jueves, 6 de junio de 2013

VIAJE AL MUNDO DE LAS OFERTAS

Precios. Desde diferentes puntos de la Ciudad y el GBA se organizan decenas de salidas colectivas al Mercado Central. Por día, llegan hasta allí entre 7 y 12 mil personas y los fines de semana más de 100 mil. Especialistas explican las razones del éxito.

Por  Diego Long  


Esperame ahí que voy a buscar la moto”, le grita Javier a la joven de shorts de jeans cortados, musculosa blanca e imponente melena negra que lo acompaña y que arrastra todas las miradas de los remiseros y trapitos del lugar. Tal vez sea su mujer o su hermana, el motoquero no se fija en los ojos de los otros. Al lado de ella, un manantial de bolsas imposible de ser cargado en una moto. Ni siquiera con la ayuda del Gauchito Gil que Javier lleva tatuado en la pierna derecha, a la altura de la canilla. “Vinimos a buscar la carne para un asado y cuando quisimos acordarnos habíamos agarrado medio mercado”, explica el motoquero cuarentón y se consuela con que “por lo menos ahorramos y tenemos mercadería para no tener que ir al súper por un buen rato”.
Es que el sector minorista del Mercado Central de Buenos Aires es más tentador que el casino para quien tiene que parar la olla. Mientras que en cualquier carnicería de barrio se paga entre 35 y 38 pesos el kilo de asado, en el paseo de compras se consiguen dos kilos por 34 pesos, por ejemplo. Y entre 23 y 30 pesos el pechito o el carré de cerdo. Con el kilo de pan tipo baguette a 2,70, y quesos duros que van desde los 35 pesos el kilo, se puede completar un señor asado. Sin olvidar los precios de las verduras para la ensalada y las frutas, que valen menos de la mitad que a la vuelta de casa.
Pero, más allá del asado de Javier, el Mercado ofrece precios increíbles en productos que van desde juguetes, electrónica, calzado y vestimenta hasta insumos para mascotas. Por poco más de 20 pesos se puede comprar cinco paquetes chicos de pan lactal, que van de la mano con los fiambres: de los cuatro pesos los 100 gramos de salame a los nueve del jamón crudo. Sólo 10 pesos cuesta la promoción de tres paquetes de fideos y uno de azúcar, y 13, la de diez paquetes de fideos para guiso. Y se podría seguir. Aunque ya está claro el porqué de la gran afluencia de gente que, aunque es muy variable, se calcula que a diario promedia entre 7 y 12 mil almas, pero ha tenido picos de 20, 25 y 30 mil visitantes, y ha habido fines de semana en los que ha contabilizado cerca de 110 mil personas, convocadas por la diferencia de precios.
Y, para desilusión de investigadores y descubridores de conspiraciones, aquí no hay secretos. La brecha entre los costos del Mercado y los de la calle no se explica ni con trampas ni con subsidios, por decir. El gerente general del centro de abastecimiento, Guillermo Cosentino, señala algunos de los factores que inciden en los precios. En el caso de frutas y verduras, por ejemplo, “es mercadería que viene del sector mayorista, lo que hace que sea muy barato el traslado” en comparación con el flete de quien se lo lleva a su negocio. Además, cuando se acerca el fin de semana, el mayorista coloca en la feria lo que no pudo vender. En el caso de los lácteos, influye que haya muchos productos de buena calidad y de segundas marcas. Otros productos mantienen sus precios gracias a los acuerdos con la Secretaría de Comercio Interior de la Nación. Pero, en su mayoría, la diferencia de costos se explica por los gastos de flete, personal, acopio, logística y acarreo que tienen los pequeños comerciantes. Aunque en el caso de los supermercados es más difícil de explicar porque esta lógica se rompe.
“Venimos porque te ahorra mucho”, afirma Carlos, sin detenerse para hablar con Miradas al Sur. El tiempo es oro y se acerca la hora del cierre. Junto a su mujer y el hijo de ella se internan en el sector frutihortícola y apenas gira para gritar que son de Castillo. Se refiere a la localidad de Rafael Castillo y a que lo ayuda la cercanía.
Porque ése es el único inconveniente, para conseguir todo esto hay que moverse hasta la autopista Ricchieri y Boulogne Sur Mer, en Tapiales. Por allí pasan dos líneas de trenes, la que hace Estación Buenos Aires, González Catán, Estación Libertad y la que va de Haedo a La Plata. Si bien Cosentino recuerda el día en que de esta última bajaron unas 1.500 personas, no es tan sencillo hacer grandes compras en tren. Por eso, para que más personas puedan acceder a los precios del Mercado Central, existen algunas alternativas.
Mientras se aguarda por la consolidación de la iniciativa de crear una red de mercados, que empezó con el de la localidad de José C. Paz y se planeaba continuar en Resistencia, Chaco, y en las provincias de Mendoza y Córdoba, algunos vecinos, organizaciones políticas y mutuales practican la modalidad de compras comunitarias. Lo hace la Mutual 25 de Mayo, por ejemplo, atravesando los más de 200 kilómetros que separan a esa ciudad de la de Tapiales y lo hace la agrupación La Cámpora, en cada distrito en los que tiene presencia.
También hay algunos emprendimientos privados. Un ejemplo es La Barata del Central, un sitio web que ofrece a buen precio canastas de frutas y verduras traídas directo del Mercado, que se encargan por internet y son entregadas a domicilio contra el reembolso en efectivo. El problema es que por el momento el radio de entregas se limita a los barrios de Núñez, Belgrano, Palermo, Chacarita, Colegiales, Villa Crespo, Caballito, Almagro y Recoleta.
La manera más extendida de acercar el Mercado Central a los consumidores, finalmente, es el extendido servicio de micros que ofrecen agrupaciones y asociaciones, por lo general, con ayuda de la Secretaría de Comercio. Sin ir más lejos, ayer, la Unión de Usuarios y Consumidores cumplió los cien viajes llevando gente al Mercado de manera gratuita. Los micros parten de sus sedes de Capital Federal o de Lomas de Zamora, abarcando zonas de Almirante Brown, a la vez que organiza otros viajes en conjunto con las diversas organizaciones barriales, como el Centro de Participación Democrática Jorge Villalba, de Colegiales; la agrupación Recoleta K, de Recoleta y Villa Saldías; el Centro Pocho Leprati, en Monserrat; La Cámpora de Almagro o los Evangélicos Bautistas de la Iglesia del Centro, en Constitución.
La Liga de Amas de Casa también organiza viajes gratuitos, en el marco del convenio firmado con Comercio Interior, que salen miércoles de por medio a las siete en punto de su sede central en Chacabuco 243, o los sábados, cada 15 días, de las distintas regionales de la organización: Quilmes, Berazategui, Avellaneda, Ciudadela, Vicente López, San Isidro, Lanús, Almirante Brown (Barrio San José), Ezeiza, Tigre, San Martín, etcétera. Además de los servicios que parten desde 35 centros de jubilados porteños, de Lugano a Saavedra, incluyendo, por ejemplo, a la Villa 31, desde donde salen dos micros.
La Liga de Amas de Casa es pionera en la organización de estos viajes, que vienen desde los ochenta, con el gobierno de Raúl Alfonsín, “pero en aquella época era todo más difícil y precario, al punto que muchas veces los micros no llegaban y dejaban a los vecinos de a pie”, relata Elsa Cores, una de sus integrantes, que cuenta que todo cambió “hace unos cuatro o cinco años, con la asunción de Irma Muñoz de Muslera como presidenta, cuando se reorganizó todo y se firmó el convenio con la Secretaría de Comercio. Ahora se amplió, hasta se aceptan hombres, que cada vez son más amas de casa”, subraya.
Cores asegura que llevan “mucha gente de zona Norte, de Recoleta, por ejemplo”, y remarca la cantidad de turistas que reservan lugares para comprar o para conocer el Mercado Central. Dice que muchos son jóvenes extranjeros de los hostels, en su mayoría brasileños, españoles y venezolanos.
Para reservar un lugar o pedir más información, se puede llamar las 24 horas a los teléfonos 4342-3701 o 0-800-666-1162, o enviar un correo electrónico a info@ligadeamasdecasa.org. La Liga trabaja de lunes a viernes, de 13 a 20. Acaba de firmar un convenio con el Banco Nación por el cual se otorgará la tarjeta de crédito Nativa para amas de casa.
Otro caso es el de la Asociación de Usuarios y Consumidores de la República Argentina (Asucra), que organiza viajes todos los días de la semana, a excepción de los feriados, de distintos puntos a convenir del conurbano (Moreno, Morón, San Miguel, San Martín, Gral. Rodríguez, Luján, Ramos Mejía, Ituzaingó, William Morris, etc.) y de la Capital Federal, con la sola condición de que el servicio quede pautado con al menos siete días de anticipación. “Cuando las amas de casa se contactan con nosotros, las orientamos y las asistimos en la difusión del viaje para completar un contingente de, por lo menos, cuarenta amas de casa del mismo barrio. Para optimizar los recursos, convocamos a una reunión previa en donde distribuimos material didáctico y realizamos una charla sobre los objetivos del viaje, y fijamos fecha y lugar”, describe Cecilia Casas, titular de Asucra.
La feria frutihortícola y el paseo de compras del Mercado Central funcionan de lunes a domingos, de 8 a 18. La nave de pescados, los sábados de 7 a 13, aunque el puesto del programa Pescado para Todos abre todos los días. Y la feria polirrubros abre miércoles, sábados y domingos, de 9 a 19.
 
 Fuente: Miradas al Sur

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