En la Argentina, el 72% de los consultados en una encuesta del Ministerio de Educación se conecta a redes sociales. Una reciente encuesta revela que si bien la gran mayoría de los adolescentes reconoce usar las redes sociales, la mitad confiesa que privilegia el contacto efectivo con los amigos. La Web es sólo una herramienta para reforzar esa conexión.
El hecho de haber crecido con la PC conectada a Internet como un electrodoméstico más hace que los adolescentes se comporten con las redes sociales de una manera que sus padres y mayores suelen calificar de antisocial. Sin embargo, operan muchas veces prejuicios y desconocimientos acerca de las nuevas formas de socialización. De hecho, un estudio reciente asegura que la mitad de los adolescentes estadounidenses, en el país de mayor conectividad del mundo, prefiere pasar más tiempo con sus amigos en el mundo real que en Internet, y sondeos equivalentes en la Argentina arrojan resultados parecidos.
Esto no quiere decir que los jóvenes no le dediquen mucho tiempo a Internet. De hecho, el 90% de los adolescentes de 13 a 17 años encuestados entre febrero y marzo por Common Sense Media, un grupo de investigación con sede en San Francisco, California, reconoce usar las redes sociales. Las tres cuartas partes asegura tener una cuenta a su nombre y el 51% se conecta por lo menos una vez al día. Sin embargo, el 49% afirma que prefiere ver a sus amigos en persona, fundamentalmente porque "es más divertido" y porque "de esa manera uno puede entender mejor lo que realmente quieren decir".
El informe, basado en entrevistas en línea a 1300 adolescentes, revela que no hay una sola manera de vincularse a las redes y que los jóvenes trazan sus propias estrategias inteligentes hacia los medios de comunicación. ¿Sucede algo parecido en el país?
Una reciente encuesta encargada por el Ministerio de Educación de la Nación –y difundida esta semana– entre 1200 niños, niñas y adolescentes de entre once y 17 años del país, determinó que un 70% declaró que lo que más valora de la Web es que le permite conectarse con amigos, y otro 72%, que accede a redes sociales. Del universo consultado, el 70% tiene computadora en el hogar, y a su vez, el 80% tiene acceso a Internet.
El sondeo no indagó sobre la frecuencia con la que se conectan a esos sitios, pero sí lo había hecho el informe "Los adolescentes y las redes sociales", elaborado en 2010 por el programa Escuela y Medios, del Ministerio de Educación, que había establecido que un 50% de los adolescentes argentinos con acceso a Internet, que utilizaban las redes sociales, se conectaban a ellas día por medio, un 30% la visitaba a diario y un 20% lo hacía sólo una vez a la semana.
Tiempo Argentino consultó a Natalia Zlachevsky, de la organización chicos.net.ar, quien tiene una mirada similar al respecto: “De acuerdo a nuestras investigaciones, los adolescentes perciben a las redes sociales como un espacio público, como una plaza, un lugar para habitar”, acordó. Y lo demuestran las respuestas de los chicos consultados por Tiempo Argentino. Nicolás tiene 13 años, va a una escuela técnica y vive en el barrio de Colegiales: "Me gusta mucho usar las redes, uso Facebook y Twitter simultáneamente para chatear y hacer chistes. Pero no puedo estar mucho más que dos horas al día, a lo sumo, después de cenar, porque todas las tardes juego al fútbol en un centro recreativo", dice.
Sabrina, por el contrario, reconoce dedicarle más de cinco horas a "estar en las redes". Tiene 15 años y va a un colegio religioso de Belgrano. "Uso el Facebook para chatear y subir fotos y Twitter para hablar con mucha gente a la vez", cuenta. La ausencia de actividades extraescolares, reconoce, le libera tiempo para "conectarse".
Si bien el 52% de los jóvenes estadounidenses encuestados cree que las redes sociales refuerzan las amistades, el 43% dice que le gustaría de vez en cuando evitarlas, y el 41% se describe como "adicto" a sus aparatos electrónicos. Zlachevsky analiza los resultados: "Si hay un porcentaje tan alto de chicos que expresan que les gustaría evitar las redes sociales, la pregunta que podríamos hacernos es: ¿por qué no sienten que pueden evitarlas libremente?" Siguiendo la reflexión de Zlachevsky, es pertinente indagar sobre la interpretación que los chicos hacen de categorías como "adicción a la red", generadas indudablemente por personas que crecieron en un mundo en el que Internet no era ni siquiera tema de las películas de ciencia ficción.
"Es interesante –dice la especialista– que un 41% de los chicos se reconozca como adicto. Deberíamos indagar con mayor profundidad si este concepto de 'adicto' responde a una experiencia que tienen los chicos o a la repetición del discurso que tienen los adultos con respecto al uso que ellos hacen."
María Paz, de 14 años, va a un colegio público de Chacarita. "Estoy un par de horas en Facebook y no uso Twitter porque me pone muy nerviosa", dice. "Tengo compañeros que están todo el día en las redes, pero no creo que sean adictos. Si se corta Internet, no pasa nada, miran la tele o hablan por celu."
Las recomendaciones para los adultos, llegado este punto, no son muy distintas que lo recomendable para cuestiones no tecnológicas. Saber, estar al tanto de lo que hacen, pero sin persecuciones. Para eso, reconocer qué se debe y puede aprender de ellos y estar sinceramente interesados en hacerlo sigue siendo, como en la edad de las cavernas, el primer paso para ayudar a las generaciones más jóvenes. «
Esto no quiere decir que los jóvenes no le dediquen mucho tiempo a Internet. De hecho, el 90% de los adolescentes de 13 a 17 años encuestados entre febrero y marzo por Common Sense Media, un grupo de investigación con sede en San Francisco, California, reconoce usar las redes sociales. Las tres cuartas partes asegura tener una cuenta a su nombre y el 51% se conecta por lo menos una vez al día. Sin embargo, el 49% afirma que prefiere ver a sus amigos en persona, fundamentalmente porque "es más divertido" y porque "de esa manera uno puede entender mejor lo que realmente quieren decir".
El informe, basado en entrevistas en línea a 1300 adolescentes, revela que no hay una sola manera de vincularse a las redes y que los jóvenes trazan sus propias estrategias inteligentes hacia los medios de comunicación. ¿Sucede algo parecido en el país?
Una reciente encuesta encargada por el Ministerio de Educación de la Nación –y difundida esta semana– entre 1200 niños, niñas y adolescentes de entre once y 17 años del país, determinó que un 70% declaró que lo que más valora de la Web es que le permite conectarse con amigos, y otro 72%, que accede a redes sociales. Del universo consultado, el 70% tiene computadora en el hogar, y a su vez, el 80% tiene acceso a Internet.
El sondeo no indagó sobre la frecuencia con la que se conectan a esos sitios, pero sí lo había hecho el informe "Los adolescentes y las redes sociales", elaborado en 2010 por el programa Escuela y Medios, del Ministerio de Educación, que había establecido que un 50% de los adolescentes argentinos con acceso a Internet, que utilizaban las redes sociales, se conectaban a ellas día por medio, un 30% la visitaba a diario y un 20% lo hacía sólo una vez a la semana.
Tiempo Argentino consultó a Natalia Zlachevsky, de la organización chicos.net.ar, quien tiene una mirada similar al respecto: “De acuerdo a nuestras investigaciones, los adolescentes perciben a las redes sociales como un espacio público, como una plaza, un lugar para habitar”, acordó. Y lo demuestran las respuestas de los chicos consultados por Tiempo Argentino. Nicolás tiene 13 años, va a una escuela técnica y vive en el barrio de Colegiales: "Me gusta mucho usar las redes, uso Facebook y Twitter simultáneamente para chatear y hacer chistes. Pero no puedo estar mucho más que dos horas al día, a lo sumo, después de cenar, porque todas las tardes juego al fútbol en un centro recreativo", dice.
Sabrina, por el contrario, reconoce dedicarle más de cinco horas a "estar en las redes". Tiene 15 años y va a un colegio religioso de Belgrano. "Uso el Facebook para chatear y subir fotos y Twitter para hablar con mucha gente a la vez", cuenta. La ausencia de actividades extraescolares, reconoce, le libera tiempo para "conectarse".
Si bien el 52% de los jóvenes estadounidenses encuestados cree que las redes sociales refuerzan las amistades, el 43% dice que le gustaría de vez en cuando evitarlas, y el 41% se describe como "adicto" a sus aparatos electrónicos. Zlachevsky analiza los resultados: "Si hay un porcentaje tan alto de chicos que expresan que les gustaría evitar las redes sociales, la pregunta que podríamos hacernos es: ¿por qué no sienten que pueden evitarlas libremente?" Siguiendo la reflexión de Zlachevsky, es pertinente indagar sobre la interpretación que los chicos hacen de categorías como "adicción a la red", generadas indudablemente por personas que crecieron en un mundo en el que Internet no era ni siquiera tema de las películas de ciencia ficción.
"Es interesante –dice la especialista– que un 41% de los chicos se reconozca como adicto. Deberíamos indagar con mayor profundidad si este concepto de 'adicto' responde a una experiencia que tienen los chicos o a la repetición del discurso que tienen los adultos con respecto al uso que ellos hacen."
María Paz, de 14 años, va a un colegio público de Chacarita. "Estoy un par de horas en Facebook y no uso Twitter porque me pone muy nerviosa", dice. "Tengo compañeros que están todo el día en las redes, pero no creo que sean adictos. Si se corta Internet, no pasa nada, miran la tele o hablan por celu."
Las recomendaciones para los adultos, llegado este punto, no son muy distintas que lo recomendable para cuestiones no tecnológicas. Saber, estar al tanto de lo que hacen, pero sin persecuciones. Para eso, reconocer qué se debe y puede aprender de ellos y estar sinceramente interesados en hacerlo sigue siendo, como en la edad de las cavernas, el primer paso para ayudar a las generaciones más jóvenes. «
Fuente: Tiempo Argentino.
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