martes, 6 de abril de 2010

"CON MI HIJA SE HIZO JUSTICIA A MEDIAS"


Ada Morales, la madre de María Soledad la joven catamarqueña violada y asesinada en 1990, pidió que Guillermo Luque, el único condenado, no salga en libertad condicional.


Ada Rizzardo, madre de la adolescente violada y asesinada en Catamarca en 1990, sostuvo este martes que en el caso "se hizo justicia a medias" y reclamó que Guillermo Luque, condenado por el crimen de María Soledad Morales, cumpla la pena "en la cárcel".

De este modo, Rizzardo lamentó la decisión de la justicia de otorgar la libertad condicional a Luque, el último de los condenados por el crimen que seguía en prisión, para que en breve pueda dejar la cárcel donde cumplió dos tercios de su condena.

"Respeto lo que han decidido lo jueces, pero pediría que si son nueve, diez o veinte años de condena que los cumpla en la cárcel", dijo la mujer a un canal de noticias.

Consultada sobre la inminente liberación de Luque, Rizzardo aclaró que se trataba de "libertad al fin, porque ya tenía la salida laboral. Está en la calle caminando desde hace rato". "Me pregunto como mamá si mi hija no tenía derecho a la vida, a caminar también libremente por las calles", acotó.

Rizzardo consideró que en el caso "se hizo justicia a medias" porque, remarcó, "del encubrimiento no se investigó nada". "Creo que tampoco van a encontrar ya nada. Desde el primer momento se despistó todo, se borraron pruebas", recordó.

En ese marco, resaltó que "el médico legista dijo que (su hija) fue violada por seis o siete personas y todo eso quedó en la impunidad". "Son muchas las personas involucradas en esto", añadió Rizzardo, y destacó que faltó investigar en profundidad al "hospital al que llegó en coma 4, a los policías y a los falsos testigos".

La madre de María Soledad Morales sostuvo que "el artífice de todo el encubrimiento y que fue injustamente sobreseído del caso fue el ex jefe de Policía Miguel Angel Ferreyra", quien comandó la investigación tras el hallazgo del cadáver en un descampado cercano a la ciudad en septiembre de 1990.

Asimismo, recordó que meses atrás tuvo "una dura experiencia" cuando se encontró por las calles de Catamarca con Luis Tula, quien cumplió una condena de nueve años por su participación en el caso.

"Vi a Tula paseando cuando tenía salidas laborales en un auto con sus amigos en horario en que tenía que estar en el trabajo y se me paralizó el corazón, no podía hablar, no podía hacer nada", lamentó la mujer.

En ese sentido, dijo: "Catamarca es tan chiquito. Ojalá no tuviera que volver a cruzarme con ellos".


"No quiero saber nada de ellos, le hicieron mucho daño a la familia Morales", añadió.
Por su parte, el abogado de los Morales, Sergio Túa, aseguró hoy a una radio de Catamarca que "la familia no guarda rencor, ni posee deseos de venganzas, a pesar de mantener el dolor".

Túa lamentó que "ni siquiera se les comunicara" a los Morales la posible liberación de Luque, aunque admitió que esto "no está establecido por ley".

Fuentes judiciales señalaron que al parecer Luque obtendrá el beneficio de la libertad condicional cuando el domingo cumpla dos tercios de la condena de 21 años que le impuso la Cámara Penal número 2 como autor de "violación seguida de muerte".

Luque, de 44 años e hijo de un ex senador nacional, solicitó hace dos meses su libertad condicional a la jueza de Ejecución Alicia Cabanillas, a quien presentó informes favorables del Servicio Penitenciario local.

María Soledad Morales tenía 17 años y cursaba el colegio secundario cuando fue asesinada.
El caso generó una movilización social sin precedentes en la provincia, expresada a través de las marchas del silencio, que por primera vez se llevaron a cabo en Argentina.

El crimen produjo la caída del gobernador peronista Ramón Saadi, a través de la intervención federal dispuesta durante la presidencia de Carlos Menem.




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