Antes de realizar esa práctica, el potencial donante debe contestar a una serie de preguntas en las que se indaga en su orientación sexual. De acuerdo a la ley vigente las personas homosexuales, o quienes mantienen relaciones con ellos, no pueden transferir su sangre por un período de doce meses. INFOnews dialogó con el diputado que impulsa la modificación de la polémica norma, que ayer logró dictamen favorable.
Por:Cecilia Toledo
Cualquier persona que va a donar sangre, antes de realizar la práctica, se encuentra con un cuestionario en el que se le pregunta, entre otras cosas, sobre su orientación sexual, intentando evitar que las personas homosexuales –o quienes mantienen relaciones con ellos- sean donantes, al menos por un período de doce meses.
Las comisiones de Acción Social, Salud y Legislación General de la Cámara de Diputados dieron dictamen favorable al proyecto que busca modificar la Ley Nacional de Sangre, en la que se inscribe el cuestionario que se realiza a los donantes.
El contenido de la norma inhabilita “transitoriamente por el período de 12 meses para donar sangre a las personas que hayan mantenido relaciones sexuales con varones homosexuales y a las mujeres que mantuvieron relaciones sexuales con hombres que a su vez tienen relaciones sexuales con otros hombres”.
“Es necesario eliminar del cuestionario una pregunta que entendemos como un acto discriminatorio y no científico. Al momento de donar sangre no hay grupos de riesgo, hay prácticas de riesgo”, aseguró en diálogo con INFOnews el diputado socialista Roy Cortina, uno de los legisladores que impulsó el proyecto.
Además de discriminatoria, se considera que esa pregunta no tiene ningún tipo de sentido, porque antes de efectuar la donación se realizan una serie de controles en los que se detectan si la persona está en condiciones sanitarias de hacerlo. Más bien el cuestionario que se desprende de la Ley está desactualizado, y fue aplicado en una época en la que se creía que las enfermedades de transmisión sexual eran patrimonio sólo de la comunidad homosexual.
“No nos olvidemos que la Organización Mundial de la Salud, hasta hace poco, definía a la homosexualidad como una enfermedad. En los 80´ cuando apreció el virus del Sida la primera reacción científica y médica atribuyó la patología a la homosexualidad. Las prácticas médicas de hoy –como la pregunta que figura en el cuestionario que se realiza a los donantes- tienen raíces culturales de muchos años”, analizó el diputado Socialista.
La visión médica
Si bien la modificación de la norma es impulsada desde el ámbito legislativo, y se entiende que es sumamente discriminatoria, INFOnews consultó a un médico para conocer si la orientación sexual del donante puede poner en riesgo la vida de quien reciba esa transfusión.
“Si la sangre del donante es correctamente chequeada el perfil sexual de la persona que presta su sangre queda en un plano muy remoto, no interesa”, aseguró Raúl Valente, médico ginecólogo.
En este sentido, el profesional que tiene su consultorio en el Instituto del Diagnóstico de La Plata, sostuvo que “la población homosexual podrá ser vista como un grupo de riesgo, pero si la sangre es chequeada como corresponde no implica ningún riesgo. A esta altura medicinalmente no conocemos motivo alguno por el que una persona” que no es heterosexual no pueda donar su sangre.
El reclamo del INADI
Las acciones iniciadas para modificar una ley que a las claras es discriminatoria, no se iniciaron sólo en el Congreso Nacional. El Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) emitió en el 2006 un dictamen que recomienda la modificación de la resolución que contempla las normas técnicas y administrativas de hemoterapia (y que fija en el cuestionario para el donante el ítem restrictivo a los hombres homosexuales)
La enfermedad de Chagas, el virus del VIH y las hepatitis B y C, así como otras patologías para las que no se realizan controles, deberán ser tenidas en cuenta tanto por el donante como por el profesional de salud, ya que una persona puede estar infectada sin saberlo.
Pero queda fuera de contexto considerar que los potenciales donantes no podrían hacerlo por alguna condición sexual, ética o ideológica. El peligro se puede cuantificar, controlar y hasta evitar. Y es hora que entendamos que las prácticas de riesgo afectan a todos por igual.
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