Entrevista a Norberto "Ruso" Verea, periodista
Por Diego Long
"Es un juego de poder. Y el poder es dinero, porque el dinero da poder”, dice Norberto el Ruso Verea. Para el ex arquero, “si Argentina es granero del mundo, futbolísticamente hablando, y los que manejan el fútbol junto a los que lo difunden, hacen estos papelones, no cuesta imaginar por qué el fútbol está cómo está”.
El hombre de Espn no cree que la actual situación de nuestro fútbol tenga su correlato en el mapa mundial, aunque Grondona sea vicepresidente de la Fifa. “No creo que a Blatter se le encadene en la puerta el presidente de la Unión de Asociaciones Europeas. Ni creo que el que intente ganar en Fifa tenga los voceros que tiene Vila”.
Los voceros son medios y periodistas que han sido “socios del negocio, mucho más desde el mensaje: ‘El que no gana no existe’. En la AFA volvió a ganar el que venía ganando, no importa cómo, esto es fútbol. Los voceros compartieron la ruptura del negocio. El ‘si no trabajás con nosotros te quedás afuera de todo’ es el discurso dominante: el fútbol es éste, los otros son todos unos imbéciles, líricos, idealistas estúpidos, el fútbol es otra cosa. Víctimas de esa ceguera, del adiestramiento de más de 30 años, a los pibes jóvenes no les importa nada. Les decís algo y te dicen que no les interesa, que quieren salir campeón. Y, encima, con la trampa...”
–¿En qué sentido?
–¿Te parece poco el bidón de Branco? ¿Y que hayan usado la camiseta argentina para hacer eso? ¿Te parece poco que ocho años después entregaran al máximo ídolo? Y todo, con la camiseta de la Selección. Con Grillo, Distéfano, Sívori, De la Mata, Pedernera, Moreno, en fin, con todos los que honraron, aun perdiendo, aquello de salir a disputar y ser honestos”.
“Estamos ante la realidad de un fútbol –continúa el Ruso– que, dentro de la cancha, se come jugadores, entrenadores, dirigentes, barrabravas. Mirá a Di Zeo peleando por volver a su lugar. Y, afuera de la cancha, con mucha guita dando vueltas todavía. No olvidemos los ’90, las fortunas que se manejaron en la Argentina, y que se vendían jugadores por 23 millones de dólares como si nada. Ese negocio enriqueció a empresarios, en connivencia con la dirigencia. Salvo excepciones momentáneas y temporales, dejó a todos los clubes con serios problemas económicos”.
Así y todo, Verea explica que lo que sucede es que “Grondona es un tipo del fútbol y los otros son arribados al negocio. Por eso los aplasta, por una lógica razón: conoce de fútbol, sabe de lo que habla, conoce a los dirigentes. Más alla de su manejo, que puede ser criticable, la realidad es que el tipo sabe y los demás son todos arribados. Sin embargo, las consecuencias, hoy, pueden ser más graves porque, ahora, a Grondona lo pelean los empresarios, y la plata no tiene ni bandera, ni camiseta, ni amor, ni pasión, ni patria. No es muy complicado comprender que, de la mitad del país para arriba, si pueden quedarse con todos los cables se los quedan, si se pueden quedar con todos los diarios y si se puede quedar con todas las radios, se los quedan”.
El hombre de Espn no cree que la actual situación de nuestro fútbol tenga su correlato en el mapa mundial, aunque Grondona sea vicepresidente de la Fifa. “No creo que a Blatter se le encadene en la puerta el presidente de la Unión de Asociaciones Europeas. Ni creo que el que intente ganar en Fifa tenga los voceros que tiene Vila”.
Los voceros son medios y periodistas que han sido “socios del negocio, mucho más desde el mensaje: ‘El que no gana no existe’. En la AFA volvió a ganar el que venía ganando, no importa cómo, esto es fútbol. Los voceros compartieron la ruptura del negocio. El ‘si no trabajás con nosotros te quedás afuera de todo’ es el discurso dominante: el fútbol es éste, los otros son todos unos imbéciles, líricos, idealistas estúpidos, el fútbol es otra cosa. Víctimas de esa ceguera, del adiestramiento de más de 30 años, a los pibes jóvenes no les importa nada. Les decís algo y te dicen que no les interesa, que quieren salir campeón. Y, encima, con la trampa...”
–¿En qué sentido?
–¿Te parece poco el bidón de Branco? ¿Y que hayan usado la camiseta argentina para hacer eso? ¿Te parece poco que ocho años después entregaran al máximo ídolo? Y todo, con la camiseta de la Selección. Con Grillo, Distéfano, Sívori, De la Mata, Pedernera, Moreno, en fin, con todos los que honraron, aun perdiendo, aquello de salir a disputar y ser honestos”.
“Estamos ante la realidad de un fútbol –continúa el Ruso– que, dentro de la cancha, se come jugadores, entrenadores, dirigentes, barrabravas. Mirá a Di Zeo peleando por volver a su lugar. Y, afuera de la cancha, con mucha guita dando vueltas todavía. No olvidemos los ’90, las fortunas que se manejaron en la Argentina, y que se vendían jugadores por 23 millones de dólares como si nada. Ese negocio enriqueció a empresarios, en connivencia con la dirigencia. Salvo excepciones momentáneas y temporales, dejó a todos los clubes con serios problemas económicos”.
Así y todo, Verea explica que lo que sucede es que “Grondona es un tipo del fútbol y los otros son arribados al negocio. Por eso los aplasta, por una lógica razón: conoce de fútbol, sabe de lo que habla, conoce a los dirigentes. Más alla de su manejo, que puede ser criticable, la realidad es que el tipo sabe y los demás son todos arribados. Sin embargo, las consecuencias, hoy, pueden ser más graves porque, ahora, a Grondona lo pelean los empresarios, y la plata no tiene ni bandera, ni camiseta, ni amor, ni pasión, ni patria. No es muy complicado comprender que, de la mitad del país para arriba, si pueden quedarse con todos los cables se los quedan, si se pueden quedar con todos los diarios y si se puede quedar con todas las radios, se los quedan”.
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