A pesar de las advertencias del Consejo de Estado, el presidente francés insistió ayer en que era necesario prohibirles a las mujeres que salgan a la calle vistiendo el velo islámico y su equivalente árabe, el niqab. Dijo que es para proteger la dignidad del género.
El gobierno francés desafiará un consejo oficial y presentará un proyecto de ley el mes que viene para prohibir el uso del burka, o velo islámico que cubre casi por completo a la mujer, en todos los espacios públicos.
A pesar de las advertencias de que esa ley podría presentar un desafío constitucional, el presidente Nicolas Sarkozy insistió ayer en que era necesario prohibir el uso del burka y su equivalente árabe, el niqab, para proteger la “dignidad de las mujeres”.
El debate de la ley, que se completará en julio, revolverá las normales fronteras políticas entre la derecha y la izquierda. También dividirá a la fuerte comunidad musulmana de entre 4 y 5 millones de personas que viven en Francia. Aunque el velo largo es usado por sólo 2000 mujeres en Francia, su presencia que aumenta gradualmente es vista por los políticos tanto de la derecha como de la izquierda como una afrenta a los valores oficiales republicanos de libertad e igualdad. Otros políticos, tanto de derecha como de izquierda, dicen que una ley es innecesaria, probablemente inconstitucional, y puede agriar las relaciones raciales.
Las organizaciones musulmanas dominantes, aunque desaprueben el burka o el niqab, dicen que una prohibición podría hacer que aun los musulmanes moderados sientan que su religión es resistida en Francia. Por otro lado, la propuesta prohibición fue bien recibida ayer por un grupo radical que defiende los derechos de las mujeres en los problemáticos suburbios multirraciales de Francia. Sihem Habchi, presidente de Ni Putas ni Sumisas, dijo que la ley sería una “victoria para las mujeres” y “daría vuelta una nueva página de emancipación para aquellas señoras que se ven confrontadas diariamente con una elección entre estar prisioneras (en un burka) y la muerte social”.
El mes pasado, el Conseil d’Etat (Consejo de Estado), el organismo de control de acciones del Estado, advirtió que una prohibición completa sobre el burka en las calles francesas sería impracticable y probablemente inconstitucional. El consejo, formado por importantes figuras públicas, sugirió que sería más sensato prohibir el velo completo en los edificios públicos, tales como escuelas, hospitales, intendencias y oficinas gubernamentales.
El ombudsman francés del Estado, o mediador de la República, Jean-Paul Delevoye, también denunció ayer la idea de una prohibición legal total. “Respeto la ley pero no me gustan las prohibiciones totales”, dijo Delevoye, un político de centroderecha del mismo partido que el presidente Sarkozy. “¿Qué vamos a hacer con las mujeres sauditas que les gusta venir y gastar dinero en Champs Elysées?”
El vocero oficial del gobierno, Luc Chatel, dijo que el presidente Sarkozy y el gabinete habían considerado el argumento de una prohibición parcial, pero que la habían rechazado. “La prohibición debe ser general en todos los espacios públicos, porque la dignidad de las mujeres no es algo que se pueda dividir”, dijo Chatel, antes de precisar que esta iniciativa debe ponerse en marcha de forma que “nadie se sienta estigmatizado”.
Al tratarse de un proyecto legislativo, el texto debe contar también con el dictamen del Consejo de Estado de Francia, la máxima instancia administrativa del país, que el pasado marzo advirtió que una prohibición general del burka podría no ajustarse plenamente al derecho. El debate sobre la prohibición del burka fue lanzado el verano pasado por un miembro comunista del Parlamento. Fue tomado por el presidente Sarkozy, quien insistió que usar un velo completo “no tenía lugar en Francia” y lo llamó una afrenta a los “valores republicanos”.
Los críticos sugirieron que la preocupación del gobierno estaba provocada por cálculos políticos y no por la preservación de los valores fundamentales del país. Sostienen que una ley para 2000 (de 1.500.000) mujeres musulmanas es innecesaria y puede resultar contraproducente y dicen que prohibir el burka ayudará a las voces extremistas a decir que el Islam, per se, está siendo atacado en Francia.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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