Con la situación de Paraguay como fondo, y a tres años de ser derrocado, el ex mandatario hondureño, habla del futuro de su partido y de la candidatura de su esposa. Destacó el papel de la resistencia.
Por:Anahí Rubín
Ayer se cumplieron tres años del derrocamiento de Manuel Zelaya como presidente de Honduras por parte de los militares, quienes adujeron que el ex presidente quería cambiar la Constitución para perpetuarse en el poder. Los uniformados pusieron en su lugar al civil Roberto Micheletti, y en noviembre de ese año se realizaron elecciones, con Zelaya y su partido proscriptos, las que fueron ganadas por Porfirio Lobo. El ex presidente permaneció exiliado en la República Dominicana y, apoyado por la mayoría de los gobiernos de Latinoamérica, regresó a su país en 2011. Ahora logró que el Tribunal Electoral inscriba a su partido Libertad y Refundación (Libre), para postular como candidata a la presidencia a Xiomara Castro, esposa de Zelaya, en las elecciones que se realizarán en noviembre.
–¿Cómo está la situación política de Honduras y cómo repercute en el país la aceptación de su partido Libre?
–Honduras vive aún los efectos del golpe de Estado, con niveles altísimos de inseguridad y violencia política, agravados por una profunda crisis económica. El endeudamiento público llega a cerca de la mitad del PBI. Las marcas del modelo neoliberal son profundas y cada día más dolorosas para nuestro pueblo. La inscripción de nuestro partido, surgido de la contundente resistencia popular contra el golpe de 2009, ha traído una propuesta alternativa, y con ello una nueva esperanza, para un país que ha estado en el olvido por décadas.
–¿Piensa que, desde su destitución como presidente, el pueblo hondureño tomo más conciencia política?
–Seguramente ha ganado mucho entendimiento de cuáles son los principales factores que lo condenan al atraso y a la miseria. Además, ha aprendido, bajo la presión de los fusiles militares, que no basta con ir a votar para tener democracia.
–¿Cómo es la correlación de fuerzas con los otros partidos políticos?
–Bajo un escenario sin injerencias ni manipulaciones, sin fraude, el partido Libertad y Refundación es sin duda la fuerza más importante del país. Nuestra inscripción se ha dado recién en marzo, y ya somos reconocidos por nuestros adversarios como el rival a vencer en las próximas elecciones. Parece que mientras más mienten, mientras más nos calumnian, más fuertes nos volvemos. Hemos sostenido nuestro apego a la no violencia, a pesar de que solo hace unas horas dos miembros de nuestro partido eran asesinados.
–Su esposa Xiomara Castro se postulará como candidata a presidenta, tendrá que enfrentar entre otros al general retirado Romero Vásquez, que encabezó el golpe de Estado en 2009, ¿cómo ve esa situación?
–Xiomara Castro ha sido propuesta como candidata de Libre por sus 5 corrientes internas; más allá del propósito personal, ella responde a un llamado que viene del pueblo. Es bueno que los militares golpistas entiendan que es mejor el debate de las ideas que reprimir brutalmente al pueblo para dirimir los desacuerdos. En términos políticos y electorales, nuestro partido es cualitativamente diferente a todos los demás, y diría que el partido de los militares pertenece a una ultraderecha recalcitrante, que se ubica en el extremo más conservador del espectro político, por lo que las simpatías que llama vienen de sectores reducidos.
–La mayoría de los países latinoamericanos le dieron apoyo cuando fue destituido, ¿cuál será la relación con Latinoamérica en el caso de que accedan a la presidencia de Honduras?
–Nuestro partido ha establecido una línea política profundamente integracionista, somos parte de América Latina, y fortaleceremos todos los vínculos con nuestros hermanos y hermanas del continente, con quienes nos unen muchos aspectos.
–¿Y con Estados Unidos y Europa?
–Esperamos mantener relaciones de respeto mutuo con todos los países del mundo. No estamos en contra de ningún país, y adherimos el principio de autodeterminación de los pueblos. Tanto Estados Unidos como Europa apoyan el desarrollo de Honduras, y esto debería incluso mejorarse, bajo una base de solidaridad y gran respeto por nuestro pueblo.
–¿Qué reflexión hace de su derrocamiento, hay cosas que no haría y que otras debió hacer? ¿Volvería a tratar de modificar la constitución?
–Todo lo que hicimos fue positivo para nuestro país. Tuvimos los mejores indicadores económicos en años, redujimos la pobreza y la pobreza extrema como nunca antes se había hecho en Honduras. Mantuvimos una economía vigorosa, en medio de un ambiente de libertad y diálogo con los sectores sociales. Buscamos la participación del pueblo en las decisiones de más importantes para la sociedad, como lo hacen todas las naciones civilizadas del mundo. Incluso fuimos capaces de sortear muchas dificultades derivadas del colapso inmobiliario en el sistema capitalista mundial en 2008. Los hechos nos indican que actuábamos correctamente, lo único que puedo decir es que Honduras necesita que se profundicen los cambios, por eso, la propuesta de una Asamblea Nacional Constituyente es una piedra angular de la propuesta de nuestro partido Libre.
–¿Cuál es su máximo objetivo y deseos para el pueblo hondureño? ¿Piensa que esta vez podrán llevar a cabo los cambios que había comenzado en su gobierno?
–Estoy convencido de que comenzaremos a transitar un camino que nos saque de una vez por todas de la miseria en que nos encontramos. No solo profundizaremos algunas políticas anteriores, sino que entraremos en una profunda transformación del país, a la que llamamos refundación, la que entendemos como un proceso revolucionario pacífico de largo plazo que permitirá cambios estructurales que nos lleven a construir una sociedad más justa, más equitativa, más prospera. <
–¿Cómo está la situación política de Honduras y cómo repercute en el país la aceptación de su partido Libre?
–Honduras vive aún los efectos del golpe de Estado, con niveles altísimos de inseguridad y violencia política, agravados por una profunda crisis económica. El endeudamiento público llega a cerca de la mitad del PBI. Las marcas del modelo neoliberal son profundas y cada día más dolorosas para nuestro pueblo. La inscripción de nuestro partido, surgido de la contundente resistencia popular contra el golpe de 2009, ha traído una propuesta alternativa, y con ello una nueva esperanza, para un país que ha estado en el olvido por décadas.
–¿Piensa que, desde su destitución como presidente, el pueblo hondureño tomo más conciencia política?
–Seguramente ha ganado mucho entendimiento de cuáles son los principales factores que lo condenan al atraso y a la miseria. Además, ha aprendido, bajo la presión de los fusiles militares, que no basta con ir a votar para tener democracia.
–¿Cómo es la correlación de fuerzas con los otros partidos políticos?
–Bajo un escenario sin injerencias ni manipulaciones, sin fraude, el partido Libertad y Refundación es sin duda la fuerza más importante del país. Nuestra inscripción se ha dado recién en marzo, y ya somos reconocidos por nuestros adversarios como el rival a vencer en las próximas elecciones. Parece que mientras más mienten, mientras más nos calumnian, más fuertes nos volvemos. Hemos sostenido nuestro apego a la no violencia, a pesar de que solo hace unas horas dos miembros de nuestro partido eran asesinados.
–Su esposa Xiomara Castro se postulará como candidata a presidenta, tendrá que enfrentar entre otros al general retirado Romero Vásquez, que encabezó el golpe de Estado en 2009, ¿cómo ve esa situación?
–Xiomara Castro ha sido propuesta como candidata de Libre por sus 5 corrientes internas; más allá del propósito personal, ella responde a un llamado que viene del pueblo. Es bueno que los militares golpistas entiendan que es mejor el debate de las ideas que reprimir brutalmente al pueblo para dirimir los desacuerdos. En términos políticos y electorales, nuestro partido es cualitativamente diferente a todos los demás, y diría que el partido de los militares pertenece a una ultraderecha recalcitrante, que se ubica en el extremo más conservador del espectro político, por lo que las simpatías que llama vienen de sectores reducidos.
–La mayoría de los países latinoamericanos le dieron apoyo cuando fue destituido, ¿cuál será la relación con Latinoamérica en el caso de que accedan a la presidencia de Honduras?
–Nuestro partido ha establecido una línea política profundamente integracionista, somos parte de América Latina, y fortaleceremos todos los vínculos con nuestros hermanos y hermanas del continente, con quienes nos unen muchos aspectos.
–¿Y con Estados Unidos y Europa?
–Esperamos mantener relaciones de respeto mutuo con todos los países del mundo. No estamos en contra de ningún país, y adherimos el principio de autodeterminación de los pueblos. Tanto Estados Unidos como Europa apoyan el desarrollo de Honduras, y esto debería incluso mejorarse, bajo una base de solidaridad y gran respeto por nuestro pueblo.
–¿Qué reflexión hace de su derrocamiento, hay cosas que no haría y que otras debió hacer? ¿Volvería a tratar de modificar la constitución?
–Todo lo que hicimos fue positivo para nuestro país. Tuvimos los mejores indicadores económicos en años, redujimos la pobreza y la pobreza extrema como nunca antes se había hecho en Honduras. Mantuvimos una economía vigorosa, en medio de un ambiente de libertad y diálogo con los sectores sociales. Buscamos la participación del pueblo en las decisiones de más importantes para la sociedad, como lo hacen todas las naciones civilizadas del mundo. Incluso fuimos capaces de sortear muchas dificultades derivadas del colapso inmobiliario en el sistema capitalista mundial en 2008. Los hechos nos indican que actuábamos correctamente, lo único que puedo decir es que Honduras necesita que se profundicen los cambios, por eso, la propuesta de una Asamblea Nacional Constituyente es una piedra angular de la propuesta de nuestro partido Libre.
–¿Cuál es su máximo objetivo y deseos para el pueblo hondureño? ¿Piensa que esta vez podrán llevar a cabo los cambios que había comenzado en su gobierno?
–Estoy convencido de que comenzaremos a transitar un camino que nos saque de una vez por todas de la miseria en que nos encontramos. No solo profundizaremos algunas políticas anteriores, sino que entraremos en una profunda transformación del país, a la que llamamos refundación, la que entendemos como un proceso revolucionario pacífico de largo plazo que permitirá cambios estructurales que nos lleven a construir una sociedad más justa, más equitativa, más prospera. <
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