aguas del Riachuelo.


En 1811, el Primer Triunvirato se comprometió a limpiar el Riachuelo por la contaminación que provocaban mataderos, saladeros y curtiembres.


En 1830 el Gobernador Bonaerense Juan Manuel de Rosas había prohibido por Decreto arrojar al Riachuelo los desperdicios de la faena de los saladeros y mataderos. Este seria el primero de una innumerable serie de intentos gubernamentales que no lograrían impedir que la contaminación llevara al Riachuelo a su muerte.


Esteban Echeverría (1805-1851), en su libro “El Matadero” escribiría en 1840 que “Sucedió, pues, en aquel tiempo, una lluvia muy copiosa. Los caminos se anegaron; los pantanos se pusieron a nado y las calles de entrada y salida a la ciudad rebosaban en acuoso barro. Una tremenda avenida se precipito de repente por el Riachuelo de Barracas, y extendió majestuosamente sus turbias aguas hasta el pie de las barrancas del alto”.


En 1854, ya se había verificado que no existía vida orgánica en sus aguas y en 1871, con la epidemia de fiebre amarilla en Buenos Aires, se culpaba a la contaminación del Riachuelo como un factor de diseminación de la enfermedad, al desconocerse el factor de transmisión a través del mosquito. Ese mismo año la Cámara de Diputados Bonaerense aprobó su limpieza y canalización.


Para el centenario de la Revolución de Mayo, los mataderos y saladeros se habían transformado en frigoríficos, ya existían las curtiembres, y se abrían paso las petroquímicas. En los años sucesivos el crecimiento de la población asentada en forma precaria, sin servicios cloacales, y si recolección domiciliaria de residuos, harían del Riachuelo uno de los 3 cursos de agua más contaminados del planeta.


Río Matanza – Riachuelo -– Cifras para comprender la magnitud del problema.
El río Matanza-Riachuelo, es conocido como Riachuelo en su desembocadura y como río Matanza en la mayor parte de su recorrido. Tiene una longitud de 64 km que nace en la Provincia de Buenos Aires y bordea por el sur a la Ciudad de Buenos Aires a través de los barrios de Villa Riachuelo, Villa Soldati, Nueva Pompeya, Barracas y La Boca y desemboca en el Rio de la Plata.


La Cuenca del Rio Matanza-Riachuelo bordea también los Municipios de Almirante Brown, Avellaneda, Cañuelas, Esteban Echeverría, General Las Heras, La Matanza, Lanús, Lomas de Zamora, Marcos Paz, Merlo y San Vicente.
Viven en sus márgenes cerca de 3.500.000 personas y su cuenca abarca 2.240 km2.


Existen mas de 5.000 industrias en sus márgenes que vuelcan sus desechos, especialmente las curtiembres, que lo posicionan como el tercer río más contaminado del mundo.
Entre los principales contaminantes se encuentran metales pesados y aguas servidas, provenientes de las napas saturadas de toda la cuenca.


El 13, 5% de la población argentina se halla asociada a la cuenca del Rio Matanza Riachuelo.


El 64 % pertenece a la Ciudad de Buenos Aires, siguiendo en orden los partidos de Avellaneda, almirante Brown, La Matanza, Lanas y lomas de Zamora
Existen 13 Villas de Emergencia ubicadas en sobre el Riachuelo, que abarca cerca de 500.000 personas


El 55 % de la población aledaña al Riachuelo carece de cloacas y el 35 % no tiene agua potable.


Aproximadamente, el Río Matanzas Riachuelo recibe 368.000 metros cúbicos de aguas residuales domesticas por día, y solo el 5 % de ellas recibe algún tipo de tratamiento cuando el caudal promedio de agua es sólo de 250 mil metros cúbicos.
Recibe 88.500 metros cúbicos de desechos industriales diarios que contienen cadmio, mercurio, níquel, plomo, cromo, arsénico, selenio, fenoles, bencenos, tolueno, hidrocarburos clorados, pesticidas, herbicidas, plaguicidas, detritos animales, materiales orgánicos en suspensión, detergentes, etc.


Los líquidos cloacales sin tratamiento, sumados a los tóxicos de origen industrial han llevado a la extinción de cualquier tipo de vida en su cauce.


Contaminación. Promesas no cumplidas e Intervención de la Corte Suprema


Ahora bien, la contaminación del Riachuelo lleva más de 200 años de historia, y sin soluciones efectivas hasta nuestros días.


En 1993, el entonces presidente Carlos Menen dijo “En 1995 vamos a ir al Riachuelo a pasear en barco, a tomar mate, a bañarnos y a pescar” en tanto que su Secretaria de Medio Ambiente María Julia Alzogaray prometió que “En mil días el Riachuelo estará limpio”.


El Plan Menem – Alzogaray para la limpieza del Riachuelo recibió en 1997 un crédito de 250 millones de dólares del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), del cual poco y nada se utilizó para su destino. 40 millones se gastaron en estudios de consultoría o en remover barcos hundidos, y 150 millones se derivaron a Planes Sociales durante la crisis del 2002.


Fue así como diversas organizaciones no gubernamentales, ante la inacción del Estado, resolvieron demandar a la Nación, a la Provincia y a la Ciudad de Buenos Aires, a los efectos de obligarlas a sanear el Riachuelo.


Entre las organizaciones que encabezaron la difícil batalla judicial se encuentra la Asociación de Vecinos de La Boca, la Asociación Ciudadana por los Derechos Humanos, el Centro de Estudios Legales y Sociales, la Fundación Ambiente y Recursos Naturales, Greenpeace Argentina y la Defensoría del Pueblo de la Nación.


La Asociación Vecinos de la Boca venía sosteniendo que en la zona del Riachuelo el porcentaje de mortalidad infantil duplicaba, en promedio, a la de la ciudad de Buenos Aires en su totalidad.


Su presidente Alfredo Alberti denunció que “Son 80 empresas las responsables del 80% de la contaminación, las que tiran los metales pesados”. “A estas empresas hay que darles un plazo real, que se cumpla, para que hagan las cosas bien.”
El 8 de julio de 2008, la Corte Suprema de Justicia condenó al Estado Nacional, a la Provincia y a la Ciudad de Buenos Aires a llevar adelante tareas de saneamiento del Riachuelo, estableciendo plazos y la imposición de multas diarias en caso de incumplimiento.


En la sentencia, la Corte Suprema ordenó tomar medidas urgentes con el objeto de: 1) Mejorar la calidad de vida de los habitantes de la cuenca; 2) La recomposición del ambiente en todos sus componentes (agua, aire y suelos); y 3) La prevención de daños con suficiente y razonable grado de predicción.


La Corte exigió acciones específicas en las siguientes cuestiones: organización de un sistema de información pública digital, medidas contra la contaminación industrial, saneamiento de basurales, limpieza de las márgenes del río, expansión de la red de agua potable y desagües pluviales, saneamiento cloacal y un plan sanitario de emergencia.


El máximo Tribunal delegó en el Juzgado Federal de Quilmes el proceso de ejecución del fallo, a fin de garantizar su cumplimiento.


Al día de la fecha, según las organizaciones no gubernamentales que promovieron las acciones judiciales, nada o muy poco se ha hecho.


Evalúan, respecto del control de la contaminación de origen industrial, que si bien se han empezado inspecciones a las plantas, su numero ha sido poco significativo.
Greenpeace destaca que el fallo obligaba a inspeccionar en 30 días todas las industrias de la Cuenca, y que luego de 17 meses sólo se ha supervisado cerca del 20% de los 4103 establecimientos relevados por ACUMAR —número ampliamente menor que el indicado por otras fuentes de información— y a este ritmo recién para el año que viene se lograría inspeccionar el total de las industrias tan solo una vez.


En junio de 2009, el Banco Interamericano de Desarrollo otorgó un nuevo crédito a la Argentina, esta vez de 840 millones de dólares, para sanear el Riachuelo, fondos que irán llegando al país progresivamente.


El Riachuelo es la más clara expresión de un país sin rumbo, de una sociedad poco comprometida, de la ineficacia y corrupción de los gobernantes y de la ambición sin límite de los empresarios.


Pasaron 200 años desde que se dictaran las primeras normas que prohibían arrojar desechos contaminantes al Riachuelo, y sin embargo, los gobiernos han sido ineficaces, por complicidad o por indiferencia, en impedir esta conducta delincuente.


Pero la responsabilidad no la debemos buscar solamente en los gobiernos, sino en los empresarios y en la misma sociedad. Empresarios que despreciando la vida son responsables de arrojar desechos peligrosísimos al Riachuelo y la sociedad argentina, que ha estado ausente en la lucha por la preservación del medio ambiente a lo largo de la historia.



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